14 diciembre 2020

Pensamientos cristianos



Pues esto os va a sorprender, pero menos de dos horas después de la conversación anterior la misma persona volvió a llamar, pero esta vez me llamó directamente a mí. 
Me pilló en el tren y gracias a dios no era el vagón silencioso porque me habrían acabado echando. 
En fin.
Al menos no preguntó por cuándo íbamos a llevar las cenizas. 
Lo que quería saber es por qué yo era tan mala con elle.
-Si yo soy buene persone y buene cristiane.
-Pero tú sabes que eso es algo que dicen de uno los demás, ¿verdad? O sea, no es la típica cosa que dice uno de sí mismo...
-A ti te han estado contando mentiras sobre mí. ¿Quién ha sido? ¿Tu padre? 
-Nadie me ha contado nada.
-Claro que sí, a ver si te piensas que soy tonte.
-Ahora que lo mencionas...
-Pues yo no soy tonte, y no te creas que no me he dado cuenta de que últimamente te has distanciado de mí.
A ver, la última vez que vi a esta persona fue porque coincidimos en una boda, jamás hablamos por teléfono y la tengo bloqueada en whatsapp desde hace cinco años porque me mandó un mensaje exigiendo que le mandara fotos bonitas de mis hijos "porque las que he visto son una puñetera mierda". 
-Yo no diría precisamente que nos hemos distanciado... -le contesté, porque cuando me pongo a ser diplomática lo soy a tope.
-Que sí, que sí, que aunque no lo creas yo lo noto... Y no entiendo por qué, si yo soy buene persone y buene cristiane... Alguien te ha puesto en mi contra. ¿Quién ha sido?
-Estooo, ¿tú misme?
-Seguro que ha sido tu padre, que te ha contado mentiras sobre mí. 
-Mi padre no me ha contado mentiras.
Con contar la verdad vamos sobrados de información, gracias.
-Le defiendes porque no sabes cómo es.
A ver si lo entiendo: yo que he vivido con mi padre 27 años no sé cómo es, así que tiene que venir a explicármelo una persona que no se habla con él desde que Felipe González era presidente. 
Sí, parece súper lógico todo. 
-Creo -contesté muy despacito-, que en realidad le defiendo a pesar de que lo sé. 
-Sí me dejaras contarte la verdad te darías cuenta de que yo siempre te he querido mucho.
-Pues lo disimulas estupendamente. 
-Es que no entiendo de dónde has sacado esa idea, seguro que ha sido tu padre.
Empezaba a sospechar que esta persona estaba un poco obsesionade con mi padre. Que a mí me parece muy bien porque cada uno tiene derecho a obsesionarse con lo que le da la gana, pero a mí que no me lo cuente porque me impresiono con facilidad.
-No, mi padre no.
-¿Entonces quién? ¿Tu madre? ¿La Tita? ¿HABLASTE CON LA TITA CUANDO ESTUVISTE CON ELLA EN EL HOSPITAL?
No, me senté dándole la espalda y fingí no conocerla mientras se moría, no te jode. 
-Pues claro que hablé con ella. 
-Bueno, la gente cuando se está muriendo a veces dice cosas que... 
Premio al pensamiento cristiano del año, sí señor. 
-Mira, da igual; yo hablaba con la Tita a menudo y...
-¿Y TE CONTABA MENTIRAS SOBRE MÍ?
-No sé ni qué contestar a eso.
-¿Cómo te ha podido contar cosas malas de mí, si yo soy buene persone y buene cristiane y la quería mucho? 
Sobre todo ahora que se ha muerto, me da la impresión.
-Mira, a mí me da igual lo que pasara entre vosotras. 
-Pero si me dejas explicarte...
Yo empezaba a estar un poco harta de esta conversación. Estaba cansada. Estaba en el tren. Estaba intentando trabajar. Y estaba hasta los cojones de ser educada. 
-Mira -le solté-, a mí no tienes que contarme nada, porque tengo cuarenta años y pelos en el chichi y ya me doy cuenta de cómo son las cosas yo sola, gracias.
Para entonces los viajeros del tren estaban living con la radionovela, porque yo intentaba hablar bajito pero como se habían callado todos de pronto para oír mejor tenía una acústica estupenda. Que sólo les faltó apagar la tele, de verdad, que total la película que estaban poniendo no tenía ni la mitad de trama que mi conversación.
-Y si de verdad eres tan buene persone y tan buene cristiane -seguí- lo único que debería importarte es lo que piense Dios. 
Eso, por lo que fuera, le sentó regular. 
-¿Pues sabes lo que te digo? Que eres una maleducada.
Le dijo la sartén al cazo.
-¿Yo?
-Sí, fíjate que no me has dado ni el pésame. 
Lo que me faltaba.
-Bueno -contesté- tú a mí tampoco.
-Pero yo soy familiar más directo y tengo preeminencia.
Me parece que "alguien" ha visto demasiados capítulos de The Crown.
-Pero -respondí- la que ha estado limpiándole el culo en el hospital he sido yo. 
Aquí de verdad os digo que los otros pasajeros del vagón dieron un bote en el asiento que ni cuando murió JR. 
-¿Pues sabes lo que te digo? Que te retiro el pésame. 
-¿Que qué?
-Que no te mereces mi pésame. Y tu padre tampoco.
-En serio, mi padre...
-Y cuando vaya al tanatorio voy a fingir que no te veo. Y a tu padre tampoco.
-Mucho no tendrás que fingir, porque el velatorio fue ayer y no apareciste. 
Sospecho que eso le sentó regular. 
-¡OS VAIS A IR A TOMAR POR CULO! ¡TÚ Y TU PADRE!
-De verdad que no sé qué pinta mi pad...
-NO TE PIENSO VOLVER A HABLAR JAMÁS, ¡JAMÁS!
-¿Es una promes...?
Y me colgó. 

Después de esto me faltó tiempo para proclamar la historia a los cuatro vientos porque, jo, que esta persona te prometa no volver a hablarte es mejor que acertar con los números de la lotería. 
Pero mi gozo duró poco, porque al día siguiente volvió a llamarme y yo, que soy más tonta que hecha a encargo, respondí la llamada pensando que se quería disculpar. 
Pero no. 
-Oye -me dijo. Ni hola ni nada-. Que tu madre no me coge el teléfono.
-Creía que no te hablabas conmigo.
-¡Pero con tu madre sí!
Ah, bueno, eso lo aclara todo, entonces.