11 octubre 2012

Poner a parir V, (lo-del-culo!)

Previously in Lorz...
Son gases. 


Todas las mujeres, al llegar al octavo mes de embarazo, adquieren un aspecto característico.

Primero, la boca. A las menos afortunadas se les hincha toda la cara. A las más, sólo la boca. Se pone de una forma especial que mi madre define como "labios onliyú".

Segundo, el pecho. Crece, y se pone de corbata, aunque a estas alturas estás tan gorda que en conjunto no se percibe. Los pezones también se desmelenan hasta el doble de su tamaño, y si te pilla en verano se te notan te pongas lo que te pongas.

Tercero, el ombligo. Ese huequito tan mono en el que tu pareja, cuando se pone juguetón, le gusta meter la lengua. Pues ya no, porque ahora en vez de un agujerito es un interruptor. A veces dan ganas de pulsarlo para ver si apretando por ahí sale el piojillo.

Cuarto, la tripa. Esa tripita monísima de la que has estado presumiendo todo el embarazo se transforma de pronto en un bulto monstruoso que te impide hacer cosas tan simples como acercarte a la mesa cuando comes. Por el mismo motivo, todas las manchas van ahí.

Quinto, los tobillos. Mejor dicho, la ausencia de los mismos. Las piernas se convierten en una columna recta de arriba a abajo. En el peor de los casos, la columna está veteada con varices/estrías/sarpullidos de embarazada. El mejor de los casos es el mío: mis tobillos no se hincharon en ningún momento. Lo único que se me hinchó fue el pie derecho y la mano izquierda, y sólo los días de mucho calor.

Con todo, el aspecto característico de la embarazada a punto de reventar lo da la forma de andar:
Las piernas ligeramente abiertas, como de vaquero, porque la cabeza del bebé ya se ha encajado y no te deja juntarlas... y el balanceo. Las embarazadas, en la recta final, andan oscilando de un lado a otro de la acera. Yo no me veía andar, pero me di cuenta de que también me balanceaba porque de pronto empecé a ver la calle en cinemascope: de izquieeeeeda a dereeeeecha, de izquieeeeeerda a dereeeeeeecha...

Cualquiera que haya estado embarazada o haya convivido con una reconoce los síntomas.
Según los ve, asume que te queda poquito.
Y en cuanto lo asume, siente el incontrolable deseo de hacértelo saber.

Una mujer embarazada, en cuanto supera los ocho meses, no puede salir a la calle sin que algún listo le diga "ya te queda poquito, no?".

-Ya te queda poquito, ¿no? -me decían las viej... ancianas en la parada del autobús.
-Ya te queda poquito, ¿no? -me decían otras embarazadas en la sala de espera del obstetra.
-Ya te queda poquito, ¿no? -me decía el médico de cabecera cada vez que iba a por la baja.
-Ya te queda poquito, ¿no? -me decían las vecinas cuando se cruzaban conmigo en el portal.
-Ya te queda poquito, ¿no? -me decía la cajera del supermercado.
-Ya te queda poquito, ¿no? -me decía la camarera del bar de abajo.
-Ya te queda poquito, ¿no? -me decía el fontanero, y de paso además de arreglarme la cisterna me fregaba el baño, no fuera a ser que con el esfuerzo explotara allí mismo.
-Ya te queda poquito, ¿no? -me decía el panadero, y este era el que más me tocaba la moral, porque es que era todos los días, hombreyá, que sí, que me queda poquito, y menos que me va a quedar si me hace esperar aquí con el calor que hace al lado del horno.

-La gente lo hace con buena intención -me decía mi madre.
Sí, pero es que lo hacían ochenta veces al día. Y sí, quedaba poquito, pero quedaba, y con la tontería no veas lo largo que se me estaba haciendo...

Al final, la tensión del queda poquito llegó a su punto máximo.
-Ya queda poquit... -empezó a decir ZaraJota™, un día mientras desayunábamos.
-¡Y una m**rd* queda poquito! ¡Ya estoy hasta el piticlín! ¡Todo el mundo me dice que queda poquito! ¡Me lo dicen todos los días! ¡Todos los días queda poquito y todos los días pasan y la niña no sale! ¡Te parecerá poquito a ti, no te j*d*, que no has tenido que pedir ayuda a la vecina porque has ido a hacer pis, se te han encajado las bragas en las rodillas y no llegas a subírtelas! ¡A mí no me parece que quede poquito! ¡Esto no se acaba nunca!
-Colacao, Lorz, queda poquito colacao. 
Eso, ahora disimula.

Continuará...

12 comentarios:

Bettie dijo...

Jajajaja... Qué razón tienes. Yo cada vezque hablo con mi madre me dice que a una amiga de la infancia "¡Le queda poquito!" pero lo acompaña de cosas tan agradables como, "Sí,sí, está super desfigurada, hinchadísima". Y me dice que a mi amgia se lo dice igual. Y la pobre le contesta "Sí, eso dice la gente". Yo no lo sé, pero me supongo que, si en mi estado de preñez cuasi-explosiva, alguien añade al "Queda poquito" un "Estás desfigurada", el fostio que le puedo dar puede adquirir dimensiones bíblicas.

La gente es asín, LorzaGirl.

Celia dijo...

jaaaaaaaaaaaaajajajaja, me ha encantado el final.

Anónimo dijo...

Yo tuve gemelos...me escuché la chorrada del poquito desde el sexto mes. Al final quería matar a alguien XD

Anónimo dijo...

Las primeras veces que me lo digan seguro que hasta sonrío recordando este post... Pero sólo las primeras.
Besitos
MJ Cádiz (y bichito)

Anónimo dijo...

Tengo q comentarlo, porque hoy está siendo realmente un día muy triste y muy duro y leerte es lo primero que me hace sonreir en el día. Millones de gracias

Tita dijo...

jaaaaaaaaaaaajajajajajajja, lo de las manchas en la barriga es el colmo!!! me identifico con todo, pero eso me ha llegado al alma, ¿es que a nadie más le pasaba? ¿Era la única que al final comía con el mantel sobre ella?

Genial!

Yo lo que llevaba mal eran las que me decían (alguna matrona en su día libre también) ¿a ver cuando hay luna llenaaaaaaaaaa? uy, tú no llegas a cumplir.
Toma ya, pues se cubrieron de gloria, todos y todas, porque ambas flores me nacieron en la semana 41 y dos días!!!!

Besos

Tita dijo...

siguiendo

Okok dijo...

Yo odiaba lo de "que sea una hora corta", porque ni conocía la expresión y de pronto me lo decían todos!

Necio Hutopo dijo...

Y luego la gente se sorprenderá porque a la hora de la hora el obre ZJ se haya ´puesto a potar como... herm... Ya solté un spoiler, verdad?

Camaleona dijo...

Como sospechaba que nadie escuchaba mi respuesta a la pregunta, hice la prueba de contestar a todo el mundo "la semana que viene salgo de cuentas" y efectivamente, nadie se sorprendió de que aún tardara un mes y medio en tener al brbé, ni siquiera la panadera o el de la frutería.

Patch dijo...

Lo de los andares a lo Fraga y lo de las manchas. Y lo del poquito.

Vaya, ¡todo! El post me ha encantado :)

pseudosocióloga dijo...

¡Exageráaaaaa!
A mi, desde el cuarto mes todo el mundo me preguntaba:¿Ya estás a punto?
Y yo:-Nooooo, todavía estoy cruda.