30 abril 2017

Eurodisney, parte 4


Previously in Lorz...
En el aeropuerto ya para las vacaciones de agosto.

Si no tenéis niños pequeños es probable que no sepáis que para los viajes se recomienda llevar 6 pañales por cada niño y día porque el pañal se debe cambiar cada 3-4 horas, tanto si está sucio como si no.
Siguiendo esta lógica, y teniendo en cuenta que a Bebé-kun le cuesta hacer caca, para nuestro primer día en Eurodisney puse cuatro pañales en la mochila, y uno en el culete del niño.
5 pañales para 12 horas.
ZaraJota y Nena-chan se fueron a montarse en cosas (#cosas) y Bebé-kun y yo nos quedamos paseando por Fantasyland, hasta que Bebé-kun descubrió los bancos.
Los bancos de Fantasyland tienen una altura estupenda para ser un niño de 19 meses al que le gusta Subirse y Bajarse de Sitios Una y Otra Vez.
Se subía.
-¡BIEEEEEN! -se aplaudía un poco a sí mismo.
Se bajaba.
-¡BIEEEEEN! -se aplaudía un poco a sí mismo.
Se volvía a subir...
Bueno, lo vais pillando.
Cuando vi que el nene lo tenía todo controlado me senté en un ladito del banco y me relajé.
Ay. Me dije. Qué bonito es esto. Y qué relajante. Y qué limpio está todo, no se ve ni un papel en el suelo. Y... bueno... la verdad es que para lo limpio que está huele un poco como a caca. A caca recién hecha, además. Calentita.
-Bebé-kun, ¿te has hecho caca?
-TÍ. ¡BIEEEEEN!
Nos fuimos al baño y le cambié el pañal. Para cuando salimos ya casi era su hora de comer y Bebé-kun estaba entrando en masa crítica, así que hice una cosa de la que avergüenzo ligeramente.
-Hoy nos vamos a tomar el tarrito a temperatura ambiente, ¿vale?
-¡VALE! ¡BIEEEEEN! -y se aplaudió un poquito, para animarse un poco, digo yo, aunque realmente no era para tanto, vaya, que era puré de calabacín y estábamos a 30 °C; además el aceite de palma conserva el calor estupendamente.
El mejunje aquel le sentó muy bien, tanto que se sentó al sol y se relajó. Mucho. Hasta rebosar el pañal o así.
Me lo llevé al baño y le cambié el pañal, con tan mala suerte que se me cayó uno al lavabo y lo tuve que tirar. 
Solo nos quedaba otro pañal limpio, pero con suerte y un poco de contención igual podíamos aguantar hasta que fuéramos al hotel a dormir la siesta.
Salí del baño y me encontré a ZaraJota y Nena-chan, que venían haciendo eses después de montarse en Dumbo en innumerables ocasiones (2).
-Ay, qué bien me vienes -le dije a ZaraJota-. Coge al niño, que voy a hacer pis.
Cuando salí del baño, otra vez, ZaraJota tenía esa expresión de "acabo de hacer algo responsable" que he aprendido a temer.
-Le he cambiado el pañal al niño.
La espalda me hizo esa cosa que dice Stephen King que le pasa a la gente que tiene mucho miedo.
-¿Se había hecho caca?
-No, es que he pensado que ya llevaba mucho rato con ese.
-¡NOOOOOOOOOO!
-Por cierto, no quedan pañales.
Lloré un poco, pero en bajito, por miedo a que Walt Disney en persona viniera a devolverme la felicidad.
Y luego, me rehice.
A ver.
Son las tres y tenemos que ir a comer o perderemos la reserva.
Bebé-kun solo tiene el pañal que lleva puesto.
Por otra parte hoy ha hecho mucha caca.
Sin duda podemos aguantar hasta después de comer con el pañal que le acabamos de poner, ¿verdad?
Y así nos fuimos a comer con toda mi familia al Auberge du Cendrillon, que para el que no lo sepa es el restaurante donde están todas las princesas, y pasan a saludarte mientras comes, y es muy bonito todo y la gente llora, pero yo no porque tengo dignidad, o la tenía hasta que se nos acercó Blancanieves y Nena-chan la abrazó y a tomar viento la dignidad porque me eché a llorar porque la niña ha tenido etapa Frozen y etapa Rapunzel y etapa Trolls, pero la primera y a la que siempre volvemos es a Blancanieves.

