15 noviembre 2016

Space Invaders, III

Previously in Lorz...
Los piojos han llegado a la cabeza de Nena-chan por generación espontánea. 


Como dijo alguien en los comentarios, lo difícil no es erradicar los piojos de la cabeza, sino evitar que vuelvan.
Lavamos a 60° cualquier cosa que hubiera estado en contacto con nuestras cabezas, incluyendo:

-Almohadas, cojines, fundas de sofás y butacas, nuestra única alfombra, sábanas y toallas.

-Todos los peluches, las marionetas y la ropa de los muñecos de plástico.

-Los disfraces, los gorros y todos mis pañuelos y bufandas, porque habíamos estado jugando a disfrazarnos justo ese fin de semana (también es mala suerte...).

Y, por supuesto, toda la ropa.

Lo que no se podía lavar lo congelamos, lo que no se podía congelar lo metimos en bolsas de basura quince días (la niña nos preguntaba continuamente por qué su habitación estaba llena de basura) y los peines y accesorios del pelo los tiramos directamente.

Nos despiojábamos todos, todos los días. Cada mañana mandaba a una Nena-chan totalmente piojo-free al colegio y cada tarde le sacaba nuevos inquilinos. Se debían autoengendrar espontáneamente, porque si algo me ha quedado claro del capítulo anterior es que Nena-chan era la única niña del universo con piojos.
Volvía a lavar la ropa, el abrigo y la mochila.
Cada día.
Durante dos semanas.
La lavadora no daba abasto, nuestro tendedero es pequeño y no paraba de llover. Teníamos bolsas de basura con ropa sucia por toda la casa, así que de vez en cuando ZaraJota se iba a una lavandería con un saco y un montón de monedas.
¿Os vais haciendo cargo de la situación?
Pues cuando pensábamos que ya no podíamos más, un día salió el sol y la ropa empezó a secarse y de pronto ZaraJota y yo nos encontramos solos en casa, solos sin niños solos y sin necesidad de lavar, tender, planchar u ordenar durante aproximadamente una hora.
Nos miramos.
-Oye -me dijo ZaraJota-, ¿cuánto tiempo hace que no... mantenemos una conversación?
-Un mes, dos semanas, tres días y seis horas, pero ¿quién los cuenta?
-Quizá podamos conversar ahora. Si es rapidito y no divagamos demasiado...
-Claro, claro, nada de divagar.

Voy a hacer un inciso para aclarar que, lamentablemente, esto ocurrió exactamente así. Ya me gustaría a mí estar inventándomelo. 

Iniciamos la conversación a un ritmo estupendo y antes de darnos cuenta se convirtió en un debate animadísimo, réplica va, contrarréplica viene, y en una de estas de pronto VI UN PIOJO CORRETEANDO POR EL PECHO MUSCULOSO Y PELUDO DE ZARAJOTA.
LO VI CLARAMENTE A PESAR DE QUE TENGO SEIS P*T*S DIOPTRÍAS Y EN ESE MOMENTO NO LLEVABA GAFAS. ASÍ DE GRANDE ERA EL P*T* PIOJO.
Pero, jo, ¡llevábamos tanto tiempo sin conversar! ¡Y estaba resultando una conversación MUY interesante! ZaraJota, desde luego, parecía estar, digamos, disfrutando del intercambio de opiniones, y no me parecía educado interrumpir. Además, no había forma de saber cuándo podríamos hablar otra vez. Y estábamos REALMENTE necesitados de conversación.
Por eso en vez de avisar a ZaraJota agarré el piojo entre el pulgar y el índice, lo crují a conciencia y seguí como si no hubiera pasado nada.
El problema era que sí había pasado. Ahora tenía un piojo (fenecido) en la mano y no sabía qué hacer con él. Mantuve la mano en alto mientras pensaba a la desesperada. ¿Lo dejo caer? De eso nada, que acabamos de barrer el suelo. ¿Lo pego en la almohada? Total, vamos a tener que lavarla otra vez de todas formas. Pero, ¿y si sigue vivo y vuelve mientras acabamos la conversación? ¡Son muy rápidos estos bichos! Será mejor que lo deje en la mano... la mantendré en alto por si acaso... que ZaraJota no sospeche nada, no vaya a perder la concentración...
-Lorz...
...quizá si canto unas sevillanas...
-Lorz...
...no le parezca tan raro que esté con el brazo en alto mientras hablamos...
-¡LORZ!
-¿Qué?
-¿Qué te pasa? Pareces distraída.
-Nada, que tengo un piojo en la mano, pero no te preocupes, podemos seguir charlando.
-Pe-pero... ¡Yo no puedo concentrarme si estás pensando en el piojo!
Claaaro, ahora será culpa del piojo.

Epílogo.
Estábamos haciendo balance de la situación y sintiéndonos bastante miserables cuando me acordé de lo que me había contado otra mamá del cole.
-Podía ser peor -le dije a ZaraJota para animarlo-. A esta mamá se le ha estropeado la lavadora y lleva una semana sin.
-Ahora que lo dices, ¿has notado que la lavadora está haciendo un ruido muy raro?
Mierdaaaaaa...



(Gracias Mamá en Bulgaria por acuñar el término "piojus interruptus", que se adapta perfectamente a nuestra situación)


10 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

Fea manera de terminar una conversación, sin lugar a dudas...

remorada dijo...

nooooooo!!! qué horror, piojo troll! ><

pseudosocióloga dijo...

¡No puede ser verdad!....juas, juas, juas, juas.....

Mi Álter Ego dijo...

Jajajaja. Me repele y me hace gracia a partes iguales!!! Besotes.

Mamá en Bulgaria dijo...

Jajaja pero qué duros de erradicar son esos bicharracos! Espero que la lavadora esté bien. Lo de piojus interruptus lo puedes usar gratis pero sólo hasta fin de año, luego será de pago. ;)

lorzagirl dijo...

Y si se lo reenvío a 10 contactos?

Genín dijo...

Pensé que aprovecharíais para una partida de parchís... :)
Besos y salud

fabio dijo...

Lorz, si lo reenvias a diez contactos, aparece un piojo fosforito cual palito de luz de guardia civil en control de carretera y..."It´s free!" (insertar careto-meme)

Anónimo dijo...

Parece que alguien va a tener que raparse todo el vello corporal. Mi más sentido pésame.

Pai dijo...

Hola!
Ya sé que ha pasado muucho tiempo pero he visto por ahí (ante la amenaza piojil) que hay un producto bastante prometedor para PREVENIR el contagio de "space invaders" jajaaj, se llama Neositrin Protect y parece que funciona y no es tóxico ni nada..y huele bien...yo lo voy a probar (por si no lo conocías...¡yo estoy entusiasmada!.

Chao.