08 noviembre 2012

Poner a parir XII


Previously in Lorz...
A mi madre los partos le quitan el apetito.


Volvemos al presente.
Pero no os olvidéis de la traumática experiencia de mi madre, ¿eh?, que es vital para entender esta historia.

Día C (de Cesárea)
Antes de que el médico empezara a cortar me preguntó si tenía alguna duda.
Yo tenía tres:
-¿Podré ver a la niña cuando la saquéis?
-La verás, y te la pondremos encima un poco para que te conozca, y luego se la llevaremos a su papá.
-Vale. ¿es normal si estoy asustada?
-Por supuesto, es totalmente normal. 
Lágrimas de felicidad acudieron a mis ojos. ¡Estoy haciendo algo normal! ¡M**rd*! ¡No hay nadie aquí para hacer una foto del momento histórico!
-Bien, una cosa más...
-¿Sí?
-¿Cuándo podré comer?
-¿De verdad te preocupa eso AHORA?
-Sí...
-...
-Estoy en ayunas.
-...
-Es la ansiedad, ¿sabe?
-Podrás comer en cuanto seas capaz de levantarte.
-¿Por qué? ¿Vais a poner la comida fuera de mi alcance o qué?
-No es eso. Cuando puedas levantarte significará que se ha pasado el efecto de la epidural y sabremos si todo ha ido bien. Hasta entonces hay peligro de que surja alguna complicación y no podemos darte de comer por si hay que intervenir de nuevo. ¿Entiendes por qué no puedes comer?
-No.
-Ay... Porque yo lo digo y punto.
-Ah.
Haber empezado por ahí.

Cuando llegué a la habitación mi madre... mi madre estaba mirando extasiada a Bebé-chan. Cuando se acordó de que yo también estaba allí, me dijo que me había traído jamondelgüeno.
-¿Quieres un poco ahora?
-No puedo levantarme.
-Mujer, no seas boba, te lo acerco yo.
-No, es que no puedo comer hasta que me levante.
-Ah... pues nada, nos lo llevamos de vuelta a casa y nos lo comemos nosotros, que con lo rico que está me da pena que se reseque.
M**rd*...

Esa misma tarde, una enfermera me preguntó si me sentía con fuerzas para levantarme y, dadas las circunstancias, me levanté de un salto.
-¡Por supuesto! ¡Ahora mismo! ¿Ve? ¡Ya estoy! ¿DÓNDE ESTÁ MI COMIDA?
-Eh... lo siento, no puedes comer hasta que el médico nos de la orden por escrito.
-¿Y para esto me he levantado yo?
-No, mujer, para que podamos hacerte otra exploración.
-Yujú.

Día C+1
El médico apareció a primera hora.
-Hola Lorz, ¿cómo es...
-¿DÓNDE ESTÁ MI COMIDA?
-¿Te sientes capaz de comer?
-¡¡¡COMIDA!!! ¡¡¡COMIDA!!! ¡¡¡COMIDA!!!
-Está bien, ya lo apunto en tu expediente, ¿ves? “Tolera”.
-Bien.

A la hora de comer me trajeron una sopa y una crema de verduras.
Y a la hora de cenar.
Y al día siguiente.
De hecho, en esos días comí tanta crema de verduras que los pedos empezaron a olerme a huerta.
Si me tirara pedos.
Cosa que no hago porque soy una dama frágil y delicada como una florecilla del campo.
En fin.
Lo importante es que después de más de 24 horas en ayunas y con el hambre que da la lactancia, aquello me supo muy rico, pero muy poco.
-Oiga -le dije a la enfermera cuando vino a recoger la bandeja-, ¿cuándo me traen la comida de verdad?
-Esta es la comida. El médico sólo ha autorizado dieta líquida.
Yo lo mato... 
Al poco de haber comido las tripas me hacían ruido. A medida que pasaban las horas, podía sentirlas vibrar.  
En medio de mi desesperación, Scarlett Witch, Be, EmeA, Sark, y El Hombre Malo (lo siento, son muchos enlaces y yo tengo que dar de mamar en unos cinco minutos o así) aparecieron en el hospital con esto:

-¿Qué se dice, Lorz? -me preguntó Zarajota cuando vio que me quedaba mirando la caja fijamente.
-¡C*BR*N*S! ¡H*J*S D* P*T*! ¡OS ODIO!
-No, eso no, lo otro.
-Gracias. C*br*n*s.
Zarajota se apresuró a guardar el chocolate donde no pudiera ni verlo ni olerlo. No fue suficiente: me lo imaginaba ahí escondido, llamándome, susurrándome, burlándose de mí...

Día C+2
Mi padre apareció por la mañana con café y churros. Como olía aquello... Toda la habitación, que digo, ¡todo el pasillo! No, ¡TODO EL HOSPITAL! olía a churros y a café.
-¿Es para mí? -pregunté desde mi lecho del dolor.
-No, que tú no puedes.
-Sólo un poquito.
-Que no.
Y sin cortarse un pelo, mi padre abrió la bandeja de MI cama, y mi madre y él se atiborraron de churros delante de mi hambrienta cara de pasmo.
Eso es violencia estructural, maltrato psicológico y mala baba en general.


