Hoy vuelven mis padres de sus vacaciones/fuga.
Espero que lleguen a tiempo para el almuerzo.
Y que les apetezca comer macarrones.
fin de la Saga del Macarrón-
27 febrero 2006
26 febrero 2006
Diario de Pitágoras, día 6
El Pitufo Porculero mira el plato que le pongo delante.
-¿Hoy también pitufamos macarrones? -pregunta.
-Sí, hoy también -contesta Hermano Pequeño con resignación.
-¿Y no estais hasta los pitufigüevos?
continuará...
-¿Hoy también pitufamos macarrones? -pregunta.
-Sí, hoy también -contesta Hermano Pequeño con resignación.
-¿Y no estais hasta los pitufigüevos?
continuará...
25 febrero 2006
Diario de Pitágoras, día 5
Los zapatos se me empezaban a quedar pegados al suelo y pensé que era hora de hacer limpieza en casa.
-A ver -les dije a mis hermanos-: hay que limpiar. Este es el plan: yo friego, y vosotros molestais lo menos posible.
Debo ser una oradora cojonuda, porque no han opuesto la menor resistencia; todo lo contrario, se han ido al cine felices como perdices mientras yo me quedaba en casa limpi...
Oh, mierda.
Bueno.
Para no equivocarme decidí seguir uno por uno los pasos de mi madre.
Número uno: poner Kiss fm a toda leche.
Número dos: abrir todas las ventanas de par en par.
Número tres: emprenderla con todo.
Algo falló en la táctica.
Para empezar, hacía un frío horroroso y un aire aún más horroroso, y entre el vaho y las pelusas que revoloteaban por todas partes como en una película de Ang Lee no veía nada.
Luego recibí la colaboración del gato. Estaba toda feliz barriendo la terraza cuando el gato llegó, se aposentó sobre el cajón de arena y empezó su ritual de rasca-huele-escarba-defeca-escarba-disimula. Volví a barrer. Repitió la operación. Volví a barrer. Repitió...
No, pensé, si se me va a deshidratar, y verás mi madre cuando vuelva.
-Tú ganas -le dije.
En cuanto abandoné la escoba la diarrea del gato cesó por completo.
Estaba acabando con el baño y creía que ya lo tenía todo resuelto cuando sonó el teléfono. Abrí la puerta de golpe sin apartar la cabeza de enmedio, me di la leche de mi vida, y al caerme hacia atrás derramé el cubo de la fregona que estaba hasta arriba de agua fría porque no tenía previsto ducharme con ella.
Menos mal que no lo ha visto nadie, pensé, justo antes de encontrarme a gato en el pasillo, vigilando.
Nadie me creerá, pero el muy malvado sonreía.
Pues eso no es todo. Cuando terminé de fregar, limpiar, y me duché, y mis hermanos volvieron del cine quejándose de que la peli era una chufla (encima eso) surgió un último problema.
-Hoy no puedo comerme los macarrones -dijo Hermano Pequeño.
-¿Por qué? ¿Están fríos?
-No. Es por el socarrat.
Mierda, pensé. Me ha pillado.
-¿Qué le pasa?
-Que ha crecido.
-Bueno, si no te gusta, lo apartas.
-Lo he intentado, pero el pitufo de dentro se ha defendido.
continuará...
-A ver -les dije a mis hermanos-: hay que limpiar. Este es el plan: yo friego, y vosotros molestais lo menos posible.
Debo ser una oradora cojonuda, porque no han opuesto la menor resistencia; todo lo contrario, se han ido al cine felices como perdices mientras yo me quedaba en casa limpi...
Oh, mierda.
Bueno.
Para no equivocarme decidí seguir uno por uno los pasos de mi madre.
Número uno: poner Kiss fm a toda leche.
Número dos: abrir todas las ventanas de par en par.
Número tres: emprenderla con todo.
Algo falló en la táctica.
Para empezar, hacía un frío horroroso y un aire aún más horroroso, y entre el vaho y las pelusas que revoloteaban por todas partes como en una película de Ang Lee no veía nada.
Luego recibí la colaboración del gato. Estaba toda feliz barriendo la terraza cuando el gato llegó, se aposentó sobre el cajón de arena y empezó su ritual de rasca-huele-escarba-defeca-escarba-disimula. Volví a barrer. Repitió la operación. Volví a barrer. Repitió...
