17 julio 2017

La cocina del infierno, parte 5

Previously in Lorz…
Bebé-kun ya pesa más de nueve kilos, y lo demás no importa.


A Bebé-kun le dieron jarabe, esperamos media hora a ver si su cuerpo lo echaba o qué, su cuerpo o qué, y le autorizaron a beber suero, a razón de 3 ml cada cinco minutos.
La primera dosis no le hizo mucha gracia porque ya está muy resabiao y desconfía de los señores de bata blanca que pretenden meterle cosas en orificios.
La segunda la rechupeteó bien a gusto.
La tercera le supo a poco.
-ERO MÁS.
-No puede ser, lechoncillo.
-¡ERO MÁS!
-Hay que esperarse, ¿vale?
-¡ERO MÁS! ¡ERO ESO! ¡MÁS! ¡MAMÁ! ¡ERO ESO MÁS ERO ESO! ¡MÁS!
Me fui a una enfermera y le pregunté si podía darle más. Vaya, que estábamos a 40 ºC y esa tarde el niño había potado hasta la última gota de agua de su organismo.
-Un poquito, pero muy poco, que es un bajo peso.
Precisamente porque es de bajo peso, cuando me dice que quiere tomarse algo voluntariamente y sin recibir presión externa me cuesta mucho negarme, oigausted, pero bueno, yo soy mucho de hacer lo que los señores y señoras de la bata blanca me digan.
-ERO MÁS.
-Ya te he dado un poco más, y ahora hay que esperar un poco.
-ERO ESO MÁS.
Entonces llegó el pediatra.
-¿Cómo está ese niño?
-ERO MÁS.
-Bueno, si lo pide dale todo el suero que quiera, pero despacito que es un bajo peso.
A la mierda el suero: traedme tequila y cada vez que digáis “bajo peso” me tomo un trago yo.
El nene se bebió medio vaso y luego pidió más y entonces el pediatra dijo que estaba perfectamente recuperado y que nos podíamos ir a casa, pero que lo observáramos bien porque, bueno, nunca adivinaríais qué: es un bajo peso.
Mientras tanto al niño le había dado un subidón que no podía con él, e iba por la calle cantando que la vida es un carnaval (“NANANÁ, NANA NA NANANÁ, JEI, JEI”) a voz en grito. Viendo las cosas desde el lado positivo, para mucha gente empezaba a ser hora de levantarse, así que mira qué bien, despertador que se ahorran. 
Cuando llegué a casa, de madrugada, empujando el carrito, tuve la suerte de que me abriera un vecino.
-Espera, que te abro la puerta. ¿Te ayudo a subir el carrito por las escaleras?
-Gracias, puedo yo sola: es que es de bajo peso, ¿sabe?
-¿El niño o el carrito?

Uy, pues ahora que lo dice, voy a tener que preguntárselo al  pediatra la próxima vez. 


Continuará...

4 comentarios:

viñu dijo...

ánimo Lorz y visto lo visto, cuando te tengas echar un chupito para hacer frente al días, que del del suero que le diero a Bebekun.

Genín dijo...

Que faena, yo no creo que sea de bajo peso porque...¿100kg no cuelan de bajo peso, verdad?
Yo lo decía por lo del tequila... :)
Besos y salud

Necio Hutopo dijo...

Creo que tus vecinos no están del todo preparados para tu humor asido e inteligente...

Alejandra dijo...

jajajaja, genial!!