28 marzo 2014

Los infinitos organismos de este planeta

Dos semanas sin escribir... que mal... pensé que no podría escribir nunca más y mi madre me diría "te lo dije, que dije que cuando naciera Bebé-chan ya no tendrías tiempo para tonterías", y yo le diría "pues no he tenido ningún problema los primeros dieciocho meses" y ella me diría "ya salió la lista que todo lo sabe" y todo así. 



Viernes...
-Bebé-chan tiene un sarpullidito en el culete -nos dijeron cuando fuimos a buscarla a la guardería. 
-Ya, ya. 
Es una verdad universalmente conocida que a todos los bebés se les irrita el culete cuando les están saliendo los dientes. Como Bebé-chan tiene la costumbre de echar dientes en grupos de a cuatro, su culete tiende a irritarse tanta facilidad que podríamos llamarla Bebé-Culito Irritado-chan. 
M**rd*. Ojalá se me hubiera ocurrido antes. ¿Ya es tarde para ir al registro a cambiarle el nombre?

El sábado el sarpullidito se había extendido por los muslos hasta llegar a las rodillas.  
-Es como si algo le hubiera dado alergia -le dije a ZaraJota™.
-Algo... o alguien...
-No sé que ha podido ser... lleva todo el día con mis padres.
-Lo que yo decía: alguien.
-Ha debido ser de los pantalones, justo ayer llevaba los nuevos... Cuando los lavé soltaron un montón de color, seguro que le han provocado reacción.

El domingo el sarpullidito se había extendido hasta los tobillos.
-Pues los vaqueros no han sido -le dije a ZaraJota™- porque lo he estado pensando y era por lo menos la segunda o tercera vez que se los ponía.
-Pues será el detergente.
-No, no, porque es el mismo que uso para todo, le tendría que haber salido por todas partes.

El lunes el sarpullidito estaba por todas partes.
Por hablar.
-No puede ser -le dije a ZaraJota™-. Es el mismo detergente que usamos siempre y nunca ha pasado nada.¡Si es hipoalergénico, ph neutro y para pieles sensibles! ¡Es prácticamente saliva con un poco de colorante!
ZaraJota™ no acababa de verlo claro. En la guardería, tampoco.
-Llevadla al pediatra -nos dijeron por la tarde, cuando fuimos a recogerla.
-Sí, sí, es que hasta mañana no tenemos la cita.
-Pues llevadla. Sin falta. A ser posible, envuelta en plástico de cocina.
-Vale, vale.
-Y si os dicen que es contagioso, no volváis.

El martes fuimos al pediatra.
-Es que le ha salido un sarpullidito.
-A ver... ¡ARG!
-¿Es grave?
-No, no.
-¿Y por qué se está lavando frenéticamente las manos con ácido?
-Eh... ¿porque trae buena suerte?
-Que bien. Entonces, ¿Qué es?
-Es un virus.Por el aspecto, muy contagioso.
-¿Como de contagioso?
-Contagioso nivel "si se la vendes a un terrorista te forras":
-Entonces, ¿puedo llevarla a la guardería?
-Más bien no... aunque seguramente lo ha cogido allí. Espera, ¿la llevasteis la semana pasada?
-Sí, claro.
-Entonces la puedes llevar sin problemas: a estas alturas ya deben estar todos más que jodidos.
Al salir del pediatra llamamos a la guardería.
-¿Qué os han dicho? -nos preguntaron.
-Nada, que la podemos llevarla a la guardería problemas.
-Que raro... tenía pinta de ser contagiable.
-Precisamente: dice que es tan contagioso que a estas alturas ya estarán todos incubando.
Y entonces, sin motivo aparente, Bebé-chan fue expulsada de la guardería.









Pd: De manera temporal, ¿eh? En  cuando desaparezca el sarpullido, la bañemos en desinfectante y quememos todos sus efectos personales podrá volver.



