Estoy demasiado gorda para seguir escribiendo.
Bueno, vale, no: si estar gordo fuera un impedimento para escribir, blogger se habría hundido la primera semana, los foros no existirían, y Juego de Tronos jamás se habría publicado.
Lo que pasa es que mi embarazo se aproxima a su fin y cada vez me cuesta más a) sentarme delante del ordenador y b) concentrarme en lo que escribo. Hace días que pienso que debería darme a mí misma la baja por maternidad, y no me decidía... hasta el incidente de hoy.
Hoy he ido al médico de cabecera para ver si ya me había librado de la infección de orina. He salido de casa feliz como una perdiz, y cuando estaba de camino he empezado a tener contracciones, no de esas que no duelen (¡JA!) sino de las de verdad.
Y sí que duelen, sí.
He llegado al médico agarrándome la tripa porque tenía la impresión de que Bebé-chan se me iba a caer en cualquier momento, y he tenido tan mala suerte que me ha vuelto a dar otra contracción justo cuando me sentaba en la consulta.
-¿Qué te pasa? -me ha preguntado el médico.
-Tengo contracciones.
-¿Y te vienes AQUÍ?
-No, he venido porque tenía cita para otra cosa.
-¿Y vienes CON CONTRACCIONES?
-No, venía sin contracciones, me han dado de camino...
-...
-Que no lo he hecho aposta, jooo...
-Ya me imagino, mujer. Creo que deberías irte al hospital.
-No hace falta. Seguro que no es nada.
-Por tu cara no parece que no sea nada.
-Seguro que se me pasa.
-Aún así, es mejor que vayas al hospital ahora mismo. Así nos quedamos tranquilos.
-Que no...
El médico se ofreció a llamar a una ambulancia, a mi familia, a un taxi... Al final llegamos a un acuerdo: irme a casa, esperar media hora, y si las contracciones continuaban plantarme en urgencias.
Salí del médico y llamé a ZaraJota™.
-Que dice el médico que me vaya a urgencias.
-¿Y eso?
-Porque a lo mejor estoy de parto.
-¿Y ESO?
-Porque he tenido un par de contraccioncillas de nada.
-¿Le has explicado que son de esas de Braxton Higgs y que no pasa nada?
-No creo que sean de esas, duelen un po... ¡H*ST** P*T*! ¡M**RD* C*Ñ* J*D*R! ¡Otra!
-Vete al hospital AHORA.
-¿Llamo a mi padre para que me lleve?
-¡AHORA! ¡He dicho AHORA!
-Vale, pero tú te quedas en el trabajo hasta que el médico nos diga si estoy de parto o no.
-¡Si hombre!
-Imagina el cachondeo de tus compañeras mañana si resulta que es una falsa alarma.
-Yo me quedo en el trabajo y ya me llamas si eso.
Estaba ya en el taxi cuando me dio otra contracción.
-¿Te encuentras mal? -preguntó el taxista-. Tienes mala cara.
-No es nada, una contraccioncilla diminuta.
-Esas cosas pasan, mujer, ¿de cuánto estás?
-De YA.
De pronto al taxista empezó a acelerar como si le fuera la vida en ello. Se ve que llegaba tarde a alguna parte, el hombre. Pues si tenía que irse que no me hubiera cogido, ¿no? Es que a los taxistas no hay quien los entienda.
Llegué a la clínica en un tiempo récord y me fui a recepción.
-Hola, ¿me puede ver un obstetra de urgencias, por favor?
-¿Qué te pasa?
-Mi médico de cabecera cree que puedo estar de parto.
-¿Y tú que sientes?
-Ahora mismo, mucha vergüenza.
-¿Has roto aguas?
-No.
-¿Has tenido contracciones?
-Un par.
-¿Y por qué crees que estás de parto?
-Yo no creo que... da igual, ¿podría verme el obstetra?
La recepcionista cogió el teléfono y llamó a la obstetra.
-Oye, que tengo aquí una gordi que no sabe si está de parto.
-Dicho así suena muy ridículo, ¿sabe?
-No te preocupes, si nunca has estado de parto no tienes por qué saber cómo es. Anda, pasa a consulta.
Y pasé a consulta.
-¿Qué te pasa? -preguntó el obstetra.
-Nada, el médico de cabecera me ha dicho que venga porque he tenido una infección de orina y hoy he tenido algunas contracciones y dice que es mejor que me revisen.
El obstetra me miró por todas partes.
Bueno, mentira. Los obstetras sólo te miran por una parte. Es que sólo piensan en una cosa, los muy pervertidillos.
-No estás de parto -me dijo después-. Todo está bien: la placenta bien, el bebé bien, el cuello de tu útero bien...
-¿No voy a ponerme de parto antes de tiempo?
-Por supuesto que no.
-Me quedo más tranquila.
-Muy bien, pues entonces nos vemos la semana que viene.
-Vale.
-Si es que llegas.
