Winston Lorzill
Bebé-chan ya va a la guardería.
Y se la sopla.
Bebé-chan es una niña feliz y le da lo mismo estar en casa, con los abuelos, tirada de cualquier manera en un banco del Vips (verídico) o en la blanca superficie de la luna... mientras no tenga hambre o frío y pueda ver lo que pasa alrededor.
Para mí la adaptación ha sido un poco más difícil.
Elegir la guardería ya fue un trauma, porque por más que leía y llamaba y preguntaba me seguía faltando información.
-¡Si tienes hasta el árbol genealógico de las cuidadoras! -me decía ZaraJota™- ¿Qué más necesitas?
-Jo, no sé, que me digan si van a maltratar a la niña.
-¡Eso no te lo van a decir en un folleto!
-Pues no entiendo por qué, sería mucho más cómodo para todos.
-Vamos a ver, Lorz... Si en la publicidad de la guardería pusiera "maltrato individualizado" o "expertos en pederastia" nadie llevaría a sus hijos.
-No sé, no sé... ¡hay gente para todo!
Aparte de la seguridad de Bebé-chan, lo que más me preocupaba de la guardería era tener que socializar con otras mamás.
En general no soy una persona sociable (aunque comparada con ZaraJota™ soy Miss Abrazos Gratis, ¿eh?), y si a alguien se lo he parecido alguna vez es porque he hecho un curso de Habilidades Sociales.
De hecho, lo que más me gusta de Madrid es que puedes salir a la calle y no tienes que hablar con nadie... a no ser que tengas un bebé.
Porque cuando tienes un bebé, gente a la que no conoces de nada siente la imperiosa necesidad de hablar contigo cuando te la cruzas por la calle. La mayoría se limitan a decir "que niño más guapo" o te preguntan qué edad tiene. Y luego está la pequeña minoría.
Aparentemente, existe una pequeña minoría de seres humanos que cree que tener un hijo ya te convierte en un experto en crianza, y que cree que su deber, no, su obligación es ir aleccionando a los demás por la calle.
Mi primera experiencia con este colectivo de madres aleccionantas fue en el hospital, con las enfermeras.
-Le das teta cada vez que lo pida -dijo la primera.
-Aunque no te lo pida, le das teta cada tres horas-dijo la segunda-, y la dejas ahí hasta que la suelte.
-Le das teta diez minutos cada tres horas -dijo la tercera-, y si con eso se queda con hambre ya espabilará en la próxima toma.
Cuando el pediatra vino al día siguiente me dijo que la niña había perdido más peso del normal.
-¿Cómo le estás dando de comer? -preguntó.
-Pues verá, como las enfermeras no se ponían de acuerdo, al final le he comprado una pizza y le he dicho "mira bonita, cuando tengas hambre te la calientas en el microondas", y no debe tener mucha hambre, porque de momento la pizza ni mirarla.
Cuando Bebé-chan tenía un mes o así, íbamos las dos en el autobús, balanceándonos de un lado a otro a toda velocidad, cuando se nos acercó una viej...anciana.
"Viene a ofrecerme el asiento", pensé, y le sonreí y todo.
Pues no, no quería cederme el asiento, porque lo que me dijo fue:
-Vergüenza te tenía que dar sacar a una niña tan pequeña a la calle.
-Tengo que llevarla al pediatra.
-¡Qué pediatra ni qué pediatra! ¡En mis tiempos no había tanto pediatra y tanta tontería como ahora!
En sus tiempos cuando una viej... anciana se rompía la cadera se quedaba inválida para siempre y se tenía que quedar en su casa.
Por desgracia, no podemos volver a esos felices tiempos.
En otra ocasión, también en el autobús, Bebé-chan se puso a llorar.
-Tiene hambre -dijo una viej... anciana.
-Tiene sueño -dijo otra.
-Tiene frío -dijo otra.
Lo que tiene son tres viej... ancianas gritándole a un palmo de la cara, más bien.
Y así todo.
Con las otras mamás es peor.
Científicos de todo el mundo han demostrado que las mamás son los animales más competitivos de la naturaleza, sólo superados por las abuelas, que a fin de cuentas no dejan de ser mamás al cuadrado.
Para comprobarlo no tenéis más que acercaros una tarde a su hábitat natural, el parque, y escuchar alguna de las conversaciones.
-Mi Yosua se comió ayer un plátano- dice una de las madres congregadas.
-Pues mi Nazan dos -contesta la otra.
