25 marzo 2013

Gran Reserva V

Previously in Lorz:
Yo tenía razón. Como siempre.


-Hay que ver la de cosas que necesitan los niños cuando viajan- dijo mi madre cuando empezamos a planear el viaje-. Y cuanto más pequeños, más cosas necesitan.
Pues no es verdad.
Los niños pequeños sólo necesitan una cosa: a su mamá.
A ser posible, con la teta presta, gracias por preguntar.
Los que necesitan muchas cosas cuando viajan son los padres. Especialmente las madres.
Mientras hacía la maleta, Bebé-chan me miraba escandalizada:
¡Pañales! ¡Ropa de cambio!
¡Con lo bien que se está en pelota picá!
¡Biberones! ¡Papillas!
¡Que manía con el destete!
¡Baberos! ¡Toallitas!
¡Que empeño en frotar la cara con cosas!
 Y así todo.
Si por mí fuera, habría llevado tres o cuatro maletas, pero el maletero del padremóvil no daba para tanto y la cosa quedó en un necesercito.
Y una bolsa.
Y mi bolso.
Y el bolso cambiador.
Y el carrito.
Aún así, hubo cosas ABSOLUTAMENTE IMPRESCINDIBLES que me dejé atrás, como la garrafa de agua mineral de cinco litros, pensando que ya la compraría cuando llegara.
Por eso cuando llegamos a casa de Titapepi y nos instalamos y todo, le dije:
- Me voy al supermercado a comprar agua mineral.
-¿Para la niña?
-Sí.
-¿Está malita?
-No.
-Pues dale agua de grifo, mujer.
-Siempre le damos mineral.
-¿Y eso? ¿Es mala el agua de Madrid?
-El agua de Madrid es muy buena. Lo que son malas son las tuberías.
En los edificios antiguos las tuberías son de plomo y con el tiempo aparece corrosión, que viene a ser que las tuberías se oxidan y se pudren. Esa podredumbre sale por el grifo y nos la bebemos alegremente y no nos morimos porque lo que no mata engorda.
-Bueno, mujer, pero eso en el agua del pueblo no pasa.
Mi pueblo está situado sobre una capa freática muy abundante. Por desgracia, gran parte de ella es salada porque procede de un mar que desapareció gracias al movimiento de placas. La otra parte tiene tanta cal que los cubitos de hielo siempre salen blancos. Gracias a eso, el agua de mi pueblo es más apta para deshacerse de un cadáver que para bebérsela. Y eso, en el mejor de los casos. En años de sequía se intenta suplir la falta de agua con exceso de productos químicos, y a veces se echa tanto, tanto, que una vez me salió sarpullido al lavarme la cara, no digo más. Desde entonces no he vuelto a lavarme, y me va estupendamente.
-Prefiero darle agua mineral, por si acaso.
-Desde luego, hoy en día se hacen unas cosas... yo les daba a mis hijos agua del grifo -y así se han quedado, pensé para mis adentros, pero no se lo dije porque soy muy educada-. Ni tampoco esterilicé los biberones. ¿Tú los esterilizas?
-Sí, claro.
-Pues eso es una tontería. Los esterilizas, y luego, ¿qué? Como no están en un ambiente estéril se desesterilizan en cuanto los sacas.
Titapepi se doctoró en farmacia en unos tiempos en los que las mujeres con aprender a escribir ya iban sobraditas. Así de lista es. Y claro, hablas con ella de cualquier cosa y tarde o temprano acabas sintiéndote bastante estúpida, por comparación.
-Algo le hará, ¿no? -pregunté.
-Perder el tiempo, eso hace.
-Bueno, pues si tú dices que no sirve de nada, mientras esté en tu casa le doy agua de grifo, no esterilizo, y que le pique un pollo a todo y ya está.
-Me parece lo más razonable.
-Ahora, si a la niña le da una cagalera, los pañales se los cambias tú.
Titapepi valoró sus opciones por un momento.
-Entonces -me dijo-. ¿De qué marca le compramos el agua mineral?
Ya os dije que era una chica lista.

Continuará...

17 marzo 2013

Gran Reserva IV

Previously in Lorz...
Va a hacer mucho frío, pero no pasa nada porque el saquito es sueco.


Como mañana es el día del padre y, en algunos casos, de la madre, voy a aprovechar para hablar de mi padre y de mi madre, que además es lo que toca. 
La c*g*st* burlancaster. 

