24 enero 2014

El bluray y la tele de chorrocientas pulgadas

Como he recibido quejas sobre la abundancia del contenido materno-filial hoy voy a hablar de otra cosa.
Ya pueden retirar el caballo muerto de mi cama, gracias. 
Bien.
Hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy lejana (Carabanchel) ZaraJota™ estaba empeñado en que nos compráramos un bluray. Sus motivos eran extremadamente lógicos:
-¡Es que Atreides tiene uno!
-¿Y si Atreides se tirara por un puente tú también te tirarías?
-¡Nooooo! ¡Aprovecharía para ir a su casa y robarle el bluray! ¡Y la tele de chorrocientas pulgadas!
Por desgracia yo no quería un bluray (ni una tele de chorrocientas pulgadas), y mis motivos también eran extremadamente lógicos:
-¡Que he dicho que no y es que no!
-¡No es justo! ¡Siempre decides tú lo que compramos y lo que no!
-¡Pues apréndete el pin de la tarjeta, que pareces tontito!
Entonces me quedé embarazada (Esto no es contenido materno-filial, esto se llama "contexto"), y ZaraJota™ vio lo que hoy en día llaman "ventana de oportunidad". Sin motivo aparente. Con "oportunidad" sobra, digo yo. ¿Para qué quiere la oportunidad una ventana? ¿No era calva? ¿A cuento de qué viene esto?
La familia venía y preguntaba:
-¿Qué queréis que le regalemos a la niña cuando nazca?
Y antes de que me diera tiempo a contestar, saltaba ZaraJota™.
-¡UN BLURAY!
-Ejem... ¿no os valen unos patuquitos?
Y luego nació Bebé-chan. Y llegó la navidad. Y la familia preguntaba:
-¿Qué le ha pedido Bebé-chan a los Reyes Majos?
ZaraJota™ contestaba:
-¡UN BLURAY!
Y luego Bebé-chan creció. Y antes de que nos diéramos cuenta había pasado un año. Y la familia preguntaba:
-¿Qué quiere Bebé-chan por su cumpleNO VAMOS A COMPRARTE EL PUTO BLURAY!
Parece ser que ya como que se lo veían venir o algo.
Y entonces llegó esta navidad.
Y la familia ni preguntó.
-¡Que no! ¡Que no te compramos el bluray de los güevos! ¡Que el regalo es para la niña, no para el pelma del padre!
-¿Y una PSP? ¿Una pequeñita?
-¡QUE NO!
-Jo...
Y no sé si fueron las hormonas, la falta de sueño, la escasez de sexo o qué, pero me dio mucha pena el pobre. Entonces le escribí una carta a los Reyes Majos:

Queridos Reyes Majos de Andalucía

dos puntos

Sí, soy yo. No llaméis a la policía, por favor. Solo quiero un bluray. Una pequeñito. 
No es para mí, es para un colega. 

Gracias. 

