Previously in Lorz…
Que sí, que el niño es de bajo peso.
Estaba deseando que Bebé-kun dejara de
cantar y se durmiera, y ya se sabe que hay que tener cuidado con lo que se
desea: Bebé-kun dejó de cantar porque se puso a mil (aproximadamente) de
fiebre, y la fiebre le debió dar sed, y no mamá el suero no me apetece pero un
poco de tetita…
Diooooooooooooooos que
calooooooooooooooor…
En fin. Seré breve.
Bueno, no.
Al día siguiente, en realidad no era el
día siguiente sino un par de horas más tarde, me sentía un poco así como
cansada y no fui a trabajar, y ahora que me doy cuenta habría sido mejor ir,
porque en el trabajo por lo general no me paso ocho horas dando teta de pie
mientras canto “Five Little monkeys”.
Por lo general. Que yo por un módico
precio hago lo que sea.
Pero bueno, no había muchas opciones,
porque Bebé-kun no puede permitirse el lujo de estar un día sin comer, y ese
día lo único que podía comer era teta, y eso me hacía algo así como necesaria
en casa.
Es que solo le gusta directa de la ubre,
que ya sé que me vais a venir todos con que me la saque (la leche) y tal.
Bueno, se me está yendo la mano con los
preliminares. Porque realmente la obra propiamente dicha no empezó hasta el día
siguiente, que además coincidió con que era el primer día sin cole de nenachan.
Bieeeeeeeeeeeeeen…
Bueno, no os preocupéis, porque el
ayuntamiento de Madrid ofrece campamentos de verano.
Solo que no conseguimos plaza.
Pero no pasa nada porque encontramos una
ludoteca estupenda.
Solo que entonces anunciaron el cierre
de la línea 5 y ya no nos cuadraba.
Y luego encontramos otra.
El único problema de todo esto es que
hemos hecho un esfuerzo gigante para que durante el curso escolar los niños no
estén más de siete horas institucionalizados, y justo ahora que llegan las
vacaciones van a estarlo nueve.
Hola, ¿es el Premio a los Peores Padres
de la Historia? Pónganme en lista de espera, por favor.
Y eso significa que tenemos que salir de
casa a las 7:30 de la mañana.
Subiendo puestos en la lista de espera…
Y era el primer día.
Y teníamos toda la cocina desmontada.
Y yo estaba muy, muy cansada.
Así que Nena-chan se hizo el desayuno
más o menos sola (leche fría y Nesquik rosa), mientras que a Bebé-kun le di un
yogur de chupar para que se lo tomara en el carrito, de camino.
Ya sé que soy lo peor, no hace falta que
venta el tío de los terrones de azúcar a hacerme una foto.
Y se lo tomó. Y pidió más.
-Jajaja, menos mal que he traído otro…
Toma.
-SLURP. YATÁ. ERO MÁS.
-Ay, pues ya no tengo más.
-ERO MÁS.
-No hay, lechoncillo.
-ERO COMÉ. ERO BOBÚ. ERO OTO. COMÉ.
-Es que no tengo más yogur.
-TÍ. BOBÚ. COMÉ. ÑAAAAAAM. BOBÚ.
Genial, mi hijo no tiene dos años y ya
cree que soy idiota.
-Ya sé que quieres comer, es que no
tengo más yogur.
-¡¡¡BUAAAAAA!!! ¡¡¡ERO COMÉ!!! ¡¡¡ERO
COMÉ!!!
Dejé a Nena-chan en su ludoteca (“Hola,
me llamo Nena-chan, tengo cuatro años, voy a cole de MAYORES pero hoy no porque
son VACASIONES y vengo a la DUDOTECA, este es mi hermanito, se llama Bebé-kun,
no tiene dos años porque todavía no es su CUMPLEÑAÑOS, está llorando porque
tiene mucha HAMBRE porque mi mamá no le da de SISIYUNAR. Es que es un poco
TONTA, jijiji, qué GRECIA”) y salí corriendo a toda velocidad, con el objetivo
de parar en un bar, el que fuera, a darle algo de desayunar a Bebé-kun.
Bueno, quizá me precipité un poco con
“el que fuera”.
Para empezar el camarero estaba fumando
en la puerta, que ya me tenía que haber echado para atrás, pero Bebé-kun estaba
gritando mucho y cuando Bebé-kun grita yo ni pienso ni nada.
El camarero me miró mal pero entró,
llevando consigo una nube de humo de tabaco tóxico, y me puso el vaso de leche
más diminuto de la historia, junto con un vaso de agua del mismo calibre, y un
croasán tan duro que tenía miedo de que se me cayera encima del niño y le
abriera una brecha.
Bebé-kun se negó a comerse aquello
porque es pequeño pero no es imbécil, y rápidamente recurrió al plan T.
-¿TETA-TETITA?
-Ay, no, aquí no.
-ERO COMÉ. ETO NO. TETA-TETITA.
-Ay…
Me saqué la teta y fue como magia: de
pronto yo tenía más público que la tele. El camarero no me quitaba ojo. Intenté
concentrarme en mirar para abajo pero era uno de esos bares en los que a cada
mesa le asignan una mosca, y la nuestra estaba dándolo todo, ahora me poso en
tu brazo, ahora en tu teta, ahora en la cara de Bebé-kun, y yo estaba ahí con
las teta al viento y agitando los brazos, que parecía una estríper con epilepsia.
Entonces el camarero, que se ve que ya
no podía aguantar más, se acercó a nuestra mesa.
-Pero a ver, ¿este niño cuántos años
tiene?
-UBO -respondió Bebé-kun con un dedillo
levantado. Es que hemos estado practicando para epatar a las viej...ancianas
del autobús.
-¿Y
no es muy mayor para teta?
Bueno, teniendo en cuenta que usted no le
quita ojo, yo diría que la teta no tiene edad.
Continuará…
8 comentarios:
Quizá lorzemos debería de plantearse un cambio de liderazgo. Menudo desparpajo Nena-chan, yo la veo triunfando en todos los debates.
Nena-Chan y bebe-kun se complotan entre ellos cuando nos los ves... Porque otra explicación no le veo.
Parece mentira el imán que tienen las tetas, en pequeñines y en adultos, aunque los motivos sean tan distintos... :)
Besos y salud
Ayyy, Lorz, te entiendo tanto, tanto tanto, creo que nuestros lechoncillos se parecen un monton, y mira, la verdad si, la teta no tiene edad, besos
Mira el lado positivo... parece que Bebé-kun ha descubierto lo que es el hambre y las ganas de comer. En un par de semanas dejará de ser un "bajo peso" y será un lechoncillo regordete y hermoso.
Yo fui bajo peso hasta los 6 años, edad a la que descubrí el puré de patatas. Me salvó la vida, aunque tal vez si no me hubiera comido toneladas de Magi en copos ahora sería finita y delgadita como Audrey Hepburn y me compraría la ropa en Bershka... eso nunca lo sabremos...
Este niño no es muy mayor para teta? Y usted no es muy mayor para no tener modales?
....pero, pero, no se me distraigan !....quién se comió el croissant ?????
A mi me obligan a cantar los Five Little Monkeys de las narices cada noche varias veces desde hace años. Como aprnas hay canciones en este mundo...
Al final qué tal la ludoteca?
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