-Pues mi Kevin tres -remata la última.
Que te dan ganas de preguntarles qué hacen perdiendo el tiempo en el parque, con la pasta que se podrían sacar alquilándolos a un seminario.
Curiosamente la competitividad se aplica a lo bueno y a lo malo.
-Mi Yosua tiene mocos.
-Pues mi Nazan tiene gripe.
-Pues mi Kevin tiene ébola, y acaba de estornudarle encima al tuyo.
Y así todo.
Mi último descubrimiento es la relación matemática directa entre la competitividad de la madre y la fealdad del hijo.
-Que grande está tu niña -me dijo una un día-. Eso es porque le das teta.
No le dije nada, porque la leche materna no es precisamente desnatada.
Y al día siguiente:
-Que ojos tan azules tiene tu niña. Eso es porque le das teta.
Infeliz de mí, pensando que era por las leyes de Mendel.
Y al otro:
-Que espabilada está tu niña. Eso es porque le das teta.
La teta de la sabiduría, así la voy a llamar.
Al final hubo un día que no me pude contener.
-Que guapa está tu niña -empezó-. Eso es porque le das teta.
Entonces miré a la mamá. Miré al niño. Volví a mirar a la mamá, y le dije:
-Tú al tuyo le das leche artificial, ¿no?
-Sí, ¿cómo lo has sabido?
Ahora es cuando se lo explico y me parte la cara.
-Jo, no sé, que me digan si van a maltratar a la niña.
-¡Eso no te lo van a decir en un folleto!
-Pues no entiendo por qué, sería mucho más cómodo para todos.
-Vamos a ver, Lorz... Si en la publicidad de la guardería pusiera "maltrato individualizado" o "expertos en pederastia" nadie llevaría a sus hijos.
-No sé, no sé... ¡hay gente para todo!
Aparte de la seguridad de Bebé-chan, lo que más me preocupaba de la guardería era tener que socializar con otras mamás.
En general no soy una persona sociable (aunque comparada con ZaraJota™ soy Miss Abrazos Gratis, ¿eh?), y si a alguien se lo he parecido alguna vez es porque he hecho un curso de Habilidades Sociales.
De hecho, lo que más me gusta de Madrid es que puedes salir a la calle y no tienes que hablar con nadie... a no ser que tengas un bebé.
Porque cuando tienes un bebé, gente a la que no conoces de nada siente la imperiosa necesidad de hablar contigo cuando te la cruzas por la calle. La mayoría se limitan a decir "que niño más guapo" o te preguntan qué edad tiene. Y luego está la pequeña minoría.
Aparentemente, existe una pequeña minoría de seres humanos que cree que tener un hijo ya te convierte en un experto en crianza, y que cree que su deber, no, su obligación es ir aleccionando a los demás por la calle.
Mi primera experiencia con este colectivo de madres aleccionantas fue en el hospital, con las enfermeras.
-Le das teta cada vez que lo pida -dijo la primera.
-Aunque no te lo pida, le das teta cada tres horas-dijo la segunda-, y la dejas ahí hasta que la suelte.
-Le das teta diez minutos cada tres horas -dijo la tercera-, y si con eso se queda con hambre ya espabilará en la próxima toma.
Cuando el pediatra vino al día siguiente me dijo que la niña había perdido más peso del normal.
-¿Cómo le estás dando de comer? -preguntó.
-Pues verá, como las enfermeras no se ponían de acuerdo, al final le he comprado una pizza y le he dicho "mira bonita, cuando tengas hambre te la calientas en el microondas", y no debe tener mucha hambre, porque de momento la pizza ni mirarla.
Cuando Bebé-chan tenía un mes o así, íbamos las dos en el autobús, balanceándonos de un lado a otro a toda velocidad, cuando se nos acercó una viej...anciana.
"Viene a ofrecerme el asiento", pensé, y le sonreí y todo.
Pues no, no quería cederme el asiento, porque lo que me dijo fue:
-Vergüenza te tenía que dar sacar a una niña tan pequeña a la calle.
-Tengo que llevarla al pediatra.
-¡Qué pediatra ni qué pediatra! ¡En mis tiempos no había tanto pediatra y tanta tontería como ahora!
En sus tiempos cuando una viej... anciana se rompía la cadera se quedaba inválida para siempre y se tenía que quedar en su casa.
Por desgracia, no podemos volver a esos felices tiempos.
En otra ocasión, también en el autobús, Bebé-chan se puso a llorar.
