Hace tiempo mi padre se tropezó, se cayó, y se pegó la gran leche.
Después de aquello empezó a dolerle la rodilla pero aguantó y aguantó y aguantó hasta que empezó a sospechar que oye, lo mismo se había hecho algo, y decidió ir a que se lo miraran.
-¿Es usted deportista de élite? -preguntó el médico, después de mirarle por todos lados.
A mi madre se le escapó una risilla.
-No -dijo mi padre muy dignamente, encogiendo la tripita cervecera con disimulo.
-Pues tiene un menisco roto y hay que operar -cara de pánico-. No es nada: le hacemos un agujero aquí, y otro por aquí para la cámara.
-¿Cámara?
-Claro. Y le ponemos un monitor, para que pueda ver bien como le cortamos la pierna, hurgamos entre sus huesos y le cosemos vivo.
-
Yuju.En fin, no íbamos a dejar a mi padre solito en semejante trance, así que el día de la operación nos plantamos todos en la habitación del hospital a hacerle compañía y darle ánimos, que el pobre lo estaba pasando fatal por la cosa de no comer.
Es lo malo que tienen las operaciones y el asunto médicos en general, que todo hay que hacerlo en ayunas, que manía, como si que te fueran a abrir no fuera suficiente disgusto. Debe ser para que estés tan débil que no puedas escaparte, digo yo.
Mi padre llevaba unas 14 horas sin comer cuando empezó a desesperarse.
-Venga, jugamos a algo para que te distraigas -propuse.
-¿A qué?
-Al abecedario; empiezo yo: con A de arroz.
-Con B de bizcochos -dijo Hermano Pequeño.
-Con C de canelones.
-Con D de donuts.
-Con E de ensaimada.
-Con F de filetes.
-Con G de guisantes.
-Con H de higos.
-Con I de idiotas -exclamó mi padre-. ¿No os podeis entretener con otra cosa?
Se ve que estaba nervioso por la operación, menos mal que intervino mi madre.
-¿Quieres una revista? -preguntó.
-No.
-Pues la miro yo.
Cada vez que hay que ir al hospital por algo, mi madre compra una revista de cotilleos. Como nunca ve programas de cotilleos, y sólo compra revistas cuando alguien enferma, lo único que hace con ellas es pasar páginas.
-¿Y esta quién es? ¿Y este qué hace? ¿Y por eso es famoso? ¿Es que no hay nada interesante? Hombre, recetas...
-¿Algo interesante? -preguntó mi abuela.
-Un guiso de bacalao.
-A mí es que el bacalao me gusta frito.
-A mí también. O con tomate.
-Sí, tomate pero casero, no el de bote.
-Es que no hay color, como vas a comparar un buen tomate casero, con su aceitico bueno, sus tomaticos, y chup-chup a fuego lento....
A mi padre le estaba dando un tic en el ojo rarísimo, menos mal que llegó el enfermero.
-Hala, que nos vamos a quirófano.
-¿Le acompañamos? -preguntó mi madre. Es que en mi familia hay que hacerlo todo a mogollón.
-No, no, ustedes esperen aquí.
Jo. Nunca había visto a mi padre tan feliz.