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Lo celebramos recordando las mejores entradas.
27 noviembre 2006
Poni
En uno de los cortos que nos llevó a ver Anómalo explicaban que un poni es un trauma muy gordo que se te queda después de algo que te pasa cuando eres pequeño.
Pues eso.
Todos tenemos ponis de nuestra infancia.
Yo tengo uno muy grande, pero no es de mi infancia sino un poni adulto, que es mucho peor porque hoy en día todo el mundo tiene cámara en el móvil.
Era la comunión de mi prima la del pueblo y yo llevaba un vestido dorado de seda mega fabuloso, y unos zapatos de tacón altísimo que sólo me pongo cuando estoy en el pueblo porque es el único sitio que conozco en el que vaya donde vaya nunca hace falta que me desplace más de 200 metros.
Iba monísima de la muerte; destilaba, supuraba, transpiraba, segregaba puro glamour por cada uno de mis poros.
En cuanto salí a la calle me empezaron a escocer los ojitos.
Alergia.
¿Quién iba a pensar que en medio de aquellas terroneras iba a crecer tanta mierda de florecilla?
Y sobre todo...
¿Quien iba a pensar que los olivos florecen?
Pues sí. Sueltan una cosa que se llama trama y que es como una pelusilla que a juzgar por como afecta a los cuerpos humanos deduzco que es el principal componente del napalm.
Así que ahí estaba yo, con los ojos rojos pero emanando glamour.
Para la hora de la comida, además de glamour emanaba otras sustancias por la nariz, me ardían los ojos y no había forma de sacarme las lentillas porque las pestañas se me habían pegado.
Y aún así, refulgía de puro glamour.
Cuando llegó el segundo plato tenía la garganta tan atascada que respiraba por las orejas, así que mi padre me ofreció una de sus pastillas para la alergia.
Niños y niñas, esto es un consejo de amiga: en cuestión de drogas NO OS FIEIS DE VUESTROS PADRES, preguntarle mejor a esos señores tan majos que las venden en los locales turbios. Es mucho menos peligroso.
Después de tomar la pastilla estaba absolutamente colocada, así que irradiaba aún más glamour que nunca.
En ese momento decidí levantarme, cruzar tooodo el salón del convite e ir al baño.
Seguía desperdigando glamour a mi paso cuando salí del baño y volví a cruzar tooodo el salón.
-Lorz -gritó un pariente sin identificar cuando mi glamour y yo estábamos a punto de sentarnos. -¿Qué? -contesté.
-Que te has pillado el vestido con el tanga.

Notaba como un airecillo por los bajos.
Jo.
Jo.
Requetejo.
Después de aquello me quedé tan traumatizada que no he vuelto a usar ropa interior.
¿Alguna pregunta?
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