Ay, lo que os he echado de menos.
La Tita del Puerto y del Sur tenía esta nota en su casa.
Científicos de todo el mundo han estudiado los oscuros motivos que la llevaron a ello.
Venga, que vamos a empezar fuertecito.
Supongo que os acordáis de le buene persone, LBP en adelante porque me canso.
Si no,
aquí,
aquí y
aquí podéis descubrir cómo las gasta.
Ba. Cómo las gasta
ba.
Porque hoy vengo aquí para limpiar su nombre, y eso es así porque, hace unos meses, LBP me llamó para disculparse. Tardó unos meses, eso sí. Y coincidió con que poco antes había descubierto que la Tita del Puerto nos había dejado casi todas sus pertenencias terrenales a mis hermanos y a mí. Bueno, y a Hacienda.
Pero seguro que fue casualidad y no tiene la menor importancia, lo digo solo para situaros cronológicamente.
El caso es que LBP me llamó por teléfono y a mí me dio la gran pereza porque ya no sabía cómo decirle que no teníamos ni idea de cuándo iba a ser el entierro, que no dependía de nosotros, sino de una pandemia mundial, y que si tanto interés tenía en decirle una misa que la pagara ella cuando le diera la real gana, ya que no tuvo la decencia de aparecer en el tanatorio.
-Niñaaa...
La voz como de tener un pie en la tumba que no falte. La Tita del Puerto la llamaba "lloro y pido", que mi madre siempre dice que es un insulto pero yo lo veo más como un resumen.
-Qué.
-Que estoy muy arrepentida y quiero pedirte perdón.
-¿Qué?
-Que quiero pedirte perdón por todo.
-¿Por TODO?
Que tengo una lista muy larga.
Larga en plan: en los años ochenta, cada vez que iba a tu casa tu maride me veía me preguntaba si era tan puta como mi madre y tú te reías y decías que sí. Y eso sólo para empezar.
-Por lo que te dije la última vez que hablamos.
-Mi gozo en un pozo.
-Que tú también tienes derecho a pésame.
Que no se entere Hacienda, que se me queda en derecho a pé.
-Ah, gracias.
-Y que lo siento mucho, y que sólo quiero pedirte perdón. A ti y a tu padre.
Para mí que la obsesión con mi padre se la tiene que hacer mirar, pero como había llamado con buenas intenciones no dije nada.
-Que sólo quiero pedirte perdón y que intercedas ante tu madre para que me perdone y me coja el teléfono.
-Entiendo.
-Que es lo único que pido, hablar con ella y pedirle perdón. Que desde que discutimos tengo un peso muy grande en el alma y lo único que hago es llorar, porque les dos hemos perdido a un familiar cercano y estamos muy afectades por su pérdida, y deberíamos encontrar consuelo le une en le otre.
Debo reconocer que a esas alturas ya me estaba ablandando locamente porque yo soy así: no tengo capacidad de concentración suficiente para odiar durante periodos prolongados. Y LBP parecía realmente afectada por la pérdida. Y es verdad que a veces tengo un pronto muy brusco. Quizá LBP tenía buen fondo, ya que no buenas formas, y yo no supe tener paciencia con elle.
Jaja, elle. Como le reviste.
Quizá, pensé en un momento de debilidad, TODO FUERA CULPA MÍA, QUE TENGO MUY MAL GENIO.
-Todos estábamos muy cansados y quizá dijimos cosas que no debíamos -le dije.
-¡Eso es!
-Hablaré con mi madre.
Vaya si lo hablaré. Le diré que deberíamos hacer un esfuerzo, reconciliarnos, e intentar ser una familia. Que seguro que todo había sido un malentendido. Que a veces, en las familias, las peleas más tontas se enquistan sin necesidad, y que quizá haya llegado el momento de olvidar y perdonar. Eso es. Hablaré con mi madre y le diré...
-Dile que sólo quiero pedirle perdón.
De pronto, la voz de LBP sonaba muy animada.
-Vale.
-Es lo único que pido.
-Ya.
-Bueno, eso y una pasmina.
-¿Perdón?
-Eso, y una pasmina. Dios sabe que la Tita del Puerto tenía como para poner un puesto.
-Pero...
-Yo le regalé una, una vez. Esa la quiero, y una azulita muy mona que tenía, y si ves alguna más que sea así como de mi estilito...
-Es...tilito...
-Collares no te voy a pedir ninguno aunque tenía muchísimos y Dios sabe que me corresponderían unos pocos... bueno, con que me metas unos cuantos con las cosas que me mandéis me conformo.
-¿Collares?
-Y pasminas. Creo que va a ser mejor que lo apuntes. ¿Tienes para apuntar?
-Eh... sí. Espera.
-Y un cuadro de unos pajaritos que le regalé yo y que tenía colgado en su casa.
-¿Seguro? No me suena de nada.
De hecho, LBP ni siquiera ha estado nunca en esa casa, pero bueno.
-Sí, lo tenía según entrabas, en la pared del comedor.
-Bu... bueno, lo buscaré...
-Pero apúntalo, que se te va a olvidar. Y un caminito de mesa, así de color beige, muy mono. ¿Lo estás apuntando?
-Sí, sí.
-Léemelo a ver si lo has apuntado todo.
-Pasminas, collares, un cuadrito, un caminito de mesa...
-Eso es. De lo todo lo que me corresponde, sólo pido eso. Díselo a tu madre.
-Bu... bueno, a mi madre no, tendré que decírselo a mis hermanos.
-¿Qué?
-Mis hermanos. La casa y todo lo que hay dentro es nuestro.
-¿Vuestro? ¿Lo de dentro también?
-Eso es.
-Ah.
-Pero no te preocupes, que yo lo hablo con ellos.
-Vale, vale.
-Y ya nos veremos en el entierro, ¿no?
-¿El entierro de quién?
Pues sí que está afectada por la pérdida.
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Aprovechad, que tienen todos mis libritos.