Bien, borra la parte de que me quedo más tranquila.
Hasta aquí hemos llegado. Volveré en cuanto Bebé-chan me lo permita; espero seguir por twitter al menos hasta que la matrona arranque el móvil de mis temblorosas manos de parturienta. Las actualizaciones de twitter se pueden ver aunque no tengáis cuenta propia, como ha descubierto mi familia recientemente.
M**rd* de listillos...
Y ya que estamos os animo a todos a participar en la porra con la fecha del feliz evento. Entre los acertantes sortearemos un sugus de piña que en cualquier caso me pienso comer yo, que si no nos van a salir más caros los sellos que el sugus, hombreyá.
31/08/2012
¡Gracias a todos por los los twits, los comentarios y por participar en la porra!De momento Bebé-chan no quiere salir.
Cada vez que voy al médico pasa lo mismo:
-A la semana que viene no llegas -me dice el médico.
Bebé-chan se lo toma como un reto.
-¿Que no llego? ¿Que no llego? ¡Y una m**rd* que no llego!
Y llega.
La tripa ha dejado de crecer hacia adelante y se está desplazando hacia abajo. Vista desde arriba, que es como yo la veo, cada vez hay menos, es como si me despreñara.Desgraciadamente mis tetas, que estaban sujetas por la bola como si de un wonderbra se tratara, han empezado a bajar a la par.
P*t*`s traidoras...
También ha bajado el peso de Bebé-chan. Ahora es como si tuviera un meloncillo atascado entre las piernas. Ando como un vaquero y hago pis como una vaca. Al menos en cantidad. De la frecuencia prefiero no hablar, porque me dan ganas de ir otra vez.
Eh... vuelvo en un segundo.
En fin, como dice mi madre, "todo son ventajas".
Al menos hace fresquito y ya no sudo como Jabba el Hut en una sauna.
Seguiremos informando.
11/09/2012
¡¡¡Inesperado giro de los acontecimientos!!!
Mi móvil ha muerto.
El nuevo tardará una semana (pero... pero... ¿lo traen en camello o qué?) y mientras tanto tengo que usar uno que... no puedo... no puedo... venga, Lorz, tienes que ser fuerte... tengo que usar un móvil viejo que no tiene internet.
Ya está, ya lo he dicho.
Y ni siquiera puedo usarlo mucho porque... eh... no encuentro el cargador. Voy a salir a la caza de uno en cuando amanezca, aunque no creo que llegue muy lejos porque ahora mismo las contracciones son cada media hora o así y cuando me muevo se aceleran un montón.
Para darle más emoción al asunto, supongo.
En fin, que no tengo guasap, sólo puedo acceder a twitter desde el ordenador, no creo que me dejen meter el ordenador en el paritorio (si llega a darse el caso). Los médicos de hoy en día tienen unas manías rarísimas. Además, aunque me dejaran meterlo, ¡son capaces de no tener wi-fi!
¿Os imagináis?
No sé como la raza humana ha sobrevivido tanto tiempo, con las mujeres pariendo en estas condiciones...
Resumiento: si alguien quiere contactar conmigo, mejor que contacte con Zarajota, que le a a salir más a cuenta.
17/09/2012 Bebé-chan no quiere salir.
Todos los días me hace un simulacro: durante dos o tres horas, empiezan las contracciones, primero cada diez minutos, luego cada cinco, cada tres... y cuando estoy a punto de coger la maleta y salir corriendo al hospital... ¡plaf! Se paran de golpe.
Creo que me está vacilando. A veces incluso me da la impresión de que la oigo reírse,
-Jijiji...
El médico dice que eso es bueno, que significa que mi útero está "entrenando". A este paso cuando llegue le momento tendré un útero superguerrero y la niña va a salir disparada como de un cañón de feria.
El viernes pasado batimos un récord: desde las ocho de la tarde hasta las dos de la mañana sin parar. Parecía que era la definitiva. Me fui al hospital llena de entusiasmo y nada más cruzar la puerta... nada.
La matrona que me atendió en urgencias me dijo que era una falsa alarma.
-No puedes venir a la primera contracción que tengas.
-¡Si llevo seis horas!
-Porque aumentan al andar. Lo que tenías que haber hecho es meterte en la cama.
-Son las dos de la mañana. ¿Dónde cree que estaba?
Por la cara de la matrona, corriendo la San Silvestre Vallecana con el único fin de fastidiarle la noche, parece ser.
Cuando me mandaron a casa, ligeramente humillada, pude oír la risa de Bebé-chan claramente:
-¡¡¡MUA-JA-JA!!!
La he castigado una semana sin tele, pero como los bebés sólo ven los objetos a menos de 25 centímetros, no perciben los colores, y de todas maneras la programación es un asco, creo que le da bastante igual.
En fin, quedan entre dos y cuatro días para salir de cuentas, según el médico al que le preguntes.
Seguimos esperando...