18 enero 2021

Controla tu caspa

Jueves 7 de enero de 2021
–Lorz, tendríamos que hacer la compra. 
–Todavía podemos aguantar, ya iré el sábado si eso. 


Sábado 9 de enero de 2021


–Caca.

La gran nevada histórica, la que dejo Madrid incomunicada bajo medio metro de nieve, nos pilló sin leche, patatas, arroz, pasta o pan de ningún tipo (ni siquiera colines), salchichas o embutidos, queso o túpers en el congelador.
En el cajón de la fruta había una pera; y en el de la verdura, tres zanahorias verdes y con pelusa que me saludaron al verme. 
–Al menos tenemos papel higiénico –le dije a ZaraJota, que por lo que sea no estaba muy dispuesto a comerse el papel higiénico, y eso que ni siquiera estaba usado. 
–Luego voy a ver si hay algo abierto –me dijo, pero no fue porque ZaraJota es así, en cuanto sale a la calle y se hunde en la nieve hasta el sobaco como que pierde las ganas. 
Bueno, a ver, para ser justos, el que se hundió hasta el sobaco, se había puesto pantalones de chándal en vez de los de la nieve, y al sacarlo del agujero estaba empapado y le faltaba una bota que hubo que rescatar cavando con las manos fue Nene-kun, pero no vamos a dejar que la realidad nos estropee la historia. 
La verdad es que ZaraJota no le hizo falta ir a ningún lado porque en nuestra plaza tenemos un servicio de inteligencia basado en gritarse de lado a lado QUE NO VAYÁIS AL MERCADONA QUE ESTÁ TÓ CERRAO.
–No te preocupes –le dije–, nos podemos apañar con lo que hay en la nevera.
–En la nevera sólo hay medio bote de membrillo y un bote de huevas de lumpo. 
–Ooo podemos comernos al gato, que para eso lo tenemos. 
Por desgracia, en esos momentos el gato tenía una infección de oído y no nos pareció saludable comérnoslo, y además se nos ha roto el horno.
–Podemos comernos al hámster –sugerí.
El hámster tiene el tamaño aproximado de una uva, pero yo sé que con eso se puede hacer como mínimo un fumet, que lo he visto hacer en Masterchef. Vale, lo he visto hacer con cabezas de gamba, no con un hámster, pero supongo que el principio básico es el mismo. 
Lo que pasa es que ZaraJota se opuso porque él es muy de "miradme, miradme, odio a los bichos" pero luego va por ahí sin comerse a ninguno y poniéndole las gotas de los oídos al gato.
De hecho, fue ZaraJota el que dio la voz de alarma. 
–Tampoco nos queda arena para el gato. 
Eso sí que era una emergencia porque el gato come mucho y el pienso de gato ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma. En concreto, se transforma en unos zurullos enormes y apestosos que, por suerte, se pueden retirar con facilidad (y una pala) pero el pis ya es más difícil.
Así que se me ocurrió una idea grandiosa: sacar el cagadero del gato a la terraza. Para que no empezara a oler y eso.


El gato en la terraza, mirando en plan "humana, controla tu caspa".

El gato, por decirlo suavemente, no estaba a favor. De hecho, cada vez que quería hacer sus cosas nos avisaba, metíamos el cagadero en casa, hacía sus cosas y lo volvíamos a sacar. Que yo lo entendería si tuviera que bajarse los pantalones, que con este tiempo no apetece, pero va siempre con el ojete al viento así que no sé qué más le dará, pero bueno. 
El caso es que eso nos llevó al problema números dos: también se nos estaba acabando la comida del gato, que es especial porque está a dieta porque es de huesos anchos pero el veterinario no le comprende, #stopgordofobia. Así que aunque abrieran las tiendas, no la podíamos comprar, porque el veterinario la había encargado y me daba a mí que no la habría recibido, yo qué sé. 
–Bueno, mejor –le dije a ZaraJota–. Si no come no hace caca.
–Lorz, estoy segura de que incluso tú puedes darte cuenta de que tu plan tiene un pequeñísimo fallo.
–Cierto. El auténtico problema es el pis. ¡Tendríamos que quitarle el agua también!




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