P*t* conciliación.
Pues más o menos por esas fechas metro de Madrid decidió cerrar la línea 5 (lo del culo) enterita porque total, el verano solo trabajan los pobres.
Anunciaron un servicio alternativo de autobuses, pero sorprendentemente un autobús avanzando por la vía pública (semáforos, paradas, atascos) no va a la misma velocidad que el metro que va por la vía bajo tierra y a su rollo, y calculé que tardaría aproximadamente una hora más en cada trayecto.
Entonces tenía dos alternativas:
levantar a los niños a las 6 y desayunar en casa
o
levantar a los niños a las 7 y que desayunaran en sus respectivos coles, que, por si metro me está leyendo, es un servicio que tiene coste, y además luego descubrimos que la leche del cole ponía enfermo a Bebé-kun, pero bueno esa ya es otra historia.
Optamos por dormir.
Así que el primer día del metrocalipsis vestí a los niños dormidos, y solo los desperté en el último minuto, cuando ya era hora de salir de casa.
Como iban medio amodorrados, no notaron nada raro, pero a medio camino Nena-chan empezó a llorar porque tenía hambre, y cuando estaba explicándole que llegaríamos enseguida se desplomó en la calle, sin que el comité de expertos reunido a tal efecto haya determinado todavía si de sueño o de hambre.
Por suerte ese tramo de la acera estaba en obras y cayó en blandito, sobre un montón de arena.
Por desgracia, los carritos de bebé no ruedan del todo bien sobre la arena, y en ese momento yo estaba llevando el carrito de Bebé-kun a pulso.
Llegamos a la parada del servicio especial con ligeras dificultades. El autobús pasa puntualmente cada tres minutos namekianos, así que solo tenemos que esperar unos diez a que pase. Bien ahí.
Cuando por fin llega y nos subimos, se sube también una señora.
-¿Cómo es eso de que el metro está cerrado?
-Está cerrado por obras -le contesta el busero.
-¿Y por qué no me han informado?
-Bueno, ha habido carteles, se ha informado por megafonía...
-¡Pero A MÍ no me ha informado nadie!
Esperamos pacientemente a que el busero aplaque a la señora. Y digo pacientemente porque en todo el rato no le tiré nada a la señora, entre otras cosas porque no tenía nada a mano, y además eran las siete de la mañana y no es esa una hora decente para agredir a nadie.
Cuando por fin arrancamos, nos metimos directos en un atasco, que no es que me importe mucho, pero con tanta acelerada y frenazo Bebé-kun se espabiló del todo y se dio cuenta de que le habían tangao.
-¡ERO MOMER! ¡MAMÁ! ¡ERO MOMER!
-Ya llegamos a la guarde, lechoncillo.
-¡ERO NITA! ¡ERO MOMER! ¡MAMÁ! ¡BUAAAAAA! ¡ERO MOMER!
En ese momento decidí fingir que se me habían desabrochado las cordones de los zapatos y me agaché y metí la cabeza en el cesto del carrito para que nadie me viera la cara y pudiera decir mira, mira esa, es una mala madre que mata a su pobre niño de hambre, pobrecito, mira qué delgadito está, se nota que no le dan de comer, pero ella bien que está de buen año, desde luego, vamos a tirarle piedras, yo no tengo ninguna piedra, pues tírale un zapato, es que entonces me quedo solo con uno, pues tírale un moco, yo qué sé, que tienes que ponerle pegas a todo.
Cuando llegué a la guardería de Bebé-kun descubrí con gran alivio que tenían una ventana abierta, así que lancé el niño y salí corriendo, lo que pasa es que tenían echada la mosquitera, rebotó, me dio en la cabeza y tuve que volver, porque cuando uno tiene el día malo es que lo tiene para todo.
Entonces agarré a Nena-chan de un pie y la arrastré hasta la parada del servicio especial.
Otra vez.
Esteramos los 3 minutos namekianos de rigor y nos subimos al autobús.
Expertos de todo el mundo han debatido sobre lo que pasó a continuación, llegando a tres conclusiones:
1 Al subirme al autobús y sentarme me bajó la adrenalina y me quedé ligeramente traspuesta o, como prefiere decir mi madre, meditando.
2 El servicio especial no hace exactamente el mismo recorrido que la línea 5.
3 Cuando me quise dar cuenta estaba en Puerta de Toledo, que, a pesar de su nombre, no está en Toledo, sino en Madrid, así que me pregunto si en Toledo habrá una Puerta de Madrid, así en plan intercambio de rehenes.
Resumiendo: mierda, mierda, mierda. Mierda.
Nos bajamos. Nena-chan va totalmente Walkind Dead pero en monísima. La arrastro hasta la ludoteca no sé ni cómo. Va tropezándose con sus propios pies y llegamos a las mil y monas: el horario de desayuno ha terminado hace siglos.
-Por favor... la niña... desayuno... por favor...
-Bueno, hoy le vamos a dar de desayunar... ¡pero mañana hay que levantarse antes!
Creo que me voy a levantar ya, para estar segura.
Continuará
6 comentarios:
Creo que le código de inserción del twetts no ha funcionado del todo...
Uh.. pobre! que odisea!
Mejor suerte los días que siguen..
Es que eso de ser madre es mu sacrificao...
Pero ser hijo de una mala madre que no alimenta a sus hijos es terrible, deberían denunciarte a la "Asociación Carpanta" jajaja
Besos y salud
Ay Lorz, es que al principio me daban risa tus peripecias, pero despues ya queria llorar, lo tuyo no es vida Lorz, es una tragicomedia, un besito, y unas tortas de tamal pa el camino.
Jamás volverás a salir sin un paquete de galletas o de palitos en el bolso, es un "must" como el agua o las toallas húmedas y así hasta los diez.
Por eso cada vez que oigo por megafonía eso de "Disculpe las molestias" me sale decir "No me da la gana"
Ánimo que queda menos de un mes!
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