19 noviembre 2018

Compartir

-Mamá, quero ese gugeteeeeee.
-Es que lo tiene Nena-chan ahora.
-¡Es que me la quitato!
-No es verdad, Nene-kun. Tú estabas viendo la tele y Nena-chan estaba jugando.
-¡Pero es que lo queroooooo!
-Bueno, vamos a hacer una cosa: ve a Nena-chan y le dices, "Nena-chan, ¿me prestas un rato el juguete, por favor?". Y seguro que te lo presta.
-Vale.
Nene-kun se acerca a Nena-chan con una sonrisa amistosa, y cuando está como a diez centímetros le dice:
 -¡Nena-chan, dame el gutete! -y acto seguido se lo quita y le mete un bofetón.
 -¡Nene-kun! -le digo-. ¡Muy mal! ¡No se quita! ¡No se pega! ¡Eso no es lo que te ha dicho mamá!
Nene-kun me pone cada de inocente.
 -Pero mamá, es que hay que compartiiiiir...
Verás si al final me va a salir communista estalinista...



¿Te ha gustado? Ayúdame a seguir escribiendo.

5 comentarios:

viñu dijo...

comunista stalinista mezclado con Chuck Norris ;-)

Genín dijo...

Claro que si, y si no quiere compartir por las buenas, a compartir por las malas...jajaja
Besos y salud

Maribel dijo...

Uno de mis traumas infantiles es sobre este tema... una niña de clase no me dejaba sus colores, así que fui a la profesora y se lo dije y me contestó (textualmente): "Está en todo su derecho de no dejártelos porque son suyos. Espabílate con los que tienes".

Lo que más me repateó fue la cara de triunfadora que se le puso a la niñata egoísta.

Clavadito, lo tengo...

Necio Hutopo dijo...

Epa... Yo no arrebato cosas ni ando por la vida dando bofetones a nadie que no se los merezca.

pseudosocióloga dijo...

Juas, juas, juas....que bueno.
Y la comparación...se nota que has leído historia y la has asimilado adecuadamente.