14 agosto 2017

La cocina del infierno, parte 9

Previously in Lorz...
Al que madruga dios lo deja tirado en Puerta de Toledo con una niña inconsciente y sin haber desayunado. 


Entretanto, en el maravilloso mundo de la cocina, nos habían dicho que los muebles tardarían veinte días, así que en cuanto el electricista terminó pensamos, oye, pues este finde pintamos la cocina.
Mandé a ZaraJota a comprar la pintura con Nena-chan porque lo que es yo por las tardes bastante tengo con dar teta.
-¿Cuánta pintura compro? -me preguntó.
-No sé, dile al señor de la tienda, que seguro que sabe.
Y tanto que sabe, el de la tienda, porque ZaraJota volvió con un bote de cincuenta litros de pintura.
-¿Pero dónde vas con eso?
-A pintar la cocina.
-¿La nuestra y la de cuántos más?
-No sé, es que no quería quedarme corto.
-Ay, ay... bueno, pues ya que estamos pintamos el piso, que hace por lo menos un año que no lo pintamos entero y me están entrando como picores...
Y entonces se me ocurrió que ya que teníamos que vaciar las habitaciones al completo, podíamos aprovechar y hacer un cambio: que los nenes se quedaran con la habitación grande, y nosotros con la pequeña.
-Total, nosotros solo usamos el dormitorio para dormir, y la mitad de noches ni siquiera eso.
Así que vaciamos los dos dormitorios al completo (algunos muebles hubo que desmontarlos) y los amontonamos en el salón durante un par de días, aunque ahora mismo no me acuerdo de por qué, no tiene ningún sentido que no los colocáramos de inmediato, aunque por otra parte nos pega mogollón.
Pues debía ser algo así como un lunes a las seis de la tarde y teníamos el salón como el nido de un hámster cuando nos llamaron los de los muebles de cocina.
-Que mañana a las nueve de la mañana vamos a hacer la instalación.
-¿QUE QUÉ?
-Mañana, a las nueve de la mañana...
-¡Nos dijeron veinte días!
-¡Sí! Qué suerte, ¿eh?
-¡Y son las seis de la tarde! ¡No podemos pedirnos el día libre así, a estas horas y de un día para el otro! ¿No puede ser pasado?
-Uf, imposible... si no es hoy no puede ser ya hasta agosto.
-¡Pero si es cuatro de julio!
-Ya le digo, el próximo hueco en la agenda del instalador es en agosto.
-Bueno, adelante, ya nos apañaremos.
Empezamos a vaciar los muebles de la (ex) cocina a toda prisa, metiendo las cosas en bolsas de cualquier manera y amontonándolas sobre los muebles acumulados en el salón como buenamente podíamos porque total, el Apocalipsis había llegado y qué más daba ya todo.
-Bueno, Lorz -me decía ZaraJota, que a veces parece hasta sensato-, es una paliza, pero ya mañana terminamos con todo, y se acabó.
Y yo le decía sí, sí, muy bien todo, Apocalipsis.
Pero ZaraJota tenía razón: al día siguiente nos trajeron la cocina, y esa misma noche el ayuntamiento recogió los muebles viejos, y el fin de semana colocamos el resto, y cuando por fin estuvo todo en su sitio estrenamos la cocina a lo grande, haciendo pizza.
Vale, no tan a lo grande. Después la obra teníamos el presupuesto un poco perjudicado.
Encendí el horno y esperé pacientemente a que precalentara.
Vale, no, no esperé.
Porque no tengo paciencia y porque nada más encenderlo empezó a oler a quemado.
-¡Lorz! -gritó ZaraJota. Por costumbre, más que nada.
-¡Que esta vez no he sido yo! ¡Que no he hecho nada!
-¿Y por qué huele a quemado?
-¡Yocosé de la vida!
Apagamos el horno y lo inspeccionamos cuidadosamente.
Bueno, en realidad ZaraJota lo inspeccionó cuidadosamente mientras yo gritaba y corría en círculos a su alrededor agitando los bracitos.
Que hay que explicarlo todo.
-Vale -dijo al final- hay una pegatina de plástico que tenemos que quitar antes de encenderlo, pero no puedo quitarla, voy a tener que desmontarlo.
-¡Mi horno! ¡Mi precioso horno!
-Es solo sacarlo de ahí, Lorz...
ZaraJota es que se cree muy listo solo porque hizo la instalación de toda la cocina anterior. Y del baño. Y sabe programar el vídeo.
En el caso de que alguien tenga todavía uno.
Sacó el horno con mucho cuidado y se quedó pasmado mirándolo.
-¿Qué pasa? -le pregunté, porque tenemos las tareas de casa divididas y normalmente la que se pasma soy yo.
-Mira.


