27 agosto 2013

Vamos a la playa calienta el sol, 5

Previously in Lorz...
Me he dado a mí misma un día para regodearme en mi sufrimiento.
Ahora toca olvidarlo y seguir adelante.
¿Por dónde íbamos? 


Yo fui una niña de veranos felices.
Todos los años pasaba un mes a remojo en la piscina de los abuelos maternos, y otro mes a remojo en la playa con los abuelos paternos, que tenían una casita en Blanes. Y digo tenían porque un día mi abuelo tuvo una crisis pitopausica y la vendió.
A decir verdad, antes nos preguntó.
-¿Qué os parece si vendo la casa en la playa y me compro una casa en semiruinas en medio de un matojal?
-Es tu casa y puedes hacer lo que quieras -le dije-, pero no puedes comprarte un descapotable y liarte con la secretaria como hacen los demás?
El abuelo se compró la casa en semiruinas, la arregló y quedó muy bonita.
El pueblo era muy bonito, también.
Y más aburrido que hacerle el censo a los puntos del gotelé de tu habitación.
A mis padres les gusta mucho ir cuando están estresados: dicen que se pasan el día durmiendo y vuelven relajadísimos.
Ahora que lo pienso, lo que dicen es que se han pasado el fin de semana sin salir de la cama.
Enhorabuena, abuelo: has vendido el piso de la playa y te has montado un picadero en Villamatojo. El resultado es que cuando nos queremos ir a la playa tenemos que pedirle al tito que nos preste la casa.
Bueno, más que pedir-pedir lo que hacemos es decir "oyetú que vamos", y el tito responde "pues regarme las plantas".
Por mucho que el tito nos deje su casa de buen grado, tenemos que admitir que, al menos por mi parte, es un poco doloroso ir de prestado habiendo tenido allí un sitio familiar, una casita que nos ha visto crecer y jugar a todos los primos juntos. La cuestión es más punzante si cabe porque la casa del tito están en la misma finca, tiene el mismo acceso e incluso vistas al patio.
Así, como con recochineo.
-Que pesa estar aquí tan cerca y no poder entrar -le dije a mi madre un día-. ¿Sabemos quién lo ha comprado?
-Sí, pero ahora está alquilado.
-¡Que bien! Igual si les pregunto me dejan entrar.
-No creo, me parece que son rumanos.
De pronto me alegré de que hubiéramos incinerado a mi abuelo, porque con lo fachilla que era se entera de que hay rumanos viviendo en su casa y vuelve de la tumba.
-¿Una familia?
-Jijijiji, que va, esa es la mejor parte: son unas chicas que trabajan en un "club nocturno".
Creo que deberíamos incinerar también a mi abuela. Está todavía viva, pero por prevenir.
-Unas pilinguis... en casa de los abuelos... haciendo negocio... ¡y sin que la abuela saque beneficio de ello!
-No sabemos que sean pilinguis, sólo que trabajan en un club nocturno. Pueden ser cualquier cosa: camareras, limpiadoras, gerentes...
-Claro que sí: depende de lo que se disfracen para hacer el estriptis.
-¡Lorz!
-Joooo, es que me gustaría mucho enseñarle a Bebé-chan donde dormía yo cuando era pequeña...
-Bueno, ¿por qué no vas y preguntas?
-¿El qué? ¿Si son putas?
-¡No, Lorz, si puedes entrar!
-Ah, eso. Bueno, puedo matar dos pájaros de un tiro: les pido permiso para entrar y así como quién no quiere la cosa intento sonsacarles a qué se dedican.
-Vale, pero sé sutil, ¿eh?

Cinco minutos más tarde...
-Hola, soy Lorz, es que mi familia vivía aquí cuando yo era pequeña y quería preguntarle...
-¿Sí?
-¿Vosotras sois putas o qué?

No me dejaron entrar.
Lo tomaré como un sí.


Continuará...


