30 enero 2006

Estímulos

Mi madre ha leído en una revista que cuando a un gato le da por agazaparse detrás de una esquina, saltar sobre el primero que pasa y engancharse a sus canillas con uñas y dientes no es porque sea un cabroncete redomado, noooooo, sino que necesita estímulos lúdicos que le permitan ejercitar sus instintos de cazador.
Por supuesto que mi madre decretó en el acto que había que estimular lúdicamente al gato, y por supuesto que nos negamos hasta que nos explicó que la cosa no tenía nada que ver con meter nada en ningún agujero, sino con darle juego.

El señor Garrison decidió probar con los agujeros de todas maneras.

Aclarado este punto nos pusimos a estimuludiquear al gato con todo nuestro entusiasmo que, como bien saben todos lo que lo sufren, es mucho, pero mucho, mucho.
Llevábamos dos semanas poniendo al gato de los nervios con gran éxito cuando mi madre decidió llevarlo al veterinario a ponerle sus vacunillas.
Lo que le faltaba al bicho.

En casa fueron necesarias dos personas y Hermano Mediano para meter al gato en el trasportín.

En la clínica fueron necesarias cuatro personas para que el gato las mutilara brutalmente y se escondiera a limpiarse la sangre ajena debajo de un mueble.

Llegado a este punto la veterinaria sugirió que le pusiéramos la vacuna en casa, y que no hacía falta que volviera, gracias.
Mi madre, la optimista de la vida, aceptó.
-A ver -dijo al volver a casa-. ¿Quién me ayuda a ponerle la vacuna al gato?
Con gato, por lo visto, se refería a esa cosa hiperestimuludiqueada, hiperdesconfiada e hipercabreada que se agitaba convulsamente en el trasportín.
Hermano Mediano y yo votamos por Hermano Pequeño.
-Jo, tía -manifestó de inmediato.
-Yo es que trabajo -dijo Hermano Mediano.
-Yo es que tengo que líar albóndigas -improvisé.
A mi padre ni le preguntamos, por motivos obvios.

En honor a la inteligencia de mi madre debo decir que lo de las albóndigas no coló.

27 enero 2006

La canción del gusanito

Toda persona humana tiene momentos en los que lo único que le apetece es hacerse una bolita y cantar compulsivamente la Canción del Gusanito*.
Por ejemplo, después de ver Inteligencia Artificial.
Vaya película, vaya trauma emocional.
Cuatro años después, todavía no sé qué me molestó más, si haber perdido 6 euros y tres horas de mi vida o descubrir que Spielberg también puede cometer errores. Y, como ya dijo Albus Percibal Wulfric Brian Dumbledore , "cuanto más grande es el hombre, mayores pueden ser sus equivocaciones".
O algo así.
Creo que si dejamos aparte el seminario sobre Zoología Aplicada (todavía no sé aplicada a qué) no ha habido horas que se me hayan hecho más largas que las que pasé en aquel cine. En un momento de desesperación incluso traté de coger la posturita para dar una cabezada, pero mi querido pero susceptible novio (que recientemente ha poke-evolucionado a exnovio) me pilló y me amenazó con obligarme a ver de nuevo Pearl Harbour.
Para esa habría necesitado la Canción de la Anaconda, por lo menos.


*
La Canción del Gusanito,
versión integra y corregida por el autor
(que por razones obvias se niega a dar su nombre)
Nadie me quiere
Todos me odian
Mejor me como un gusanito
Le arranco la cabeza
Me como lo de dentro
¡Mmm! Qué rico gusanito


Creo que la humanidad ha tocado fondo.