No, pensé, si se me va a deshidratar, y verás mi madre cuando vuelva.
-Tú ganas -le dije.
En cuanto abandoné la escoba la diarrea del gato cesó por completo.
Estaba acabando con el baño y creía que ya lo tenía todo resuelto cuando sonó el teléfono. Abrí la puerta de golpe sin apartar la cabeza de enmedio, me di la leche de mi vida, y al caerme hacia atrás derramé el cubo de la fregona que estaba hasta arriba de agua fría porque no tenía previsto ducharme con ella.
Menos mal que no lo ha visto nadie, pensé, justo antes de encontrarme a gato en el pasillo, vigilando.
Nadie me creerá, pero el muy malvado sonreía.
Pues eso no es todo. Cuando terminé de fregar, limpiar, y me duché, y mis hermanos volvieron del cine quejándose de que la peli era una chufla (encima eso) surgió un último problema.
-Hoy no puedo comerme los macarrones -dijo Hermano Pequeño.
-¿Por qué? ¿Están fríos?
-No. Es por el socarrat.
Mierda, pensé. Me ha pillado.
-¿Qué le pasa?
-Que ha crecido.
-Bueno, si no te gusta, lo apartas.
-Lo he intentado, pero el pitufo de dentro se ha defendido.
continuará...
24 febrero 2006
Diario de Pitágoras, día 4
A los macarrones les ha salido una capa verde por encima.
-¿Qué es esto? -ha preguntado Hermano Pequeño.
-Es el socarrat -le digo, y con la mano a la espalda cruzo los dedos.
Hermano Pequeño me mira como intentando recordar si en el gimnasio me dan clases de kick boxing, y si hace mucho tiempo que empecé, y si en algún momento me he manifestado en contra de la violencia física.
-Vale -dice al final.
Sabía que el kick boxing acabaría sirviéndome para algo.
continuará...
-¿Qué es esto? -ha preguntado Hermano Pequeño.
-Es el socarrat -le digo, y con la mano a la espalda cruzo los dedos.
Hermano Pequeño me mira como intentando recordar si en el gimnasio me dan clases de kick boxing, y si hace mucho tiempo que empecé, y si en algún momento me he manifestado en contra de la violencia física.
-Vale -dice al final.
Sabía que el kick boxing acabaría sirviéndome para algo.
continuará...
23 febrero 2006
Diario de Pitágoras, día 3
Hoy sale por fin a la venta la versión en español del sexto y penúltimo libro de la serie Harry Potter, al que le han puesto de título Harry Potter y el misterio del Príncipe. Ya les vale, cuando nos habíamos acostumbrado a llamarlo El Príncipe mestizo...
Entre el disgusto por el cambio de título, y que me lo leí cuando salió en inglés (hace ya siete meses, no se sabe si han estado traduciéndolo o fermentándolo) y ya sé quién mata a quien, quién se enrolla con quién, y que el nuevo ministro no ha visto ni un solo capítulo de El ala oeste en su vida, mi entusiasmo es escaso.
Además, estoy preocupada por el gato.
Ayer se le acabó el pienso que mi madre le había dejado en el comedero, y como no tengo órdenes al respecto no me atrevía a ponerle más.
Luego he pensado que, si al gato le pasaba algo, en cuanto mi madre volviera a la que le iba a pasar algo iba a ser a mí, así que he aprovechado el vacío legal y en vez de pienso le he puesto macarrones, que quedan un montón.
Bueno, pues creo que no le han sentado bien. Se comporta de manera extraña.
Esta mañana me lo he encontrado delante de la pantalla del ordenador, comprando pienso en e-bay. Será inocente, ¡si no se sabe el número secreto de la tarjeta!
Pues no contento con eso ahora, cuando he vuelto del gimnasio, estaba haciendo un agujero en la puerta con una horquilla del pelo y un chicle.
A lo mejor es que tiene hambre.
Voy a ponerle más macarrones.
continuará...
Entre el disgusto por el cambio de título, y que me lo leí cuando salió en inglés (hace ya siete meses, no se sabe si han estado traduciéndolo o fermentándolo) y ya sé quién mata a quien, quién se enrolla con quién, y que el nuevo ministro no ha visto ni un solo capítulo de El ala oeste en su vida, mi entusiasmo es escaso.
Además, estoy preocupada por el gato.
