31 mayo 2009

Hasta los mondongos de la autoescuela

Me apunté a la autoescuela en junio del 2008.
Aprobé el teórico en octubre del 2008.
Empecé con las clases prácticas en noviembre de 2008.
Estamos en junio del 2009, llevo casi 50 clases prácticas.
Estoy hasta los mondongos.
En parte, es porque las clases son bastante caras y no está el horno para bollos, pero sobre todo es porque me paso el día corriendo de un lado a otro sin poder hacer nada más que trabajar, ir a la autoescuela, y, ocasionalmente, dormir.
Cuando llevaba más de treinta clases le pregunté al profe que cuándo creía que me podía presentar al examen.
-No sé, Lorz, depende de cómo evoluciones.
-Pero así, a ojo, ¿cuánto crees que me falta?
-Es difícil decirlo. Como lo haces tan mal...
Después de aquello no volví a insistir.
Estaba muy ocupada buscando mi autoestima.
Pero fueron pasando los días... fueron pasando las clases... y empecé a darme cuenta de que:
  • Hace más de un mes que no atropello a nadie.
  • Los otros conductores ya no me gritan cosas feas, porque no se me cala el coche en medio de ninguna rotonda.
  • Soy capaz de cambiar de marcha con una mano, ajustar el aire acondicionado con otra y sacarle la lengua a un taxista sin que el coche se desplace inexplicablemente hacia el bordillo.
  • He dejado de gritar "¡Voy a morir! ¡Voy a morir!", para empezar a gritar "Señora, ¿va a cruzar o no? ¡Que no tengo todo el día, c*ñ*!"
  • El profe, que antes estaba todo el rato en posición fetal y rezando por su vida, aprovecha mi hora de clase para comerse el bocata y hablar por el móvil con su madre.
Pero sigue sin dejar que me presente a examen.
-Ahora te parece que lo haces muy bien, pero en el examen te pondrás nerviosa y suspenderás.
-Bueno, si voy a suspender por ponerme nerviosa da igual si sigo dando clase o no. Lo que tengo que hacer es presentarme las veces que haga falta hasta que deje de ponerme nerviosa, ¿no?
-Em... ¡mira un elefante volando!

Aquel día me convenció con sus sutiles argumentos, pero poco después se me cruzaron los cables del todo.
Cincuenta clases son muchas clases.
Cincuenta clases a 29 euros la clase son... cinco por nueve veintisiete, me llevo doce, doce y dos sesenta... muchos euros.
Por no hablar de que me he enganchado a Amar en tiempos revueltos y por culpa de la autoescuela siempre me pierdo el último cuarto de hora.
Y de que ya estaba harta.
Así que un día salí de casa decidida a presionarle para que me dejara ir a examen.
Lorz, me dije, no importa lo que diga. No importa lo que haga. Quieres ir a examen, y no vas a dejar que de distraiga esta vez.
Con esa mentalidad me subí el el coche, me puse el cinturón, y dije:
-¡Quiero examinarme YA!
-Claro, Lorz. Claaaaaaro. Pero antes, ¿qué te parece si vamos a un tunel de lavado y te dejo quedarte dentro del coche?
-¡BIEEEEEEEEEEEEEEEEEEN!
Mierda, me ha vuelto a engañar.

27 mayo 2009

El microondas es de todos, ¡quema tu parte!

La semana pasada Sark decidió libremente, por propia voluntad y sin que nadie amenazara a su familia, venir a casa y hacernos la cena.
Hizo la compra y todo.
¡Incluso trajo palomitas de microondas.!
-Jo, que pena que no podamos hacerlas -le dije.
-Seguro que incluso tú eres capaz de hacer palomitas.
-No, es imposible. Cada vez que intento hacer palomitas de microondas arden.
-Debería sorprenderme, pero no.
-¡De verdad! ¡ZaraJota™, díselo tú!
-Es verdad, siempre arden. En realidad, casi todo lo que toca acaba ardiendo, explotando o derritiéndose tarde o temprano.
-¿Ves?
-Luego te enseño cómo hay que hacerlas sin causar daños permanentes al mobiliario doméstico -dijo.
Pero no lo hizo.
Al día siguiente entré a la cocina para algo.
Miré a las palomitas.
Ellas me miraron.
Yo las miré.
Ellas me miraron.
Yo las miré.
Ellas me...
Ya está, me atasqué.ZaraJotaaaaaaaaaa™! ¡Quiero palomitaaaaaaaaaaaaa!
-Pues haz palomitas.
-¿Y si arden?
-Si pones cuidado no arden.
Y eso hice.
Saqué el sobre de palomitas con cuidado.
Lo deposité en el microondas con cuidado.
Cerré la puerta con cuidado.
Programé el tiempo con cuidado.
Me fui a la habitación con cuidado.
Abrí un libro con cuidado.
Y me quedé leyendo con mucho, mucho cuidado, durante aproximadamente media hora.