23 enero 2006

Una serie de catastróficas desdichas

Me gusta comprar libros.
Me gusta, incluso, ir a librerías sólo para mirar libros que me gustaría comprar.
Pero a veces, sufro.
El incidente más terrible tuvo lugar en una librería cuyo nombre no voy a mencionar porque con que me persiga el FBI ya tengo bastante. Estaba buscando Quiddich a través de los tiempos, y no había manera, así que me acerqué a una dependienta que se encargaba de apilar en pirámide unos 2.000 ejemplares de La órden del Fénix.
-Señorita, ¿dónde están los otros libros de J.K.Rowling?
-¿Jota Ca QUIÉN?
Jo, se me saltan las lágrimas de acordarme.
No importa, no importa, puedo superarlo...
-¿Y El ventanal, de Lemony Snicket?
-Lo voy a mirar... ¿Me deletrea Lemony?
En plena taquicardia friki trato de salir de la tienda y salta la alarma.
Mierda.
El segurata se acerca y me dice que vacíe el bolso.
Mierda, mierda.
Abro el bolso y empiezo a sacar cosas:
· La órden del Fénix, que era de Hermano Pequeño. Por un momento pensé que el segurata podía pensar que lo había robado, pero luego me acordé de que la noche de antes había derramado una coca-cola encima y que todavía estaba marrón y pringoso, así que no había problema. Bueno, no había problema mientras Hermano Pequeño no se enterara.
· El monedero de las Supernenas.
· Tres gominolas cubiertas de pelusa.
· El móvil.
· El cepillo de dientes, cubierto de pelusa.
· Un paquete clines que nunca uso (para eso ya tengo mangas), y que están despeluchadillos.
· Una libreta y un boli que no pinta porque se me cayó el capuchón hace meses y se ha encostrado.
· Un bote de colonia, que antes había sido un bote de champú, hasta que se acabó el champú y lo llené de colonia. Hay que ahorrar agua.
· Las medias del día anterior, que me había llevado a casa para lavarlas pero ahí seguían.
· Pasta de dientes fósil.
· El capuchón del boli. Qué bien.
· Un desodorante.
· Unas bragas.
Eh...
¿Qué hace esto aquí?
Y, lo más importante:
Si las bragas están en el bolso, ¿qué llevo puesto?

Miro al segurata.

El segurata me mira.

Ahora los libros me los compro por internet.

20 enero 2006

Marcianos comunistas

Cojo los apuntes y leo:


Jo, que pequeñín.
Lo repito para mi papá, que no ve un pavo a dos metros:

"En Italia, de acuerdo con los postulados de Gramsci, surgió una de las corrientes historiográficas marcianas más vivas y abiertas. Octavio Cecchi, Renato Zangheri, Sandro Zaninelli nos ponen sobre la pista de los importantes trabajos realizados para repensar, desde una óptica marxista, el proceso de unificación italiano, así como las relaciones que se establecieron entre el Norte y el Sur".

Nuestros peores temores se confirman: los marcianos y los comunistas están aliados... Sólo faltan los rusos y Bin Laden y venga, a destruir América.

Ahora que sé la verdad, van a intentar deshacerse de mí... Y si no, mira a Fox Mulder, que después de Expediente X no se le ha vuelto a ver por la tele.
O peor: me borrarán la memoria, ¡y se me olvidará lo que he estudiado!

Caramba, que excusa más buena...

18 enero 2006

Disco lleno

Mi misión era la siguiente:
Descargarme los apuntes de la página web de la asignatura, grabarlos en cualquier tipo de soporte, y llevarlos a la tienda para que me los impriman.
Facilísimo.
Así que entro en la página, me descargo el archivo, y luego le doy a menú, archivo, guardar como, disco de tres y medio, guardar.
Pip.
Su disco está lleno.
¿Qué?
Que su disco está lleno.No importa, sé como solucionarlo:
-¡Hermano Pequeñooooooooo!
Desde donde estoy le oigo suspirar resignadamente.
-¿Qué te pasa ahora?
-¡Este ordenador está mal! ¡No me deja grabar!
-A veeeeeeer...
Repite la operación.
Pip.
Su disco está lleno.