Y los Reyes Majos le trajeron a ZaraJota™ un bluray, uno pequeñito.
Un bluray pelao y mondao, sin nada más que el bluray y el mando. Y ni siquiera es bonito.
Vaya, el bluray que había de oferta.
Los muy tacaños.
ZaraJota™ le dio igual.
-¿Un bluray? -dijo cuando abrió su regalo- Si no quería...
-Mira, majo, no me toques las narices, que llevas siglos incordiando con el bluray.
-Ya, pero era broma, jajaja.
-¡PUES AHORA TE LO QUEDAS!
-Ya, jaja, es que te vas a reír, jaja, pero nuestra tele no tiene entrada para bluray, jaja, ¿a qué es gracioso?
-...
-¿No te parece gracioso?
-Eh... ¿Te acuerdas en Apolo XIII cuando tienen que encajar una cosa redonda en una cuadrada y si no lo consiguen se van a morir por falta de oxígeno?
-Sí.
-Pues hazte a la idea de que el bluray es la cosa redonda, la tele la cuadrada, y yo la falta de oxígeno.
-Ya veo.
ZaraJota™ lo intentó. Lo intentó durante todo un domingo. Lo intentó de todas las maneras posibles.
Pero nada: aquello era como intentar que un elefante se zumbara a una hormiga.
Al final, cuando se quedó sin ideas, cogió el puñetero bluray, se lo llevó a casa de mis padres, e intentó enchufarlo en su televisión.
-Tengo una noticia buena y una mala -me dijo cuando volvió a casa con el cacharro bajo el brazo.
-¿La buena es que llueven piruletas, y la mala es que caen con el palo pabajo?
-Eh... no. La buena es que el bluray funciona perfectamente, y la mala es que nuestra tele no.
-...
-Podemos devolverlo si quieres.
-Mira, ZaraJota™, llevas años dando la brasa con el bluray. AÑOS. Yo ya no puedo más. El bluray se queda. Así que dime lo que tenemos qué hacer para que funcione. Me da igual. Lo que sea.
-Bueeeeeeno... podríamos comprar una tele nueva.
-Está bien...
-Con una de chorrocientas pulgadas bastaría...
-No tientes tu suerte.
Entonces nos compramos la tele. No es de chorrocientas pulgadas, pero al menos admite el formato bluray. Tardaron casi una semana en traerla a casa, y cuando llegó ZaraJota™ consiguió que funcionara a la primera.
-¡Ya está! -anunció.
-¡Bieeeeeeen!
-¿Y ahora qué?
-Pues ahora habrá que ver algo en el bluray, ¿no?
-Claro, cualquier DVD.
-Ah, no. Ahora que tenemos bluray yo quiero ver un bluray de los de verdad.
-Eh... sí. Pues entonces tengo una noticia buena y una mala.
-¿La buena es que llueve chocolate y la mala es que cae de canto?
-Eh... no. La buena es que tenemos un bluray...
-Ya.
-Y la mala es que tenemos UN bluray.


Creo que me habría ido mejor si los Reyes Majos hubieran llamado a la policía.  







19 enero 2014

Para el Primo Buena Persona y su santa

Mi primo Buena Persona es muy pesao.
Y cuando sea padre va a ser un padre pesao, pesao, de esos que pesan la caca del bebé todos los días y si un día hace tres gramos menos de caca va corriendo a urgencias corriendo y agitando los bracitos y cuando llega allí se dan cuenta de que ha salido de casa con tanta prisa que se ha dejado el bebé atrás, probablemente jugando a lamer la plancha encendida dentro de la bañera o algo peor.
De esos.
Y lo vamos a comprobar muy pronto, porque su señora santa sale de cuentas en breve.
La última vez que lo vimos ya miraba a Bebé-chan con suspicacia, como si su futura hija hubiera enviado un agente infiltrado. De vez en cuando superaba el recelo y me hacía una pregunta. Pero rara, rara, ¿eh? Que la gente normal pregunta cosas como qué marca de pañales usas, y mi primo preguntaba cómo funciona mi secadora.
Y esta es la cuestión: incluso cuando preguntaba, no me atrevía a decirle gran cosa, porque no hay nada más irritante que un padre primerizo que intenta darse aires aleccionado a otro. Y de esos hay mogollón, porque solo hay una cosa que le guste a la gente más que los bebés, y es demostrar que saben más de bebés que nadie.
Por eso los padres primerizos se ven obligados a sufrir un aluvión de consejos no-solicitados cuyo único fin no es ayudar, sino subir la autoestima del padre supuestamente experimentado que los da, y que busca reafirmarse a costa de la menor pericia del otro.
Por supuesto también hay un montón de consejos bienintencionados muy prácticos y hechos con muchísimo amor. Tengo una lista muy larga de personas a las que me gustaría comer los morros por haber dicho la palabra oportuna en el momento apropiado y haberme salvado la vida como madre primeriza; a la cabeza de la lista está Angua, a la que nunca podré comerle los morros porque su marido es muy grande y tiene aspecto de violento.
Bien. Los consejos no-solicitados que recibes son de todo tipo y algunos te dan ganas de matar gente, pero no lo haces porque en el fondo estás pensando "¿y si tienen razón? ¿y si lo estoy haciendo mal? ¿y si soy un mal padre? ¿Y si mi bebé acaba siendo el líder de una banda de moteros drogadictos ninfómanos o peor, ministro?"
Y bueno, también porque matar está mal y eso.
Si te pillan. 
Porque resulta que los padres primerizos, como especie, son muy inseguros, como cualquiera que hace algo extremadamente importante, por primera vez, solo y sin manual de instrucciones.
Los consejos no-solicitados no solo no les ayudan, sino que encima les hacen pensar "todo el mundo lo tiene dominado menos yo, lo voy a hacer fatal, soy un puto desastre".
Por eso yo no quería dar consejos no-solicitados... al principio.
Porque ahora lo estoy pensando y a lo mejor, si le dejo claro que se los envío desde el cariño, el respeto y el entusiasmo por el advenimiento de mi primera (de la que espero que sea una larga serie) sobrina, no le importa que le no-solicitee un poco.
No creas que te voy a no-solicitear con lo primero que se me pase por la cabeza, ¿eh? Llevo pensando por lo menos diez minutos y este es el resultado.



