30 julio 2018

El bichopollo

Ay, que no he contado por aquí lo del bichopollo...

Un día de estos en los que me dolía la espalda un horror e iba (tarde) camino al colegio con los dos niños, las dos mochilas, mi bolsaco y dios sabe qué más nos encontramos un bichopollo perdido en Valle de Oro (la calle se llama así, creo que en sentido irónico porque debe de ser una de las calles más sucias de todo Madrid).
El bichopollo iba dando saltitos por el suelo y se acercaba a todo el que pasaba en plan "¿eres mi madre? ¿no? Pues te pareces".
La madre estaba en un árbol y lo llamaba, pero el bichopollo estaba a por uvas totalmente, y supongo que con tanta gente alrededor no se atrevía a bajar a por él.
Me paré con los niños para ver si el pobre bichopollo estaba bien, y entonces se empezó a parar más gente, y una chica consiguió atraparlo, pero el bichopollo debió sospechar que aquello no era su madre y le soltó un picotazo que no veas, de pronto tenía más pico que cuerpo, el j*d** bicho.
Entonces llegó un viej... anciano y nos dijo que lo que había que hacer era lanzarlo al aire y que el bichopollo volaría solo.
Debo decir que en aquel momento nos pareció que aquello tenía todo el sentido del mundo.
La chica, que todavía estaba intentando defenderse de los picotazos, dijo que no se atrevía, así que el viej... anciano le quitó al bichopollo y lo lanzó al aire con tanta energía que si lo ven en Estados Unidos me lo fichan para un equipo de béisbol.
El bichopollo ascendió...
abrió las alas...
y luego cayó a plomo, dando lo que podríamos denominar un buen pollazo.
Por suerte cayó en un parterre y en blando, y digo por suerte porque algún degenerao se ha dedicado a tirar escombros ahí, escondiéndolos entre la vegetación, y a mí no me gusta criticar pero los escombros llevan meses ahí y el servicio de limpieza del ayuntamiento no los retira.
Volviendo al bichopollo, se quedó ahí protegido por la vegetación, y es de esperar que la madre bajara a buscarlo tarde o temprano.
Nos hubiera gustado quedarnos para ver el desenlace pero ya llegábamos tarde al colegio... y no descarto que fueran los gritos de los niños los que estuvieran asustando a la madre, para empezar.
Total, que unos días más tarde volvemos a pasar por el mismo parterre, y Bebé-kun se empieza a meter entre los arbustos (y los escombros).
-¿Qué haces?
-USCANDO ICHOPOLLO.
Verás si al final se convertirá en el nombre oficial de la especie.




Gracias a esta historia y a Otro Ser Humano descubrí qué hacer si te encuentras un bichopollo en el suelo. 


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4 comentarios:

Genín dijo...

A lo mejor el bichopollo era comestible y daba para una hamburguesa, jejeje
Es que a mi me da mucha hambre a esta hora... :)

Besos y salud

Mi Álter Ego dijo...

Oye, qué útil el artículo ese de qué hacer ante la aparición de un bichopollo!!!Seguro que el vuestro consiguió de alguna forma volver al nido. Besotes!!!

Fantasma de la Opera dijo...

Eeh... vale, picaré: ¿qué es un bichopollo?

Necio Hutopo dijo...

Mi cuñado Fidel una vez se encontró un bichopollo en el suelo, uno demasiado pequeño como para poner en práctica el consejo del vie...anciano, así que tomó otro camino...
Lo tomó en su mano y no lo soltó hasta que el bichopollo aquel empezó a dar saltitos lejos de él y, eventualmente, a volar por todo el apartamento y, finalmente, se salió por una ventana... Y cuando digo que no lo soltó, es que no lo soltó ni para bañarse... De verdad, que se dormía con él...