31 enero 2017

Lo normal

Bebé-kun se acaba de dormir, 
Nena-chan se acaba de dormir. 
ZaraJota me ha dicho que se iba a duchar y lleva media hora en el baño, que no quiero ni pensar en lo que estará haciendo allí (lo más probable es que se haya quedado dormido de pie mientras se ducha). 

Y yo iba a escribir algo, pero solo se me ocurre una cosa y no sé si es buena idea, probablemente no. 

Ahora que Bebé-kun ya no mama cada hora nos hemos apuntado a matronatación, que es eso de que llevas a tu bebé a la piscina y lo lanzas al agua y nada perfectamente y entonces comprendes que la Madre Naturaleza es sabia y todos estamos en perfecta comunión con ella, y entonces te dan ganas de tomarte un tinto, porque siempre que oyes la palabra "comunión" te entran ganas de beber tinto, aunque nunca entenderás por qué. 
Lo que pasa es que algo hemos debido hacer mal, porque la primera vez que solté a Bebé-kun en el agua en vez de nadar se hundió del todo y encima el monitor se enfadó conmigo, y por más que intenté explicarle que con esa actitud JAMÁS iba a entrar en comunión (mmmm... tinto) con la naturaleza no me hizo caso, y Bebé-kun acabó envuelto en diversas capas de gomaespuma: un churro anudado en la cintura, una placa metida en el bañador y unos manguitos de la talla del niño. 
Y cuando digo que los manguitos eran de la talla del niño me refiero a que eran de su tamaño. Exactamente su mismo tamaño. 
El monitor me dijo que lo sostuviera por la tripa, pero entre todo aquello yo no veía la tripa por ninguna parte, y además después del experimento de lanzarlo al agua el niño como que me había cogido manía: cada vez que me acercaba empezaba a darme manotazos y a gritar. Así que me pasé prácticamente toda la clase fingiendo que lo sostenía, mientras La-Bola-De-Gomaespuma-Antes-Conocida-Como-Bebé-kun nadaba de un lado para el otro él solo, canturreando. 
La primera sesión, quitando el tema del hundimiento, fue un completo éxito: Bebé-kun estaba encantado. Bueno, esto fue hace ya cuatro o cinco meses, en una época en la que el pobre chiquillo hacía poco más que llorar y retorcerse de dolor, así que verlo reírse durante media hora a la semana a mí me parecía lo más de lo más.
-Vamos a seguir yendo -le dije a ZaraJota, en casa, mientras preparaba la comida.
ZaraJota suspiró. 
-Sabes que eso implica hacer algunos sacrificios. 
-Lo sé, lo sé... Pero he estado pensando mucho, y creo que puedo hacerlo. 
-¿Hablar con otras mamás? ¿En el vestuario? ¿Como si fueras normal?
-Lo que sea por Bebé-kun -le contesté con lágrimas en los ojos. 
Es que estaba picando cebolla. 
Pues bien, los meses pasaron y no os lo vais a creer, pero seguimos con las clases de matronatación, sin cejar en nuestro empeño, y poco a poco fuimos conociendo a otras mamás y a sus enanos, e incluso mantuve conversaciones con ellas. Conversaciones normales de persona normal
Bueno, de persona normal no, de madre. Pero de madre normal
Hasta la semana pasada. 
El día de la clase nos levantamos tempranísimo, como siempre.
Desayunamos a toda prisa, como siempre. 
Preparamos todos los arreos, como siempre. 
Salimos corriendo a matronatación, como siempre. 
Llegamos al vestuario, como siempre. 
Le puse el bañador a Bebé-kun, como siempre. 
Me despeloté, como siempre. 
Me vino la regla a chorro, como siem... ¡ME C*G* EN TÓ LO QUE SE MENEA!
El vestuario estaba a rebosar de mamás y sus respectivos niños, y yo estaba ahí en plan, bueno, ya os imagináis, y Bebé-kun había salido corriendo mientras agitaba mis braguitas (manchadas de ya-sabéis-qué) en la mano, que ahora que los pienso la culpa va a ser de su padre por ponerle Dragon Ball
En fin, no voy a entrar en detalles. El caso es que volví a casa una hora antes.
-Uy -me dijo ZaraJota-, ¿es cosa mía o es que hoy has vuelto antes de lo normal?
-Bueeeeno... define normal. 

22 enero 2017

La culpa de todo la tiene un tal Antonio

Apuesto a que ya pensabais que no iba a retomar esto jamás.  


La vuelta al cole ha sido muy dolorosa, pero no tanto como torta que me pegué contra el suelo del pasillo.
Aparte del esguince en el tobillo también me hice daño en un brazo (todavía me duele), un muestrario de moratones (ahora "amarillones") y una hernia de orgullo.  
Pero lo peor era el atasco.
Adiós. 

No, espera, no era eso.
P*t* autocorrector...

