17 junio 2019

Los sin techo, 8

Previously in Lorz...
¿Voy a seguir con esta saga hasta que termine de pagar mi hipoteca a cuarenta y cinco años? 
Yo digo SÍ.

Para entonces llevábamos ya dos meses en la casa de mis padres y a mí se me estaba agotando la paciencia: mi padre se levantaba contento por la mañana, mi madre se dedicaba a cebarnos por las noches, y entre los dos no nos dejaban hacer una sola tarea doméstica ni pagar una triste cebolla (a veces comprábamos el pan, pero así como quien no quiere la cosa).
Horrible, era horrible. 
Así que cuando el de la agencia me llamó para preguntar por qué se estaba retrasando el tema de la hipoteca, simplemente le contesté que el de la financiera no quería dárnosla hasta que le pagáramos sus honorarios por adelantado y en billetes pequeños y sin marcar.
El de la agencia, que no iba a cobrar sus honorarios hasta que se consumara la venta, no se lo tomó demasiado bien y algo debió de hacer porque en media hora teníamos la tasación por mail, qué cosas, sin tener que desplazarnos a por ella con un maletín lleno de billetes pequeños y sin marcar...
–Bueno, pues ya está todo listo –nos dijo el de la agencia poco después–. Por cierto, me ha dicho el propietario que va a vaciar el piso y que me digáis si queréis quedaros con algo antes de que lo mande todo a Villarratón.
ZaraJota y yo habíamos vendido prácticamente todos nuestros muebles por Gualapop, después de comprar la casa nos íbamos a quedar prácticamente sin ahorros y además somos muy aficionados a frotar cosas con lejía, así que ni nos lo pensamos:
–Queremos el sofá, los muebles del dormitorio (excepto los colchones), la lavadora y la nevera.
–Perfecto –dijo el de la agencia–. Pues le digo al propietario que se lleve todo menos eso.
Con la firma a la vuelta de la esquina, por fin pude dedicarme a una de las cosas que más me gustan en la vida: organizar tareas por prioridades, calcular tiempos y agendarlas en una tablita con muchos colorines.
Lo sé, tengo un problema.
Bueno, en realidad, dos.
Porque cuando llegó el día de la firma y nosotros llegamos a la notaría y el vendedor llegó a la notaría pasó lo que tenía que pasar: que los de la agencia no llegaron. Otra vez.
Así que ZaraJota y yo nos pusimos a charlar con el vendedor de lo normal en estos casos, que si mira cómo llueve, que si la llave de paso está en el baño, que si intenta no fumar cerca del calentador, que si no te preocupes que ya me he llevado el sofá, los muebles del dormitorio (excepto los colchones), la lavadora y la nevera... espera, ¿QUÉ?
–Que ya me he llevado el sofá, los muebles del dormitorio (excepto los colchones), la lavadora y la nevera.
–¡Pero eso era justamente lo que nos queríamos quedar!
–Imposible, le dije al de la agencia que eso me lo llevaba a la casa del pueblo...
–Bueno, qué le vamos a hacer –le dijimos ZaraJota y yo mientras calculando mentalmente cuánto nos iba a costar comprar todo aquello.
Pista: mucho.
El vendedor nos vio cariacontecidos y se ve que quiso animarnos.
O algo.
–Pero no os preocupéis –nos dijo–: todo lo demás lo he dejado en la casa, tal y como le pedisteis al de la agencia.
Mira, yo me rindo ya.

Continuará...

6 comentarios:

viñu dijo...

Pues a vender las maulas que os haya dejado en wallapop también.
Espero que tu ausencia de estos días pro las redes sea porque la feria del libro te haya absorbido la vida y que este todo bien.

Necio Hutopo dijo...

Creo que le harías un servicio a la comunidad si dieras el nombre de la agencia que te ha gestionado todo esto... Básicamente, para que la gente se aleje muy mucho de ella.

Maribel dijo...

Esto es para echarse al suelo y hacerse la muerta...

Suerte que os lo tomáis con humor. Mi ex ya hubiera denunciado a la agencia, con el consiguiente mal rollo por parte de ellos y todo hubiera sido aún mucho más difícil de lo que ya lo está siendo.

Ánimo, algún día se acabará todo y seguiréis con vuestra vida felizmente.

Besos!!!

Devoradora de libros dijo...

Si alguna vez tengo que cambiar de casa, creo que me va a ser imposible no recordar todo lo que os está pasando...
A ver si hay suerte, se juntan los astros o lo que haga falta, y podéis terminar por fin con tanta locura.

Recomenzar dijo...

Me gusta tu estilo Recién te hallo
Buen dia desde Miami

Anónimo dijo...

Tu última entrada misteriosa me ha asustado. Espero que estés bien. Te mando buenas vibraciones.