No sé qué pudo salir mal, pero seguro que es culpa de Sark.

21 mayo 2009

El señor de la llave y el guardián de la puerta

Cuando nos mudamos, la propietaria del piso sólo nos dió una llave del buzón.
ZaraJota™ y yo lo estuvimos pensando... bueno, ZaraJota™ lo estuvo pensando, y llegó a la conclusión de que se la quedaba él, porque por aquella época recibía muchos cómics por correo y a mí me daba pereza recogerlos, que pesan un montón.
Además, a mí me sigue llegando toda la correspondencia a casa de mis padres.
El caso es que de pronto ZaraJota™ empezó a llegar a casa a las mil, y a veces teníamos en el buzón cosas que sabíamos que eran importantes (el aviso para ir a recoger el Spike de peluche, por ejemplo), y yo me pasaba la tarde comiéndome las uñitas hasta que ZaraJota™ llegaba con la llave mágica.
Así que le dije que eso no podía seguir así, y que teníamos que encontrar una solución.
-Como te caben las pezuñas por el agujero, sólo tienes que meter una por el hueco del buzón, tirar del pestillo hacia arriba, y empujar la puertecita -propuso ZaraJota™. Jo. Y yo que pensaba que con hacer una copia de la llave era suficiente...
Total, que ayer llegué a casa, me asomé al buzón y vi una carta de Hacienda, y pensé en sacarla lo antes posible para ver si las noticias eran malas o peores.
Metí la zarpilla por el agujero del buzón.
¡Bieeeeeeeen!
Agarré el pestillo.
¡Muy bieeeeen!Tiré hacia arriba.
¡Superbieeeeeeen!
Llegó el portero.
Cagontoooooooooo...
-¿Que haces?-Intento sacar el correo.
Ante todo, naturalidad.
Que no se dé cuenta de que se te ha quedado encajada la mano con el susto.
-Verás, te sería más fácil con una llave.
-Es que no tengo llave.
-Pues así no conseguirás abrirlo. Están hechos para que sólo los pueda abrir la persona que tiene que abrirlos. Generalmente, con una llave.
¡Está insinuando que robo el correo ajeno!
Mierda, Lorz, di algo que deje clara tu inocencia.
-Pues yo los abro todos así.
Ya está: aclarado.

17 mayo 2009

Día internacional de la lavadora 2009

Mi lavadora tiene moho.

Le salió primero abajo,

en el tambor.

Luego en el huequecito

del suavizante.

Y por último en el trozo

del detergente.

Mi lavadora tiene moho.

He tratado de quitarlo

frotando fuerte.

He tratado de quitarlo

con disolvente.

Mi lavadora tiene moho.

Y no se va.

15 mayo 2009

San Isidro

Pues sí, vuelvo a estar de puente.
MUA-JA-JA.
Es lo que tiene trabajar más horas que el maquillador de Sarah Jessica Parker, que o te dan las horas o te las pagan... y no parece que estén muy predispuestos a pagarlas.

Además, tengo puente porque es la fiesta de San Isidro Labrador, patrono de Madrid.
San Isidro Labrador era un señor que vivió hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana.
Bueno, vivía por La Latina, que es como otra galaxia.
San Isidro Labrador no empezó ni labrador ni santo. Al principio era Isidro-sin-el-san, y no era labrador, sino pocero.
Vaya, excavaba pozos.
Según a quién le preguntes, tampoco era de Madrid, sino de Torrelaguna.
O no.
A lo mejor sólo se mudó allí, oyes.

