Pero Josemi se negó, y yo lo asumí con la elegancia que me caracteriza:
-Jooooooo... ¿Por qué? ¿Por qué? ¿POR QUÉ?
-Porque ahora toca la estrella invitada XIII, y da mal rollo.
Jo.
Iba a tener que engañar a alguien cuyo bienestar personal no me importara.
Y Sark aceptó.
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-Jona…
-La diferencia entre saber que nos estamos aburriendo y saber que otro es un pelmazo es exactamente la misma que hay entre saber que nos están asesinandoy saber que otro es un asesino.
-¿Qué dices?
-Es de Chesterton, y la respuesta es no.
-¿A qué?
-A lo que vayas a pedirme, Lorz.
-¿Pedirte? ¿Yo? ¿Qué te hace suponer eso?
-No sé… ¿los ojitos de Bambi?
-Pensaba que eran tu postre favorito.
-Ah, una broma. Vamos mejorando.
-Te quería pedir…
-Es imposible, ya lo sabes. Además, Eme A dijo “me la pido” primero… Contentémonos con montar un periódico o una agencia de detectives.
-Pequeña cosa calva, gritona y arrogante…
-Con halagos no conseguirás ablandarme.
-Lo único que te quería pedir es…
-Estoy tan sorprendido.
-Verás… ¿Querrías ser mi estrella invitada 13?
-¿De cinco a ocho?
-No, un texto.
-No, el número de orden. Vamos, ya he sido tu estrella invitada. Pregunta a mi secretaria. Estoy seguro de que mandé un texto y una foto firmada.
-Pero alguien tiene que serlo.
-Haz lo que todas, búscate a alguien que haga dibujitos.
-Golpe bajo.
-Profundicemos.
-Bueno… es que toca ser la estrella invitada XIII
-Y has pensado que haga un post sobre Viernes 13, claro.
-Ahm…
-Puedo contar eso tan divertido sobre los actores que hicieron de Jason…
-Pues…
-Espera, tú te quedaste dormida con esa.
-Aha…
-Y con Pesadilla en Elm Street, y con los Zombies, y con las de terror asiático… ¿Cómo eres capaz de dormirte?
-Sí, sé que no debería hacerlo con vosotros cerca pero soy una chica dura.
-Pensé que ibas a hablar de tu familia.
-Ellos ya lo saben.
-Claro, la policía se lo dijo.
-Puedes hablar para la juventud.
-¿Quieres ponerte nostálgica o un texto para los chavales de Manolo?
-¿Escribirías algo para ellos?
-Claro, Manolo nunca descubre qué redacciones escribí yo.
-¿Y para mí?
-Es difícil estar a tu nivel.
-Gracias.
-Después siempre me duele la cabeza.
-Adelante, denígrame si te apetece.
-No, no, ya lo veo claro, tú lo que quieres es algo en tu línea.
-Sí.
-Ancho.
-Serás…
-Encantador.
-Sin duda. Pero hay mucho que puedes contar. ¿Por qué no das tu versión?
- Ella dijo que era mayor de edad.
-No, de lo del museo.
-No pienso escribir sobre eso.
-¡¡¡Llevabas una navaja!!!
-Ni siquiera lo sabía.
-¿Cómo puedes llevar una navaja sin saberlo?
-Uno no puede tener controlados todos sus bolsillos.
-¡¡¡Y no te querías desprender de ella!!!
-Tonterías, no me importa desprenderme de la navaja pero me molesta tener que dejar en la puerta mis principios.
-Tú…
-Siguiente tema…
-¿Y tu velociraptor?
-¿Cuál?
-El que te regalamos…
-¿Era un velociraptor?
-Lo es.
-No lo parece.
-Pero lo es.
-¿Sí? ¿Los recuerdas de la infancia?
-Pedazo de… Lo compré en el Museo, es una recreación fidedigna de…
-Tiene pelo
-...de lo que…
-…y una cresta…
-…se supone que fue…
-Parece que Spike se folló a Gizmo y salió un mapache.
-¡¡¡Es un regalo!!!
-Como la Estatua de la Libertad. No tienes muy claro si va con segundas, no sabes dónde ponerlo, no tiene que ver contigo y lo único que sabes es que el otro pensó “Seguro que no tenía uno de estos”.
-Es lo que consigues siendo agradable con alguien.
-No, eso es que se te caiga la nariz.
-¡¡¡ERES IMPOSIBLE!!!
-Sólo ligeramente improbable.
-Así que no me escribirás nada.
-¿He dicho yo eso?
-¿Lo harás?
-Claro, algo divertido, cómico, ligero. Nada de dos páginas de diálogo, mejor un chiste.
-¿Un chiste?
-Los Siete Enanitos quieren ver al Papa. Consiguen una audiencia y le preguntan: ¿Hay monjas enanas? El Papa, sorprendido, pide a un secretario que haga averiguaciones. Rápidamente la consulta es respondida: No, no las hay. En ese instante, entre grandes carcajadas seis de los siete enanitos comienzan a cantar: “¡¡¡Gruñón se ha follado a un pingüino, Gruñón se ha follado a un pingüino!!!”
-La próxima vez paso de decirte nada.