24 septiembre 2015

Operación Timey Wimey, 5 y ya

Previously in Lorz...
Lo del culo. Sí, otra vez. Las historias de partos es lo que tienen.


Es una verdad universalmente reconocida que las mujeres solo se dejan fecundar con un objetivo: para poder pasar el resto de su vida contando batallitas del parto. Esta entrada está dedicada a las mías.
Avisado estáis.




Pues la cosa fue más o menos así:
A las nueve de la mañana me colocaron en el brazo un gotero con oxitocina, que es una hormona (creo) que tiene la gracia de provocar contracciones, aumentar su potencia, y acelerar el parto.
Resumiendo: la oxitocina es redbull para el útero.
Pero la matrona no era tan optimista.
-Esto va para largo -dijo.
-¿Puedo irme a desayunar? -le preguntó ZaraJota.
-Claro, vete, tienes tiempo de sobra.
-¿Yo también puedo? -pregunté.
-No, tú no.
Mierda, casi cuela...
-No te preocupes, Lorz, me tomo un cafelito rápido y vengo.
ZaraJota tiene la costumbre de desayunar un colacao o un café sin nada más y a media mañana se le pone una cara de mustio que no puede con ella.
-Haz el favor de desayunar bien -le dije-, que luego te quedas con hambre.
-Pues si me da hambre salgo luego.
-De eso nada, que no sabemos luego cómo va a estar la cosa. ¿Y si a la hora de comer estamos en plena faena, qué? ¿Te vas a ir a comer?
-No, claro.
-Pues haz el favor de comer, que con este calor y en ayunas eres capaz de marearte. Y que sepas que si te desmayas durante el parto ahí te quedas hasta que acabemos. ¿verdad, señora matrona?
-Nosotras estamos a lo que estamos -confirmó la matrona.
-Está bien.
ZaraJota se fue a desayunar y al rato volvió afirmando que se había tomado un café y un bikini, porque lleva diez años en Madrid y todavía lo no lo hemos civilizado lo suficiente como para que diga "sangüish mijto".
Entonces fue cuando ocurrió el incidente de las camisetas. Y a continuación mi familia llegó al hospital y ZaraJota salió a verles para que no sospecharan que estábamos de parto, y de paso recoger la camiseta limpia que mi madre le había traído.
Mi madre, muy sensata ella, había escogido una camiseta azul marino, muy discretita, muy limpia y muy planchadita. Desgraciadamente, su gato la había escogido también, pero para dormir la siesta, porque las camisetas recién lavaditas y planchaditas son las más cómodas. Y ya se sabe lo que pasa con los gatos: si son negros, toda la ropa clara va siempre cubierta de pelos negros, y si son blancos, toda la ropa oscura va siempre cubierta de pelos blancos. Mis padres, que son muy previsores, se buscaron un gato gris: así los pelos se ven perfectamente sobre todos los colores.
Resumiendo: la camiseta azul marino estaba cubierta por completo de pelos de gato.
En serio.
Era como un kiwi hecho camiseta.
Intenté quitar los pelos con la mano, pero lo único que conseguí fue cargarlos de electricidad estática y que fueran más difíciles de quitar.
Su fruta madre...
-Bueno, no pasa nada, luego me pondrán una de esas batas verdes, ¿no?
-Eso espero.
Para entones ya tenía unas contracciones de lo más interesantes. Pero no me servían de nada porque... a ver cómo lo explico. Soy de risa fácil. Lo soy en condiciones normales, pero también en condiciones anormales. Para mi desgracia, cuando estoy tensa, nerviosa, asustada o dolorida también me entra la risa. No lo puedo evitar. Esto tiene su lado bueno: en las entrevistas y exámenes orales siempre parezco tranquila y a mis anchas. También tiene su lado malo: algunas personas se lo toman como desinterés o falta de respeto. Y la matrona no se lo tomó precisamente por el lado bueno.
-Mucho te ríes tú para que te esté doliendo -me decía.
Y el mensaje era: si no te duele es que no tienes contracciones, si no tienes contracciones es que la oxitocina no te está haciendo efecto, y si la oxitocina no te hace efecto tenemos un problema.
Uno de los gordos.
Entonces se acercaba al gotero, le metía un meneo, empezaba a caer más y yo veía las estrellas, me reía más y no avanzábamos nada, hasta que decidió "echarme un vistazo" y cambió bruscamente de opinión.
-Si quieres la epidural hay que ponértela YA -anunció.
-¡Quiero! ¡Quiero!
Entonces hicieron salir a ZaraJota de la habitación, entró el anestesista, y empezamos con la acrobacia cirquense.
Resulta que para ponerte la epidural tienes que sentarte muy recta, encorvarte sobre ti misma para que las vértebras se marquen claramente en tu espalda, y después mantenerte inmóvil mientras te pinchan.
Fácil, ¿eh?
Ahora imagina que estás en bolas, con tubos por todas partes, una compresa que debes sujetar entre las piernas, una barriga el tamaño de Júpiter y contracciones. Y, por si esto no fuera poco, añade ciertos... problemas personales.
-No te encuentro la columna -me dijo el anestesista.
-¿No estoy bien colocada?
-No, no, es por la grasa.
-Eh... gracias.
-A ver, inclínate más... Ay... es que tienes una escoliosis tremenda. A ver... no . Y ahora... no. Voy a intentarlo una vez más...
El anestesista se disculpó. Me dijo que tenía tal escoliosis que la única forma era ir probando hasta atinar con el punto.
-Tú pincha todo lo que haga falta, pero la epidural me la pones cueste lo que cueste.
Y eso hizo.


