Cayeron cuatro gotas. Lo que pasa es que se perdieron entre el aguacero.
A ZaraJota™ le da miedo volar.
Por eso cuando íbamos a coger el avión con destino a Londres le ofrecí un ansiolítico.
-Lorz, automedicarse es malo.
-Si yo te doy la pastilla a ti no es automedicarse, como mucho será heteromedicarse.
Ante semejante argumento ZaraJota™ no pudo discutir.
-¿Esto me ayudará a relajarme?
-Sí.
-¿Aunque tenga que estar sentado a tu lado durante dos horas?
-Hombre, no sé, es muy suave, para tanto no sé si dará.
-Trae, trae, que algo hará.
Y se lo tomó.
Cuando llegamos a destino le pregunté qué tal le había ido el vuelo.
-Pues bastante bien. Creo que ya tengo superado el miedo a volar.
-Eso es por la pastilla -le dije.
-No, no. Es porque esta vez he estado más tranquilo y relajado.
-Por la pastilla.
-¡Que no ha sido por la pastilla!
-Vale, vale.
Los apenas dos días en Londres cundieron mucho.
Vimos The book of Mormon, lamimos una Tardis, paseamos por los festejos del Orgullo Gay, recorrimos los lugares típicos, nos hicimos una foto en el andén 9 y 3/4, compramos en Forbidden Planet y comimos como cerdos unas ochenta veces.
Lo normal.
Cuando llegó el momento de volver le pregunté a ZaraJota™ si quería una pastillita.
-No, no -dijo-. Ya no me hace falta. Ayer...
-¡FUE POR LA PASTILLA!
-¡QUE NO!
Entonces empezaron los problemas.
Nuestro vuelo se retrasó.
Mucho.
De hecho, todos los vuelos procedentes o con destino a cualquier parte de España se retrasaron.
Mucho.
Fuimos a informarnos a información y nos encontramos que no había nadie para informarmos, solo un cartel que decía que si la persona encargada de atendernos no estaba allí, sería porque estaba en otro sitio.
Siempre estoy aquí,
nunca estoy allí.
Yo nunca, nunca,
estoy en ningún lugar
excepto aquí...
porque aquí es donde estoy.
Y cuando voy de
aquí a allí,
mi aquí me sigue
por donde voy,
hasta que allí,
se transforma en aquí...
y aquí es donde estoy.
¿Queda claro?
Solo teníamos la información de los paneles, que retrasaban la hora de salida cada vez más hasta que de pronto nos avisaron que teníamos diez minutos para embarcar en la otra punta.
Salimos corriendo solo para encontrar una cola kilométrica. La hora prevista de partida volvió a retrasarse. Conseguimos pasar por el control previo al embarque, solo para que nos dejaran a todos en una habitación, donde pudimos ver que el vuelo volvía a retrasarse, luego conseguimos entrar en el avión, solo para esperar más...
ZaraJota™ estaba lívido.
-¿Quieres una past...?
-¡QUE NO!
Cuando el piloto se decidió a despegar, descubrimos que estábamos encima del ala, donde dios sabrá por qué más ruidos raros se oyen. Y, para mayor desgracia, detrás de ZaraJota™ iba sentada la madre del anticristo.
-¡COÑO, QUE RUIDO HACE ESTO! -gritaba al mínimo sonido- ¡A MÍ NO ME DIGAS QUE ES NORMAL! -decía a su acompañante, que, dicho sea de paso, no había abierto la boca- ¡QUE ESTO ESTÁ ROTOOOOO!
Y se reía porque, al parecer, era una broma.
-Ay... -suspiraba ZaraJota™.
-¿Quieres u...?
-¡NO! Es que me está poniendo nervioso la mujer esta, que debe ser de pueblo...
-Yo también soy de pueblo y no estoy dando gritos -todavía. Ojo, que la noche es joven.
-¡QUE VA A SER NORMAL, EL RUIDO QUE HACEEEEESTOOOOO! ¡YA VERÁS COMO NOS LA PEGUEMOS, YA VERÁS! -seguía la buena mujer mientras íbamos hacia la pista de despegue.
-¿QUE NO? A VER, ¿Y POR QUÉ VA TODO EL MUNDO TAN CALLADO, EH?
Porque llevamos seis horas en el aeropuerto y estamos que nos caemos, señora.
-¡QUE PARECE ESTO UN ENTIERRO Y NO NOS HEMOS ESTRELLADO TODAVÍA!
Y así todo el vuelo, alcanzando momentos de gran brillantez, como cuando le contó a su acompañante el viaje que habían hecho en día anterior... en el que él también había estado.
-¡Y EL CONDUCTOR CON ESE GORRO TAN RARO PORQUE ERA UN JINDIO DE ESOS! ¡VAYA CON EL JINDIO! ¡QUE NOS DICE QUE TIENE QUE PARAR A DESCANSAR...Y EN VEZ DE DESCANSAR VA Y SE TOMA UN ZUMO! ¡UN ZUMO! ¡CUANDO LO VEO APARECER, CON EL ZUMO Y LA PAJITA, JAJAJA!
En uno de los rarísimos momentos en los que la señora se veía obligada a parar de hablar para respirar, le pregunté a ZaraJota™ como estaba.
-Mejor, ya no tengo miedo de que nos estrellemos.
-¿No?
-No: ahora empiezo a anhelarlo.
Yuju.
Fin.