Mis padres llevan 33 años casados y a pesar de eso se quieren y todo. 
Yo aún diría más: según ciertos y muy dramáticos testimonios, se quieren demasiado.
En concreto, demasiado a menudo, demasiado alto, y con la puerta demasiado abierta, y no voy a dar más detalles porque esto luego esto lo leen los niños. 
Después de tantos años han creado una relación simbiótica cuya manifestación más característica es lo que yo llamo "el rezongue", Hermano Mediano llama "festival del humor", y Hermano Pequeño no lo llama porque él es más de borrar los recuerdos traumáticos.
El rezongue consiste en hablar solo. 
Todos hablamos solos cuando estamos solos, ¿no?
La diferencia es que mis padres hablan solos el uno con el otro
Continuamente. 
Sin parar.
Sin escucharse y, lo que es peor, sin darse cuenta de que lo hacen. 
El rezongue es una conversación en piloto automático que se desarrolla en círculo, dando vueltas y vueltas sobre sí misma hasta alcanzar un punto crítico, en el que es necesario desbloquearla preguntándole a un tercero "¿a que YO tengo razón?".
Los terceros en cuestión, que somos sus hijos, huimos del rezongue como de la peste porque:
a) Es un c*ñ*z* oírles.
b) La mayor parte de las veces no tenemos ni idea de qué están hablando.
c) Digas lo que digas, al final la culpa es tuya. 
Por eso, una de las cosas que más miedo me daba de irme con mis padres al pueblo era estar cuatro horas ATRAPADA en el asiento de atrás mientras ellos rezongaban. 
-Prometemos portarnos bien y estar calladitos -dijo mi madre.
-No me lo creo. 
-Que sí, que sí. 
Cuando llegó el día F (de "frío que vamos a pasar, y Bebé-chan tan pequeña, aunque el saquito es sueco y abriga mucho, ¿eh? que a veces pasa calor y todo"), mis padres vinieron a buscarnos, y nos montamos en el coche. Apenas acabábamos de arrancar cuando sonó el móvil de mi padre.
-¡Un guasap! ¡Me ha llegado un guasap!
Mi padre no quería ponerse guasap porque decía que era una tontería y un c*ñ*z*.
Ahora que lo tiene sigue diciendo que es una tontería y un c*ñ*z*... y no para de usarlo.
-Pues luego lo lees -contestó mi madre.
-Es que puede ser del trabajo...
-Bueno, pues si es del trabajo que se aguanten, que estás conduciendo.
-¿No me lo puedes leer tú?
-¿Y si es del trabajo qué les digo?
-No sé, tú léemelo y ya te diré.
-Es que no entiendo tu móvil.
Después de forcejear un rato con la pantalla táctil, mi madre lee el guasap y contesta siguiendo las instrucciones de mi padre.
Acto seguido, el móvil vuelve a pitar.
-¡Un guasap!
-¿OTROOO? -dice mi madre, como si ella no recibiera unos trescientos diarios.
-Míralo, anda.
-A ver si ahora me voy a pasar todo el viaje leyéndote guasaps...
-¿Qué pasa, tienes algo mejor que hacer?
-No, pero esto es un no parar.
-Sólo han sido dos.
-De momento, que eres mupesao todo el día con el guasap.
-Mira quién fue a hablar. Todo el día mandándote cosas con Lorz -sabía que me iba a salpicar tarde o temprano, lo sabía-. Venga a mandaros fotitos de Bebé-chan. Y a mí no me mandáis ninguna. Como a mí nadie me quiere...
A mi padre no le mando guasaps porque dice que son una tontería y un c*ñ*z*. A no ser que los mande él, que entonces son lo mejor que hay en el mundo mundial y siempre llegan exactamente en el momento oportuno.
-¿Me lo vas a leer o qué?
-Ya lo leo, ya lo leo, es que no entiendo tu móvil.
A la tercera vez que se repitió la conversación le requisé el móvil a mi padre, lo apagué y me senté encima.
Por si acaso.
Entonces mi madre se empezó a rebullir en el asiento y a rebuscar en el bolso.
-¿Te quieres estar quieta? -le preguntó mi padre. Creo que era una pregunta retórica, porque a estas alturas ya debe saber que mi madre y lo de estar quieta, como que no es lo suyo. Además mi madre tiene una habilidad especial: cuando ella se mueve, lo mueve todo a su alrededor.
Si la realidad fuera un flan, mi madre sería el platito temblón.
-Es que no encuentro mi móvil.
-¿Y para qué quieres el móvil ahora?
-No sé, para mirar si tengo un guasap.
-Yo no he oído nada.
-¿Y si me lo he dejado en casa? -dijo, y siguió dando bolsazos a diestro y siniestro-. A ver si quiere salir...
¿Salir?, pensé. Ese no sale. Viendo lo que le estás haciendo al bolso yo tampoco saldría.
-¿Cómo te lo vas a dejar en casa, si has llamado a Lorz cuando veníamos?
-Pues no sé, se me habrá caído.
-¿Y no lo puedes buscar luego?
-¡Que quiero ver si tengo un guasap!
-¿Tan urgente es?
-Claro, si es TU guasap es urgente, si es MI guasap puede esperar...
-A mí me da igual lo que hagas con el guasap, pero deja de darme bolsazos ya, que estoy intentando conducir.
-Que te molestará a ti mucho lo que yo haga con el bolso...
-Pues sí, porque estoy conduciendo y me distraes.
-¿Yo te distraigo? Te distraes tú solo, que tienes que estar a todo.
-Ya estamos, al final siempre es culpa mía.
-Hombre, culpa mía no va a ser. Además, has empezado tú.
-No es verdad -el rezongue había alcanzado el punto crítico. Podía sentir el cerebro de mis padres encendiendo el radar en busca de apoyos para el desempate... y lo único que había a mano era yo-. Lorz -m**rd*, me pilló- ¿a que siempre empieza ella?
-¡A mí no me metáis en vuestras discusiones!
-Pero...
-¡Y dejarme tranquila, que estoy ocupada!
-¿Sí? ¿Qué haces?
Intentar desinstalaros el p*t* guasap.



