28 septiembre 2016

Las vacaciones del horror, 5

Previously in Lorz...
This girl is on fireeeeee! 


No estoy segura de estar contando las cosas en el orden correcto...
El caso es que volvimos a Madrid. Todavía me quedaba una semana de vacaciones y decidí que las iba a disfrutar a tope.
Así que me levanté temprano, hice la comida, cogí a los niños y me fui a hacienda.
Más o menos. Cuando llegué a la calle pensé que no sabía si había cerrado la puerta, que no me acordaba, creía que sí, pero no estaba segura al 100%, ¿y si no la había cerrado?
Volví a subir con los dos niños y todo, pero no pasa nada porque lo hago todos los días.
Estoy mal de la cabeza, ya lo sé.
Cuando llegué a la calle por segunda vez pensé que no sabía si después de hacer la comida había apagado el fuego, que no me acordaba, creía que sí pero no estaba segura al 100%, ¿y si no lo había apagado?
Pero esta vez fui firme.
Lorz, me dije, no puedes ser tan insegura. Que pareces g*l*p*ll*s, subiendo y bajando tres veces para cada salida. Seguro que has apagado el fuego, igual que habías cerrado la puerta y creías que no... Un momento, he comprobado que había cerrado la puerta la primera vez, pero ¿y  si cuando la he abierto para comprobar que estaba cerrada me la he dejado abierta? Quizá debería subir y...
¡LORZ! Retiro lo que de que pareces g*l*p*ll*s. ERES g*l*p*ll*s.
Ni se te ocurra volver a subir.
Y deja de hablar sola, que la gente te está mirando.
Está bien, haré lo que me dice la voz de mi cabeza para demostrarle a los vecinos que no estoy loca...
Me fui a hacienda.
-Hola, es que soy trabajadora por cuenta ajena a tiempo completo, y me ha salido un trabajo extra, y lo quiero todo superlegal, y que cómo lo hago.
-Me parece muy bien, señora, pero yo soy el bedel.
Uy, mierda.
Me fui a la ventanilla.
-Hola, es que soy trabajadora por cuenta ajena a tiempo completo, y me ha salido un trabajo extra, y lo quiero todo superlegal, y que cómo lo hago.
-Tienes que darte de alta como autónoma. 
-¡Pero va a a ser un trabajo superpuntual, y voy a cobrar poquísimo! ¡Probablemente incluso menos que lo que vaya a pagar de autónomos!
-Ya, no te merece la pena. Lo mejor es que no lo hagas.
-Eh... pero... es que yo he leído que si es puntual y vas a cobrar menos que con el salario mínimo interprofesional y además ya estás cotizando todo lo que tienes que cotizar a la seguridad social, pues que no tengo que darme de alta como autónomo.
El funcionario puso los ojos en blanco.
-No sabes lo harto que estoy de forocoches.
-Eh... no lo he leído en forocoches.
Vaya, ni siquiera tengo cuenta en forocoches. No está demostrado, al menos.
-Mira, si vas a cobrar poco lo mejor es que no lo hagas porque no te va a compensar.
Ahí, animando al emprendedor.
Me fui bastante disgustada, porque jo, si los propios funcionarios tienen esta actitud, no me extraña que la gente trabaje en negro. Y como mucha gente curra en negro, el resto tenemos que compensar pagando más impuestos, y hay gente que no puede pagar tanto y curra en negro, y se va haciendo una bola gorda, gorda, gordaaaaa...
Iba pensando en esto cuando me metí en el ascensor con los niños colgados y me llegó un olor a chamusquina.
Ay.
AY.
Pensé mientras el ascensor subía lentamente los cuatro pisos.
El descansillo del cuarto estaba lleno de humo.
SÚPER AY.
Y cuando abrí la puerta de casa había MÁS humo.
Y cuando miré la olla...
cuando miré la olla...


lo que yo decía, trabajando en negro.






Pd: Milagrosamente, lo único que resultó dañado fue la olla, que acabó en la basura. Tuvimos que comer, cenar y dormir fuera de casa. Ha pasado más de un mes y la cocina sigue oliendo a quemado.



Continuará...

20 septiembre 2016

Las vacaciones del horror, 4

Previously in Lorz...
La mancha de mora con mora se quita. 

Resumiendo mucho, fuimos de Madrid a Salou en transporte público con dos niños (uno de ellos permanentemente enganchado al pecho), un carrito de bebé, una maleta, una mochila y un bolso.
Resumiendo nada, fuimos de Madrid a Sants en ave; de Sants a Paral-lel, de Paral-lel a la Trinidad y de la Trinidad a Sants en metro; de Sants a la estación de trenes de Tarragona en cercanías; de la estación de trenes de Tarragona a la estación de autobuses de Tarragona andando; y de la estación de autobuses de Tarragona a Salou en autobús con dos niños (uno de ellos permanentemente enganchado al pecho), un carrito de bebé, una maleta, una mochila y un bolso.
Tardamos tres días.
Cuando por fin llegamos al camping y vi las tres piscinas suspiré muy hondo muy hondo muy hondo y me relajé.
Quizá me pasé relajándome, porque acto seguido me vino el periodo.
-¡Me c*g*nt* lo que se menea! Pues yo no me quedo sin piscina, con lo que nos ha costado llegar hasta aquí.
Y me puse un tampón.
Y los tampones me dan alergia.
Y puede que con la hinchazón se quedara atascado, y puede que me costara sacarlo y puede que me hiciera todavía más daño en el proceso.
No voy a entrar en detalles. Además, Alicia Keys lo cuenta mejor que yo.

