Es hecho universalmente conocido que en el preciso instante en que termina el tiempo para participar en una campaña de crowdfunding, el creador de la misma recibe media docena de correos electrónicos con asunto: QUIERO PARTICIPAR EN EL VERKAMI Y NO ME DEJA, o bien QUIERO PARTICIPAR EN EL VERKAMI Y SE ME HA PASADO EL PLAZO, o bien ME HUBIERA GUSTADO PARTICIPAR PERO NO AVISASTE.
En serio.
En serio.
Llevo ya unos cuantos crowdfunding a mis espaldas (para mí o para otros) y pasa cada vez. Cada vez.
Y me he jurado que esta vez no.
NADIE SE QUEDA ATRÁS EN MI GUARDIA.
Así que os recuerdo:
Que tengo en marcha un crowdfunding para financiar la publicación en papel de Crónicas Funestas.
Crónicas Funestas ya se publicó en digital y por partes en Lektu, y que ahora se trata de sacar un tochaco en papel. Según el último recuento tiene 822 páginas, algunas de ellas ilustradas por la maravillosa Gisselle Anderson, cuyos diseños podéis curiosear aquí.
El libro narra las aventuras de Coso Abripio, un chaval que escapa de su pueblo después de que su familia sufra un accidente.
Bueno, en realidad mueren en un incendio.
Pero es un incendio accidental.
Vale, sí, lo provocó Coso.
Lo importante es que Coso llega a la ciudad de Möho, que hace honor a su nombre, encuentra trabajo en un tugurio denominado Farolillo Rojo, y conoce a una persona que cambiará su vida para siempre.
El destino de Coso acaba ligado al del reino. Si eso es algo bueno o malo todavía está por ver...
Crónicas Funestas tiene aventuras, humor, fantasía, romance y muchos incendios, todos ellos accidentales.
Nunca se puedo demostrar nada.
Tarde o temprano estará el librerías (mejorando lo presente) pero las recompensas no.
Y las recompensas son una gozada, con dibujos de Laura S. Maquilón, ganadora del concurso público convocado por las autoridades de Möho para diseñar el logo de la ciudad.
Dicho logo todavía no se ha hecho público debido a un incidente relacionado con un quítame allá ese incendio, pero sí os puedo enseñar el que realizó para el Farolillo Rojo, y que actualmente se usa en el menaje del, ejem, restaurante.
También hay delantales, cuadernos, bolsas, chapas y sugus, claro.
En resumen: queda una semana para participar en el crowdfunding de Crónicas Funestas y hacerse con un ejemplar de mi primera novela, la niña de mis ojos, la historia de Coso Abripio.