-¿Ves?
-¿No tienes nada dentro?
-Nada.
-¿Lo has abierto para comprobarlo?
-Sí.
-¿Y no había nada?
-Eh... sí. Había una cosa negra, redonda y plana, pero ya la he sacado.
Un grueso lagrimón resbala por la mejilla izquierda de Hermano Pequeño. Creo que está orgulloso de mí.
-¿Tienes otro?
-¡Tengo una caja llena!
-Vamos a probar con otro.
Su disco está lleno.
Su disco está lleno.
Su disco está lleno.
Su disco está lleno.
¡Que está llenooooo!
-Exactamente -pregunta Hermano Pequeño, hablando muy, muy despacio, como si se estuviera conteniendo para no estrangular a alguien-, ¿cuánto ocupan los apuntes?
-233 páginas.
Suspira otra vez. No sé que le pasa. Estará enamorado.
-En megas. Cuánto ocupa en megas.
-¡Y yo que sé!
Hermano Pequeño, con un tic en el ojo, trastea por la página web hasta dar con los apuntes.
-¡3,5 megas! -grita de pronto-, ¿Estás intentando meter 3,5 megas en un disco de tres y medio?

Bueno, a mí me parece lógico.

16 enero 2006

El dominio y la reina: la respuesta

Dicen por ahí que en 1959 un grupo de amigos apostó a ver quién escribía la canción más cursi. Se ve que todos eran compositores, porque si no la apuesta para qué. Lo que si es seguro es que normales, lo que se dice normales, no debían ser. ¿No se podían apostar a ver quien escupía más lejos? Pues no.

El ganador de la apuesta fue Jacques Brel, con Ne me quitte pas.

Cursi, lo que se dice cursi, no sé, pero deprimente, seguro. La cosa va de un tipo con problemas de autoestima que pide a su pareja que no le abandone, y lo dice con un entusiasmo y una seguridad en sí mismo que no sé como la chavala en cuestión no cae rendida a sus pies.

Pensé que Nastyman adivinaría cual era la canción en cuanto leyera el post anterior, porque la hemos oído unas mil veces, en clase de francés (sí, Nastyman habla francés). La profesora decía que era para que se nos quedara grabada la estructura de la negación, pero yo creo que su objetivo era librarse de nosotros vía suicidio.
Bueno, pues al final se nos quedó la estructura de la negación.
Y el resto de la canción, también.

En fin, que podría escribir la letra entera, pero está en francés y nadie se la iba a leer de todas maneras, así que me limito al trozo del dominio y la reina:


Je ferai un domaine
Où l'amour sera roi
Où l'amour sera loi
Où tu seras reine
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas

Que en normal quiere decir: construiré un dominio/donde el amor será rey/donde el amor será ley/y tú serás reina/no me abandones/no me abandones/no me abandones/no me abandones...

Y así sigue hasta que le ofrece convertirse en la sombra de su perro, que como poder mutante no es muy práctico, pero molar, mola un huevo.



Pd: Me voy a poner tibia con las piruletas...

13 enero 2006

Dominio

Este post está dedicado a Peter Pan, el niño que creció a su pesar, que hoy, como dice la canción*, me hecho reina de mi propio dominio.
Ahora puedo seguir perpetrando desde www.lorzagirl.es. De momento lo único que pasa al entrar es que redirecciona de vuelta aquí, pero espero que con el tiempo se transforme en una página de verdad.
Va para largo porque, en lo que a mí respecta, la informática se reduce a tres pasos:

1.- Voy a pinchar aquí, a ver que pasa.

2.- Espero que papá sepa arreglar esto.

3.- Comprar un ordenador nuevo.

Pero lo conseguiré.
O no.

Un besote, nen.



*Al primero que adivine la canción le regalo una piruleta.