-¡H*s*t** p*t*! ¿Lo has roto?
-¡No! Estaba así cuando lo he sacado.
-¿Así?


-Así.
-Ay, ay, mi horno presuntamente nuevo.
-No te preocupes, voy a llamar a ver qué me dicen.
ZaraJota llamó al instalador y le dijo que el horno estaba roto.
-Pues yo no he notado nada raro, pero bueno, si quiere se lo cambio.
-Hombre, pues sí.
-Vale, pues la semana que viene lo tiene.
Pero la semana siguiente no lo tuvimos, así que volvimos a reclamar, y nos dijeron que sí, que sí, que la semana siguiente lo tendríamos, pero no lo tuvimos, así que la semana siguiente lo volvimos a reclamar, y así hasta que de pronto había pasado un mes y seguíamos con el horno así.



(Bueno, así no, lo volvimos a colocar en su sitio, pero la chapa seguía igual).
Así que al final ZaraJota dijo que a la m**rd* todo, que nos íbamos a la tienda a montar un pollo, y yo me puse muy contenta hasta que me explicó que era una forma de hablar y que no había ningún pollo implicado, y yo le dije que vale, que me daba igual que fuera otro animal, que yo no soy especista de esos, y entonces ZaraJota me dijo que mejor iba yo sola a la tienda, porque la mejor defensa es un buen ataque y yo soy un arma de destrucción mental masiva.
Total que me planté en la tienda y me la encontré cerrada y con un cartel en la puerta.

CERRADO POR VACACIONES
DURANTE EL MES DE AGOSTO

Ahora entiendo por qué el instalador tenía un hueco en su agenda.


Continuará...


5 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

Y cuando todo parecía haber terminado...

Genín dijo...

No me lo puedo creer...
¿Como es posible que al instalarlo no vieran como estaba el horno?
¡Que cara mas dura!
A mi me ha iria mejor de hacer caso a la máxima de mi vecino que es muy sabio, "No se paga ni un duro hasta que todo esté terminado y requeteprobado" al menos siempre le queda a uno la posibilidad de la amenaza, el chantaje, y si fuera necesario, ahorrarse toda la pasta y no pagar, como el dice, ni un duro...
¿A que suena bien? Bueno, pues sigo sin hacerlo, siempre pago al momento... :(
Besos y salud

Anónimo dijo...

Me he reído mucho con todo el panorama. Perdóname porfa. te aseguro que no ha sido con mala intención ;))))))

Muchos besitos para esa family tan rechiflada, me encantaaaaaaaaiiiiiissssssssssss

Maribel dijo...

Lo de las obras es una locura, un auténtico Apocalipsis como muy bien dices. Y lo siento mucho por las personas honradas del sector, que las habrá (como hay unicornios y dragones voladores) pero hay muchísimos que son unos chapuzas, unos jetas y unos profesionales pésimos.

Pondría la mano en el fuego a que el instalador vio perfectamente cómo estaba el horno y, es más, estoy casi segura de que fue el mismo el que lo ropió pero oyes, a ellos plin, ellos lo instalan igual y piensan que esos pardillos (perdón, sí, los pardillos sois vosotros) no lo sacarán nunca y por tanto no se darán cuenta... aiiissssss... que me enervo!!! trae pa'quí el horno que ya voy yo a la tienda a reclamar y se van a enterar...

Perdón, es que he pasado tantas mierdas gordas con las obras que me ha quedado trauma... :(

pseudosocióloga dijo...

Yo alucino todo lo que os pasa a vosotros...ni exagerando x mil...