Era por la mañana, estaba en el parque del Retiro, y en vez de de torcer a la izquierda torcí a la derecha así que me perdí.
La parte buena es que no iba sola.
La parte mala es que la que guiaba era yo.
-Seguidme -dije con toda la seguridad que pude-, es por aquí.
-Profe, por aquí no se va al Palacio de Cristal.
-Claro que sí, lo que pasa es que es un atajo.
-Eh... Profe, los atajos son, por definición, caminos alternativos más cortos que el camino habitual.
-...
-Y llevamos un cuarto de hora dando vueltas, profe.
-Sí, bueno. Es que eso es lo que significa atajo ahora. En el siglo XVII, cuando se diseñó el parque, "atajo" significaba, estooo... "barrizal pedregoso y escarpado que lleva a destino dando un enorme pero encantador rodeo".
-Que te has perdido, ¿no?
-Jo.
13 comentarios:
Vaya, yo cuando era pequeño me perdía mogollón.
Luego, cuando creí que ya lo había superado, mis amigos no dejaron de decirme: «pero si tú no te orientas en absoluto».
El siguiente paso: la profecía autocumplidora.
Tú eliges: ¿progresas adecuadamente o necesitas mejorar?
¡Primen!
xDDD
A mi padre le pasaba igual, y no hay manera de disimular en estas situaciones.
Yo en ese aspecto tengo mucha suerte, cuando estaba en el instituto me mordió una ballena radioactiva, y ahora tengo la la orientación proporcional de una ídem (amén de otra serie de características que no tengo a bien reseñar)
Lo mejor es que la jodía funciona...
Mal hecho... Muy mal hecho... Lo que procedía era explicarles por qué en el XVII consideraban que llegar al punto de destino sin pasar por un barrizal era herejía...
Puesto que la historia no se la creen, prueba con la psicología.
"La incapacidad de orientarse es un rasgo típico de personalidades ingeniosas y creativas, ligeramente despistadas pero encantadoramente adorables. Lo dijo ummm estee... Cattell en 1975".
Diles a tus alumnas que te lo ha dicho una experta. A ver si cuela. Aunque, por lo que se ve, no te pasan una ;)
Un saludo.
Nada, tus alumnas te han pillado el punto y ya no puedes mentir sin que te cacen.
Hola. Acabo de caer no sé de dónde en tu blog y me lo estoy pasando genial.
Con tu permiso, te enlazo en el mío.
Como si no fuera verdad. Incrédulos que son.
Loas a google map :-D
besukis!!
Jo, Lorza, qué torpes sois los seres humanos. Yo no me he perdido jamás, jamás.
Un vez, con cuatro años, crucé andando mi pueblo para llegar a casa de mi abuelita... Porque pensaba que mis padres me habían abandonado en el parque.
Ellos dicen que no, que es que yo pensé que... cuando en realidad... Pero a mí me siguen quedando dudas.
PS: No, no sé por qué no me secuestró nadie por el camino. Seguramente por mi mirada psicópata y mis rasgos felinos.
Si es que hay algunos críos que son de un repelente... ;) Y tus niñas no te van a pasar una!
jijiji
El problema es que no son crios, Pimkie, que le sacan 40 años a Lorz minimo! XDDD
Efe... ¿Y solo te pasó una vez?
Bueno, una vez fuimos a Málaga y DE REPENTE estaba solo en el Corte Inglés, en mitad de un bosque de piernas.
Afortunadamente oí gritar a mi hermano, a lo lejos, mientras pateaba a una señora.
Pero esa vez no cuenta porque, euhhh, eeehhhh... Porquemmmm... Porque no. Hala.
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