Bonus track.
Esto es lo que va a pasar ahora.
Mi padre leerá el post y llamará a mi madre.
-¿Has visto como yo tenía razón?- le preguntará.
-De eso nada, está clarísimo que me está dando la razón a mí...
Cinco minutos de rezongue más tarde le preguntarán a Hermano Mediano.
Hermano Mediano huirá corriendo y agitando los bracitos hasta ponerse a salvo, y luego me mandará un guasap.
"No les provoques que luego los tengo que aguantar yo".
Entonces le enviaré un guasap a mis padres.
"Dejad tranquilo a Hermano Mediano, que bastante tiene ya".
"¿Qué pasa? ¿Ya os estáis riendo de nosotros a nuestras espaldas?", contestará mi madre.
"Sí".
Mi madre lo rumiará un rato, y al final llegará un guasap al grupo familiar que dirá, simplemente:
"Sois todos mutontos".
Bien pensado, creo que yo también voy a desinstalarme el guasap.


Continuará... 

11 marzo 2013

Gran Reserva III


Previously in Lorz...
Ya van dos, y todavía no hemos llegado al pueblo. 
Se nota que soy chica, porque voy a estar más rato con los preliminares que con el asunto. 


Dos días antes de ir al pueblo, estaba toda la familia reunida celebrando el cumpleaños de mi abuela y hablando del sexo de los ángeles* cuando de pronto mi padre dijo:
-Pues a mí no me parece bien que vengas con la niña al pueblo, pero claro, como te has empeñado en venir...
La cara tonta que se me quedó.
-¡Si ha sido madre!
-¡No es verdad! -saltó mi madre, que siempre me ha apoyado mucho.
-¿Tú sabes el frío que hace en el pueblo?
¿Que si lo sé? Como si hubiera vivido allí 16 años con sus inviernos incluidos. Y recuerdo con claridad meridiana cuando me decían “hay que ver esta niña, tapada hasta las orejas está, ni que hiciera tanto frío”. Pero claaaro, si su hija tiene frío que le pique un pollo, ahora a la nietísima ni tocarla.
-¡Claro que lo sé! ¡Y más en casa de Titapepi!
Titapepi es una señora muy pequeña que vive en una casa muy grande, por lo que existe un desequilibrio matemático evidente entre el calor que emite su cuerpecillo y el calor que necesita esa casaza. 
Para los que no sean tan expertos en matemáticas como yo: hace un frío de morirse.
-No deberías venir -repitió mi padre, ignorando las miradas asesinas de mi madre-. La niña es muy pequeña.
-¡Si la niña es la única que no va a pasar frío! ¡Llevo pijamas de forro polar, todos los jerséis que tiene, y el saquito del coche es noruego! ¡Deberías preocuparte por los demás, que se nos va a quedar el chirri como las cuevas de Altamira!
-La verdad es que ese saquito abriga mucho -concedió mi padre-. Como es noruego...
El saquito del carro abriga tanto que tengo que meter a la niña en camiseta porque si no llora de calor. A veces me planteo si no me a más rentable sacar a la niña del carro y usar el saco para criar pollos.
-Los demás sí que vamos a pasar frío. No ella -repetí, para dejar claro que la nietísima estaba a salvo.
-Es que va a hacer mucho frío para llevar a la niña.
-En el saquito va bien -repetí-. Es noruego.
-Sí, la verdad es que sí... A veces llora del calor que pasa dentro...
-¿Ves?
-Pero es que va a hacer mucho frío para llevar a la niña.
-¡CALLARSE YA C*Ñ*!-gritó de pronto Latita, que llevaba un rato siguiendo la conversación como quién ve un partido de tenis-. ¡ QUE LLEVÁIS MEDIA HORA EN BUCLE CON EL FRÍO QUE HACE EN EL PUEBLO Y EL CALOR QUE HACE EN EL SACO SUIZO DE LAS NARICES! ¡VAMOS A CAMBIAR DE TEMA, J*D*R! Ejem... ¿Lorz, fuiste ayer a la manifestación?
-No.
-¿Y eso?
-Es que hacía mucho frío para llevar a la niña.





