25 julio 2025

Veinte años de lorzedad 25

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Lo celebramos recordando las mejores entradas. 


07 octubre 2010

En el Carrribe se vive como se escrrribe, parrte 7

Ha llegado el momento de contar lo que sin duda fue lo mejor del viaje a Grecia.
¿La comida?
No.
¿La cultura?
No.
¿El sexo de recién casados?
No.
Lo mejor del viaje fue nuestra guía.

Nuestra guía nos acompañó durante todo el circuito.

Hablaba muy bien español, es más, demasiado bien (gran momento cuando uno de los turistas le preguntó qué significa "septentrional"), con una sola excepción.
-Edipo mató a su padrrre, se acostó con su madrrre y cuando se dió cuenta de lo que había ocurrrido se arrrancó los ojos... pero no se queden ustedes sólo con lo grrracioso de la historrria -decía.
Y al día siguiente:
-Y la madrrre le pidió a la diosa Herrra que le dierrra lo mejorrr a sus hijos, y Herrra los mató, porrrque no hay nada mejorrr que morrrirrr en el pleno apogeo de la vida... pero no se queden sólo con lo grrracioso de la historrria.
Y al otro:
-Y los persas los aniquilarrron, los pisotearrron y les escupierrron en los ojos... perrro no se queden sólo con lo grrracioso de la historrria.
Eso me llevó a sospechar que la buena señora no tenía muy claro el uso de la palabra gracioso, pero no dije nada, porque otra de las cosas que caracterizaba a la guía era el odio.
Odiaba a los romanos por haber invadido Grecia. Mucho. Podía tirarse horas explicando la historia de un minúsculo meño denominación de origen griego, y luego pasar ante un templo enterito y decir "ah, y eso es rrromano, perrro carrrece de interrés".
Odiaba a los ingleses. Se ve que los ingleses se llevaron unas piedrecitas del Partenón y que no se lo han perdonado.
Odiaba a los turistas. O sea, a nosotros. Y no se lo discuto. Una de nuestras compañeras de viaje llegó a preguntar a la guía si era verdad que las pitonisas veían el futuro. Esa señora nunca sabrá lo cerca que estuvo de ser asesinada en ese momento.
Y lo más importante: odiaba a los gérmenes.
Creo que ya he dicho antes que ZaraJota™ y yo nos sentábamos en primera fila en el autobús, y que la guía se sentaba justo al lado. Como pasábamos muchas horas en ese autobús, poco a poco empezamos a fijarnos en detalles.
Un día, ZaraJota™ se dio cuenta de que cada vez que se subía al autobús, la guía sacaba una toallita húmeda y limpiaba a conciencia el reposabrazos de su asiento.
Otro día, vimos que cuando creía que nadie miraba, cogía su bolso con mucho cuidado por una esquina, sacaba desinfectante, se desinfectaba las manos hasta los codos, cerraba el bolso usando un pañuelo para no tocarlo y cruzaba las manos delante del pecho para no tocar nada.
Más tarde, en una "parrrada técnica", coincidí con ella en el baño, y me di cuenta de que se estaba enjabonando las manos hasta el codo. Con el calor que hacía no era raro, lo raro es que usaba un papel para abrir y cerrar el grifo, traía su propio jabón y cogía otro papel para abrir la puerta.
En otra ocasión, una señora le acercó un texto en griego para que se lo tradujera. En vez de tocarlo, la guía apretó más si cabe las manos contra el pecho. Cuando la señora le animó a que extendiera el papel para verlo mejor, la guía le dijo que no podía separar las manos porque tenía mucho frío... a cuarenta grados a la sombra.
Además se dejaba llevar por el entusiasmo por cosas raras. "En este monasterio sólo tienen baño turrrco", nos dijo un día, sonriendo de oreja a oreja. Y otro "este rrrestaurrrante es muy bueno: la comida es caserrra y los grrrifos son automáticos y no hay que tocarrrlos parrra que salga agua". Vaya, lo normal cuando recomiendas un restaurante: hablar de los grifos del baño.
Empezamos a sospechar que la señora tenía un problema con la higiene, y no precisamente la falta de ella, pero nuestras sospechas no se confirmaron hasta el último día.
Íbamos en el autobús, mojados y cansados, cuando una de las viajeras confesó que era cantante aficionada de zarzuela, y acto seguido todo el autobús empezó a corear "que cante, que cante".
-Que no, que no se me va a oir bien...
-¡¡¡Usa el micrófono de la guía!!! -gritaron. A la guía le empezó a sudar la frente.
-¿Quierrres el micrrrófono?
-Bueno, si la gente se empeña...
-¡¡¡NOS EMPEÑAMOS!
La señora cogió el micrófono, se arrancó con un chotis, la emprendió con un cuplé, terminó con trozo de zarzuela y volvió a su asiento en medio del clamor de las multitudes.
-Somos unos malpensados, si fuera tan maniática no le habría dejado el micrófono -le dije a ZaraJota™.
-Pues es ver... ¡lo está limpiando!
-Anda ya...
Eché un discreto vistazo y sí, la guía estaba frotando desesperadamente el micrófono con una toallita húmeda, y por supuesto después se desinfectó los brazos hasta el codo.
-Jijiji... pues menos mal que a la señora no le ha dado por toser en medio de la canción.
-La mata... seguro.
-Lo peor no es eso, lo peor es cuando venga con la próxima excursión: "y aquí es donde destrrripé a una turrrista por toserrrme en el micrrro... perrro no se queden sólo con lo grrracioso de la historrria".

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