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Lo celebramos recordando las mejores entradas.
14 enero 2008
A tomar fresco, primera parte
Esta es mi ventana.
El sábado me di cuenta de que el pinito estaba un poco mustio, así que lo saqué al alfeizar a que le diera un poco el aire.
Ya que estaba saqué también el cactus que me regaló mi tía. Cuando me lo trajo tenía un montón de flores a punto de abrir, y a las 24 horas de estar en mi casa se le cayeron todas.
-Es que es un cactus de invierno -me explicó mi tía-, florece con el frío.
Jo, pues me lo podía haber dicho antes de que lo pusiera encima del radiador para que estuviera cómodo.
En fin, era el momento de corregir mi error, así que lo saqué al fresco.
Luego le tocó al potho.
El potho me lo regaló mi madre cuando me mudé. Yo pensé que no iba a sobrevivir, pero Towsend me tranquilizó. "Eso no hay quien lo mate", dijo, y la verdad es que no sólo no se ha muerto, sino que ha crecido y está cada día más bonito.
Cualquiera podría pensar que si estaba a gusto en su sitio era mejor dejarlo ahí, pero pensé que a lo mejor se sentía un podo discriminado, así que lo saqué también.
Y de paso saqué refrescos, porque en la nevera no tenía sitio y en la ventana están más a mano.
A las 16:00 empezó a llover.
Pensé en guardar las plantas, pero me dio perez... quiero decir, que pensé que el agua de lluvia les sentaría bien.
Sí. Eso.
Así que las dejé fuera, pero no quedé tranquila, y de vez en cuando miraba de reojo por la ventana.
16:05
16:15
16:30
17:00
Mierdaaaaaaaaaaa...
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