Un poco más tarde apareció el médico. Entró en la habitación y olisqueó el ambiente, que seguía con un tufo a café y churros que tiraba de espaldas.
-¿Qué tal estás hoy, Lorz?
-Bien, bien... ¿le puedo hacer una pregunta?
-Aydiosyavieneotravez...
-Aparte de lo que me traen las enfermeras... ¿puedo comer otras cosas?
-...
-Jajaja, al final va a pensar que estoy obsesionada con la comida. 
-Es que lo estás, Lorz, lo estás.
Ya estamos con prejuicios infundados. 


Continuará...



14 comentarios:

  1. Ayyy pobrecita!! hasta a mi me acaba de dar hambre, eso es tortura de la mala eh XD

    ResponderEliminar
  2. Qué malas personas... médicos, familia yt odos!

    ResponderEliminar
  3. No te quejes. A mí me pilló en fin de año. Se vinieron todos al hospital a cenar y a tomar las uvas. Mis padres, mi hermano, mi marido... y los langostinos, el jamón, los canapés... Yo con el gotero puesto y dos lagrimones cayéndome teta abajo. Y encima, comentando... q si lo rico del jamón es el tocinito, q si se nota que el langostino es de Sanlucar, que pásame un poquito más de paté... Sin cortarse!!!! No os lo perdono, family!

    ResponderEliminar
  4. Pues cosa rara tu, mi hermana se ha aliviado este fin de semana de mi segundo sobrino y también ha sido por cesárea... Sin embargo, ella ha ido perfectamente desayunada (no comida, que el parto fue, justamente, a la hora de la comida) y le han dado de cenar dieta líquida (lo cual, sobra decirlo, no le ha puesto del mejor delos humores esa noche), pero ya para el desayuno le han dado fruta, hot cakes, té y galletas y así... Y mira que aún tenía anestesia conectada a la columna... Y la tuvo, de hecho, hasta la noche del segundo día en que la retiraron para ver qué tan mal la pasaba con la herida... Pero nada, que salió bien y ella y Mauro (mi sobrino) ya están en casa tan contentos... mmm... Recuérdame quien vivía en un país con servicios médicos propios del subdesarrollo

    ResponderEliminar
  5. Di que si, que quien no llora, no mama.

    Yo pasé un hambre atroz en el hospital, y eso que no tenía dieta blanda.

    Un familiar me trajo warreridas de chocolate, y me las comí como si no hubiera mañana.

    ResponderEliminar
  6. Me llaman mala persona, nanai nanai...

    ResponderEliminar
  7. Como te mima tu mamá, jamón de güeno, y lo mismo los amiguitos. La violencia psicológica es la del médico, que debe de temer que se te escape la comida por los puntos, aunque bien pensado, siendo dieta líquida, se escapará con más facilidad.
    Paso ratos divertídisimos leyendo tus post. Enhorabuena a los dos.

    Borraja

    ResponderEliminar
  8. Qué manía con no dar de comer, joer ¡sera la crisis!

    ResponderEliminar
  9. Y que hay de alimentarse bien para que puedas dar el pecho a bebechan. Nada, que el presupuesto solo daba para medio menú jajaja

    ResponderEliminar
  10. A los hospitalizados siempre se les pasa comida de "estrangis" por los controles. Y chocolate, por supuesto. Y paquetitos de sal, eso es muy importante también. Para mí que lorzafamilia no conocía esa tradición milenaria...

    ResponderEliminar
  11. En mi ultima hospitalización acabé con tres kilos de más...mis primas y mi hermana me traían de tooooodo cada día. Claro que la dieta blanda que me impusieron fue un fiasco, los médicos no comprendían porqué no mejoraba de la dispepsia......

    mil besos reina mora!

    ResponderEliminar
  12. Ese ruido de las tripas mientras esperas que te suba la leche, con un bebé "agarrao" a tu teta, es peor que el de cuarenta pedos seguidos.

    ResponderEliminar
  13. Pues yo lo pasé fatal con el agua, después de las cesáreas, con lo de la intervención y todo eso, no me dejaban beber en 24 horas, y a mi la lactancia me da una sed horrible... yo miraba la botella de litro y medio de agua con una ansiedad... y cuando por fin me dejaron tenía que ser a sorbitos pequeños, si yo me habría bebido de un trago toda la botella.

    ResponderEliminar
  14. Pues yo me jalé el jamón ibérico traído directamente desde Guijuelo por mi hermana de manera absolutamente ilegal, 1 día después de la cesárea. Qué dieta ni qué dieta... me moría de hambre! jeje ;)
    Eso sí, levantarse por primera vez de la cama fue toda una experiencia. De hecho, acabé en el suelo del baño desmayada con dos pobres enfermeras sujetándome cada brazo. El principio de la lactancia también fue muy bonito.
    En fin... para que luego digan que el parto es nuestro...

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.