Ayer se le acabó el pienso que mi madre le había dejado en el comedero, y como no tengo órdenes al respecto no me atrevía a ponerle más.
Luego he pensado que, si al gato le pasaba algo, en cuanto mi madre volviera a la que le iba a pasar algo iba a ser a mí, así que he aprovechado el vacío legal y en vez de pienso le he puesto macarrones, que quedan un montón.
Bueno, pues creo que no le han sentado bien. Se comporta de manera extraña.
Esta mañana me lo he encontrado delante de la pantalla del ordenador, comprando pienso en e-bay. Será inocente, ¡si no se sabe el número secreto de la tarjeta!
Pues no contento con eso ahora, cuando he vuelto del gimnasio, estaba haciendo un agujero en la puerta con una horquilla del pelo y un chicle.
A lo mejor es que tiene hambre.
Voy a ponerle más macarrones.
continuará...
22 febrero 2006
Diario de Pitágoras, día 2
Hermano Mediano, hoy sí, ha venido a comer.
-Todavía tenemos macarrones -le digo.
La cara de asco de Hermano Mediano es digna de que la inmortalicen.
-No me gustan los macarrones.
-¿Cómo que no? ¿Por qué?
-¿Sabes la mierda que llevan los macarrones?
-¿Huevo, harina, agua y sal? -improviso.
-...
-...
-Eso.
Continuará...
-Todavía tenemos macarrones -le digo.
La cara de asco de Hermano Mediano es digna de que la inmortalicen.
-No me gustan los macarrones.
-¿Cómo que no? ¿Por qué?
-¿Sabes la mierda que llevan los macarrones?
-¿Huevo, harina, agua y sal? -improviso.
-...
-...
-Eso.
Continuará...
21 febrero 2006
Diario de Pitágoras, día 1
Mis padres se han ido de vacaciones por primera vez en ni se sabe el tiempo.
Estaban muy contentos, aunque no tengo muy claro si era por el viaje en sí o porque nos perdían de vista una semana. No sé, esa manera de sonreir que tenían cada vez que decían "ya no nos vemos hasta el lunes"... Luego, cuando encontré mi pasaporte a trocitos no parecían nada sorprendidos. Y eso de que la legislación internacional no permite que las familias viajen al extranjero juntas no me lo acabo de creer.
Aparte de eso, la principal preocupación de mi madre era que nos acordáramos de cambiarle la arena al gato. De darle de comer no ha dicho nada, así que antes de meter la pata mejor nos abstenemos.
Mi padre, como siempre, insistía en la comida. Que he comprado carne. Que hay patatas. Que hay que ir a por leche, que queda poca. Es normal que se preocupe, a fin de cuentas Hermano Pequeño todavía tiene veinte añitos.
Total, que después de expresar reiteradamente su desconfianza en nuestra capacidad personal, hicieron las maletas y huye... digoooo, se fueron.
Bien, yo, personalmente, podría sobrevivir toda la semana a base de madalenas, pero como el niño (Hermano Pequeño) está en edad de crecer, he decidido que tiene que alimentarse debidamente aunque no esté madre.
Para hoy voy a hacer macarrones.
Un puñaito para mí.
Un puñaito para Hermano Mediano, que siempre dice que no viene a comer pero al final aparece.
Dos puñaitos, mejor.
Un puñaito para Hermano Pequeño.
Otro puñaito por si Russell Crowe descubre que soy el amor de su vida y decide venir por sorpresa a pedirme que me fugue con él.
Otro puñaito por si alguien repite.
Otro porque seguro que se me achicharra la capa de arriba y hay que quitarla.
Otro para la de abajo.
Que leches, el paquete entero...
-Plof-
Cuando los macarrones empezaron a pujarse y a rebasar la perola sembrando un mar de pasta por toda la cocina empecé a sospechar que me había pasado.
Yo no sabía que eso podía llegar a crecer tanto.
Bueno, así tenemos para varios días.
Continuará...
Estaban muy contentos, aunque no tengo muy claro si era por el viaje en sí o porque nos perdían de vista una semana. No sé, esa manera de sonreir que tenían cada vez que decían "ya no nos vemos hasta el lunes"... Luego, cuando encontré mi pasaporte a trocitos no parecían nada sorprendidos. Y eso de que la legislación internacional no permite que las familias viajen al extranjero juntas no me lo acabo de creer.