COSAS QUE ME HUBIERA GUSTADO SABER CUANDO NACIÓ BEBÉ-CHAN
(y que a nadie se le ocurrió decirme) 

1.-Los bebés recién nacidos solo conocen dos conceptos: gustito y disgustito.

2.-La definición de gustito y disgustito es más o menos la misma para todos los bebés, por ejemplo: "en brazos de mamá con la tripita llena" suele entrar en la categoría gustito, mientras que "un loco de bata blanca me pincha el talón para sacarme sangre y encima me dice que es por mi bien" suele calificarse como disgustito. 

3.-Peeeeeero hay excepciones. Los bebés son personas, cada uno tiene derecho a tener su propia personalidad y sus propios gustos, y a veces lo que para un bebé es gustito para otro puede ser disgustito, o al revés. Eso significa que a lo mejor el sobrino segundo de tu vecina se dormía estupendamente con el disco del concierto de Aranjuez, pero eso no significa que tu bebé tenga que hacerlo (aunque, en momentos de gran desesperación no está de más probar; nunca se sabe).

4.- Los bebés son más inteligentes que los adultos. Ellos comprenden que no podemos adivinar sus gustos así como así. A ver, que nos acabamos de conocer. Si es tu pareja, que lleva años aguantándote, y a veces te mira como si no supiera de dónde has salido, ¿no? Pues con el bebé igual. Bueno, sí que sabes de dónde ha salido, pero aparte de eso no lo conoces de nada. Por eso cuando están a disgusto te lo comunican, para que lo sepas.

5.-El problema es que la única forma que tienen de comunicarse es llorando. Este es el quid de la cuestión: los bebés lloran. En cualquier momento y lugar, siempre que no están a gustito. Un bebé que llora mucho no es ni más malo ni más bueno que uno que llora poco, simplemente tiene más que comunicar. Los bebés no son ni malos ni buenos, solo son bebés. Lo que pasa es que a la gente le encanta poner etiquetas: un bebé que llora mucho molesta, por tanto es malo. Y si el bebé es malo, es fácil saltar a la conclusión de que sus padres no lo están haciendo bien. Pues no. El bebé llora porque está a disgusto, y sabe que llorando sus padres lo sabrán e irán a ayudarle. ¿Sabes qué bebés no lloran nunca, nunca, nunca? Los que saben que por mucho que lloren nadie les va a ayudar.

6.-El problema del llanto es que significa que el bebé no está a gusto, pero no te explica por qué, y tienes que adivinarlo tú. La única forma de hacerlo es por descarte.
-¿Hambre?
-Nop.
-¿Caca?
-Nop.
-¿Sueño?
-Nop.
-Joder. ¿Comodín del público?
-Lo gastaste ayer con el incidente de los gases.
-Mierda.
-Nop.
Y así hasta que atines.

7.-A veces, por más que lo intentes, no vas a conseguir adivinar qué coño le pasa. Si ha comido, está limpito, está descansado, está sano... ¿por qué sigue llorando? ¿eh? ¿eh? ¿EH?
Esto va a pasar alguna que otra vez, y en esos casos lo único que puedes hacer es darle mucho amor y esperar que pase.
Una vez más: esto no significa necesariamente que seas un mal padre, solo que eres un padre en prácticas.