(Aunque por supuesto cuando Blancanieves le preguntó cuál era su princesa favorita, Nena-chan contestó "no lo sabo" y me entraron ganas de lanzarle un zapato)

Acababa de irse Blancanieves y estábamos todos los adultos mirando al techo para hacer como que no llorábamos cuando mi madre dijo:
-Qué bonito es todo, desde luego, cuidan cada detalle. Lo que no me explico es lo mal que huele de vez en cuando.
-Pues yo no he notado nada -dije, y de pronto me llegó un aroma familiar.
Le di a ZaraJota una patada para llamar su atención y luego le dije telepáticamente: "Tenemos un problema".
”¿Has vuelto a tragarte el tenedor por accidente?"
"Dos problemas. Tu hijo se ha hecho caca"
"¿ESE OLOR SALE DE BEBÉ-KUN?"
"¡No grites! Disimula. A ver si aguantamos hasta que hayamos comido"
"¿Con esta peste?"
"Me lo voy a quedar en brazos para que no lo esparza, a ver si nadie se da cuenta"
Y lo cogí en brazos. Pero entonces mi madre dijo:
-Ay, Bebé-kun, así no dejas comer a mamá. Anda, ven conmigo...
No llevaba ni tres segundos con el niño en brazos cuando empezó a olisquearlo.
-Lorz -me dijo-, ¡este niño huele muy mal!
Desde luego es que hay que ver cómo somos: diez minutos con la realeza y ya le empezamos a arrugar la nariz a los pobres.

Continuará...

23 abril 2017

Eurodisney, parte 3

Previously in Lorz...
Eh jodío de ehplicar.

Voy a decir una cosa que me va a traer muchos problemas, pero no puedo ocultaros la verdad ni un minuto más:

soy la más normal de mi familia.

Ya está. Ya lo he dicho.

Mi familia tiene puñetitas de todos los modelos, pero la puñetita más general y compartida es la manía de la puntualidad.
Bueno, puntualidad. 
Ser puntual es llegar a la hora que toca.
Para mi familia ser puntual es llegar un cuarto de hora antes, media hora antes para ir con un poco de margen. De hecho, si vas una hora antes, mejor, que siempre te puede surgir cualquier imprevisto.
Cuando estamos por separado todavía somos capaces de disimular la tarita, pero cuando estamos juntos nos retroalimentamos y alcanzamos dimensiones épicas.
Por suerte, casi nunca estamos todos juntos.
Pero claro...


FLASHBACK...

-Todos, Lorz. Nos vamos a Eurodisney TODOS.

FLASHFORWARD...