17 marzo 2014

The camera never lies

La semana pasada estuve en la presentación de un libro cuyo nombre no voy a decir para preservar su anonimato. Dos veces. Dos veces estuve en la presentación, no dos veces no voy a decir su nombre para preservar su anonimato.
Mierda, lo acabo de hacer.
Da igual.
Si estuve en la presentación no fue por gusto. Bueno, sí, pero poco, porque ni había croquetas ni nada. Si fui a la presentación, con ZaraJota™ como fiel escudero (léase "adulto responsable") fue con el único objetivo de grabarla en vídeo.
Por las risas y tal.
La grabación fue un desastre. En parte porque la cámara que usamos no es profesional, sino la típica cámara de oferta que te compras cuando acabas de fabricar tus propias marionetas y estás pensando en hacer unos veinte vídeos musicales con ellas (vaya, lo normal), en parte porque la luz no era muy buena, en parte porque en vez de sostener la cámara la dejamos en precario equilibrio sobre una pila de libros y en parte, sobre todo, porque hacia mitad de la charla pasó por la calle una manifestación y se oían más los gritos de la calle que lo que se hablaba dentro.
Y así todo.
Cuando acabó la charla y aplaudimos y tal empezamos a levantarnos, con tan mala suerte que se me cayó el bolso, me agaché a cogerlo y entonces noté una brisilla por los bajos y me quedé paralizada.
-Ay... -dije.
-¿Qué te pasa? ¿Te has vuelto a enganchar el labio en la cremallera del pantalón?
-No...
-¿Entonces?
-Creo que estoy enseñando la hucha.
La hucha, por si alguien no lo sabe, es como se llama finamente a la rajalculo cuando asoma por encima de la cintura del pantalón. Así que cuando dije "estoy enseñando la hucha" lo que quería decir es "estoy enseñando tolculo".
-Sí, ahora que lo dices sí -encima ZaraJota™ animando.
-Jo...
-Venga, levanta.
-Nooooo... me esconderé debajo de la silla y no volveré a salir nunca. Tendré que alimentarme de pelusillas y mis propias uñas, pero es mejor eso que afrontar la vergüenza.
-Deja de decir tonterías: si no te ha visto nadie.
-¿No?
-No. Ahora sí: en cámara has debido quedar estupenda.
Lo que yo decía: encima ZaraJota™ animando.
En cuanto llegamos a casa le pedí que me enseñara el vídeo enterito, plaaaaaaaano a plaaaaaaaano.
-No se ve nada -dije, al final, con bastante alivio.
-¿Lo ves?
-Y además el vídeo ha quedado bastante bien.
-Aparte de la falta de luz, que la imagen no para de temblar y que se oye más la manifestación que al señor que presenta el libro.
-Bueno, sí. Lo que es una pena es la gorda esa que no para de cruzarse.
-¿La gorda?
-Sí, esa gorda imbécil que no para de cruzarse. ¿Es que no se da cuenta de que hay una cámara grabando o qué?
-Lorz, eres tú.
-Sí, Lorz soy yo, y tú eres tú, me lo has explicado muchas veces, pero ahora estamos hablando de la gorda.
-La gorda, Lorz, esa gorda que ves en la pantalla, Lorz, ERES TÚ.
-...
-Exacto.
-¿Y por qué me veo tan gorda?
-No me obligues a responder, por favor.
-Bueno, es que la cámara engorda, ¿no? Eso dicen.
-Pues yo también salgo y a mí no me engorda.
Es que ZaraJota™ cuando se pone a animar no tiene freno. 

09 marzo 2014

Leyendas urbanas

Tengo otra amiga embarazada.
Estoy empezando a preocuparme. Para mí que esto va a ser contagioso... ¡seguro que se lo han pegado por no usar condón!
Bien, pues como todos los padres primerizos, esta amiga (y su pareja seguramente también, pero es que no le estaba haciendo caso cuando hablaba) está llena de dudas. Porque es que sobre esto de tener hijos hay mucha información, pero también mucha desinformación y muchas leyendas urbanas.
Desde el Departamento de Servicios a la Comunidad y Asesoramiento Maternal de Lorzagirl and Foscanetwoks Associated, con nuestros amplios 18 meses de experiencia, hoy ayudamos a despejar esas leyendas urbanas:

Cuando tienes un hijo se acaba el salir de marcha
Gracias a Dios. Por fin. Desde los 16 años esperando una excusa decente para dejar de meterme en esos antros horrendos en los que se mete a presión gente sudada para oír música que no le gusta a todo berrido y beber garrafón a precio de oro.

Cuando tienes un hijo se acaba el dormir
Como si durmieras mucho cuando salías de marcha, piltrafilla.

Cuando tienes un hijo se acaba quedar con los colegas
Tonterías. Puedes quedar con los colegas siempre que quieras. A las seis de la tarde. En un burger king. Con piscina de bolas.

Cuando tienes un hijo se acaba el ver series
Anda ya. ¿Qué es Peppa Pig? ¡Una serie! ¿Y Pocoyó? ¡Una serie! ¿Gumball? Serie. ¿Adventure Time? Serie. Y así una larga lista.