Lo que sí está claro es que en Torrelaguna se casó con una indígena, llamada María Toribio, y que ahora es conocida como Santa María de la Cabeza.
Todavía no sé si ha salido ganando con el cambio de nombre o no.
Los señores Sin-el-san eran una pareja modélica. Le daban dinero a la iglesia, atendían a los pobres, alimentaban a los pajaritos, reciclaban, nunca compraban dvds piratas...
Con el tiempo se volvieron a Madrid, que por entonces no se llamaba así tampoco.
Esto es como internet, todo el mundo tiene un nick.
Por entonces Madrid se llamada Matrice para los cristianos y Mayrit para los musulmanes; el nombre venía del latín Matrix.
Sí, vivimos en Matrix.
Los romanos le pusieron ese nombre porque el subsuelo de Mad... perdón, Matrix, es hueco y está lleno de agua, mira tú por donde.
En Mad... Matr... May... en el pueblo este pegabas una patada a una piedra y salía agua*, por lo que el oficio de pocero no tenía mucho futuro, así que empezó a trabajar como labrador para la familia Vargas.
Jijiji, Vargas. Se parece a v*rg*s.
El chaval no lo hacía mal, pero los otros labradores eran unos envidiosos de caca y le fueron a los Vargas con el cuento de que Isidro se pasaba el día rezando en vez de trabajar. Así que Juan de Vargas, que se había visto todos los capítulos de CSI, se escondió entre unos arbustos para ver si era verdad o no.
Y era verdad.
No daba ni golpe, el tío.
Y encima, ¡había engañado a unos ángeles para que trabajaran por él!
¡Plagiando Tom Sawyer con todo el morro!
Pero lo peor de todo es que a Juan de Vargas le pareció estupendo. Ya me lo imagino:
-Pues nada, chaval, tú sigue rezando. Y vosotros dos, a ver si podéis arar con más brío, que no os veo sudar.
En otra ocasión, Juan de Vargas fue a visitar sus tierras y le entró sed.
Es que estar todo el día de arbusto en arbusto es lo que tiene.
Le pidió agua al futuro-San-Isidro (en adelante FSI), pero FSI no tenía. Juan de Vargas se cabreó mucho porque tenía mucha sed, así que FSI clavó la azada en la tierra y empezó a salir agua.
A Juan de Vargas le pareció que aquello era un milagro.
O sea, que le parece normal esclavizar ángeles, pero que un ex-pocero consiga encontrar un manantial a cien metros del río en una ciudad conocida por la abundancia de aguas subterráneas... eso sí que es un milagro, oyes.
Además FSI hizo otros milagros, como multiplicar comida, o salvar a su hijo cuando se cayó a un pozo (concretamente el pozo que hay en el museo).
FSI murió a los 90 años (otro milagro, dadas las circunstancias), y fue enterrado en el cementerio de la parroquia de San Andrés, que estaba, así a ojo, en la plaza que hay delante de San Andrés.
A ver quién tiene güevos para irse allí de tapas esta tarde.
Unos años más tarde hubo una riada que puso al descubierto el cuerpo incorrupto... probablemente junto a unos cuantos cuerpos-no-tan-incorruptos.
Entre el cuerpo incorrupto y las aguas milagrosas se consiguen unas cuantas curaciones: Isabel la Católica, Carlos I, y Felipe III, que son las que impulsan que se declare santo.
Sin embargo, los mayores logros de san Isidro son:

- Uno de los cuadros más amables de Goya, y uno de los menos.

- Que no hayan echado abajo la Ermita de San Isidro para hacer un centro comercial.

- Que a la gente le gusten las gallinejas y los entresijos, con lo mal que huelen.

- ¡¡¡EL PEASO PUENTE QUE NOS VAMOS A METER!!!


*O se te inunda la línea 5 de metro. O el tunel de Santa María de la Cabeza. O el soterramiento de la M-30. La cosa es inundarse.

12 mayo 2009

Chufla, chufla

Mi abuelo era un peligro al volante.
Se saltaba las señales.
Se metía en dirección prohibida.
Iba siempre por mitad de la carretera, con la línea de separación entre las ruedas.
En una ocasión memorable, con el coche lleno de nietos, dio marcha atrás en la m-30.
Si alguien le decía algo, o le paraba la policía, salía con aquello de "antes de que usted naciera yo ya era guardia civil" *.
Y aunque mi abuela siempre le ha acusado de correr mucho, iba despaaaaaaaacio, despaaaaaaaaacio... y si le pitaban decía "chufla, chufla, que no pienso correr más".
Mi tía dice que cuando el abuelo cogía el coche, San Cristobal hacía horas extra.

Mi padre es un peligro al volante, pero de otra manera.
Es capaz de cambiar de marcha, sacarle el dedo al conductor de la izquierda, hacerle un corte de mangas al de la derecha y gritarle improperios al de delante, todo al mismo tiempo.
Mi madre dice que es un milagro que nadie le haya pegado todavía.

Yo soy una señorita dulce y delicada*.
El profesor de la autoescuela me pega con un periódico enrollado* si le pito a alguien o intento hacer pirulas, así que tampoco tengo oportunidad de ser de otra manera, pero el otro día se me cruzó un taxista, me asusté, me hice un lío con los pedales y se me caló el coche que, por cierto, no se calaría nunca si estuviera bien diseñado.
Los conductores de los coches que estaban detrás empezaron a pitar, y la verdad es que no entiendo por qué, si el semáforo se había puesto en rojo por quinta vez desde que me había calado, y de todas maneras no iban a poder seguir avanzando.
Total, que estaba distraída intentando localizar los pedales, coordinar los pies, coordinar las manos y esquivar los periodicazos, con aquel escándalo detrás mía, y antes de que me diera cuenta se me escapó...
"chufla, chufla, que no pienso correr más".