Aparte de eso, la principal preocupación de mi madre era que nos acordáramos de cambiarle la arena al gato. De darle de comer no ha dicho nada, así que antes de meter la pata mejor nos abstenemos.
Mi padre, como siempre, insistía en la comida. Que he comprado carne. Que hay patatas. Que hay que ir a por leche, que queda poca. Es normal que se preocupe, a fin de cuentas Hermano Pequeño todavía tiene veinte añitos.
Total, que después de expresar reiteradamente su desconfianza en nuestra capacidad personal, hicieron las maletas y huye... digoooo, se fueron.
Bien, yo, personalmente, podría sobrevivir toda la semana a base de madalenas, pero como el niño (Hermano Pequeño) está en edad de crecer, he decidido que tiene que alimentarse debidamente aunque no esté madre.
Para hoy voy a hacer macarrones.
Un puñaito para mí.
Un puñaito para Hermano Mediano, que siempre dice que no viene a comer pero al final aparece.
Dos puñaitos, mejor.
Un puñaito para Hermano Pequeño.
Otro puñaito por si Russell Crowe descubre que soy el amor de su vida y decide venir por sorpresa a pedirme que me fugue con él.
Otro puñaito por si alguien repite.
Otro porque seguro que se me achicharra la capa de arriba y hay que quitarla.
Otro para la de abajo.
Que leches, el paquete entero...
-Plof-
Cuando los macarrones empezaron a pujarse y a rebasar la perola sembrando un mar de pasta por toda la cocina empecé a sospechar que me había pasado.
Yo no sabía que eso podía llegar a crecer tanto.
Bueno, así tenemos para varios días.
Continuará...
18 febrero 2006
Autorretrato
Scarlett Witch ha colgado un autorretrato en su blog, y me ha dado envidia.
Bueno, puede que el suyo sea un poco más sugerente, pero el mío es más realista.
Bueno, puede que el suyo sea un poco más sugerente, pero el mío es más realista.
16 febrero 2006
Dignidad y serenidad
Lo primero que hice fue romper el cristal de las gafas, para tener que hacer el curso de informática aparpando.
La segunda dificultad tuvo origen atmosférico-ambiental.
En casa tenemos dos ordenadores con conexión a internet.
El ordenador-a tiene un virus. Se llama Hermano Mediano, y no se quita de delante de la pantalla ni con disolvente.
El ordenador-b se lo compró mi padre cuando descubrió lo del virus del ordenador-a. Usar este equipo sólo tiene un inconveniente: la corriente de aire gélido. Nadie sabe de donde viene, aunque teniendo en cuenta que la última vez que mi padre quiso taladrar la pared para poner un cuadro tuvimos que poner dos cuadros (uno a cada lado de la pared) tampoco nos sorprende. Trabajar allí es como protagonizar El sexto sentido, así que me puse dieciocho jerseis y empecé a descargarme los archivos para hacer el ejercicio.
De inmediato surgió la dificultad número tres.
-¿Cómo que no pirula? ¡Si está aquí mismo, instaladito en el escritorio! ¿Por quééééééé?
No importa. Armada con un soplete entré en la frikicueva de Hermano Mediano, que rápidamente me cedió ordenador-a. En menos de un minuto descargué el archivo, y me dispuse a hacer dobleclick sobre el icono del dreamweaver, y entonces...
-¡Venga ya! ¿Y por qué, si puede saberse?
Si perder la dignidad y la serenidad ni por un momento acudí a pedir ayuda a Hermano Mediano.
-¡¡¡¡EL P*T* ORDENADOR DE LOS C*J*N*S, QUE NO LE SALE DE LOS H**V*S FUNCIONAR!!!!
Hermano Mediano vino, vio, y sentenció:
-Es que ya tiene sus añillos, y está empezando a dar problemas... Vamos a tener que buscarnos otro.
La segunda dificultad tuvo origen atmosférico-ambiental.
En casa tenemos dos ordenadores con conexión a internet.
El ordenador-a tiene un virus. Se llama Hermano Mediano, y no se quita de delante de la pantalla ni con disolvente.