A Dios pongo por testigo que no entiendo qué F*CK*NG F*CK*D F*CK le pasa a las tuberías de este edificio (y colindantes). Llevamos apenas cinco años viviendo aquí y si contáramos las capas de pintura como si fueran anillos de un árbol parecería que llevamos un siglo. 
Aunque para ser justos algunas no se corresponden con obras sino con los vómitos masivos de Nena-chan, pero no vamos a entrar en detalles sin importancia. 
Que acabo de comer. 
Como decía antes de pasarme dos semanas con el brazo pocho, era 31 de diciembre y teníamos un atasco, y la mala costumbre de ducharnos al menos una vez al año. Ya sabéis, en año nuevo. 
LO NORMAL. 
ZaraJota echó líquido desatascador y nada, 
Metió una guía y nada. 
Dijo palabrotas y nada. 
Los días pasaban y pasaban y el atasco cada vez iba a peor, tanto que para ducharme (ya sabéis, año nuevo) tenía que abrir el grifo, mojar una parte del cuerpo, cerrar el grifo, esperar que el desagüe tragara, enjabonar, esperar que el desagüe tragara, aclarar, dejar que... Bueno, ya os hacéis una idea. 
El único que estaba feliz con la situación era Bebé-kun, que en cuanto nos despistábamos se iba a chapotear en agua sucia... y eso cuando no se la bebía, que la leche del biberón le da mucho asco, pero el agua de segunda mano ya si tal. 
En fin, que viendo que aquello no se solucionaba terminamos llamando a nuestro fontanero de confianza, al que llamamos así porque viene a casa con tanta frecuencia que al final le hemos dado una llave.
El fontanero estuvo toda la tarde tumbado en el suelo de nuestro baño, enseñando la hucha y emitiendo gruñidos y al final tuvo su veredicto: 
-Esto va a ser comunitario. 
ZaraJota y yo respiramos aliviados porque de pronto el atasco se había convertido en El Problema de Otro. 
-Bueno, pues nada, avisamos a la comunidad y que envíen un desatasco y...
-No, no, va a haber que picar. Pero no os preocupéis. Como mucho serán una par de paredes del baño, y probablemente el suelo. 
-O sea, todo el baño. 
-Jajaja, no, mujer, todo el baño no. No creo que haga falta quitar el plato de ducha. 
A mí me entraron unos sudores fríos intermitentes con probabilidad de chubasco a media tarde. 
-Es que... es que... no hace ni un año que nos reformaron el baño entero...
-Los atascos son así. Bueno, voy a hablar con el administrador para que me autorice la obra y mañana llamo a Antonio. 
-Vale. 
Todos los fontaneros que pasan por mi casa se empeñan en llamar a un tal Antonio, y no sé para qué, porque luego siempre terminan llamando a ZaraJota, que para mí que el tal Antonio es mas inútil que la última rebanada del pan de molde, pero bueno. 
El fontanero se fue y yo me senté en mitad del pasillo a llorar. 
Los niños lo hacen continuamente, y oye, ahora entiendo por qué: el pasillo tiene una cierta cualidad reconfortante. 
Lloré porque estoy muy cansada, 
y lloré porque estoy harta de vivir en una obra permanente, 
y lloré porque me esfuerzo para que los niños lleven una vida medio normal y no hay manera,
y sobre todo lloré porque últimamente ando medio deprimida y cualquier excusa es buena, para que nos vamos a engañar. 
Estaba disfrutando a lo grande de mi berrinche cuando me interrumpió ZaraJota, que es que no tiene respeto por el dolor ajeno, si lo llego a saber me caso con el tal Antonio, que debe ser muy apañao porque si no los fontaneros no le llamarían tanto, digo yo. 
-Lorz -me dijo-, me acabo de duchar. 
-Guay, hasta el año que viene. 
-No es eso, es que de pronto el desagüe va perfectamente. 
-No me jodas. 
-Ya sabes que no, Bebé-kun tiene el sueño muy ligero. Pero volviendo al tema del atasco, ha desaparecido por completo, voy a llamar al fontanero para que no venga mañana. 
-¿Ves? Ese es nuestro problema: NOSOTROS llamamos a los fontaneros. Deberíamos hacer como el tal Antonio, que deja que los fontaneros le llamen A ÉL. Por eso le respetan...
ZaraJota llamó al fontanero. 
-Hola, le llamo para decirle que el atasco ha desaparecido de pronto. 
-¿Ah, sí? Pues eso debe ser que lo he arreglado yo sin darme cuenta. Son 50 €. 
Jo, pues si llega a darse cuenta nos cruje. 



04 enero 2017

El regalo de reyes

Sí, el vecino tenía una fuga en la bajante de fecales.
Pero nosotros teníamos algo peor: un atasco en la bajante de la ducha.
Nos dimos cuenta en la tarde del día 31 de diciembre, cuando ZaraJota quiso ducharse y el desagüe, en vez de tragar agua como es su obligación, empezó a escupirla.
A chorro.
En grandes cantidades.
ZaraJota reaccionó rápidamente: salió de la ducha, agarró la fregona y empezó a dar fregonazos full power.
Yo oí ruidos, me asomé al pasillo, y me lo encontré en pelota picada, con todo colgando, fregona en ristre e impasible el ademán.
-¡¡¡ARRRGH!!! ¿¿¿QUÉ HACES???
-¡¡¡RECOGER AGUA!!!
-¡¡¡PERO ESTÁS EN PELOTA PICADA!!!
-¿¿¿YA NO TE GUSTO O QUÉ???
-¡¡¡ME GUSTAS MUCHO, PERO SI NENA-CHAN CUENTA EN EL COLEGIO QUE SU PADRE ES UN PORNOCHACHO A LA REUNIÓN CON LA DIRECTORA VAS TÚ!!!

