En capítulos anteriores...
Blancanieves sí que sabía cómo montar.
Descartada la idea del triciclo, me puse a pensar en otros medios de transporte, como las cabras, pero también tuve que renunciar porque ZaraJota™ se negó a meter más animales en casa. Bueno, en realidad dijo "bichos estúpidos", y que con dos tenía bastante. Creo que se pasó un poco porque Arale-Chan está gorda, pero no tanto como para contar por dos.
Al final me acordé de que todavía tenía por casa mis patines, y se me ocurrió que estaría bien volver a patinar.
Las experiencias anteriores (esta y esta) habían demostrado que aprender por mi cuenta era a) poco productivo y b) extremadamente doloroso, así que decidí apuntarme para recibir clases.
Los primeros días fueron bastante bien:
- Me desplazaba, sí, pero en horizontal, no en vertical.
- Me caía, sí, pero seguía las instrucciones para aterrizar y no me hacía daño.
- Me dolía el cuerpo, sí, pero era más por las agujetas que por los golpes. A veces las agujetas ni siquiera eran por patinar: después de clase he tenido hasta agujetas en la tripa de tanto reirme.
Empezaba a penser que mi gen mutante, el superpoder para autolesionarme incluso haciendo las actividades más inofensivas, había desaparecido, cuando un día regresó en todo su esplendor.
Estábamos haciendo un ejercicio que consistía en hacer el trenecito.
No, no uno de esos trenecitos, sino dos personas en fila, cogidas por la cintura, patinando.
Yo iba delante, y era el elemento tractor, remolcaba al de detrás, que cuando cogiéramos velocidad tenía que hacer una pirueta, no recuerdo cual.
Algo debió salir mal, porque la persona que llevaba detrás en lugar de hacer la pirueta se cayó de morros, arrastrándome a mí, que caí de culo.
Pupaaaaaaaaaaa...
Los otros compañeros reaccionaron rápidamente: uno se lanzó al rescate... pero como todavía no teníamos mucha pericia se resbaló a su vez, empezó a aleterar como un loco y en lugar de rescatarme lo que hizo fue darme una bofetada. Así, con to lo gordo, y las protecciones de plástico puestas.
El monitor vino corriendo ayudarnos. Primero se aseguró de que estábamos bien, y después se volvió a la persona que me había arreado.
-No puedes pegar a los compañeros -le dijo-. ¡Eso hay que pagarlo aparte!
15 noviembre 2009
Culo roto II
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10 comentarios:
Y bueno, aprovechando la referencia al marciano... PRIME
Mejón í andando ¿no?, jeje
Aumentar el número de ruedas no implica mayor estabilidad. Deberías haber insistido y buscado un triciclo de tu talla.
Me hace ilu recalcar lo obvio una vez más
¡Culo roto haciendo el trenecito!
¡Culo roto haciendo el trenecito!
¡Culo roto haciendo el trenecito!
¿Cuánto hay que pagar por pegar a tus compañeros? ¿Con IVA o sin IVA? ¿Te enseñan a abofetear de distintas maneras?
Curioso, escribes en Google "Culo roto trenecito" y apareces la primera...
Un saludo, que hace mucho que no escribía por aquí.
Tú volverás a la autoescuela.
¡Al tiempo!
Con patines, ¿quien quiere conducir?
YA ESTÁ!! ME HAS DADO LA IDEA DEL SIGLO!! ya que no hago nada debido al paro ahora puedo aprender a patinar!! un momento dónde decís que puedo encontrar ese tipo de profesores temerarios?
jajajajajjajaja... lo siento....pero a pesar de la caida...jajajajaja... ¡¡¡ no puedo dejar de reir imaginandome la escena !!!!!! ¿ sabes que hay patines que vas totalmente frenado ??? jajajajaja.... ains.... ¡ que risa!
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