Íbamos un día Nena-chan y yo en el autobús camino del colegio cuando la niña puso cara de estar maquinando y me hice pis del susto.
-Mamá, ¿me cuentas un cuento de autobús? -me dijo.
-Claro. Había una vez...
-No lo hases bien. Déjame a mí.
Había una ves un mostro mu malo mu malo mu malo, que le gustaba comer NIÑOS y NIÑAS.
Un día le disió la mamá suya: "¡Mostro, vete a buscar NIÑOS y NIÑAS para comer!".
Y el mostro disió "vale" y se fue. Y el mostro buscó un NIÑO y una NIÑA y un PAPÁ y una MAMÁ y un ABUELO y una ABUELA y se los llevó a su mamá.
"Mira lo que he traído", le disió a su mamá. Y su mamá los cosinó y se los comieron todos juntos.
Fin.
¿Ves cómo se hase, mamá? Ahora cuenta tú uno.
-Vale.
Había una vez un monstruo que no se comía la fruta que su mamá le ponía para el recreo.
Qué monstruo tan malo, ¿verdad, Nena-chan?
Un día su mamá le dijo: "Tienes que comer fruta, porque los NIÑOS y las NIÑAS son muy correosos, y la fruta te ayudará a hacer la digestión".
El monstruo le hizo caso a su mamá, y se tomó una naranja después de comerse a un NIÑO y a una NIÑA, y después hizo caca estupendamente.
Fin.
¿Te ha gustado?
-No.
Pero Nena-chan cree en las segundas oportunidades, y al día siguiente me volvió a pedir un cuento de autobús.
-No, que luego te ríes de mí.
-Jooooo... porfiiiii...
-Vale.
Había una vez una niña que se llamaba Campurriana de Todos los Santos y de Dios es Cristo...
-Jajaja, mamá, ¡cuánta tontería tienes encima!
Tendré mucha tontería encima, pero al día siguiente volvió a pedirme otro cuento de autobús.
-Pero que sea de una princhesa que se llame Almudena -se ve que Nena-chan ya no quería correr ningún riesgo.
-Vale.
Había una vez una princesa que se llamaba Almudena. Un día, todas sus amigas princesas se presentaron por sorpresa a hacerle una visita.
-Uy, que sorpresa -dijo Almudena-. ¿Queréis merendar?
-¡Sí, sí!
-Pues a ver qué tengo en la alacena... Tengo chuches, pasteles y zanahorias. ¿Qué preferís?
Nena-chan, ¿qué crees que querían merendar las princesas?
-Zanahorias -contestó Nena-chan poniendo los ojos en blanco.
-¡Zanahorias! -gritaron las princesas.
Y se comieron todas las zanahorias para merendar. ¡No dejaron ni una sola!
-Mamá, ¿se las comieron todas?
-Todas, todas, Nena-chan. No dejaron ni una.
-Entonses yo miriendo los pasteles.
Si lo sé no digo nada.
Pues para mi las chuches...
ResponderEliminar¡Genial, como siemrpe!
Jo, al menos la mía se ha esperado 13 años para empezar a trolearme. La tuya da miedito XDDDD
ResponderEliminarEsta niña tenía un plan desde el primer cuento de autobús... Y tú has caído redondita en la trampa.
ResponderEliminar¿Y no te preocupa cómo Y/O porqué se le ha ocurrido lo de que el monstruo se coma a la familia entera?
ResponderEliminarJajajaja. No sé si me hace más gracia lo de las zanahorias o lo aprendida que tiene ya la lección de la inclusión femenina.
ResponderEliminarBesotes!!!
Tonta que es la niña...jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
Desde luego, cuanto más pequeños, más listos jajaja.
ResponderEliminarHace poco tiempo que te sigo y la verdad, encantada que estoy con las aventuras de Nena-Chan :) Un beso grande.
Vera
http://veracontraelmundo.blogspot.com.es
http://regalandofloresalmar.blogspot.com.es
Esto tienes que escribirlo...para venderlo digo!
ResponderEliminarMe encantaría ir en ese autobús
ResponderEliminarMadre mía, tu niña, que se las sabe ya todas.
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