11 enero 2006

Una preposición indecente

-¿Cuánto es?
-Dos euros con sesenta céntimos.
-¿Con?
-Con sesenta céntimos.
-¿Qué es eso de con?
¿Una preposición?
-Eh...
-No se dice con. Eso es una horterada.
La leche.
-¿Y qué digo?
-Dos euros y sesenta céntimos.
Piensa en un lugar feliz, piensa en un lugar feliz.
-Dos euros y sesenta céntimos -repito.
-Mejor.
El siguiente no puede decirme ni buenos días porque está intentando contener la risa.
-Cinco con veinte -le digo.
-¿Como ha dicho? -empieza, a voz en grito, mientras mira de reojo al experto en léxico-. ¿Cinco CON veinte?
Encima provocando.

09 enero 2006

Centimitos

Y con esto doy por finalizado el periplo navideño.

En un determinado momento de su vida el abuelo llegó a la conclusión de que sus nietos eran muy raros, que él no estaba para esos trotes, y que lo mejor era regalarnos dinero por reyes y que nos buscáramos la vida. Así fue como empezamos a recibir un sobrecito personalizado, que nunca sabíamos si era un regalo o un soborno para que no le dijéramos a nadie que estábamos emparentados.
La costumbre se mantuvo inalterable hasta la llegada del euro, año en el que el abuelo se enfrentó a una terrible desición: ¿iba a dejarse avasallar por algo tan nimio como un cambio de moneda a nivel continental?
Ni hablar.
Él tenía previstas, pongamos por caso, 5.000 pesetas por cabeza, y no iba a modificar sus planes. Calculadora en mano sacó el equivalente: 30,05 €. Y eso fue lo que metió en cada sobre: 30 euros, y 5 centimitos...
La idea le hizo tanta gracia que el año siguiente la repitió, con un añadido: a los 30,05 les sumó la subida del I.P.C. de ese año. Más centimitos para regocijo general.
Yo es que me lo imagino en el banco:
-Señorita, deme un euro en céntimos, que es para los reyes de mis nietos...
Y la señorita pensando, caramba, y yo que me quejaba porque todos los años me regalan colonia...
En fin, este año, que el abuelo no está, la abuela ha mantenido la costumbre del sobre.
Pero faltaban los centimitos.

07 enero 2006

Pikmin II

Una vez más el detector de niños buenos de los Reyes Majos ha sido burlado: tengo un montón de regalos.
JA.
Así que este año paso de ser buena, total, de todas formas no se enteran...
Aunque estoy un poco mosqueada, porque entre otras cosas me han traído el Pikmin II. No es que no me guste, pero es que todavía no me he pasado el monstruo final del Pikmin I y me da la impresión de que se están burlando de mí. Eso, y que mis hermanos tienen una cara que se la pisan, porque el regalo me lo han hecho ellos y la game cube es suya.
Bien, pues se ve que cuando te pasas el Pikmin I el capitán Olimar vuelve a su planeta en la carraca esa que llama nave espacial. No se pasa ni a ver a su familia, sino que llega directamente a su empresa y se entera de que ha quebrado, y que les han expropiado la nave Dolphin que con tanto esfuerzo de otros había reconstruído.
La vida es cruel.
Resulta que como Olimar era el empleado más competente (madre mía, ¿cómo serán los otros?), sin él todo va mal; así que es culpa suya, por estrellar la nave y pasarse un mes haciendo el moñas con los pikmins. Al pobre, de la pura impresión, se le cae una chapa de La Casera que le había traído a su hijo de recuerdo, que ya hay que ser roñica, caramba. La chapa llega a los pies de la tasadora del banco, ¡y resulta que vale una fortuna!
La leche. Y yo toda la vida echándolas a la basura como si tal cosa... ¡ya me podía haber comprado un piso!
Total, que el jefe le manda de vuelta al planeta ese a recoger más basura para pagar al banco.
Olimar, que no sólo no ha ido a ver a su familia sino que tampoco se ha duchado, se mete en una nave nueva con Luis, el otro empleado de la empresa.
Y la estrella.
Hay cosas que nunca cambian.