Hasta que de pronto noté que se incorporaba.
-Estoooo... tú no tendrás sida, ¿verdad?
-No, ¿por?
-Nada, nada. Que me he pinchado yo.
-¡De eso nada! ¡Que la epidural es para mí!
-Voy a llamar a mi compañera a ver si ella puede.
-¿Y si no puede?
-No te preocupes: esto es como abrir un bote de mayonesa: te tiras horas intentándolo, y luego el primero que pasa lo abre sin esfuerzo.
Y así fue. Entre tanto, yo había conseguido perder la compresa y que se me soltara la vía. Entre eso y el autopinchazo del anestesista, cuando ZaraJota entró a la habitación las sábanas estaban llenas de sangre.
-¿PERO QUÉ HA PASADO AQUÍ?
-No te preocupes, no es toda mía.
-¿Y se supone que eso me tiene que tranquilizar?
Me cambiaron toda la ropa de cama y me dijeron que me echara la siesta.
-Y tú aprovecha para irte a comer -le dijeron a ZaraJota.
-¡Pero no puedo dejarla así!
-Si quieres puedes comprarte un bocadillo y comértelo aquí.
Yo estaba alucinando.
-Y UN GÜEVO VAS A COMERTE UN BOCADILLO EN MI CARA MIENTRAS ESTOY DE PARTO.
Que llevo en ayunas desde ayer, coñoyá.
ZaraJota se fue a comer. Cuando volvió, yo estaba sudando como un pollo. Hacía muchísimo calor.
-¿Me abanicas?
ZaraJota sacó el abanico de mi abuela y empezó a darme airecito con tan poco gracia que le acabé quitando el abanico. ¿Por qué los hombres no saben abanicar? En serio, no es tan complicado. Mira Locomía.
Visto el éxito, cambiamos el abanico por un trapito empapado en agua que me ponía en la frente de vez en cuando. Cuando volvió la matrona, le pedí permiso para beber agua.
-¡Solo sorbitos pequeños! -me advirtió.
-Sí, sí. Es que tengo calor.
La matrona me miró de arriba a abajo.
-¿Y por qué estás tapada con la colcha?
-Eh...
La parte positiva es que así me di cuenta de que, efectivamente, la epidural había empezado a hacerme efecto.
Al rato la matrona volvió para explorarme. Otra vez.  A esas alturas yo ya me sentía como el puto río Congo.
-Todo va bien, pero el niño no ha entrado en el canal de parto. Vamos a tener que sacarlo con unas ventosas. Voy a prepararlo todo y ahora vengo.
-¿Y yo qué hago? -pregunté. Que lo mismo podía ayudar dándome golpecitos en la cabeza, tipo bote de ketchup.
-Nada.
-Es que tengo ganas de empujar.
-Bueno, pues empuja, que mal no te puede hacer.
Se fue a por las ventosas y cuando volvió a asomarse a mis bajos se le cambió la cara.
-¡QUE YA ESTÁ AQUÍ! ¡QUE LE VEO EL PELITO!
-No puede ser -le dije-. Nadie en mi familia ha parido un niño con pelo desde que el mundo es mundo.
Pero ya no me hacían caso. De pronto había un montón de gente desmontando partes de la cama y montando otras. Una señora me bañó en un líquido rosa.
-Es desinfectamente -me dijo.
Otra me colocó una especie de manta verde en las piernas.
-Es aséptica -me dijo.