Cuando tienes un hijo se acaba el hacer cosas frikis
Si hay algo más friki que pasar la noche en vela cosiendo un disfraz no se me ocurre, francamente.

Cuando tienes un hijo se acaba el salir a cenar
Es un error muy común. Cuando tienes un hijos sigues pudiendo salir fuera a cenar. A las seis de la tarde. En un burger king. Con piscina de bolas.

Cuando tienes un hijo se acaba el sexo
Si alguien os dice esto alguna vez no le odiéis: compadecedle. Su pareja le ha dejado sin sexo y encima le ha convencido de que es lo normal.
Si tener un hijo matara el sexo, todas las parejas tendrían solo un hijo. ¿O es que el segundo lo traen las cigüeñas de París? Y a veces hay un tercero, un cuarto... Nueve tuvo mi bisabuela, con varios abortos de por medio. Si a ella no se le se quitaron las ganas de fiesta después de tener el octavo, ¿por qué se nos van a quitar a los demás?
Sé lo que estáis pensando: "eran otros tiempos".
Exacto.
Si a mi bisabuela, sin lavadora, sin microondas, sin pañales desechables, sin leche de fórmula, sin papillas y sin epidural no se le quitaron las ganas de fiesta, ¿por qué se nos van a quitar a los demás?
Y si estáis pensando que se veía obligada a cumplir con los deberes conyugales por alguna especie de marido tiránico, os equivocáis mogollón.
Cuenta la leyenda que cuando uno de sus muchos yernos fue a pedirle la mano de una de sus muchas hijas, el bisabuelo le dijo:
-Espero que no le haya salido a su madre y que te deje descansar por las noches.
¡JA!
Es cierto también que el sexo cambia.
Para empezar, no puedes tener sexo cuanto tú quieres (como si antes tuvieras sexo cuando querías, piltrafilla): como mínimo tienes que esperar a que el bebé no esté delante. Si practicas sexo con un bebé delante (o detrás, o en medio) te puedes meter en un jaleo.
Primero descubres esto, y luego descubres que el bebé siempre está ahí.
En momentos de extrema necesidad, ZaraJota™ y yo le hemos pedido a mis padres que se llevaran a Bebé-chan de paseo... Solo para darnos cuenta de que no podemos tener sexo porque seguro que mis padres están pensando que les hemos pedido que se lleven a la niña solo para tener sexo y no podemos tener sexo mientras ellos estén pensando que estamos teniendo sexo.
Así que no tenemos sexo. Lo cual no impide que mis padres piensen que estamos teniendo sexo.
Y eso demuestra que somos rematadamente idiotas, y además estamos a dos velas.
Nuestra segunda opción es esperar a que Bebé-chan se duerma antes que nosotros.
Esto no ocurre con frecuencia, y cuando ocurre nos encontramos con que el tiempo es poco y las cosas que hacer muchas.
A veces tenemos que elegir entre sexo y dormir y elegimos dormir.
A veces tenemos que elegir entre sexo y comer y elegimos comer.
A veces tenemos que elegir entre sexo y ducharnos y elegimos ducharnos.
Pero eso no es así siempre. A veces elegimos sexo. A veces ni siquiera tenemos que elegir: hay tiempo para sexo y dormir. A veces, incluso, hay tiempo para sexo y dormir y elegimos sexo y sexo.
Otras veces elegimos sexo y ducha y cuanto voy a ducharme descubro que ZaraJota™ ha gastado todo el agua caliente y me ducho con agua fría y pienso, jo, tendría, jo, tendría que haberme duchado antes del sexo, así no habría necesitado el sexo y podría haber aprovechado para planchar.
Lo normal.
Incluso cuando conseguimos llegar al momento de tener sexo, la cosa cambia.
A Bebé-chan le cuesta mucho dormirse, pero una vez que se duerme aguanta ocho o nueve horas del tirón.
Excepto cuando estamos teniendo sexo. No Bebé-chan y yo, ZaraJota™ y yo. Si estamos teniendo sexo (ZaraJota™ y yo), de pronto Bebé-chan tiene el sueño ligero, ligero...
-A lo mejor es que tenemos mala suerte y justo escogemos tener sexo en la noche que Bebé-chan va a dormir mal -le dije a ZaraJota™.
-A lo mejor es que alguien grita como una loca y la despierta -me contestó.
Ostras, ¿quién será? ¡Si yo no he oído a nadie!
El resultado es que ahora cuando Bebé-chan se duerme y está roncando como un camionero plácidamente en su cunita, voy a ZaraJota™ y le digo.
-¡Tú! ¡A la cama! ¡AHORA!
-¿Puedes esperar un minuto? Es que estoy hablando por teléfono con mi madre.
-Pues le cuelgas, que estoy salida.
-¡Hola, Lorz!
-Ejem... tengo el manos libres puesto...
ZaraJota™ siempre pone el manos libres cuando habla con su madre. Así si se aburre puede irse y volver más tarde.
-Eh... hola, suegra. ¡ZaraJota™!
-Adiós mare -pip-. ¿Se ha dormido la nena?
-Sí. Vamos.
-¿Puedo darte un besito al menos?
-Vale. Uno. Pero sin mariconadas, que en cualquier momento se despierta y nos deja a medias otra vez.

