Una cosa os voy a decir: creemos que Nena-chan sospecha.
Normalmente mi enfoque con Nena-chan suele ser afrontar las cosas directamente, pero en esta ocasión he pensado que preguntarle "oye, ¿tú sospechas que los reyes magos son los padres?" quizá no era la forma más adecuada de abordar la situación.
¿Qué por qué pienso que la niña sospecha?
Bueno, ya tiene ocho años y es bastante lista, y no es que lo diga yo que soy su madre, es que es verdad. Por ejemplo, hace unos días compuso su primera canción, que es una cosa que no viene a cuento para nada pero es que me apetecía presumir.
Y los niños mayores del colegio no es que se corten precisamente. En la última semana de cole, fui un día a recogerlos con una bolsa de esa tienda que usted me habla y uno de los mayores se me acercó y me preguntó que había comprado.
El problema es que yo había comprado bragas, ¿vale? De las de cuello vuelto, en plan hagamos que Viana se sienta orgullosa. Y no era el plan de decírselo al niño en el patio del recreo con todas las madres alrededor. Aunque, ahora que lo pienso, si hubiéramos estado el niño y yo a solas habría sido casi peor.
Así que le dije:
-Nada.
-¿Cómo que nada? Algo llevarás.
Los niños de hoy en día son demasiado listos para nuestro bien, así os lo digo.
-Bueno, cosas.
-¿Qué cosas?
El niño hizo amago de mirar dentro de la bolsa y yo tuve un momento flashback pero en el presente, un ahoraback o como se llame, del niño con mis bragas de cuello vuelto en mitad del patio del recreo, y me entraron sudores fríos por el entreteto. Aunque eso bien pudiera ser porque había llegado corriendo y hacía frío.
-Nada.
-¿SON LOS REGALOS DE REYES DE TUS HIJOS?
Llegado a ese punto la progenitora del susodicho le metió un bocinazo que llegó hasta la muralla china y ahí rebotó y se proyectó hasta el espacio, donde seguirá extendiéndose hasta llegar a los confines de la galaxia.
Pero era tarde. Nena-chan andaba por ahí y yo no tenía ni idea de cuánto había oído, pero sospecho que bastante, porque a partir de ese día empezó a fijarse en todos los paquetes que entraban en casa. Sólo con los que llegaron de los guirihaikus ya tuvo entretenimiento para rato, así os lo digo. ZaraJota y yo hacíamos lo posible por abrir todas las cajas en su presencia, pero claro, todas-todas no se podían abrir.
Normalmente mi enfoque con Nena-chan suele ser afrontar las cosas directamente, pero en esta ocasión he pensado que preguntarle "oye, ¿tú sospechas que los reyes magos son los padres?" quizá no era la forma más adecuada de abordar la situación.
¿Qué por qué pienso que la niña sospecha?
Bueno, ya tiene ocho años y es bastante lista, y no es que lo diga yo que soy su madre, es que es verdad. Por ejemplo, hace unos días compuso su primera canción, que es una cosa que no viene a cuento para nada pero es que me apetecía presumir.
Y los niños mayores del colegio no es que se corten precisamente. En la última semana de cole, fui un día a recogerlos con una bolsa de esa tienda que usted me habla y uno de los mayores se me acercó y me preguntó que había comprado.
El problema es que yo había comprado bragas, ¿vale? De las de cuello vuelto, en plan hagamos que Viana se sienta orgullosa. Y no era el plan de decírselo al niño en el patio del recreo con todas las madres alrededor. Aunque, ahora que lo pienso, si hubiéramos estado el niño y yo a solas habría sido casi peor.
Así que le dije:
-Nada.
-¿Cómo que nada? Algo llevarás.
Los niños de hoy en día son demasiado listos para nuestro bien, así os lo digo.
-Bueno, cosas.
-¿Qué cosas?
El niño hizo amago de mirar dentro de la bolsa y yo tuve un momento flashback pero en el presente, un ahoraback o como se llame, del niño con mis bragas de cuello vuelto en mitad del patio del recreo, y me entraron sudores fríos por el entreteto. Aunque eso bien pudiera ser porque había llegado corriendo y hacía frío.
-Nada.
-¿SON LOS REGALOS DE REYES DE TUS HIJOS?