8.- El bienestar del bebé es responsabilidad tuya, pero no siempre vas a poder garantizarlo. A veces sucederán cosas que no está en tu mano evitar.
Eso no te hace un mal padre, solo te hace un ser humano.

9.- Todo es cuestión de práctica. Lo que no hagas bien el primer día ya lo harás bien el segundo o el tercero. Y si nunca terminas de hacerlo bien, tampoco pasa nada. Lo importante es participar.

10.- El bebé, cuando nace, está programado para quererte y por su parte lo único que necesita es que lo quieras. Todo lo demás no son más que detalles sin importancia.



Corolario: vais a ser unos papás estupendos, disfrutad de vuestra pequeña y todo irá bien.


11 enero 2014

Sinonimia aplicada

Bebé-chan ya dice muchas cosas, por ejemplo:
PAPÁ: mamá.
MAMÁ: caca.
ÑAM-ÑAM: comer.
BIBEBEBE: biberón para el bebé.
ATETA: galleta.
ALA: hola.
YA-TÁ: ya está.
NEIN: no.
OH, OH: yo no he sido, ya estaba así cuando llegué.
PAPPA PIG: Peppa Pig (lo dice con la musiquita y todo).
pato: pato.
patata: todo lo demás. 

Y claro, de pronto me he empezado a preocupar porque repita las cosas que yo digo, porque yo digo muchas, muchas, muchas palabrotas, y no me apetece que Bebé-chan las repita porque cuando eres madre te vuelves un poco gilipollas (que significa "hipócrita" en klingon). 
La cuestión es que dejar de decir palabrotas no es tan fácil como parece: intenté dejarlo de golpe y no funcionó, intenté dejarlo gradualmente y no funcionó y ahora estoy intentando el método de la sustitución, de mucha tradición entre abuelas y señoras de pueblo. 
Me he hecho un listado y todo, a saber: 

PUTA: fruta
HIJO DE PUTA: hijo de fruta
peeeero
TU PUTA MADRE: topota madre
ME CAGO EN TU PUTA MADRE: topota madre y sus siete topotitos
HOSTIA: ostras
COJONES: cajones
CABRÓN: carbón. Esta está inspirada en una canción de la Trinca que además viene muy al pelo con este tema.
COÑO: moño o piticlín.
POLLA: pilila o piticlín.
Bien pensado, debería decir siempre piticlín, porque fomenta la igualdad entre sexos.
CULO: culete.

Hasta ahí, bien. Lo que ha dado más problemas son las funciones corporales:

MIERDA: al principio empecé a decir CACA, pero al parecer tampoco está bien visto en la guarde, así que rápidamente los sustituí por CAQUITA, y al principio me fue bien porque sí, un bebé de cuatro kilos que solo se alimenta de leche materna hace CAQUITA.
El problema es que el bebé de cuatro kilos que solo se alimenta de leche materna se transforma rápidamente en una bestia parda de diez kilos que come kebab, y ya no hace CAQUITA, hace MIERDACA.
GRANDE. APESTOSA.CALENTITA. CHORREANTE.
Entonces volví a usar la palabra, CACA pero seguía sin estar bien vista en la guarde, y al final la tuve que cambiar por CACOTA, aunque no tiene ninguna lógica, porque para mí que CACOTA es más que CACA, como se puede apreciar en este gráfico.

CAGAR: hacer cacota.
PIS: pipí.
MEAR: hacer pipí.
ME MEO TOA: superpipí.
PEDO: pet.
ZaraJota™ parece pensar que en catalán suena todo como más moñas, así que las palabras que no tienen forma políticamente correcta las dice en catalán: pets, moquets, calçotets...

De todas las funciones corporales ha habido una especialmente problemática, FOLLAR/JODER/SIMILARES. Le hemos dado muchas vueltas, y finalmente hemos encontrado un sinónimo perfectamente apropiado, en concreto:

FOLLAR/JODER/SIMILARES: me CAGO en la HOSTIA, Bebé-chan, duérmete de una PUTA vez, que papá y mamá están salidos y quieren echar uno rapidito aunque sea, COJONES.


