El ginecólogo pretende meterse entre mis piernas así, de pronto, sin sacarme a cenar ni comprarme flores ni nada.
Después de un rápido examen el ginecólogo llegó a la misma conclusión a la que ya había llegado sin examinarme, por lo que me podía haber ahorrado el número.
-Es una ligera irritación que a veces aparece como efecto secundario de la píldora anticonceptiva. Deja de tomarla unos días hasta que desaparezca el sangrado.
-Pero, si dejo de tomarla, ¿no tendré la menstruación?
-Sí.
-Entonces, ¿cómo sabré si he dejado de sangrar o no?
-Eh... ¡lo hizo un mago!
-Ah. Vale.
-Y deberías plantearte tomar precauciones.
-Ya lo hago: siempre miro a izquierda y derecha antes de cruzar.
-Me refiero a durante el coito.
-...
-Cuando tengas relaciones.
-...
-¿Puedes decirle a tu marido que entre un momento?
-Como usted quiera, pero creo que pierde el tiempo: sospecho que no tiene vagina.
El resultado de aquella conversación es que tuve que dejar de tomar la píldora anticonceptiva.
Jo.
Me gustaba tomarla: es rosa.
Al día siguiente en el trabajo me preguntaron por mi visita al médico y les conté que había dejado de estar químicamente castrada.
-Pues dicen que un efecto secundario de dejar de tomar la píldora es que te pones caliente como una perra -me dijeron.
Esta es la cuestión: resumiendo y simplificando mucho, la píldora anticonceptiva impide que te quedes embarazada engañando a tu cuerpo para que piense que ya lo estás. Por eso la mayoría de los efectos secundarios de la píldora se parecen sospechosamente a los del embarazo.
El engaño se consigue a través de hormonas, cuidadosamente medidas y reguladas. Al interrumpir el tratamiento de pronto, el cuerpo se da cuenta de que no está embarazado, y tiene que reajustar el nivel de hormonas. Y hasta que lo consigue, el cuerpo está en una especie de montaña rusa emocional.
Durante unos días, ZaraJota™ estuvo conviviendo con esto:
Después empezamos con el bajón emocional:
-¡No puedo salir a la calle!-le decía.
-¿Por qué?
-¡Estoy muy GORDA!
-Sí, ya lo sé, no cambies de tema, ¿por qué dices que no puedes salir a la calle?
-¡Tú también piensas que estoy gorda!
-Mujer, no es cuestión de pensar, es cuestión de tener ojos.
-!YA NO ME QUIEREEEEEEEES!
Y más tarde mi estado mental empezó a caer en barrena.
-¿Qué haces?-le preguntaba a ZaraJota™.
-Contesto a un twit de Lironcillo.
-Últimamente hablas mucho con ella, ¿no?
-Es la primera vez que le contesto algo.
-¿Qué pasa, las estás contando?
-¿Te encuentas bien?
-Estaría bien si MI marido no fuera por ahí engatusando a otras chicas.
-¿Engatusar? ¿En 140 caracteres?
-Ya veo que has dedicado mucho tiempo a pensarlo...
-Lorz, creo que estás paranoica.
-¡No es eso, lo que pasa es que todo el mundo me odia!
-Mira, si me prometes calmarte y dejar de pensar tonterías bajo a comprarte un helado.
-Vale.
-Prométeme que escribirás ninguna tontería en twitter mientras estoy fuera.
M**rd*, ¿cómo habrá sabido lo que iba a hacer?
Pasados unos días me llamó mi madre.
-¿Cómo estás de lo tuyo?
-Ahora mejor, pero he pasado unos días un poco premenstrual.
-Pobre ZaraJota™.
-¿Pobre? ¡Lo que faltaba! ¡Con lo que le he tenido que aguantar!