05 enero 2006

Roscón de reyes

-Señorita, ¿tienen roscones?
-Sí, allí.
-¿Dónde?
-Allí, donde hay una pirámide hecha con cajas de roscones...
-¿Dónde?
-Justo debajo del cartel de 10 metros de largo en el que pone ROSCONES DE REYES...
-No sé... no lo veo...
Al final, hay que acompañar a la viej... anciana.
-Hay de trufa, de nata y sin nada -le explico.
-¿Y de crema?
-No, de crema no. Sólo de trufa, de nata y sin nada.
-El año pasado había.
Ni de coña.
-Pues este año no han traído -espero que los Reyes Majos no me estén viendo mentirle a la viej... anciana, porque si no voy lista.
-¿No?
-No.
-¿Sin crema?
-Sólo de trufa, de nata y sin nada.
-Bueno, uno de nata.
-¿Este?
-No, que es muy grande, ¿no lo tienen más pequeño?
-Sí, allí hay más pequeños.
-¡Qué bién! Me llevo uno de crema.
A la mierda los Reyes Majos.

04 enero 2006

Mi pasado punto com

-Señorita, ¿tienen vim?
Me doy la vuelta y ¿a quién me encuentro? A un antiguo compañero del instituto.
Genial.
Lo primero que pienso es si me habré acordado de subirme la cremallera hoy, y me dan unas ganas tremendas de comprobarlo, pero me contengo. Lo segundo que pienso es que menos mal que mi uniforme no es feo. Es horroroso.
-Eh, sí, en ese pasillo... eh... ¿Tú no ibas a mi instituto?
Nada más decirlo me doy cuenta de que habría sido mejor no decir nada. Parece que le va a dar un colapso sólo de pensar que pueda estar lejanamente relacionado con una cajera de supermercado.
-Sí... anda... -dice al final- ¿Qué es de tu vida?
-Pues nada, hice la carrera, y ahora trabajo aquí mientras me saco las oposiciones, je, je-je-je, je... ¿qué tal tú?
La mirada Malfoy que me ha echado, el tío.
-Yo solo soy ingeniero de telecomunicaciones.
-...
-...
Jo.
-Pues que sepas que con eso no vas a ningún lado -le digo, y salgo corriendo a toda prisa.

El vim que lo busque él solito, ya que es tan listo.

02 enero 2006

2006

Pues sí, ya es 2006, así que

!!!APAGA ESE CIGARRO AHORA MISMO, CRIMINAL SANITARIO!!!

Ya me siento mejor aunque, por otra parte, no me hace ni un pelín de gracia esto de las restricciones fumatorias.
Yo no fumo. Mis compañeras sí, en el baño, en el almacén, en las zonas de personal, en fin, en cualquier sitio pequeño y carente de ventilación que encuentran. Llevo años tragándome su humo, y sufriendo en silencio....
Um...
Estooooo...
Vale, puede que no en silencio.
Llevo años sufriendo sin parar de hablar de cualquier cosa que se me pase por la cabeza en ese momento, andá, una mosca, caramba, con el frío que hace, jijiji, ¿de dónde habrá salido? Una vez vi una mosca verde. En serio. Era enooooorme, y hacía un ruido como el de gato cuando ronca, jijiji, ¿has visto como babea? Debe ser cosa de familia, por que mi mad... Ups, tema peligroso, tema peligroso...
Bueno, que llevo años sufriendo mi condición de fumadora pasiva, que es como ser fumador, pero gratis y sin problemas de conciencia.
Ahora que mis compañeras ya no pueden fumarse un cigarro en el trabajo, ¿qué voy a hacer yo? ¿Qué pasa con mis derechos de fumadora pasiva? ¿Dónde voy a encontrar mi apestoso, espeso y siempre relajante humo?
Sólo hay una solución.
Voy a tener que empezar a fumar.