La neurosis colectiva empezó varias semanas antes de la hora prevista de embarque, pero os voy ahorrar los detalles para que no tengáis pruebas contra nosotros el día que decidan internarnos en un centro especial. 
El vuelo salía a las 8:45 de la fruta mañana de un fruto sábado, y calculé que con salir de casa a las 6:00 era más que suficiente. Vaya, que el aeropuerto está a escasos 20 minutos de casa, y a esas horas ni hay tráfico ni nada, pero bueno, mi idea era llegar, pasar el control, y sentarme a dar tetica tranquilamente frente a la puerta de embarque.
Pero la víspera mi familia alcanzó el punto crítico.
Antes de nada, un poco de contexto.
Me había levando a las 6:00, había llevado a los niños al colegio y me había ido a trabajar. Llevaba toda la tarde intentando encajar el equipaje de cuatro personas (peor: de tres personas y un bebé) en una única maleta (spoiler: no lo conseguí), planchando cositas de última hora, intentando recordar si llevaba todo lo que necesitaba o no. Eran las nueve de la noche, no habíamos cenado, y los niños estaban que se subían por las paredes.
Y entonces mi madre llamó por teléfono.
-Filla -me dijo-, que llevo ya un rato sentada en el sofá con el abrigo puesto.
-¿Vas a montar una granja de pollos?
-No, es para irme ya al aeropuerto.
Jo. Me gustan los pollos.
-¿YA?
-Sí, es que tu hermano dice que deberíamos estar allí a las 6. Y claro, para estar allí a las 6 hay que salir de casa por lo menos a las 4, y para salir a las 4 yo tengo que levantarme por lo menos a la 1, y he pensado que mira, que ni me acuesto.
-Vale, ¿por qué llevas el abrigo puesto?
Que estamos a treinta grados, por el amor de dios.
-Porque he mirado la previsión del tiempo para los próximo diez días, y el martes va a refrescar.
-Claro. Bueno, rebobinemos un poco: ¿que mi hermano ha dicho QUÉ?
Hermano Mediano ha estado en Finlandia, Islandia, Japón y China, en esta última varias veces. Cualquiera diría que a estas alturas ya se habría acostumbrado a todo el tema de los horarios y los aeropuertos.
Sí, cualquiera lo diría.
Pero yo no.
-Que tenemos que estar allí por los menos dos horas antes del vuelo, y como el vuelo sale a las 8...
-¡El vuelo sale a las 8:45!
-Pero la hora de embarque es a las 8:15, así que tenemos que estar allí como mínimo a las 6 y claro, ¡es que es prácticamente hora de salir ya!
Lo primero que pensé es que mi madre se había vuelto loca de pronto. Luego me lo replanteé y me dije que bueno, igual tan de pronto no era.
Pero no se trataba de eso. A mí me daba pánico pensar que iba a pasar tres horas en el aeropuerto, con todo cerrado, nada que hacer, dos niños pequeños, mis padres, mis hermanos y ZaraJota drogado (esa historia para otro día...). Tenía que encontrar la forma de poner un poco de sensatez pero claro, la sensatez no es mi fuerte.
Por eso recurrí a una autoridad superior.
-Pero vamos a ver... ¿padre qué opina de todo esto?
-¿Tu padre? ¡Hace una semana que salió para el aeropuerto!

Estamos apañados.

continuará...

17 abril 2017

Eurodisney, parte 2

Previously in Lorz...
Cuando ahorremoh un poquillo-o-o.


La verdad es que mis padres no habían ahorrao un poquillo, como demuestra el hecho de que nos íbamos ocho personas, cuatro días, a pensión completa, a uno de los mejores hoteles, y que después no nos han dejado pagar ni un café.
Para ser justos, mi madre me dejó pagarle un café. 
1,35 €. 
Ahora que lo pienso, también quiso un croasán para acompañar. 
Otro 1,95 €
Es que mi madre siempre ha sido muy de abusar. 
Mi padre solo puso una condición.
-A mí darme de comer bien.
-Bueno, con el paquete que has contratado tenemos acceso a muy buenos restaurantes; la única pega es que hay que reservar con mucha antelación.
-Pues ocúpate tú, que entiendes de estas cosas.
Me quedé un poco perpleja. ¿De qué cosas? ¿De comer? ¿De restaurantes? ¿De reservar?
Pero bueno, ya que nos íbamos a Eurodisney totalmente por la cara tampoco me iba a negar a hacer unas llamadas.
El teléfono de reservas de Eurodisney te da la opción de atenderte en varios idiomas, entre ellos el castellano.
-Qué bien -pensé, pulsando la opción "castellano".
-Bon jour.
-La p*t*.
-Ah, ¿espagnol?
-Oui. Sí. Yo qué sé.
-Si pguefiegue le puedoo atendeg en espaniol.
-Sí, por favor. Quiero hacer una reserva para el restaurante de las princesas... eh... ¿le Auberge du Cendrillon?
-Oui. ¿Cuantas pegsonas?
-Seis adultos, una niña, un bebé.
-Ocho pegsonas. Paga senag está todo completo-o. Paga comeg tenemos hueco-o a las 11:30. Nada má-ás.
-¡Si queda más de un mes!
-Son muy populague-es, las pguinsesa-as. Espegue-e, tenemos otgo-o hueco a las 15:30.
Estimado dios, si existes, que le pase algo bueno a la familia que decidió anular su reserva en ese preciso momento. Gracias.
-¡Ese! ¡Me lo quedo! Es un poco tag... tarde pero me da igual.
-Es una hora muy espaniola para comeg, jijiji...
-Y queremos una tarta de cumpleaños.
-Pegfecto, ¿qué eda-ad tiene el niño-o?
-Um... sesenta.
-¡Pegfecto-o! Nos gustan los niño-os de todas las edade-es!