El ordenador-b se lo compró mi padre cuando descubrió lo del virus del ordenador-a. Usar este equipo sólo tiene un inconveniente: la corriente de aire gélido. Nadie sabe de donde viene, aunque teniendo en cuenta que la última vez que mi padre quiso taladrar la pared para poner un cuadro tuvimos que poner dos cuadros (uno a cada lado de la pared) tampoco nos sorprende. Trabajar allí es como protagonizar El sexto sentido, así que me puse dieciocho jerseis y empecé a descargarme los archivos para hacer el ejercicio.
De inmediato surgió la dificultad número tres.
-¿Cómo que no pirula? ¡Si está aquí mismo, instaladito en el escritorio! ¿Por quééééééé?
No importa. Armada con un soplete entré en la frikicueva de Hermano Mediano, que rápidamente me cedió ordenador-a. En menos de un minuto descargué el archivo, y me dispuse a hacer dobleclick sobre el icono del dreamweaver, y entonces...
-¡Venga ya! ¿Y por qué, si puede saberse?
Si perder la dignidad y la serenidad ni por un momento acudí a pedir ayuda a Hermano Mediano.
-¡¡¡¡EL P*T* ORDENADOR DE LOS C*J*N*S, QUE NO LE SALE DE LOS H**V*S FUNCIONAR!!!!
Hermano Mediano vino, vio, y sentenció:
-Es que ya tiene sus añillos, y está empezando a dar problemas... Vamos a tener que buscarnos otro.
14 febrero 2006
14 febrero, fun, fun, fun
Aprovecho que ya es el día-que-sabes para hacer un anuncio:
El romanticismo está muy bien, pero los fluidos son fluidos.
MUJER BLANCA SOLTERA BUSCA FRIKI CON TRIPITA PARA INTERCAMBIO DE FLUIDOS CORPORALES.
TREKKIES ABSTENERSE.
Aunque si no hay más opción ser trekkie tampoco es taaaaaan malo. Es decir, cuando no llevan puesto uno de esos pijamas galácticos pueden parecer incluso personas normales. Eso sí, por lo de las orejas picudas yo no paso, que luego se clavan.
El romanticismo está muy bien, pero los fluidos son fluidos.
10 febrero 2006
Células fotoeléctricas
El tipo llegó y puso su abrigo sobre la cinta transportadora.
-¿Le importaría quitar el abrigo de ahí?
Lo podía quitar yo, pero tenía tanta roña en las manos que estaba dejando mis huellas en todos los tickets, así que me abstuve. ¿Me lo agradeció, acaso? Nooooooooo. Se me quedó mirando con cada de pasmo.
-Por favor, el abrigo.
-...
Me estaba empezando a mosquear.
-Mire, si no quita el abrigo no puedo cobrar.
-...
-Verá: contrariamente a la opinión generalizada, la cinta transportadora no va a pedales, sino que avanza de forma automática. ¿Ve esto?
Son dos células fotoeléctricas. Cuando algo se interpone entre ellas lo detecta, y la cinta se para.
¿Lo ve? Y usted ha puesto el abrigo sobre una de las células, así que la cinta no avanza, y yo no llego a las cosas, así que no puedo cobrar.
-...
-¡Que quite el p*t* abrigo de ahí, c*ñ*!
-Io no parlo spagnolo.
-...
-...
Listillo.
-¿Le importaría quitar el abrigo de ahí?
Lo podía quitar yo, pero tenía tanta roña en las manos que estaba dejando mis huellas en todos los tickets, así que me abstuve. ¿Me lo agradeció, acaso? Nooooooooo. Se me quedó mirando con cada de pasmo.
-Por favor, el abrigo.
-...
Me estaba empezando a mosquear.
-Mire, si no quita el abrigo no puedo cobrar.
-...
-Verá: contrariamente a la opinión generalizada, la cinta transportadora no va a pedales, sino que avanza de forma automática. ¿Ve esto?
Son dos células fotoeléctricas. Cuando algo se interpone entre ellas lo detecta, y la cinta se para.
¿Lo ve? Y usted ha puesto el abrigo sobre una de las células, así que la cinta no avanza, y yo no llego a las cosas, así que no puedo cobrar.
-...
-¡Que quite el p*t* abrigo de ahí, c*ñ*!
-Io no parlo spagnolo.
-...
-...
Listillo.
08 febrero 2006
Top-less: la foto
No había pasado media hora desde que colgué el post anterior cuando ya me estaba arrepintiendo de lo de la foto.
Jo.
Como dijo Scarlett Witch, esto va a ser por la luna, porque tanta creatividad no es normal, sobretodo en Nastyman, que está harto de ver la foto del top-less.
