Bueno, os decía que agarré el primer trabajo que pillé, con el único criterio de que me dejara tiempo para seguir buscando (y encontré algo decente enseguida, no os preocupéis).
No me dio la menor pena utilizar así a la empresa porque, como otras muchas (si no me creéis, echad un vistazo a Infojobs), imponía dos semanas de formación previa obligatoria sin contrato y sin remunerar.
Voy a repetirlo: dos semanas de formación previa obligatoria sin contrato y sin remunerar.
Supuestamente, esto se hace así porque mucha gente abandona la formación a medias y nunca llega a incorporarse. Que yo pienso que a lo mejor la gente abandona precisamente porque la formación es sin contrato y sin remunerar, pero serán imaginaciones mías, que estoy muy loca.
Además, he estado en suficientes de esos cursos como para saber que la mayoría podían haber sido un email. Alguno, ni eso. No tengo ni idea de por qué ciertas empresas se empeñan en hacer precisamente cursos de dos semanas, no de una ni de tres, o de diez días o de quince, y no quisiera yo insinuar que es porque precisamente ese tiempo es el que les permite cobrar algún tipo de subvención, pero es que no se me ocurre otro motivo mínimamente razonable para tener a un montón de personas, sin contrato y sin cobrar, escuchando una y otra vez las mismas tontadas.
Luego está el tema de la prevención de riesgos laborales. Si estoy en una oficina, sin contrato y sin cobrar, y me rompo una pierna, ¿qué coño pasa? Porque me cuesta creer que vayan a considerarlo accidente laboral. Y me cuesta muchísimo más creer que te vayan a decir: pero no te preocupes, que tú a las dos semanas firmas el contrato igual, aunque estés de baja. Que a lo mejor algunas de las personas que abandonan es porque se hacen un esguince, a ver.
Si al menos la recompensa final (que te contraten) fuera atractiva pues a lo mejor haces el esfuerzo, pero dos semanas sin contrato y sin cobrar para que luego quizá te contraten por el salario mínimo para trabajar en un horario sin determinar de lunes a domingo en un polígono a 10 minutos andando del transporte público más cercano, como que te da más pereza.
Total, que la gente abandona porque es que no quiere trabajar.
En fin.
El caso es que empiezo el curso por teleformación, con mi propio equipo porque si no te hacen ni contrato no te van a dar un equipo, y con mi propio correo por lo mismo, así que de pronto empecé a recibir información confidencial en mi correo personal, cosa que todavía me tiene de pasta boniato.
De hecho, cuando finalmente me largué seguí recibiendo mails con información confidencial igualmente hasta el final del curso, lo que me lleva a pensar:
-Que, efectivamente, la formación podría haber sido un mail, si se hubieran molestado en enviar a la vez todos los adjuntos.
-Que le cobraron al cliente (o pidieron subvención) por mi formación completa.
-Que a lo mejor hay negocio en hacer cursos de estos, sacar información confidencial y luego venderla en la deep web y por eso la gente abandona tanto.
Al menos, era en casa, porque estar de 8 a 16, con media hora para comer, para que te lean por zoom una presentación que te han mandado a tu correo personal porque no tienes ni contrato ni remuneración es una cosa que crispa al más pintado, de verdad os lo digo, al menos así yo podía echar el rato haciendo Duolingo. Además, era solo de lunes a viernes.
O eso nos habían dicho.
Porque solo habían pasado dos días cuando la formadora nos dijo:
-Hoy me tengo que ir antes por un imprevisto familiar.
-Ohhhh...
Lo sé: soy una hipócrita.
-Pero no os preocupéis, que las horas que falte hoy las podemos recuperar el sábado.
-¿Que QUÉ?
-Si hace falta, el domingo también.
A ver que yo lo entienda: ya estoy dedicando ocho horas al día, sin contrato y sin cobrar, a verte leer por zoom una presentación que yo ya me leí en cinco minutos porque te juro que no da para más, y quieres que vengamos en fin de semana para recuperar ¿el qué? ¿las ganas de abolir el capitalismo?
Si las mías están intactas, por favor y gracias.
Por supuesto que el sábado me conecté a la formación. Soy una mujer responsable y comprometida con mi trabajo. Además, estaba picada con una tía en Duolingo que no paraba de adelantarme cada vez que yo me ponía el número uno de la división amatista, y gracias a la formación le enseñé QUIÉN MANDA AQUÍ.
Luego pensé que probablemente sea una niña de 10 años que camina tres hora todos los días desde su favela para pillar wifi gratis en el Starbucks más cercano y aprender un idioma que la ayude a escapar de la miseria y me sentí un poco peor, pero durante unos segundos mi victoria fue épica. ÉPICA.
Para el segundo lunes de formación estaba hasta las narices y encima nos hicieron ir presencialmente solo para descubrir que:
-La formadora estaba en su casa debido a un imprevisto familiar.
-Nos iba a dar la formación por zoom igualmente.
-Nos habían hecho ir a un polígono y caminar diez minutos desde el transporte público más cercano para sentarnos a cada uno delante de un ordenador y recibir la formación igualmente por zoom.
-Los ordenadores no funcionaban porque como la gente abandona los cursos porque no quiere trabajar no sabían cuánta gente se iba a presentar ese día, así que no habían dado la orden de dar de alta nuestro usuarios hasta que pasaron lista.
-Nos íbamos a pasar toda la mañana mirando el salvapantallas porque a saber cuándo le salía de ahí a IT ponerse con los tickets y dar de alta a nuestros usuarios.
Llevaba dos horas mirando la pantalla en silencio porque nos regañaron cuando intentamos hablar entre nosotras, cuando me mandaron una mensaje de un trabajo decente diciendo que si quería incorporarme al día siguiente no tenía más que firmar el contrato que ya me habían mandado por mail.
Me levanté, dije que tenía que salir un momento, y eché a correr gritando y agitando los bracitos.
Cuando llegué a casa, firmé el contrato e incluso había hecho el curso de prevención de riesgos laborales del otro trabajo, mandé un mensaje al anterior.
"Lo siento, no voy a poder seguir con la formación"
"¿Y eso?"
"Nada, un imprevisto familiar"
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Cuando no estoy haciendo Duolingo también escribo, corrijo, maqueto y publico libros míos y ajenos. Encuéntralos
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