15 agosto 2013

Vamos a la playa calienta el sol, 4

Previously in Lorz... 
Si un tren sale de A en dirección a B a 300 km/h, 
y un coche sale de A en dirección a B a 120 km/h, 
y otro tren sale de A en dirección a B a 300 km/h, 
¿quién es el primero es darse cuenta de lo absurdo de la situación? 


 Toda mujer, desde que entra en edad de merecer (que en mi pueblo es a partir de las 24 horas de vida o así), debe asumir que en cada reunión familiar, en cada celebración, incluso en cada entierro le van a hacer la misma pregunta:

-Niña, ¿ya tienes novio?

Que conste que la pregunta en sí no tiene nada de malo: el problema viene dado por la repetición.
Que incordio con la preguntita. Ni que fuera asunto suyo. Además, ¿qué pasa? ¿que si digo que no me vas a vender por tres cabras o qué? ¡Pues al menos que sean bonitas!
Pues un día dices que sí, que venga, que tienes novio, y crees que te has librado de las preguntitas.
Pues no.

-Niña, ¿y cuándo os casáis?

Cada navidad. Cada cumpleaños. Cada p*t* comida familiar lo mismo. Un día, por fin, anuncias la feliz noticia: te casas. Y llega el feliz día, y sales de la iglesia/registro/pérgola jedi sonriendo de oreja a oreja. ¿Porque es el día más feliz de tu vida?
NO: ¡porque sabes que nunca más te harán la preguntita de las narices!
...te harán otra.

 -Niña, ¿y los niños cuando?

A mí me daban ganas de contestar "pues cuando papá ponga la semillita en mamá... ¡Y LA EMPUJE CON LA P*LL*!". Pero no lo decía, ¿eh?
Bueno, casi nunca.
Bueno, a veces.
Bueno,  la mayoría de las veces.
Vale, sí, lo decía siempre, ¿qué pasa?

Entonces te quedas embarazada y piensas "j*d*r, j*d*r que mal rollo que ahora todo el mundo se va a imaginar a ZaraJota™ empujando la semillita". Así que lo ocultas hasta que ya no puedes más y un día alguien te dice:

 -Niña, ¿y los niños cuando?
Y tú contestas:
-EL PLAZO ESTIMADO DE ENTREGA ES 19/09/2012. GRACIAS POR REALIZAR SUS COMPRAS EN NUESTRA WEB.

Y gracias por dejar las preguntitas... al menos hasta que se les ocurre la siguiente:

-¿Tú prefieres niño o niña?
¿Cómo que qué prefiero? ¿Es que se puede elegir? ¿Y si elijo y me sale lo otro y el bebé piensa que me ha decepcionado*? ¿No es mejor dejar que la máquina elija por mí?

Entonces tienes a tu bebé. Cuyo sexo, por cierto, NO has podido elegir.
Y durante unos meses vives en paz....
Hasta que un día de pronto la gente se da cuenta de que tus tetas han mermado y deducen que ya no estás lactando y por tanto estás preparada para...

-Niña, ¿y el segundo cuando?

