26 julio 2006

Crónicas parisinas IV: Moulin Rouge

Ya sólo nos quedaba fijar la fecha de nuestro maravilloso y largamente ansiado viaje a París.
-Yo no puedo los fines de semana -dijo Hermano Mediano.
-Yo no sé cuándo puedo, y cuando lo sepa es probable que no te lo diga -dijo Hermano Pequeño.
-¿Puede ser la segunda semana de julio, de lunes a jueves?
-Vale.
-Vale.
Pero no podía reservar en la agencia porque no sabía cuándo era mi exámen.
Y cuándo hice el exámen, no sabía cuándo saldría la nota.
Y cuándo salió la nota (vaya m**rd* de nota, por cierto), Hermano Pequeño tenía caducado el deenei.
Y cuándo Hermano Pequeño recuperó la legalidad, el tiempo se nos había echado encima.
-Vuelos no me quedan -dijo la amable señorita de la agencia de viajes-, pero les puedo conseguir una suite en un hotel de cinco estrellas. Unos sopocientos euros cada uno.
-...
-¿Bien?
-¿Y si alquilamos Moulin Rouge y nos comemos unos croasanes?



continuará...

4 comentarios:

Gato dijo...

Joder. No te preocupes, yo tampoco he ido a París (ni creo que vaya: Jota ya fue con su ex y no se va a volver a gastar esa passssta en su vida...)

Si el verano en casa tampoco está tan mal.

Anónimo dijo...

Siempre puedes ir en tren y (no) dormir a la orilla del Sena

lorzagirl dijo...

No, en casa no se está mal, el problema está cuando tratas de salir en la abrupta y peligrosa Gallardón City XD.

Gamote, ¿te meterías en un compartimento de 4 literas con mis hermanos?

Anónimo dijo...

Yo no, pero tu... al fin y al cabo ya quasi-(con)-vives con ellos