04 noviembre 2019

Nada que hacer

Tengo (casi) cuarenta años, dos hijos (relativamente) pequeños y una (casi dos) carrera de letras, así que cuando tomé la decisión de tomar acciones legales contra mi entonces empleador sabía que me arriesgaba a no encontrar trabajo nunca más.
Por eso tardé más de un año en decidirme, supongo, y solo lo hice cuando había acumulado pruebas suficientes para convencer no a un juez, sino a mí misma.
Pero me estoy poniendo seria.
El caso es que pensé que bueno, ya que probablemente no iba a encontrar trabajo nunca más en la vida ever, pensé que podía descansar un poco, ya que no tenía nada que hacer.
A ver, descansar... Quien dice descansar dice ofrecerse como voluntaria en el AMPA, apuntarse a inglés, hacer otro curso de social media, revisar los apuntes de mi oposiciones para ver si me presento, ir al gimnasio, preparar el segundo #Lorzfunding y por supuesto ocuparme de la casa y de los niños porque yo estoy a favor de repartir las tareas de la casa según el tiempo libre de cada uno, y por supuesto en aquel momento yo no tenía nada que hacer.
También fui al SEPE, claro, y me apunté a un curso que me hacía una ilusión loca, pero en la oficina me dijeron que era prácticamente imposible que me cogieran.
–Es un curso del plan de mejora de empleo, para personas en activo, y está muy solicitado. Es posible que tarde un poco.
–No pasa nada, puedo esperar.
Pero bueno, en algo me tenía que entretener porque aparte del AMPA, el inglés, el curso de social media, las oposiciones, el gimnasio, el #Lorzfunding, la casa y los niños no tenía nada que hacer. Así que me puse a mirar todas las cosas que se hacen para emprendedores y, a pesar de que ninguna tenía nada que ver con quemar cosas, encontré varios cursos interesantes, así que me apunté a uno. Por semana.
Nada del otro mundo.
Estaba contemplando mi agenda para noviembre y empezando a plantearme seriamente adquirir un giratiempos cuando me avisaron de que quedaban plazas libres para el curso del SEPE.
–¿Podrías incorporarte mañana?
–Claro que sí –respondí–. ¡Si no tengo nada que hacer!

5 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

Cuán ocupada es la desocupación... Sobre todo tu desocupación.

Genín dijo...

¡Metete a política!
Es un chollo, no se pega ni golpe y se gana una buena pasta, porvenir asegurado, y depende del cargo, hasta tienes Falcon para ir por ahí de cachondeo, con todo pagado, solo tienes que ir a tomar una copa con algún cargo y ya está la coartada.
Encima, en un pis, pas, tienes una pensión del carajo, que si, que te lo digo yo, ¡Metete a política!
Ya ves los que hay por ahí, osea, que tu tranqui, vale cualquiera... jasjaja
Besos y salud

Devoradora de libros dijo...

Se suele relacionar el no trabajar pero ser ama de casa y madre con no tener nada que hacer.

Besos.

pseudosociologa dijo...

Dos niños y nada que hacer es una falacia.

Nymeria Solo dijo...

Ay, qué peligro. "Como no tienes nada que hacer..." Y todo el mundo te pide que les hagas esto o lo otro, porque, total, te sobra el tiempo, ¿verdad? Que tengas que criar a dos hijos, llevar una casa y buscar trabajo, que es otro trabajo en sí, no es nada.