ZaraJota me agarró la mano, y yo miré la camiseta llena de pelos de gato.
Ay, dios... Tiene pelos como para rellenar un colchón.
¿No le van a poner una bata verde ni nada?
¿Será que lo van a echar?
ZaraJota se aferró a mi mano y se concentró en poner cara de "yo no llevo una camiseta cubierta de pelos de gato". Lo debía estar haciendo muy bien: nadie parecía fijarse en él.
-Bueno -dijo la matrona-, a ver si podemos hacer esto nosotras y no hace falta meter a "los hombres".
Los hombres, ya lo sabía yo, eran los ginecólogos, y yo era la última interesada en que intervinieran, así que cuando me dijeron que agarrara la barra la agarré, cuando me dijeron que intentara arrancarla lo intenté, y cuando me dijeron que me metiera los dedos en la vagina para tocar la cabeza del niño... me negué en redondo. Que una tiene un límite.
-¡Que sí, boba, verás lo cerca que está!
Ay, lo que tiene que hacer una poco los hijos...
Y obedecí.
Ostras.
Que está ahí mismo. ¡Esto está hecho!
Entonces la matrona se volvió a ZaraJota.
-¿Quieres tocar tú? -le preguntó.
Yo miré de reojo la camiseta llena de pelos.
"Que diga que no, que diga que no..."
-No, gracias. Quizá en otra ocasión.
Volví a mirarle de reojo y le mandé un mensaje telepático.
"¿En otra ocasión? ¿EN OTRA OCASIÓN?"
"¡Que me he liao! ¡Que estoy muy nervioso!"
La matrona interrumpió nuestra conversación telepática para anunciarnos que iba a tener que recurrir a la episeotomía, que es un cortecito que se hace en una parte muy delicada del organismo para evitar que se rompa accidentalmente y sea peor.
-Claro, claro, lo que haga falta -le dije.
Entonces fue cuando me di cuenta de que la epidural no había quedado bien puesta, y solo tenía dormidas algunas partes del cuerpo, y no precisamente la más importantes para el proceso.
En fin. No voy a entrar en detalles. Lo importante es que Bebé-kun salió rápido y bien.
Me lo pusieron encima, con su olor a barquillos de vainilla y los ojitos muy abiertos, y las enfermeras le colocaron un gorrito sospechosamente parecido a las redes para los garbanzos del puchero.
Con el hambre que yo tenía, ya son ganas de provocar.
Nos dijeron que teníamos que estar dos horas "en observación", y nos dejaron solos para que descansáramos.
Aprovechamos para llamar a mis padres, lo que, ahora que lo pienso, igual era un poco incoherente.
-Hola -les dije-. ¿Está por ahí Bebé-chan?
Obsérvese que todavía era Bebé-chan por entonces.
-Sí.
-Que se ponga.
-Espera, que le pongo el manos libres... Dile hola a mamá.
-HOLA MAMÁ.
-Hola piojito. Soy mamá. ¿Y sabes quién está conmigo? El hermanito, que ya ha salido.
Entonces oí de fondo la voz de mi padre.
-¿Y CUÁNDO NOS LO PENSABAS DECIR?
Uy, uy, que para mí que mis padres empiezan a sospechar algo.