Me quedé tan contenta con mi reserva, pero pasados unos días volví a llamar.
No es porque tenga toc y haya llamado unas sesenta veces a confirmar que todo esté correcto, ¿eh?
Es que tardé un poco en cuadrar el planning.
Y además tengo toc.
Pero esta vez la llamada fue un poco diferente.
-Buenoh díah, soy Hosé Cal·los.
Hace poco he leído un libro que decía que el catalán es el único idioma europeo que utiliza la l geminada. Falso: el gaditano la usa continuamente.
-Eh... hola... ¿es el teléfono de reservas de Eurodisney?
-Claro, mujeh.
-Eh... Quiero hacer una reserva para Chez Rémy.
-¿Cuántoh soih?
-Seis adultos, una niña, un bebé.
-A mí dime los culoh que tengo que sentar.
-Eh... -yo no sabía que en Eurodisney se podía tener culo-, um... ocho.
-Ocho. Ehtoy viendo que tieneh una reserva pal Auberch du Sendrillón, con tarta de cumpleañoh.
-Sí.
Miarma.
-Pueh te cuento: aquí tieneh apuntao que quiereh la tarta de fresa y nata.
-Sí.
Albergaba la esperanza de que la nata fuera en realidad chantilly. Por las risas.
-Eh que ahora tenemos también la tarta del veintisinco aniversario.
-Ah, genial. Y ¿cómo es?
-Pueh la verdad, eh mu jodío de ehplicar.
Parece la tarta ideal para mi familia, sí.

continuará...



La jodía tarta. 

12 abril 2017

Eurodisney, parte 1

1992, antigua carretera nacional IV, en algún punto entre Sevilla y Córdoba. 
-Niñoh, ¿oh ha guhtado la Ehpo? -dijo mi padre, mirándonos de reojo mientras conducía.
-¡Sííííííííií!
-¿Dónde quereih que vayamoh la prósima veh?
-¡A URODIHNI!
-Bueno, eso-o-o cuando ahorremoh un poquillo-o-o.


2016, Madrid, en algún punto de Carabanchel. 
-El año que viene cumplo 60 -me dijo mi padre.
-¡GUAU!
-Impresiona, ¿eh?
-No, es que han abierto una tienda de galletas para perros, y quiero ver si doy el pego y me puedo comprar una. ¡GUAU, GUAU!
-... claro... Bueno, que estoy pensando en hacer algo especial. Pero "especial" de verdad, no especial como tú.
-Pues para los 60 no sé qué harás, pero para los 65 podíamos ir todos a Eurodisney.
Que 60 es una cifra muy redondita y muy mona y muy tal, pero el verdadero hito es cumplir 65, jubilarse (ja, ja) y a vivir la vida.
-Bueno -dijo mi padre-, eso-o-o cuando ahorremoh un poquillo-o-o.
O sea: que no.


2017, Madrid, en el mismo punto de Carabanchel que antes. Exactamente el mismo punto. Es que en mi familia somos un poco especiales con el tema de los asientos para comer y tal. 
-No hagáis planes para semana santa -dijo mi padre-, que nos vamos a Eurodisney.
Se me escapó la fanta por la nariz de la impresión.
-Mira -le dijo-, solo porque madre y tú os vayáis a Eurodisney no voy a quedarme yo sin salir, por mucho que vuestro gato sea idiota y le dé miedo quedarse solo en casa.
-Todos, Lorz. Nos vamos a Eurodisney TODOS.
Me quedé sin palabras. Y creedme, eso no pasa a menudo.
-No sé qué te sorprende tanto, Lorz, si fue idea tuya.
-¡Yo dije a los 65! ¡Que ahora me paso el día con la teta al viento y en Eurodisney hace mucho frío!
Coñoyá.
-¡Pero es que hemoh ahorrao un poquillo-o-o AHORA!
Así visto, ahora es un momento estupendo.


continuará...