Continuará...


*Los ángeles no tienen sexo porque no están casados


06 marzo 2013

Gran Reserva II

Previosly in Lorz...
Mi madre quiere coger a Bebé-chan y salir corriendo mientras grita y agita los bracitos.

El siguiente paso fue decírselo a ZaraJota™, que estaba totalmente de acuerdo.
-No me hace ninguna gracia -me dijo-. ¿Y si le pasa algo?
-Pues como si le pasa algo estando en casa. Si va a ser lo mismo, pero en vez de estar las dos solas en casa todo el día estaremos en otra casa y con mi familia.
-Esa es la parte que me preocupa.
-Son sólo dos días.
-Con tu familia, dos días son como el brillo de la luna reflejándose sobre el infinito de las olas.
-Jo, con la ilusión que le hace a mi madre llevarla al pueblo para hacerle un Simba...
-Que he dicho que no, y es que no, y no hay más que hablar.
-Jooooo... Pobre Bebé-chan, que no conoce a la mitad de su familia. ¿No te da pena?
-Pues si te digo la verdad, más que pena me da una envidia que no veas.
Finalmente ZaraJota™ me dio permiso para llevarme a Bebé-chan.
-Con algunas condiciones -me advirtió.
-Vale.
-Primero: no subas escaleras con la niña en brazos, que las escaleras de Titapepi son muy malas y tienen pinta de escurrir.
-Vale.
-Segundo: no subas cuestas con la niña en brazos. Mejor pensado: no salgas de casa, que ese pueblo no tiene más que cuestas, y todas son para arriba, que parece un cuadro de Escher.
-Jo...
-Tercero. nada de animales lamiendo a la niña. Ni perros, ni gatos, ni canarios, ni nada. Y nada de “si mi perro está limpísimo” ni “si está muy vacunado”, que de un bicho que saluda a sus amigos lamiéndoles el culo se puede esperar cualquier cosa.
-Vale.
-Cuarto: nada de ir al campo, que la última vez casi me pegan un tiro.
-¡Porque de lejos pareces un jugoso conejo silvestre!
Media hora más tarde, ZaraJota™ seguía.
-Quincuagésimo tercero, Artículo II, Sección 1º, párrafo B...
-Ya me he olvidado del primero.
-Me lo temía. Da igual: todo se resume en una:
no pierdas NUNCA de vista a la niña.
-¿Y si me tengo que duchar?
-¡DE DUCHA NADA! Son tres días, y con el frío que va a hacer ni se huele ni nada.
-Bueno, pero en algún momento tendré que hacer pipí.
-Pues dejas a la niña en el bidet.
-Jo... es que si me miran no me sale el chorrito...
-¡PUES LA PONES BOCA ABAJO!

Continuará...

01 marzo 2013

Gran Reserva I


La semana que viene padre y yo tenemos que ir al pueblo -me dijo mi madre un día.
-Uf, que pereza.
-Ya, y encima va a hacer un frío horrible.
-Eso dicen... ¿vais mucho tiempo?
-Sólo un par de días, vamos a casa de Titapepi y no queremos darle mucho trabajo, que ya está mayor.
-Al menos es poco tiempo.
-Sí, sí, poco, pero no veas la de equipaje que llevamos... vamos hasta arriba, como siempre.
-Pues yo estaba pensando apuntarme a ir con vosotros para que Bebé-chan conozca a la familia, pero va a ser mejor que no.
El tono de mi madre cambió al momento.
-¿Por qué no, mujer?
-Es que va a hacer mucho frío.
-Que exagerada eres, no será para tanto. Allí de día sube muchísimo la temperatura. Prácticamente en manga corta, vamos a estar. Yo estoy pensando echar el bikini y todo, no te digo más.
-Bueno, tampoco quiero causarle molestias a Titapepi, que está mayor.
-Andá ya, si sólo tiene 76 años, está en la flor de la vida. Tendrías que verla, una vitalidad, una alegría, un caminar brioso...
-Y luego está el maletero, que no van a caber nuestras cosas, el carrito y toda la parafernalia de Bebé-chan.
-¿Cómo no va a caber? Ordenándolo bien cabe todo, mujer.
-Ya, y si no cabe eres capaz de hacer 400 km corriendo detrás del coche con el equipaje a cuestas, con tal llevarte a tu nieta, ¿no?
-Porfiporfiporfiporfiiiiiiii...


Continuará...