Total.
Cuando volvimos al bungalow me hice una bolita (de fuego) en la cama mientras ZaraJota preparaba a los niños para dormir. Entonces apareció Nena-chan.
-Mamá, papá ha rompido el sofá.
-No lo ha rompi... roto. Lo ha abierto.
-¿Para romperlo?
-No, no. Es así.
-¿Y por qué tenemos un sofá rompido?
-Es un sofá cama. Se abre para dormir. Verás que bien vas a dormir esta noche ahí.
-¡Yo no quiero dormir en un sofá rompidooooo!
-¡Si es muy chulo! Ven, vamos a llamar a la abuela.
A ver si me dice qué puedo hacer con mi angustia interior.
-¿Para disirle que papá ha rompido el sofá?
O no.
Al día siguiente me encontraba muy mal.
Fui incapaz de ponerme otro tampón. Ahora que lo pienso, quizá fue mala idea intentarlo.
Acompañé a ZaraJota y a los niños a la piscina con la idea de quedarme en una tumbona hecha una bolita (de fuego). Pero de camino me empecé a marear y empecé a sentir una necesidad imperiosa.
Volvimos al bungalow corriendo.
Bueno, corriendo, lo que se dice corriendo... Yo volví a gatas, mientras ZaraJota se arrastraba con los dos niños y todos los arreos de la piscina.
Llegué a tiempo al baño (¡bieeeeen!).
-Quédate en la cama -me dijo ZaraJota cuando salí-, yo me llevo a los niños a la piscina para que descanses.
Y se fue.
Acababa de salir cuando vi su móvil encima de la mesa y pensé que era mejor que se lo llevara, por si me ponía peor y tenía que llamarle.
Cogí el móvil y grité "¡ZaraJotaaaa!". Y poté en el sofá.
Bueno, no fue exactamente así. El bungalow era muy pequeño. Poté sobre las paredes, el suelo, la cocina, la mesa Y el sofá. Pero así mayormente, en el sofá.
Ay.
Limpiar aquello fue una odisea, sobre todo porque yo seguía... interesante.
Tardé casi toda la mañana, pero al final lo conseguí; todo limpio y seco, menos el sofá: tuve que desmontarlo entero para limpiarlo, y dejé las piezas desperdigadas para que de secaran.
Acababa de meterme por fin en la cama para hacerme una bolita (de fuego) cuando oí de nuevo la vocecita de Nena-chan, muy cerca de mi oreja.
-Mamá, ¿por qué has rompido el sofá?


Continuará...

14 septiembre 2016

Las vacaciones del horror, 3

Previously in Lorz...
Con un seis y un cuatro.