En fin, ya he aprendido la lección, la próxima vez que ofrezca algo que sea mi alma inmortal, que como no se ve, yo digo que ya la he entregado y ya está.
De todas formas, para que no se diga que falto a mi palabra, aquí está la famosa foto del top-less.
Jo.
Como dijo Scarlett Witch, esto va a ser por la luna, porque tanta creatividad no es normal, sobretodo en Nastyman, que está harto de ver la foto del top-less.
En fin, ya he aprendido la lección, la próxima vez que ofrezca algo que sea mi alma inmortal, que como no se ve, yo digo que ya la he entregado y ya está.
De todas formas, para que no se diga que falto a mi palabra, aquí está la famosa foto del top-less.
Mira que limpia tenían la mesa, que se refleja hasta el muñeco cabezón (lo que me gustaba ese muñeco, oyes). No sé por qué mi madre tenía esa manía de hacerme fotos en pelota picá, si todavía no se sabía lo de Michael Jackson. Eso sí, el tabaco bien cerquita, por si me entraba el mono. Luego dice que yo era una niña nerviosa; claro, con sólo un paquete diario ya me dirás.
06 febrero 2006
Top-less
El bueno de Gianis ha organizado una cadena, pero en lugar de enviar un mail lleno de forwards a 200 conocidos so pena de sufrir una desgracia (que Bisbal saque otro disco, por ejemplo) se trata de escoger una cita de un libro, a ser posible una frase con la que nos sintamos identificados.
La que Gianis ha escogido me hizo pensar de inmediato en esta:
Seguro que la zoofilia es algo divertido
Pero te he de decir, para que estés advertido:
Con casi todos los animales se puede hacer
Pero al puercoespín jamás se le puede joder.
Que es una de las mil versiones que circulan de la Canción del Puercoespín, de Terry Pratchet, claro.
Luego me acordé de mi familia y de mi gato y pensé que era mejor no dar ideas.
Además, no estoy segura de querer reconocer públicamente que me siento identificada con, bueno, eso.
Mi segunda opción era:
Soy el mejor en lo que hago, y lo que hago no es agradable.
Que es lo que dice Lobezno una vez cada dos páginas, pero ya me veía a Nastyman preguntando que qué es lo que hago, y que si tiene que ver con el gato y lo de la zoofilia, y que si no es agradable que mejor me callo.
Esta es la que finalmente he escogido:
He principiado a componer un poema en versos de una sílaba, cosa a la verdad muy difícil; pero en lo difícil está el mérito de las cosas.
Está sacada de Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas (capítulo XVIII: El regreso), y es una prueba más de que el buen hombre tenía un sentido del humor negro y retorcido como pocos. Porque a ver: si cada verso tiene una sola sílaba, y además rima, en fin, tampoco es que haya muchas posibilidades.
Pues no contento con eso añade:
El asunto es muy galante: os leeré el primer canto, pues aunque tiene cuatrocientos versos, no dura arriba de un minuto.
Lo confieso: la primera vez que lo leí intenté componer un poema en versos monosilábicos.
El resultado fue:
Es
lo
más.
Tres versos y además no riman.
Si alguien puede superarlo, en el próximo post cuelgo mi foto en top-less.
03 febrero 2006
Exámen de diapositivas
Dedicado a 3,1416, mi cacharróloga favorita, y a Florecilla del Campo, que es mi como-sea-que-se-llame-lo-que-hace favorita.
Ya que estoy con las anecdotillas universitarias, podía contar la que le encanta a mi amiga Florecilla del Campo, la de cuando le dije al profesor que lo que tenía entre las manos era un hueso de pollo, a pesar de que:
a.- No me había preguntado.
b.-En la época y la zona que estábamos estudiando no había pollos.
c.-No era un hueso.
Más patética aún es la anécdota del exámen de diapositivas.
Yo había estudiado, de verdad que sí...
El exámen consistía en identificar diapositivas, y se suponía que era fácil, porque se suponía que las habíamos visto en clase. El problema era que yo no había ido a clase. Es decir; me habría encantado ir, pero es que en la cafetería había calefacción y no olía raro.
Total, que llego al exámen, y me apagan la luz.
Primera diapositiva. ¡Qué suerte, sé lo que es! Rauda y veloz escribo:
1ª: Vista aérea de Cádiz en época fenicia.