Así que no, cuando tienes un hijo no se acaba el sexo: lo que se acaba son los preliminares.

02 marzo 2014

Vuelve a casa vuelve... por febrero IV y ya

Previously in Lorz...
Que no quiero su móvil, coño. 

Llegamos a Barcelona sin más contratiempos; total, ya los habíamos tenido todos.
Y ninguno consiguió impedir que fuéramos a ver a la suegra. Menuda suerte la nuestra, ¿eh?
Aparte de a la suegra, la cuñada, el cuñado, todo el sobrinerío y varias vecinas, el viaje a Barcelona era, básicamente, para ir a conocer a la hija del Primo Buena Persona, a la que para abreviar llamaremos Hija de Primo Buena Persona chan.
Pero claro, cuando llegamos a Barcelona Bebé-chan estaba malita, y cualquiera que haya experimentado el poder de los virus de guardería sabe que lo mejor es cuarentena y, en ocasiones, cauterizar preventivamente de cuello para arriba.
Por eso llamé al Primo Buena Persona:
-Oye, que Bebé-chan está malita, creo que es mejor que no vayamos a veros.
Lo dije así, con la boca pequeña, esperando que me dijera "mujer, por un ratito que vengáis no pasa nada". Aunque fuera por educación o algo.
Sin embargo, lo que dijo Primo Buena Persona fue:
-¡NI SE OS OCURRA VENIR!
-¿Qué?
-¡QUE COÑO! ¡AHORA MISMO OS VAIS PARA MADRID!
-Pero...
-VISCA CATALUNYA LLIURE! VISCA L'INDEPÉNDENCIA! I EL PA AMB TOMÀQUET! I LES COSETES VERDS QUE ES MENGEN AMB SALSA!
-¡Si tú no eres catalán!
-¡Mi hija es catalana! ¡Y la tuya un peligro público!
Bueno, en realidad no fue así, pero total ¿a quién le importa la verdad cuando se trata de Cataluña?
Al día siguiente Bebé-chan estaba perfectamente recuperada, así que volví a llamar.
-Hol...
-¡QUE NO!
-Eh... Es que Bebé-chan ya no tiene fiebre, ni mocos, ni nada.
-Bien por ella.
-Y ZaraJota™ y yo no nos hemos contagiado esta vez. Creo que podríamos ir sin peligro.
-Está bien. Pero tendréis que envolveros en plástico de cocina antes de entrar y prometer no respirar a menos de diez metros de mi hija.
-Está bien.
Esa tarde ZaraJota™ empezó a quejarse de que le dolía mucho la cabeza.
-No digas bobadas -le dije- ¡si solo llevamos veinticuatro horas con tu madre!
A la mañana siguiente ZaraJota™ estaba casi a 40 de fiebre.
Con tal de llamar la atención es capaz de lo que sea.
Llamamos de nuevo a mi primo.
-Lorz, ven, no vengas, haz lo que quieras, pero déjame en paz de una vez.
-ZaraJota™ tiene mucha fiebre.
-¡COMO VENGAS TE MATO TOAAAAAAAA!
Aclarado este punto,. cambiamos los billetes para volver a Madrid cuanto antes. O, al menos, antes de que ZaraJota™ empezara a potar como había potado Bebé-chan.
Cuando estábamos en la estación sonó el teléfono y, sorpresa, era Primo Buena Persona.
-Hola Lorz, ¿cómo estáis?
-Llamas para asegurarte de que nos vamos, ¿verdad?
-Nooooooo...




Epílogo:
Bebé-chan creció cinco centímetros en un fin de semana.
ZaraJota™ estuvo de baja casi cinco días, agonizando. Quejándose. Incordiando. Dentro de la normalidad, vaya.
Lorz estuvo un par de días con dolor de garganta. "Eso te pasa por dormir sin bragas", sentenció su abuela.
Primo Buena Persona mantuvo a Hija de Primo Buena Persona chan a salvo.