21 septiembre 2020

El sello de aprobación


Como seguramente sepáis todos los que me hayáis visto llorar en Twitter, Correos no ha estado funcionando demasiado bien. 
A ver, partimos de la base de que Correos no ha funcionado demasiado bien nunca. O sea, se supone que el servicio que ofrecen es enviar cosas, pero cuando vas a enviar algo y te dicen "si no quieres que se pierda por el camino es mejor que lo envíes certificado" llega un momento en el que más que un servicio parece una extorsión.
Pero bueno, en condiciones normales sabes que pagas el impuesto revolucionario certificado y las cosas llegan.
El problema es que este año no está siendo muy normal, no sé sí lo habéis notado. 
La madre que lo parió. 
Así que cuando llegó el momento de enviar las recompensas del #relorzfunding, allá por febrero, las cosas no salieron exactamente como esperaba.
Primero, todo lo que envié a finales de febrero y principios de marzo vino devuelto. 
¿Por qué?
"Ausente de domicilio".
Es decir: según Correos, durante el mes de marzo de 2020, en pleno estado de alarma y con el confinamiento más estricto, no pudo entregar los paquetes porque los mecenas no estaban en su puñetera casa. 
Que a ver, pongamos por caso que los mecenas son un poco sinvergüenzas, no digo yo que no, y que alguno estuviera bailando la conga en la calle cuando estaba prohibido, pero ¿todos? Pues no sé, me cuesta un poco creerlo, la verdad.
Visto lo visto, detuve el envío de recompensas y esperé a tiempos mejores.
Los tiempos mejores todavía no han llegado porque sigue siendo 2020 y eso, pero al menos pasados unos meses nos desconfinaron y retomamos los envíos.
Y ojo, que algunos llegaron. Pero aproximadamente el 20% no. Esta vez, el motivo no era "ausente de domicilio" sino, en la mayoría de los casos, "no recogido en oficina". 
Después de hablar con varios mecenas, llegué a la conclusión de que no habían recogido los paquetes porque Correos no les había dejado aviso en el buzón de que tuvieran que recoger nada y como resulta que no son adivinos pues no se les había ocurrido pasar por la oficina a ver si tenían algo. 
(Y si lo hubieran hecho, les habrían dicho que no podían darles nada sin el aviso).
Entonces llegó agosto y alcanzamos una nueva fase en la que los paquetes ni llegaban ni volvían y no teníamos ni idea de lo que había pasado. 
Os cuento todo esto para poneros en antecedentes de lo que ocurrió a continuación.
En septiembre, y cuando yo empezaba a estar un poco hasta las narices de Correos, del #relorzfunding y de la rana cantando debajo del agua, empecé a encontrarme avisos en el buzón porque al parecer, el destinatario no estaba en casa cuando le fueron a llevar el paquete pero yo tampoco cuando vinieron a devolvérmelo, a pesar de que mi marido trabaja en casa y sólo sale a tirar la basura, y yo sólo salgo a llevar a los niños al colegio y hacer la compra y además normalmente la que le abre la puerta al cartero soy yo. 
Pero bueno, supongo que, ciertamente, si estoy abajo abriéndole la puerta al cartero no estoy en mi casa para que me entreguen el paquete: un punto para ti, Correos.
En fin. 
El caso es que acumulé avisos de correos y cuando ya tenía un taco que era como el tomo de la A de la enciclopedia me fui a la oficina feliz como una lombriz. 
-No podemos darte estos paquetes-me dijeron-: están a nombre de FoscaNetworks.
En aquel momento maldije muy mucho y por lo bajo la idea de usar pegatinas para ahorrarme poner el nombre del remitente.
Por suerte iba preparada.
Yo siempre voy preparada.
O sea: tengo hijos y son un poco trolls.
Más me vale ir preparada.
-Ah, claro, pero he traído toda esta documentación que demuestra que puedo operar en su nombre.
-Eso no me sirve.
Ahí reconozco que bufé un poco por lo bajo porque si la documentación le sirve a Hacienda, a la Seguridad Social e incluso a Correos para hacerme la tarjeta Correos que usé para enviar por Correos los mismos paquetes que ahora estaba intentando recuperar en Correos, no entendía por qué no le podía servir a Correos. 
Pero bueno.
-Está bien: ¿qué necesitaría para demostrar que puedo operar en nombre de FoscaNetworks?
-Un sello.
-¿Cómo?
-Un sello de caucho. 
-Tiene que ser una broma.
-Ya sabes, con el mando de madera y las letritas; lo mojas en tinta y...
Salí de la oficina que no sabía si reírme o si llorar o qué. 
Después de toda la documentación que había llevado... ¿les parecía más fiable un sello?
Pero si se pueden hacer hasta con una patata...
De hecho, hace meses que compuse un sello para mandarlo a hacer, pero todavía no lo había encargado porque me parecía que en el siglo XXI ya lo teníamos superado.
En fin. Salí de la oficina de Correos y ya que estaba al lado me metí en el Lidl a comprar patatas para hacer un sello porque había visto que tenían cosas para la vuelta al cole y pensé que dadas las circunstancias por todos conocidas serían lexatines o algo así.
Resultó que lexatines no había, en cambio tenían sellos para marcar la ropa.
Nada más verlos me entró la risa floja.
Puedo, pensé, ir a casa, donde tengo unos iguales para marcar la ropa de mis hijos, componer un sello y volver a Correos mañana. 
Ooo, puedo comprar otro, componerlo aquí mismo y llevarme los dichosos paquetes del #relorzfunding hoy.
Así que compré el sello, lo compuse sobre la marcha, sellé los avisos de correos y volví a la oficina. 
Reconozco que me sentía un poco estafadora de la vida. Me sudaban las palmas de las manos y un sudor frío recorría mi espina dorsal porque he leído mucho Stephen King. Le enseñé los avisos sellados a la señorita de la ventanilla y le dirigí mi mejor sonrisa inocente, aunque ella jamás lo supo porque llevaba la mascarilla puesta, claro.
-Pero esto... 
ES UN SELLO DEL LIDL PARA MARCAR LA ROPA DE LOS NIÑOS Y LO ACABO DE MONTAR YO MISMA EN UN BANCO DE LA CALLE ESTÁ BIEN LO CONFIESO POR FAVOR NO LLAME A LA POLICÍA...
-¿Sí?
-Se han olvidado de autorizarte. ¿Ves? Además de poner el sello, la empresa tiene que rellenar el campo de "Autorizo a...".
Está bien, Lorz, tranquilízate: todo está bien. Te han pedido un sello de la empresa y tú has hecho un sello para la empresa, por fin. No hay que ponerse nervioso. Es perfectamente válido ya que, entre otras cosas, en cualquier caso tendrías que ser tú la que encargara el puñetero sello.
Compórtate con naturalidad y todo irá bien.
-Entonces, ¿la empresa sólo tiene que rellenar ese campo?
Muy bien, Lorz. Disimula.
-Eso es.
-Estupendo. ¿Me presta ese boli un momento?
Adiós al disimulo.


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