Fin.





22 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

Creo que hubo una falla en el cuidadoso plan de ocultamiento... pero no alcanzo a ver dónde pudo estar.

Olga P dijo...

Me encanta lo del olor a barquillos de vainilla, no se puede describir mejor ese olor. Bueno, y lo del sangüis mijto también.

Fantasma de la Opera dijo...

¡Eso, eso, eso! ¡Otra ocasión, pero ya! ¿Quizás un gemelo tardío...?

Ains, qué gracia con que te explicas. Sonrisa de principio a fin, cuando lo que describes no invita precisamente a eso. Si hasta me has hecho saltar un par de carcajadas. Todo un mérito, teniendo en cuenta que hoy no es mi día.

Mi Álter Ego dijo...

Jajajaja. Lo que no os pase... Yo también voy siempre por la vida cubierta de pelos de gato. Es lo que hay. Un besote!!!

Anónimo dijo...

¡Me encanta cómo te expresas! ¡Enhorabuena por el peque!

Coccinellidae. dijo...

Buff...y ahora quién quiere ponerse epidural?? Yo no me dejo clavar por un tipo tan rebosante de confianza maja! Mucho tiene que doler eso de dar a luz, con lo facil que es darle al interruptor algunas desde luego os gusta complicar las cosas!

Me alegro que todo haya salido bien y que tengas batallitas para contarnos con esa gracia que te caracteriza. Tú y tu familia sois un chiste con patas jajaja!

Rob Anybody dijo...

Sospechar? No, no creo... no alcanzo a ver porque tendrían que sospechar nada.

Fle dijo...

Cada vez que leo sobre partos, doy gracias a Diocito por el mío. Casi sin cotracciones, en un ratico chiquitito y habiendo cenao previamente, que quieras que no, eso es un win.
Lo de la epidural ya, otro cantar. A mí también me pasó algo del estilo "no te muevas, que sólo son cinco minutitos..." pues colega, justo lo que me tardaban las contracciones del demoño. Por suerte mis vértebras se ven bien (delgadez, creo qeu se le llama :P) y al final me dejaron hasta verlo con un espejito.

Me alegro que bebekun naciera bien, que vosotros pudierais tener vuestro ratito de intimidá y que no fueras alérgica a los gatos y tal.

Felicidades y muchos besos, guapa. Y pal papa también, que los pro-bikinis anti sangüijmijto nos tenemos cariñico especial o algo.

Fle dijo...

Quedigo, que me dejaron ver salir a Bé con un espejito, no ver como me ponían la epidural, que no se qué coñqueCarape de cacho se ha borrao y que me dirás tú a mí de todas formas qué gracia tié ver como te pinchan en la espalda como pueden mientras tú agarras la sábana para no moverte con tos los dolores juntos...
Y que lo de epidural fue una castaña, pero que luego gloria bendita y que las que paren sin ella sin querer son pobrecitas y las que lo hacen sin porque quieren hay que tener ganas de sufrir por sufrir.

Más besos.

Ana dijo...

Buah, los partos son una lotería depende con quién te toque y la cantidad de drogas que te pueden llegar a meter con nombres raros, y algunas dicen que hasta afectan a los peques, sobretodo en casos de autismo. Pero lo que decía hay partos y partos, lo bueno es que ahora con los avances se supone que siempre ayuda...

Anónimo dijo...

Enhorabuena!! Y muchas gracias!! Me has alegrado el dia, que aqui en la america profunda y lloviendo a cantaros se agradece

lorzapadre nenachanabuelo bebekunabuelo dijo...

Te recuerdo que la aciaga idea de regalarle una gata a lorzamadre para celebrar sus 40 años fue tuya.
Yo solo fui el incauto que dijo que si.
17 años arrepintiéndome......:D :D :D :D :D

Bettie dijo...