Y ahora unos minutos musicales.

04 enero 2014

Yaestuvieronaquí los Reyes Majos

Hoy voy a vivir locamente y no voy a poner asteriscos. 

Decíamos ayer anteayer la semana pasada que para mi familia los Reyes Majos vienen el día treinta y uno de diciembre, o mejor dicho, no vienen y cada uno que se las apañe.
Cabrones.
Este año, con el fin de no confundir a Bebé-chan, intenté mover el reparto de regalos al día de Reyes, pero no hubo forma y tuve que recurrir al Plan B.
-¿Y si alguien se disfraza de Rey Majo? -le propuse a mi madre.
-¿Quién?
-Hermano Pequeño. Ya le he preguntado y está de acuerdo.
-¿De verdad?
-Más o menos.


>>>>¡Flashback!

-Oye, Hermano Pequeño, ¿quieres ver lo que puedo hacer con tres agujas de punto, un soplete y tus testículos?
-Eh... no especialmente. 
-¡PUES YA TE ESTÁS PONIENDO EL DISFRAZ Y LA BARBA, Y RAPIDITO, QUE ES NAVIDAD Y ME PONGO MUY NERVIOSA! 

¡Flashback back!<<<<

Hermano Pequeño, salvando sus testículos.

-¿Y cómo lo hacemos? -preguntó mi madre.
Por suerte yo ya lo tenía todo pensado porque veréis, a mi familia hay que darle todo masticadito. No porque sean tontos, que va: es que si no se lo das todo hecho van y opinan. Y se entusiasman. Y cuando te quieres dar cuenta estás alquilando un helicóptero para que el Rey Majo se tire en paracaídas, pero como hablan todos a la vez y nadie escucha el Rey Majo acaba saltando con una sombrillita de cóctel en vez del paracaídas y se pega un guarrazo, y en vez de repartir regalos acabamos todos en urgencias, mientras mi madre repite lo tontos que son sus hijos. Y todo así.
Pues eso, que tenía un plan:

1.-Mi madre distraería a la concurrencia con los canapés.
2.-Hermano Pequeño se escabulliría discretamente para disfrazarse con la ayuda de la Tita del Puerto.
3.-Cuando estuviera listo, la Tita del Puerto cerraría discretamente la puerta del salón,.
4.-El Rey Majo, también conocido como Hermano In Disguise saldría discretamente de casa.
5.-El Rey Majo llamaría al timbre.
6.-Bebé-chan y yo iríamos a abrir la puerta, para ¡TA-CHAN! encontrarnos allí al Rey Majo.
7.-El Rey Majo distraería discretamente a Bebé-chan en la puerta.
8.-El resto de la familia metería discretamente los regalos en el salón.
9.-Cuando todo estuviera listo el Rey Majo cogería a Bebé-chan en brazos e iría al salón.

Para asegurarme de que todo el mundo sabía lo que tenía que hacer mandé las instrucciones por escrito al grupo de whatsapp que tengo con mis padres y hermanos, al grupo que tengo con mi madre y mi tía, al grupo que tengo solo con mis hermanos, a cada uno de manera individual y luego a todos los contactos del móvil, por si acaso.
Esto me recuerda que tengo que cambiar de dentista. 
Las únicas a las que no avisé fue a Latita y la abuela, por aquello de que alguien se sorprendiera de verdad, pero por lo demás hasta los peces radiactivos del Manzanares lo sabían.
¿Qué podía fallar?

Ejem...