-Tiene hambre -dijo una viej... anciana.
-Tiene sueño -dijo otra.
-Tiene frío -dijo otra.
Lo que tiene son tres viej... ancianas gritándole a un palmo de la cara, más bien.
Y así todo.
Con las otras mamás es peor.
Científicos de todo el mundo han demostrado que las mamás son los animales más competitivos de la naturaleza, sólo superados por las abuelas, que a fin de cuentas no dejan de ser mamás al cuadrado.
Para comprobarlo no tenéis más que acercaros una tarde a su hábitat natural, el parque, y escuchar alguna de las conversaciones.
-Mi Yosua se comió ayer un plátano- dice una de las madres congregadas.
-Pues mi Nazan dos -contesta la otra.
-Pues mi Kevin tres -remata la última.
Que te dan ganas de preguntarles qué hacen perdiendo el tiempo en el parque, con la pasta que se podrían sacar alquilándolos a un seminario.
Curiosamente la competitividad se aplica a lo bueno y a lo malo.
-Mi Yosua tiene mocos.
-Pues mi Nazan tiene gripe.
-Pues mi Kevin tiene ébola, y acaba de estornudarle encima al tuyo.
Y así todo.
Mi último descubrimiento es la relación matemática directa entre la competitividad de la madre y la fealdad del hijo.
-Que grande está tu niña -me dijo una un día-. Eso es porque le das teta.
No le dije nada, porque la leche materna no es precisamente desnatada.
Y al día siguiente:
-Que ojos tan azules tiene tu niña. Eso es porque le das teta.
Infeliz de mí, pensando que era por las leyes de Mendel.
Y al otro:
-Que espabilada está tu niña. Eso es porque le das teta.
La teta de la sabiduría, así la voy a llamar.
Al final hubo un día que no me pude contener.
-Que guapa está tu niña -empezó-. Eso es porque le das teta.
Entonces miré a la mamá. Miré al niño. Volví a mirar a la mamá, y le dije:
-Tú al tuyo le das leche artificial, ¿no?
-Sí, ¿cómo lo has sabido?
Ahora es cuando se lo explico y me parte la cara.
25 comentarios:
Jajajaja, eres un crack, muchacha XD
Entre la teta de la sabiduría y el acoso ancianil, no sé cómo aguantas el tipo sin salir corriendo agitando los bracitos...
A mi las viej..ancianas que más me gustan son las que nunca tuvieron hijos. ¡¡¡Esas sí saben dar consejos!!! Lo sé porque he tenido una tía abuela solterona y no veas qué manejo de TODA situación.
Con tanto consejo, en vez de escribir un post podías haberte forrado escribiendo un libro y dando seminarios como una campeona.
Si ya lo decía yo, no hay nada como un buen par tetas, bueno, no pierdo la esperanza de que mis ojos castaños se vuelvan azules, te dejo que tengo que aumentar la dosis que no me los veo nada azules...ajajaja
¡Una entrada genial!
Gracias, guapa!
Besos y salud
Pero, vamos a ver: ¿gonzalista o estivillista? Tienes que posicionarte, que no tienes en un sinvivir!
jajjajajaja, debo tener un componente psicópata porque no veas el hartón de reir que me he dado con tus desagradables encuentros con las viej...ancianas. De todas formas, eso de que el color de los ojos tiene que ver con la toma de teta creo que es verdad. Yo mamé cerca de dos años y tengo los ojos azules, mi hermano mamó un año y los tiene grises y mi hermana, que solo mamó 3 meses, salíó con los ojitos marron caquilla. Bezozzzzzzzzz
Eso, eso, posicionaté ya, Gonzalista o Estivilista.
Es que así no se te puede juzgar en condiciones!!!
Anda... Tiene la teta de la eterna juventud, la sabiduría infinita y no sé qué tantas cosas más y, evidiosa que res, sólo ledas a bebe-Chan (y a Zarajota... Supongo... Cuando tiene suerte)
Me lo he pasado TETA leyéndote. Por favor que manera de reír muchacha, eres la LECHE...jejejeje!!!
(yo no soy mamá, pero coincido al 100% contigo en lo de in-socializar con otras mamás..ufffarggggufff)
jajajajajajaaa ¡ay la que me espera!
De todos modos, cuando una está embarazada, también muchos se creen con la necesidad imperiosa de decirte algo (a mí, que también soy antisocial). Pero si hablamos de ceder el asiento, la cosa está bastante peor.