El comentario de lorzapadre nenachanabuelo bebekunabuelo <3 Amor puro.

Gracias, Lorz, por compartir así y alegrarnos el día. Eres ¡GENIAL!

Y otra vez, enhorabuena.

Mamá Pichón [Aún eres joven Blog] dijo...

No sé si llorar o reir, y yo pensaba que con tres pinchazos que me dieron a mi para la fallida epidural (que también me hizo efecto solo por partes, concretamente solo la derecha) ya no había quien me ganase, además eso de hacerte una bola para que te marquen las vértebras.... jajajaja Ains, yo tengo hiperlordosis lumbar, mi espalda se mete hacia dentro! Y con el barrigón! Como voy a sacar vértebra?????
Lo otro, es lo de tocar al bebé todavía dentro, lo que pasa es que el mío no estaba en el canal del parto aún jajajaja de hecho nació por cesárea, pero yo también pensé que no lo haría y al final..... caí! Caemos todas!

Tita dijo...

Letigó, letigó, letigó, qué bonito, he vuelto a llorar, al final
¿Y las respuestas para cuando? ¿eh?

Besos

Veinteañera anónima dijo...

La parte en la que dices que Zarajota puso cara de "yo no llevo una camiseta llena de pelos" me ha matado muchísimo, ahí ya no podía llorar más de la risa. De verdad, me fascina cómo puedes cualquier historia y añadirle un toque de humor.
BTW, viendo la foto de la epidural y habiendo leído lo del corte, sumado a todas las cosas que has puesto por twitter, emmm.... Creo que se me han quitado las ganas de tener bebés xD

Veinteañera anónima 2 dijo...

Cómo puedes contar cualquier historia*
Tenía hambre y me comí una palabra :D

Genín dijo...

Lo explicas de tal manera y con tanta gracia que parece un sainete... :)
Lo importante es que todo salió bien y que los tres -pelos de gato incluidos- estáis bien :)
Besos y salud

lorzagirl dijo...

Hutopo, ni idea, de verdad.

Olga P, el sangüis mijto es lo que nos convierte en seres civilizados : )

Fantasma de la ópera, ¿estás mejor hoy?

Mi álter ego, necesitamos gatos calvos.

Anónimo, ¡gracias!

Coccinellidae, para ponerte la epidural antes te ponen anestesia local, si no de qué...

Rob, ¿tú crees? Me anima mucho oírlo.

Fle, estaba leyendo lo de ver cómo te ponen la epidural con un espejito y me parecía raro, pero bueno, lo mismo era para ayudar: "ahí no, más arriba", "ahí, tira, tira, tira... no, te has pasado". Habría sido también una historia para contar : )

Ana, se supone que todo lo que te hacen es para mejor... menos lo de dejarte en ayudas: eso es sadismo.

Anónimo, ¡gracias! y no dejes que la lluvia pueda contigo.

Padre, la idea fue de una de las tías, no te digo de cúal para no enturbiar las relaciones familiares.

Bettie, gracias.

Ser educadora, nos engañan con eso de "¿y cuándo vas a tener otra oportunidad de tocar una cabeza saliendo de una vagina palpitante?". Y picamos.

Tita, las respuestas llevan un par de días puestas, al final de la entrada http://lorzagirl.blogspot.com.es/2015/09/japiberdei-tu-bebechan.html

Veinteañera, te meten drogas hasta que no sientes las puntas de los pies y no sientes nada.

Genín, todos bien no: los pelos de gato fueron eliminados con posterioridad : )

pseudosocióloga dijo...

Has hecho bien en mandar la foto de tu espalda, si no lo veo, no lo creo.Madredelamorhermoso.

Nosu dijo...

Esta entrada debería estar como mínimo en el Top Ten. Qué jartá de reír

Unknown dijo...

Estaba en el descanso del trabajo y después de un día muy complicado leer este post me ha matado de risa y alegrado el día. Me encanta leer tu blog Lorz!