¿El segundo?
¿Esperan que tenga más de uno?
¿Por qué?
¿No he hecho bien el primero y lo tengo que repetir?
A ver, que a mí me gustaría tener dos o tres (o cuatro o cinco) si nuestras circunstancias fueras buenas, pero tener niños así porque sí, como si fueran coleccionables, no me acaba de convencer.
No le veo la lógica. O no se la veía, porque recientemente he empezado a vérsela.
Fue en Barcelona, durante una conversación con una persona cuyo nombre no voy a decir porque luego me dicen que me meto con mi suegra.
-Lorz, ¿vais a tener más?
-No lo creo, suegra, tal y como están las cosas...
-Ya, ya, es lo más sensato... aunque a mí tener sólo uno no me parece bien.
-Si, se lo pasan mejor si tienen hermanitos de su edad.
Lo digo por experiencia: varios hermanitos de edades cercanas=mola.
-Sí, bueno, y que si tienes uno y le pasa algo, ¿qué haces?
Entonces por fin comprendí por qué la gente tiene más hijos: para tener repuesto.
Imagina que te llaman del hospital:
-Oiga, que su hijo se ha muerto.
-No pasa nada, tengo otro. No le tengo tanto cariño como al primero, pero bueno, nos tendremos que apañar.
Unos días más tarde le estaba contando la historia a GordiPe.
-Ahora que ya sé para qué tiene la gente dos hijos -le dije-, lo que no me queda claro es por qué algunos tienen un tercero.
Por suerte GordiPe sí lo sabía.
-Mujer, para reserva de órganos.
Bien pensado creo que sí voy a tener los cinco o seis y a venderlos por piezas.




Continuará...

*Creo que ya lo he contado antes. 
Mis reservas a expresar preferencia por el sexo del bebé tienen origen en la famosa frase de mi abuela:

"Cuando nació tu padre me decepcioné mucho porque yo quería una niña.
Cuando nació tu tía me decepcioné mucho porque yo quería una niña guapa"

Nota del *: Por motivos que no alcanzamos a comprender, mi tía tiene complejo de fea. 

Nota a la nota del *: Digo complejo porque ella es la única que piensa que es fea. Incluso mi abuela ha admitido recientemente que mi tía es muy guapa ahora.

Nota a la nota de la nota del *: Sólo para dejarlo claro y garantizar mi integridad física, no creo que mi tía sea fea, ni conozco a nadie que lo crea.  

06 agosto 2013

Vamos a la playa calienta el sol 3

Previously in Lorz...
A los abuelos siempre les toca sacrificarse.

Como íbamos diciendo, el plan original era que mis padres se fueran en coche a Blanes.

Después pensaron que sería buena idea llevarse a Bebé-chan.
 Por desgracia, Bebé-chan venía con efectos secundarios.
 Más o menos por entonces La Tita del Puerto dijo que ella también venía.
Primero dijo que iría en tren hasta Blanes.


Luego se lo pensó mejor: cogería el tren hasta Madrid, y luego seguiría en coche con nosotros hasta Blanes.


Entonces pensé que siete horas encerrada con mis padres y mi tía iban a ser una tortura insoportable en el coche iba a ser demasiado para Bebé-chan, y que era mejor que nos fuéramos en tren, que sólo son tres horas y además se puede pasear.

Entonces La Tita del Puerto pensó que era una idea estupenda, y que ella también se venía en tren, porque en el coche se agobia mucho.
 

Entonces mi padre dijo que para que no cogiéramos el cercanías ellos vendrían a buscarnos. 
Primero irían a Blanes a recoger las llaves de la casa y dejar las maletas, luego vendrían a Barcelona, nos recogerían y nos llevarían a Blanes en coche. 
Pero entonces yo le dije que no, porque había quedado a comer con la hermana de ZaraJota™, y no sabía cuando iba a terminar, así que mejor me iba en cercanías cuando acabara. 
Entonces mi tía dijo que ella no pintaba nada levantándose a las cinco de la mañana para ver a la familia de ZaraJota™, y que mejor cogía el tren de las diez, ya si eso.

Esto fue lo que hicimos al final.
Bebé-chan y yo conseguimos llegar a Barcelona y nos fuimos a ver a la hermana de ZaraJota™.
-Anda, ¿venís solas?
-Sí.
-Creí que también venían tus padres y tu tía.
-Sí, sí, bueno, mis padres van directos a Blanes.
-¿Y tu tía?
-No, viene aquí, es que su tren llega más tarde.
-Claro, porque viene de El Puerto, ¿no?
-No, viene de Madrid.
-¿Y tus padres?
-De Madrid también.
-¿Todos venís de Madrid?
-Sí.
-¿Y todos venís hoy?
-Sí.
-¿Y por qué no habéis venido todos juntos?
Y yo que sé...