Los resultados de las pruebas de Bebé-kun iban a tardar un par de semanas, y pensamos que en vez de esperar en Madrid como unos tontos pálidos podíamos esperar en la playa como unos tontos morenos. 
Queríamos ir a un camping en El Puerto de Santa María, así que como es lógico acabamos en Salou. Y de paso, hicimos una paradita en Barcelona, en casa suegra. 
Estábamos una tarde allí viendo una de esas joyas para cinéfilos de las que ponen en antena 3 después del telediario cuando se nos ocurrió subir al castillo de Torre Baró, así, un sábado de agosto a las cuatro de la tarde, lo normal. ←Primera señal del Apocalipsis. 
-En autobús no se tarda nada -me aseguró ZaraJota.
Preparamos a los niños (niño, niña, carrito, bolso, merienda...) y salimos, pero cuando llegamos a la parada del autobús descubrimos que acaba de pasar y que el siguiente tardaría más de media hora. 
Mucho criticar las frecuencias de Madrid, pero en Barcelona también tienen tela, ¿eh?
ZaraJota miró el horario de autobuses, miró el termómetro, nos miró a los niños y a mí, torrándonos, y dijo:
-Pues la verdad es que andando tampoco es tanto... según google maps es poco más de un kilómetro.
-Bueno, pues vamos andando. ←Segunda señal del Apocalipsis.
Lo que a ZaraJota y a google maps se les olvidó mencionar es que es poco más de un kilómetro CUESTA ARRIBA.
De hecho, el trayecto es tan cuesta arriba que en algunos tramos hay escaleras mecánicas.
QUE ESTABAN PARADAS.
-Es que a los niños les gusta jugar a darle al botón de freno -nos explicó una vecina, mientras yo me replanteaba mi postura sobre el maltrato infantil. Mucho.
Subíamos casi a gatas, y en cada esquina preguntábamos a los lugareños.
-¿Por aquí vamos bien para el castillo de Torre Baró?
-Pero... ¿vais andando?
-Sí.
-Pues no vais bien, no. De la cabeza por lo menos no vais bien en absoluto.
A mitad de camino Nena-chan dijo que no podía más.
-No pasa nada -le dije-, tú te subes en el carrito y mamá lleva al hermanito en la mochila. ←Tercera señal del Apocalipsis.
A partir de ese punto ZaraJota tuvo que empujar el carrito con el peso añadido de Nena-chan, mientras que yo tuve que cargar con el peso añadido de Bebé-kun que además ya que tenía mis tetas a mano me bajó la camiseta y se enchufó a la barra libre allí mismo.
Cinco de la tarde. Agosto. Barcelona. Subiendo una cuesta. Con un niño colgado. Dando tenta.
-Tengo mucha sed... -le dije a ZaraJota-, y no he traído agua para mí.
-No pasa nada -me contestó-, al lado del castillo hay un bar.
Por supuesto, cuando llegamos arriba el bar estaba cerrado. ←Cuarta señal del Apocalipsis.
-¿Cómo iba yo a saber que estaba cerrado? -protestó ZaraJota, intuyendo mi ansia asesina por como le miraba. Bueno, por eso y porque me había puesto a afilar un palo.
-Tienes razón. ¿Cómo ibas a saberlo? Ojalá el ser humano hubiera inventado algún aparatito mágico de bolsillo en el que se pudiera consultar todo tipo de información...
-¡Que no es culpa mía que google maps no sepa lo que es una cuestaaaa!
Lo que nos salvó de la destrucción mutua asegurada fue que empezó a llover. ←Quinta señal del Apocalipsis.
Por supuesto no llevábamos paraguas, pero eso era lo de menos: con la lluvia empezó a oler a tierra mojada, primero, y a moras, después.
-Por aquí hay moras... -dije, olisqueando.
Cuando era pequeña mis padres nos facturaban un mes enterito a Blanes con mis abuelos, y justo detrás de su casa había muchísimas zarzamoras que para finales de agosto se ponían a reventar de moras.
Jo, me encantan las moras.
Pensé que a nena-chan le haría tanta ilusión como a mí, así que todavía con el niño colgado y la teta al viento salí disparada hacia la primera zarzamora que vi, y con gran riesgo de mi vida (y la de bebé-kun) conseguí coger una triste mora, más dura que una piedra.
-Mira, nena-chan, una mora.
-¿Como la de Peppa Pig?
-Eh... sí. ¿Quieres comértela?
-No, no se puede comer. Las moras son para hacer pasteles.
-... ¿perdona?
-Peppa no se come las moras. Las coge y las lleva a Granny Pig, y Granny Pig hace un pastel. ¿Le llevamos la mora a mi abuela para que haga un pastel?
Dudé un momento. Por una parte, la idea de ver a la abuela intentando hacer un pastel con una simple mora tenía su gracia. Por otra, no me apetecía hacer todo el camino de vuelta con la mora, cada vez más chuchurría, en la mano.
-No, ¿vale? Si tú no la quieres se la come mamá.
Y me metí la mora en la boca.
-¿No deberías lavarla antes? -terció ZaraJota, que como es de ciudad es un poco tiquismiquis.
-Hombre, es una triste mora. No es como si me fuera a dar cagalera ni nada de eso, ¿verdad? ←El Apocalipsis ha llegado. 


continuará...

06 septiembre 2016

Las vacaciones del horror, 2

Previously in Lorz...
Bebé-kun es un intolerante.


-Lo primero que tenemos que hacer -dijo el pediatra suplente- es averiguar si el niño es celíaco. Te voy a dar un volante para que le hagan análisis de orina y sangre.
-¿Y no sería más fácil si le preguntáramos directamente?
-Tiene once meses.
-"No soy celíaco". ¿Ves? Dice que no es celíaco.
-El niño no ha dicho nada. Has sido tú poniendo vocecitas.
Jo. Siempre me pillan. No sé cómo lo hacen, deben tener telepatía o algo.
-¡Pero soy su representante legal y puedo hablar en su nombre!
-A ver, ¿sabes cómo se recoge la orina de un bebé?
-Pues si tienes suerte, con un pañal. Si no, con la fregona.
-Eh... no.
-Pues entonces llevo cuatro años haciéndolo mal.
-Mira, te voy a dar una bolsita -dijo el pediatra, y me dio esto:

 -Uy, qué bonita.
-Tienes que lavarte muy bien las manos, sacarla de ahí con mucho cuidado e introducir los genitales del niño por el agujero con más cuidado aún...
-¿Este agujero?


-Sí, Lorz, ese agujero...
-¿Y esto amarillo qué es?
-Es una pegatina. 
-Parece un marco. Como para un retrato o así.
-Pues es una pegatina. Cuando hayas metido los genitales del niño por el agujero CON MUCHO CUIDADO LORZ QUE TE ESTÁS VENTILANDO EL PRESUPUESTO DE URGENCIAS TÚ SOLA, le pegas esa pegatina a la piel para que el pipí no se salga.
-Ajá. 
-Lorz, ¿me estás prestando atención?
-Claro, claro...


Continuará...