Este va en serio.
Hace un tiempo, una compañera me preguntó cuánto quedaba para cobrar.
-Todavía algunos días -le contesté.
-Pues no tengo un duro... me parece que esta semana me va tocar comer anillo.Lo del anillo me dejó estupefacta.
Conozco el truco de alimentarse de macarrones con tomate de bote, el arroz con ajo, los buñuelos de huevo y pan rallado, y las patatas con lo que sea. Eso era la primera vez que lo oía.
-¿Anillo?
Comer anillo consiste en que, cuando no llega a fin de mes, saca del baúl de los recuerdos un anillo que le dejó su abuela en herencia y lo empeña. Después de recorrerse varias casas de empeño ha descubierto una en que le dan más que en las demás, ni más ni menos que 50 eurazos. Con eso le da para comer una semana y para tener un poquito de dinero por si surge un imprevisto. Cuando cobra,
rescata el anillo por 55 euros.
-Es como tener una visa con un 10% de interés, solo que esto puedo hacerlo y la visa no me la dan. La historia me pareció triste, triste, tristísima.
No sólo por tener que recurrir a la casa de empeños. No puedo ni imaginarme cuánta gente tiene que recurrir a esto cada día, sin mucha esperanza de restacar lo que empeña, a medida que las ayudas se agotan y no hay nada más que rascar.
Lo que me pareció más triste es que esta chica no está en paro.
Es una chica con estudios, con un trabajo cualificado y un salario razonable.
No tiene niños, no tiene coche, por no tener no tiene ni internet, compra la comida en el Tía y la ropa en las tiendas de confección chinas.
Y aún así no le da para vivir.
Triste, triste, tristísimo.
¿Cuándo hemos llegado a esto?
¿Cómo nos hemos dejado arrastar a esta situación?
Y lo más importante, ¿qué podemos hacer para solucionarlo?
No es suficiente con manifestarse, no sirve de nada arreglar el mundo en el bar con los amigos, despotricar por internet o gritarle a la tele, aunque tengo que admitir que desahoga bastante.
Sobre todo lo de la tele; a las de España Directo las tengo sorditas, pero es que se lo ganan a pulso, pobrecitas mías las barbaridades que sueltan. La capacidad para cambiar las cosas está en nuestras manos, más de lo que creemos. Tenemos que dejar de ser las víctimas y asumir nuestra responsabilidad.
Así que, por favor te lo pido, este domingo, VOTA.
Vota a quien debas, a quien quieras, a quien puedas.
Vota al que tenga un programa coherente, al que te caiga simpático o el que te parezca sexi.
Vota a quien te de la gana. Con el criterio que te parezca. O sin criterio. Coje una papeleta al azar y métela en el sobre.
Lo que quieras.
Porque una vez, sólo una vez cada cuatro años, la decisión está en tus manos: aprovecha tu oportunidad.
Y si no la aprovechas... bueno, si no la aprovechas es como si te quejas de que no te toca la lotería, pero nunca compras el boleto.
Estás en tu derecho, por supuesto.
Pero luego no te quejes si las cosas van mal, porque no hiciste nada para evitarlo.
Piensa que la única forma de conseguir que no sean indiferentes a nuestra opinión es no mostrando indiferencia.
Resumiendo: que votes.
Para que nadie tenga que comer anillo nunca más.
Ostris... creo que me he pasado. No pretendía ponerme tan seria. A ver cómo lo arreglo ahora... Venga, va, un chiste para compensar. Van dos hámsters andando por la calle, y pasa volando un murciélago. -Mira -dice una-, ese es mi novio. -Que feo. -Sí, pero es piloto.