Continuará...


Los dibujitos, como siempre, de Planearium.

01 agosto 2013

Vamos a la playa, calienta el sol 2

Previously in Lorz...
Mis padres no decepcionan.


 Al mismo tiempo que los de Recursos Humanos jugaban al teto con mis vacaciones, en la guardería de Bebé-chan pegaban un cartel informativo en la puerta. 
"Queridos padres", decía el cartel, "os informamos que la guardería permanecerá cerrada durante la segunda quincena de agosto."
Y nuestras vacaciones, por supuesto, eran la primera quincena. 
-No te preocupes -me dijo mi madre-. Seguro que entre todos nos podemos apañar para quedarnos con la niña, ¿cuándo has dicho que cierran?
-La segunda quincena. 
-Ah, vaya, que casualidad tan tonta.... Es justo cuando nosotros nos vamos a la playa. Bueno, pues nada, tendremos que llevárnosla. 
-¿Qué?
-No, si yo no quería, pero si no hay otra solución... ya sabes, al final siempre le toca sacrificarse a los abuelos. 
Que mis padres se sacrificaran me causaba mucha inquietud. Para empezar, ya llevan muchas vacaciones sacrificadas para ocuparse de diferentes familiares. Y para terminar, tenía la impresión de que iban a coger a la niña y salir corriendo y agitando los bracitos. 
Muy discretamente hice gestiones primero, para encontrar una canguro (encontré dos con muy buenas referencias) y después, para buscar una guardería que admitiera niños en vacaciones (también encontré dos, creo que es una señal de universo para que tenga otro niño).
Y volví a hablar con mi madre.
-Madre, hemos encontrado una guardería y al final no hace falta que os quedéis con Bebé-chan la segunda quincena de agosto.
-Bueno, nos la llevamos la primera quincena y ya está.
-¡Si la primera quincena está abierta su guarde!
-Lo sé, lo sé, tú no te preocupes, si no es molestia. 
-¿Qué?
-A ver, si no queda más remedio... ya sabes, al final siempre le toca sacrificarse a los abuelos. 
-Pero, ¿me estás escuchando al menos?
Al final recursos humanos me puso las vacaciones la primera quincena de agosto. Y claro, volví a llamar a mi madre. 
-Madre, tengo vacaciones la primera quincena de agosto. 
-No te preocupes, que ya te he dicho que me sacrifico y me quedo con Bebé-chan. 
-¡Que tengo vacaciones! ¡Que me quedo yo con ella!
-Ay, hija, que borde eres... pues veniros las dos y ya está.
-Es que ZaraJota™ también tiene vacaciones.
-Pues veniros los tres.
-Es que nos gustaría pasar las primeras vacaciones de Bebé-chan solos, ya sabes, como una familia.
-...
-¿Estás bien?
-Sí, sí, claro. A ver, si no queda más remedio... ya sabes, al final siempre le toca sacrificarse a los abuelos. 
Aquello me dio un poco de pena. No sé, si mi madre tenía ganas de sacrificarse, ¿quién soy yo para quitarle la ilusión?
Después de unas intensas negociaciones con ZaraJota™ que ríete tú de las de Oriente Medio, volví a llamar a mi madre.
-Madre, que al final Bebé-chan y yo nos vamos con vosotros unos días de vacaciones.
-¿De verdad?
-Sí.
-¡Que bien! ¡De vacaciones con Bebé-chan! ¡Que bien lo vamos a pasar las dos! ¡La voy a llevar a la playa! ¡La voy a llevar al botánico! ¡La voy a llevar de paseo!
-Madre, has oído la parte de que yo también voy, ¿verdad?
-Sí, sí, claro. A ver, si no queda más remedio... ya sabes, al final siempre le toca sacrificarse a los abuelos.