En cuanto a lo de la competitividad, una de dos, o les dices a todo que sí, o te largas, o ignoras xD qué mundo tan duro...
Ay, cómo te entiendo, a mí me pasó igual, y me sigue pasando! Sobre todo cuando la he llevado en mochila. Todo el mundo opina. Al parque todavía voy poco, pero lo temo...
Gente maleducada y entrometida hay en todas partes ... aunque yo no me he encontrado tanta, y eso que tengo 3 hijos.
No me da ninguna ganas de vivir en Madrid.
Animo y paciencia ...
Jajaja ja, Lorz, estoy embarazada de siete meses y medio, y miedo me da cuando nazca, si ya ahora todos me dicen que la tripa es de niña o de niño, que estoy comiendo poco, que como mucho, que mira q tripa, que no tienes tripa... Joder, todos son tocólogos expertos!!!! Pues nada, ya veremos cuando nazca... Me parto con tus historias!!!
Jajajaja!!!! Buenísimo!!! Yo tengo un enano de dos años y soy un desastre de madre!!! Es que son todas tan perfectas que me siento como un guisante!
Que todo lo hago mal y me lo tienen que criticar! Y encima me dicen lo gorda que me he quedado!
Manda huev...!!! Pq encima me lo diecen otras q se quedaron peor.
Y que que revoltoso, que no le educo, que no le doy de comer bien, que no le estimulo con juegos adecuados....
Blanca
j0aj0aj0aj0aj0aj0ja0ja. Y ya.
Ja, ja, ja.
Lo del color de ojos es un misterio...todo el mundo me decía que le cambiarían al dejar de dar la teta...tenía ese azul gris indefinido de los bebés...pues la jodía aguantó hasta los dos años y cuando ya me había creido que iban a ser así "pasiempre" cambiaron.
El mundo de las mamás....ainsssss.
Me ha encantado lo de que las abuelas son mamás al cuadrado.
Lorz, espero que a estas alturas tengas tu teta prodigiosa patentada y cubierta por un buen seguro.
Tía me parto XDDDDDDDDD
Espero que cuando tu niña sea más grande y veas a una mujer con su bebé no le sueltes una de esas o te mete jajajajaja
Tía me parto XDDDDDDDDD
Espero que cuando tu niña sea más grande y veas a una mujer con su bebé no le sueltes una de esas o te mete jajajajaja
Pues ya veras cuando empiecen los cumpleaños, son dos horas de autentica pesadilla.
Mi hijo es mulato. Añade un punto más para las viejANCIANAS bastante considerable.
Caso 1, muy muy repetido. viejANCIANA que no conozco de nada: "Qué majo! ¿De dónde es?" YO: Catalán, vivimos en Barcelona" ViejANCIANA: "No, pero ¿de dónde es? (Sí, daban por sentado que era adoptado).
Caso 2, también muy muy repetido. viejANCIANA que no conozco de nada: "Uuuuy! Pues su padre debe ser de un sitio muy exótico, ¿no?"
Caso 3, sólo lo hizo una pero vale para bingo. viejANCIANA que no conozco de nada: "Uuuuy! Qué guapo PARA SER DE ESE COLOR"
Matar viejANCIANAS...
jajaja real como la vida misma, que listos son todos jajaja a mi me hacia gracia:
-¿es tuyo?
-si
-Se parece a tí
jajajaja no te jode si te acabo de decir que es mío
Qué horror! Me has recordado a un montón de señoras, conocidas o no, que pretendían darme clases magistrales, además como con mala leche, cuando nacieron mis hijos. Cómo he odiado siempre a ese tipo de gente. Veo que da igual cuántos años pasen que sigue habiendo el mismo tipo de memas. Por fortuna no tardará mucho esa generación en desaparecer de la faz de la tierra, por aquello de que a todos nos llega nuestra hora, y a ellas más que a nadie. Paciencia, y que las den.
Llevo poco leyendo tu blog, me lo paso mi marido, que parece ser tan sociable como el tuyo. Esperó una niña para la semana que viene y me siento muy identificada contigo, lo de la tripa es verdad, tu las tonterías que dice la gente cuando estas embarazada, miedo me da pq parece q con la niña x las calles de Madrid será peor, a este paso no salgo del coche,... Jajaja
El problema es que hay gente que NECESITA hablar y la presencia de un bebé es una excusa, y sueltan la primera chorrada que se les ocurre. En la secta de las viej...ancianas es un mal muy arraigado, sips.
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