Flashback.
Hace unos días mi padre dijo "bueno, me voy ya a trabajar, que tengo que echar gasolina al coche". 
Lógicamente, mi padre se refería a que salía de casa un poco antes de lo normal porque tenía que parar en la gasolinera de camino al trabajo. Obvio, ¿no? 
Bueno, pues no debe ser tan obvio, porque ahora nena-chan está convencida de que el abuelo trabaja en una gasolinera, en concreto en la de la calle Antonio López (no me preguntéis por qué). 
Ahora cada vez que pasamos por delante pregunta si puede ir a ver al abuelo, y cuando le decimos que el abuelo no trabaja ahí se echa a llorar porque el abuelo no tiene trabajo.  
Con esto de las profesiones hay que tener mucho cuidado. 
Flashforward.

ZaraJota abandonó la pornolimpieza y se fue a vestirse.
-¡Ahora sigo! -me gritó. No sé por qué no podía seguir limpiando yo. Ah, sí, tenía a Bebé-kun enganchado al pecho. Y cuándo no.
Al rato ZaraJota salió perfectamente vestido, y me dijo con mucha satisfacción que ya había recogido el agua.
-Genial, Bebé-kun ya ha soltado la teta. Voy a arreglarme.
Me levanté, crucé el pasillo, pisé un charco de agua, resbalé y, durante lo que parecieron horas, floté ingrávida mientras mi vida pasaba ante mis ojos: preparando el desayuno, dando teta, trabajando, dando teta, haciendo la comida, dando teta, duchándome, dando teta...
Muchas, muchas tetas más tarde, aterricé de nuevo en el suelo. Pero no vayáis a pensar que caí de cualquier manera, ¿eh? Que una tiene una gracia y un saber estar que no es ni normal.
La pierna derecha se dobló en su sentido natural, de manera que frené la caída con la rodilla derecha, mientras que la pierna izquierda se retorció varias veces sobre sí misma antes de aterrizar sobre la rodilla izquierda. Y luego me caí de culo.
ZaraJota oyó los numerosos crujidos, vino a buscarme y me encontró de rodillas en el suelo, con los lagrimones cayendo, que solo me faltaba el cirio pascual para quedar estupenda en una procesión.
-Losientolosientolosientolosiento... me he debido dejar un poco de agua... ¿Te has hecho daño?
-Solo en los músculos y en los huesos...
ZaraJota no ha visto Los Simpsons, así que puedo soltarle frases de Homer cuando quiero y siempre piensa que soy muy ocurrente. Y un poco lerda.
Las cosas como son: me dolía mucho el cuerpo entero. Pero era nochevieja, era algo así como el décimo aniversario de cuando no empezamos a estar juntos, y, lo más importante de todo, tenía que estrenar mis zapatos nuevos:

Yo tengo claras mis prioridades. 

-Seguro que si me quedo sentadita un rato se me pasa -le dije.
Como era de esperar, al día siguiente me dolía todo, y especialmente el tobillo izquierdo.
-Bueno, seguro que si me quedo todo el día estiradita se me pasa.
-Claro.
-Pero primero voy a hacer la comida.
-Ajá...
-Y luego tengo que planchar.
-Ajá...
-¿Me ayudas a quitar las cortinas?
Al día siguiente del siguiente tenía el tobillo izquierdo como el culo de un elefante.
-Creo que voy a ir a urgencias -le dije a ZaraJota.
-De inmediato.
-Sí, sí, en cuanto acabe de hacer las camas, fregar el baño y hacer la comida.
-Lorz, DE INMEDIATO.
ZaraJota es que es así, no tiene claras sus prioridades.
Me fui a urgencias donde, por cierto, me estaban echando de menos.
-Hola, Lorz, ¡cuánto tiempo! No te vemos desde el año pasado.
-Estuve el viernes.
-¡Pero todavía era 2016!
-Ah, claro, jo, el tiempo vuela.
-A ver, ¿qué te ha pasado ahora?
-¡Mi marido ha intentado asesinarme con un charco de agua! Sin duda pretendía que pareciera un accidente. ¡Desde que se hizo pornochacho no ha vuelto a ser el mismo! Ese trabajo te cambia... 
-...
-Me he resbalado.
-Ya veo... Te has hecho un esguince.
-Ah, genial. Pensaba que sería algo chungo y que no podría ir a la cabalgata de Reyes.
-Lorz, no vas a poder ir a la cabalgata.
-Jo.
Nada más salir de la consulta llamé a ZaraJota.
-Bueno, la mala noticia es que no voy a poder ir a la cabalgata.
-¿Y la buena?
-Que ya estoy envuelta para regalo.