Prison Break, cuarto intento y ya

En capítulos anteriores:

A las 9:50 de la mañana de un viernes cualquiera, mi cobaya se escapó y se escondió detrás del bidet.




Eran las dos de la tarde y el bicho seguía ahí, acechando.
Bueno, en realidad no acechaba porque el muy hijo de miquimaus se había dormido.
Tenía que irme a trabajar, pero no me atrevía, así que llamé a ZaraJota™.
-Oyes -le dije-, creo que voy a llamar a mi jefa y a decirle que no puedo ir.
-¿Y qué explicación le vas a dar? ¿Que tu cobaya se ha metido en el bidet y no sale?
-¿No?
-Lorz, nadie en su sano juicio se lo creería. Ni siquiera yo, que te conozco y te tengo un leve aprecio, me lo estoy creyendo.-¿Y qué hago?
-Vete a trabajar. Yo llego a las tres y media, veré lo que puedo hacer.
Jo.
Me fuí a trabajar con el corazón encogido, pensando en todas las cosas que podían pasar hasta que ZaraJota™ llegara a casa.
Pero no pasó nada.
ZaraJota™ llegó a casa a las 15:30, comprobó que, efectivamente, había una cobaya escondida en el hueco de bidet (presumiblemente nuestra cobaya) y pensó que lo mejor sería que metiera la mano y la sacara de ahí.
Como le daba un poco de repelús metió la mano primero en una bolsa. Se acercó al bidet, se agachó...
Y aquí es cuando el drama de la historia alcanza su punto culminante.
Aventura, emoción, suspense!!!
Como decía, se agachó, estiró la mano embutida en una bolsa de plástico, dispuesto a sacar a rastras y a trozos al bicho si fuera necesario...
Y entonces la dichosa cobaya oyó el crujidito de la bolsa de plástico, le llamó la atención, y salió a ver qué era.

japutaaaaaaaaaaa...
Así que ya es definitivo: mi cobaya me odia.
Pd: Más tarde le dí un bañito para quitarle toa la mierda que había cogido ahí dentro.
¿El resultado?
Cuarto de baño al borde de la inundación, bípedos con la ropa empapada, más cacas de cobaya de las que nunca hubiera imaginado que vería en una bañera tan pequeña...
Y ella, tan fresca.