Odio la genética.


*Siempre funcionaba, oyes. Creo que es porque lo decía a voz en grito, mientras mi abuela miraba al pobre infeliz como si le compadeciera por el consejo de guerra que le iba a caer por meterse con mi abuelo.
*¡JA!
*Y encima es un periódico gratuito de esos. Si me pegara con el New York Times me lo tomaría de otra manera.

07 mayo 2009

La lista de la compra

Ayer ZaraJota™ me avisó de que había salido un libro nuevo de Tolkien.
-Ah, que bien -le dije-. No sabía que siguiera escribiendo.
-Lorz, murió en 1973.
-¿Y sigue escribiendo?
-No. Claro que no. Su hijo se ha "encontrado" el manuscrito.
-¡Que bien!
-¿No te parece un poco sospechoso? Este hombre murió en 1973, y cada dos o tres años su hijo se "encuentra" un manuscrito...
-No te entiendo.
-Piénsalo.
Lo pensé. Lo pensé toda la tarde. Lo pensé toda la noche. Lo he pensado hoy todo el día...
Seguro que esto altera el orden natural del universo...
Al final he elaborado varias teorías:

1- En casa Tolkien (padre) no han limpiado desde 1973. De vez en cuando se cae un mueble al suelo y descubren que dentro había un manuscrito.

2 -Tolkien (padre) confundió los manuscritos con huevos de pascua, los escondió, y como no hizo un mapa no fue capaz de recuperarlos todos.

3 - Tolkien (hijo) siempre ha tenido en sus manos todos los manuscritos, pero sabía que si los sacaba todos a la vez sus seguidores explotarían de felicidad y no quería esas muertes sobre su conciencia.

4 -En realidad no es un poema, es la lista de la compra.

Y mi favorita:

5 - ¡¡¡Tolkien (padre) es un robot procedente del futuro que ha tenido que volver a su planeta natal, pero sigue escribiendo y envía sus obras por sms para que se publiquen!!!

04 mayo 2009

DNI-E

Esta semana se me caducaba el dni, y menos mal, porque tenía la foto más horrorosa que se ha tomado jamás en el universo, y tenía unas ganas locas de cambiarla.
Como soy una ciudadana responsable, y además me he enterado de que si vas antes de que caduque no te cobran nada, pedí cita con mucha antelación.
El día de antes fui a hacerme fotos.
-¿Cuántas quieres? -me preguntó la señorita fotógrafa.
-Cuatro.
-Cuatro fotos son diez euros. Si quieres ocho fotos son cinco euros.
-¿Por qué? ¿Tardan más?
-No, es exactamente igual.-¿Entonces?
-Es que con las de cuatro te regalamos una taza con tu foto.
¿Regalamos?
-Creo que me llevaré ocho.
No sé que voy a hacer con tanta foto, pero ya se me ocurrirá algo, como por ejemplo pegarlas con celo a la pantalla del móvil para que parezca que tiene cámara.
El día-d (de dni) me fui a la comisaría con mi foto.
Renovarse el dni en el siglo XXI mola varios puñaos.
Antes te pringaban el dedo en tinta y te lo espachurraban contra una cartulina.
Ahora tienen una especie de lector de infrarrojos.
-Apoya el dedo índice de la mano derecha y gíralo.-¿Así?
-Sí, ya está.
-¡¡¡JA!!! ¡¡¡TE HE ENGAÑADO!!! ¡Soy zurdísima! ¡Jamás dejaré una huella con la mano derecha! ¡Jamás! ¡Puedo dedicarme al crimen impunemente y nunca conseguiréis encontrarme!
-Ahora el dedo índice de la mano izquierda.-Jo.
Pero el dedo índice de la mano izquierda no dejaba señal al ponerlo en el lector.
Que depresión.
Te pasas toda la vida pensando que dejas huella y luego resulta que no queda nada...
-No te preocupes -me dijo la funcionaria-. Pasate el dedo por las partes del cuerpo con grasa.-¿Por TODAS? ¡Tardaré horas en acabar!
-No por todas, por alguna.-¿...?
-Es para que el dedo coja grasilla y deje huella. Prueba con alguna parte sudada.
-¿Como el sobaco?
-Lo que quieras.
No sé por qué, pero la idea de empezar a frotarme el sobaco delante de todo el mundo me daba un poco de repelús.
-No te preocupes -añadió la señora-. Tengo un pañuelo para limpiar el escáner después.A la m**rd* el escáner. Lo que me preocupa es que la gente de la cola empiece a tirarme cacahuetes.