Claro porque, como todo el mundo sabe, los fenicios inventaron la fotografía aérea.
Segunda diapositiva: un meño con forma de animal confuso. La asignatura se limita a la península ibérica, luego...
2ª: Cerdo ibérico.
Que es como se dice en klingon "toro de guisando".
Tercera diapositiva: un montón de piedras. Literalmente.
3ª: Ruinas romanas.
Lo de romanas no lo tenía muy claro, pero ruinas eran seguro, esperaba que me dieran el menos medio punto.
Cuarta diapositiva: el plano de una ciudad. Es cuadrado, luego es romana. En el programa sólo venían tres: Tarragona, Mérida y Córdoba. Tarragona tiene mar. Córdoba tiene río. Luego sólo nos queda...
4ª: Mérida.
Había triunfado y lo sabía. Feliz como una perdiz me acerqué a la mesa del profesor para entregar el exámen, y sólo entonces pude ver la parte inferior de la diapositiva.
Bien grande.
Bien claro.
CORDUBA
Pd: Aprobé.
Ya que estoy con las anecdotillas universitarias, podía contar la que le encanta a mi amiga Florecilla del Campo, la de cuando le dije al profesor que lo que tenía entre las manos era un hueso de pollo, a pesar de que:
a.- No me había preguntado.
b.-En la época y la zona que estábamos estudiando no había pollos.
c.-No era un hueso.
Más patética aún es la anécdota del exámen de diapositivas.
Yo había estudiado, de verdad que sí...
El exámen consistía en identificar diapositivas, y se suponía que era fácil, porque se suponía que las habíamos visto en clase. El problema era que yo no había ido a clase. Es decir; me habría encantado ir, pero es que en la cafetería había calefacción y no olía raro.
Total, que llego al exámen, y me apagan la luz.
Primera diapositiva. ¡Qué suerte, sé lo que es! Rauda y veloz escribo:
1ª: Vista aérea de Cádiz en época fenicia.
Claro porque, como todo el mundo sabe, los fenicios inventaron la fotografía aérea.
Vista aérea de Cádiz en época fenicia, tomada en Lisboa el verano pasado.
Segunda diapositiva: un meño con forma de animal confuso. La asignatura se limita a la península ibérica, luego...
2ª: Cerdo ibérico.
Que es como se dice en klingon "toro de guisando".
Tercera diapositiva: un montón de piedras. Literalmente.
3ª: Ruinas romanas.
Lo de romanas no lo tenía muy claro, pero ruinas eran seguro, esperaba que me dieran el menos medio punto.
Cuarta diapositiva: el plano de una ciudad. Es cuadrado, luego es romana. En el programa sólo venían tres: Tarragona, Mérida y Córdoba. Tarragona tiene mar. Córdoba tiene río. Luego sólo nos queda...
4ª: Mérida.
Había triunfado y lo sabía. Feliz como una perdiz me acerqué a la mesa del profesor para entregar el exámen, y sólo entonces pude ver la parte inferior de la diapositiva.
Bien grande.
Bien claro.
CORDUBA
Pd: Aprobé.
01 febrero 2006
Mono
Durante la semana pasada los chavales (es un decir) de ADLO! han participado en las celebraciones del Día Internacional del Traje del Gorila, y eso me ha traído a la memoria una bonita anécdota universitaria.
Teníamos un profesor que no había oído hablar de la tala de árboles en el Amazonas y nos daba todos los días unas tropecientas fotocopias.
Ya se sabe que la calidad de las fotocopias en la universidad es como la calefacción: inexistente.
Un día va y nos reparte algo parecido a esto:
Teníamos un profesor que no había oído hablar de la tala de árboles en el Amazonas y nos daba todos los días unas tropecientas fotocopias.
Ya se sabe que la calidad de las fotocopias en la universidad es como la calefacción: inexistente.
Un día va y nos reparte algo parecido a esto:
El original escaneado se convertía en una mancha gris.
·
-A ver -dijo el profesor, que por entonces todavía confiaba en nuestras posibilidades-, ¿quién me dice qué es esto?
-Eh... ¿un mono?
-¿Un mono? ¿Cómo va a ser un mono? ¡Es Felipe II!
-Ah...
-Pues sí.
-Y entonces...
-Dime.
-¿Por qué va disfrazado de mono?
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