Para empezar la concurrencia cayó sobre los canapés como una plaga de langosta y en menos de cinco minutos había arrasado.
-Creo que deberías ir a cambiarte -le dije a Hermano Pequeño así, discretamente.
Hermano Pequeño fue a cambiarse, pero no encontraba el disfraz, así que empezó a correr por toda la casa agitando los bracitos mientras gritaba:
-¿Dónde está la Tita del Puerto? ¡NECESITO A LA TITA DEL PUERTO!
Así, discretamente.
Cuando la localizó se encerraron en una habitación para vestirse. El problema es que Hermano Pequeño ya se había metido en el papel, y en lugar de vestirse se quedó tieso mientras la Tita del Puerto le ponía el disfraz como el que viste a un torero.
Tardaron siglos, y al final fui a ver qué pasaba.
-Ya casi estamos -dijo la Tita del Puerto.
-Vale, pues ahora cuando termines cierras la puerta del salón.
-¿Y si preguntan por qué cierro?
-Pues les dices que vas a fumar.
-Es que ahora no me apetece fumar.
-No hace falta que fumes, solo que cierres la puerta.
-Bueno, yo cierro la puerta, me fumo un piti, y luego...
-¡Nada de piti! ¡Nada de piti! Ya cierro la puerta yo.
Pero cuando fui a cerrar la puerta descubrí que mi padre tenía algo que hacer urgentemente en la cocina. No me acuerdo qué era, algo sumamente importante como estar por medio en el momento más inoportuno. Prácticamente tuve que arrastrarle de vuelta al salón, y entonces llegó la Tita del Puerto y cerró la puerta... quedándose en el lado de fuera.
La Tita del Puerto reaccionó rápidamente: abrió la puerta y la volvió a cerrar, esta vez con ella dentro.
Muy discreto todo.
Y entonces nos sentamos y esperamos.
Y esperamos.
Y esperamos.
Y esperamos.
-¿No tendría -pregunté- que sonar un timbre?
-Uy, mierda.
La Tita del Puerto se levantó, abrió la puerta del salón, salió del salón, cerró la puerta del salón, abrió la puerta de la calle, gritó "que llames al timbre", cerró, volvió al salón, cerró la puerta y se sentó como si fuera lo más normal del mundo.
Discretísimo.
Para entonces Latita y la abuela, sin motivo aparente, habían empezado a sospechar algo.
-No sé que estáis tramando -anunció Latita- pero disimuláis de puta pena.
Por suerte entonces sonó el timbre.
-UY, UY, ¿QUIÉN SERÁ? -vale, ser actriz no es lo mío- VAMOS, BEBÉ-CHAN, VAMOS A ABRIR.
Y fuimos y abrimos la puerta y nos encontramos a Hermano Pequeño descalzo y a oscuras.
-Su Alteza Real no lleva zapatos -le dije.
-No me jodas ahora... quiero decir... ¿HAY AQUÍ UNA NIÑA QUE SE LLAMA BEBÉ-CHAN?
Lo de actuar tampoco es lo suyo.
A todo esto Bebé-chan...
Veréis, Bebé-chan tiene una forma muy especial de mirar, que en general llamamos la mirada "te tengo a prueba", pero que también podría llamarse mirada de "te perdono la vida", "no me simpatizas", "tu mera existencia es un insulto a la vida" y otras variantes. Bebé-chan tiene esa mirada en su repertorio desde que nació: a veces cuando le daba el pecho me sentía como una vaca en un koljós.
Pues cuando Bebé-chan vio al Rey Majo primero le echó esa mirada. Entonces el Rey Majo intentó ganársela con halagos.
-ME HA DICHO TU MAMÁ QUE HAS SIDO MUY BUENA.
Y la mirada de Bebé-chan evolucionó a un "no engañas a nadie, mamarracho".
-¿QUIERES QUE TE COJA EN BRAZOS PARA QUE NOS HAGAN UNA FOTO?
En la foto, la mirada de Bebé-chan es de "he perdido la fe en toda la raza humana y si no lloro es porque tengo más dignidad que tú".
Entonces el resto de la familia decidió salir en comandita a ver qué estaba pasando.
Muy discretamente.
-¡UN REY MAJO! ¡UN REY MAJO! ¡QUE FUERTE, HA VENIDO UN REY MAJO! 
Con el revuelo y los gritos parecía que Bebé-chan empezaba a reconciliarse con la idea de estar en la calle sentada en el regazo de un tipo descalzo vestido de mamarracho, así que nos decidimos a entrar al salón, donde estaba mi abuela esperando.
-Mirad, mirad quién ha venido -anunciamos.
-Anda, si es Hermano Pequeño disfrazado.
Así, discretamente.