Llegado a ese punto la progenitora del susodicho le metió un bocinazo que llegó hasta la muralla china y ahí rebotó y se proyectó hasta el espacio, donde seguirá extendiéndose hasta llegar a los confines de la galaxia.
Pero era tarde. Nena-chan andaba por ahí y yo no tenía ni idea de cuánto había oído, pero sospecho que bastante, porque a partir de ese día empezó a fijarse en todos los paquetes que entraban en casa. Sólo con los que llegaron de los guirihaikus ya tuvo entretenimiento para rato, así os lo digo. ZaraJota y yo hacíamos lo posible por abrir todas las cajas en su presencia, pero claro, todas-todas no se podían abrir.
Entonces la niña optó por una aproximación más sutil:
-Mamá -me dijo-, la abuela me ha dicho que el Caga Tió son los padres.
-¿Cómo?
-Que le pregunté que cómo hacía el Tió para cagar regalos y me dijo que los ponían los padres.
No me podía creer que mi madre hubiera dicho semejante cosa, y con razón porque, según se demostró en la investigación posterior, mi madre NO había dicho semejante cosa, ni nada que se le pareciera.
Por suerte ahí ZaraJota estuvo rápido de reflejos.
-Bueno, es que el Caga Tió es una cosa de Barcelona, y la abuela lo ha comprado en Madrid.
-Pero qué dices, ZaraJota, si mi madre tiene el que nos regaló tu hermana, que lo compró enfrente de la Catedral de Barcelona...
ZaraJota me arreó una patada que me dejó la rodilla tonta para siempre.
-QUE NO, QUE NO, QUE TU MADRE LO HA COMPRADO EN MADRID Y POR ESO NO FUNCIONA, GUIÑO GUIÑO CODAZO CODAZO.
No entendía qué me intentaba decir ZaraJota, pero antes de que me diera otra patada pensé que lo mejor era seguirle la corriente.
-Es verdad, que mi madre lo compró aquí en Madrid.
-Eso es.
-Seguramente en un bazar. De los baratos y eso.
En la investigación posterior se demostró que a mi madre NO le hizo ninguna gracia que dijera que su Caga Tió era de los baratos, con lo contenta que está ella con su Caga Tió que, ahora que lo pienso, no es suyo, es mío y de muy buena calidad, pero bueno.
Después de esto parece que la niña se quedó tranquila, pero al poco volvió a la carga.
-Mamá, ¿los Reyes Magos son convivientes?
La madre que parió al covid, de verdad os lo digo.
-Eh... ¿Sí? ¿No? ¿No lo sé?
-¿Y cómo van a entrar en España si estamos confinados?
-...
-Y si en las casas sólo puede haber seis personas, ¿cómo van a entrar para traer los regalos?
-...
-¿Y no son muy viejos? ¿No son población de riesgo?
Una vez más, ZaraJota vino al rescate:
-Sí, viven todos juntos y son grupo burbuja. Tienen un permiso especial del gobierno. Entran en las casas de uno en uno. Debido a su avanzada edad, han sido de los primeros en recibir la vacuna.
Después de hablar tanto y tan seguido, ZaraJota tuvo que tumbarse un rato, por la falta de costumbre.
Pero la niña todavía tenía más preguntas.
-Pero mamá, ¿cómo van a entrar en casa, si tenemos alarma?
-LAMENTAMOS INFORMARLE DE QUE EN ESTOS MOMENTOS MAMÁ ESTÁ APAGADA O FUERA DE COBERTURA...
-Mamiii...
Por suerte, una vez más ZaraJota acudió al rescate. Cuando se recuperó del esfuerzo y nos quedamos a solas, me dijo que había tenido una idea para disipar de una vez por todas las dudas de Nena-chan.
-He pensado que el día 6 de enero, de madrugada...
-De entrada ya vamos mal...
-¡PODÍAMOS HACER SALTAR LA ALARMA! ¿Qué te parece?
-Pues que no sé si eso disipará las dudas de Nena-chan, pero los vecinos nos van a disipar a nosotros a tortas.
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Después de una reimpresión acelerada, Vayamos por partes 3 vuelve a estar disponible en La Sombra.
¡Reservad el vuestro antes de que se acaben (otra vez)!
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