¿Os acordáis de cuando Nena-chan tuvo anginas?
La semana pasada fuimos a la fiesta de cumpleaños de una amiguita de Nena-chan porque nos habían invitado porque todavía no nos conocen porque estamos intentando parecer normales.
Sin mucho éxito, dicho sea de paso.
Para los que no hayáis frecuentado este tipo de eventos os voy a explicar como funciona con un ejemplo:
En un capítulo de Las chicas Gilmore, Lorelai coge una bolsa de lechuga precortada, la abre, le echa varios ingredientes y aliño, la cierra sujetándola con el puño y la agita hasta que se convierte en una bola verde, húmeda y pringosa, que devora a toda velocidad metiendo el tenedor directamente en la bolsa.
Quedaos con esa imagen en la cabeza: la bolsa de lechuga ES el cumpleaños.
Bueno, no exactamente: la lechuga no grita. Pero vaya.
Cuando sacamos de allí a Nena-chan estaba tan cubierta de sudor, kétchup, tarta de chocolate del mercadona y fluidos corporales (nasales, en su mayoría) ajenos que cuando llegamos a casa la metimos directamente en la bañera.
Después, para compensar toda la porquería que había comido, le dimos de cenar ensalada con tomate y mozzarella.
La niña está harta de comer tomate y mozzarella, pero debía andar escasa de defensas, o sobrada de ganas de marcha. Una de las dos.
-Babá, be dica la dengua -nos dijo después de cenar.
-Uy, Nena-chan, qué interesante, cuéntaselo a papá, que mamá está haciendo pipí
-Babá, be dica la dengua.
-Lorz, ¿es normal que Nena-chan tenga la cara cubierta de erupciones y la lengua, roja e hinchada, le cuelgue por la comisura de la boca?
-Depende, qué tengo que decir para que me dejes mear en paz?
-¡No estás meando! ¡Te has metido en el baño a echar una microsiesta!
-¡¡¡NO PUEDES DEMOSTRARLO!!!
-¡¡¡CLARO QUE PUEDO!!! ¡¡¡LA NIÑA HA DEJADO LA PUERTA ABIERTA!!!
Maldita la hora en la que instalamos la puerta corredera en el baño.
-Ed que be dica bucho...
-Venga, vamos a urgencias.
Pensábamos ir los cuatro porque cada vez que vamos nos dan un punto, y después de conseguir la sandwichera, el juego de maletas y el recogemigas de mesa ahora estamos intentando reunir los puntos para el fin de semana en Eurodisney. Pero luego me di cuenta de que era una idea bastante estúpida, incluso para nuestros niveles habituales.
-Ve tú con la niña -le dije a ZaraJota-, y yo me quedo con Bebé-kun.
-¡TÚ LO QUE QUIERES ES DORMIR OTRA VEZ!
-¿CÓMO QUE "OTRA VEZ"? ¡¡¡PARA QUE SEA "OTRA VEZ" TIENE QUE HABER PRIMERO "ALGUNA VEZ"!!!
El pediatra de guardia dijo que era una reacción alérgica, probablemente al tomate, y que no tenía la menor importancia.
-Hay que darle esto cada ocho horas durante tres días; esto, casa seis horas durante dos; esto, una semana en cada comida; esto, solo si tiene un brote fuerte; esto... -me contó ZaraJota, mientras acumulaba botecitos sobre la mesa del comedor.
-Pues a no tener importancia requiere más cálculos que el lanzamiento de un cohete.
-Y me ha dicho que volvamos el miércoles por la tarde, aunque cree que no será necesario.
Ajá.
El médico tenía razón: no hacía falta que fuéramos el miércoles por la tarde, porque el miércoles por la mañana...
-Lorz -me dijo ZaraJota-, ¿es normal que los ojos de Nena-chan estén rojos, hinchados, y cubiertos de una costra amarilla?
La semana pasada fuimos a la fiesta de cumpleaños de una amiguita de Nena-chan porque nos habían invitado porque todavía no nos conocen porque estamos intentando parecer normales.
Sin mucho éxito, dicho sea de paso.
Para los que no hayáis frecuentado este tipo de eventos os voy a explicar como funciona con un ejemplo:
En un capítulo de Las chicas Gilmore, Lorelai coge una bolsa de lechuga precortada, la abre, le echa varios ingredientes y aliño, la cierra sujetándola con el puño y la agita hasta que se convierte en una bola verde, húmeda y pringosa, que devora a toda velocidad metiendo el tenedor directamente en la bolsa.
Quedaos con esa imagen en la cabeza: la bolsa de lechuga ES el cumpleaños.
Bueno, no exactamente: la lechuga no grita. Pero vaya.
Cuando sacamos de allí a Nena-chan estaba tan cubierta de sudor, kétchup, tarta de chocolate del mercadona y fluidos corporales (nasales, en su mayoría) ajenos que cuando llegamos a casa la metimos directamente en la bañera.
Después, para compensar toda la porquería que había comido, le dimos de cenar ensalada con tomate y mozzarella.
La niña está harta de comer tomate y mozzarella, pero debía andar escasa de defensas, o sobrada de ganas de marcha. Una de las dos.
-Babá, be dica la dengua -nos dijo después de cenar.
-Uy, Nena-chan, qué interesante, cuéntaselo a papá, que mamá está haciendo pipí
-Babá, be dica la dengua.
-Lorz, ¿es normal que Nena-chan tenga la cara cubierta de erupciones y la lengua, roja e hinchada, le cuelgue por la comisura de la boca?
-Depende, qué tengo que decir para que me dejes mear en paz?
-¡No estás meando! ¡Te has metido en el baño a echar una microsiesta!
-¡¡¡NO PUEDES DEMOSTRARLO!!!
-¡¡¡CLARO QUE PUEDO!!! ¡¡¡LA NIÑA HA DEJADO LA PUERTA ABIERTA!!!
Maldita la hora en la que instalamos la puerta corredera en el baño.
-Ed que be dica bucho...
-Venga, vamos a urgencias.
Pensábamos ir los cuatro porque cada vez que vamos nos dan un punto, y después de conseguir la sandwichera, el juego de maletas y el recogemigas de mesa ahora estamos intentando reunir los puntos para el fin de semana en Eurodisney. Pero luego me di cuenta de que era una idea bastante estúpida, incluso para nuestros niveles habituales.
-Ve tú con la niña -le dije a ZaraJota-, y yo me quedo con Bebé-kun.
-¡TÚ LO QUE QUIERES ES DORMIR OTRA VEZ!
-¿CÓMO QUE "OTRA VEZ"? ¡¡¡PARA QUE SEA "OTRA VEZ" TIENE QUE HABER PRIMERO "ALGUNA VEZ"!!!
El pediatra de guardia dijo que era una reacción alérgica, probablemente al tomate, y que no tenía la menor importancia.
-Hay que darle esto cada ocho horas durante tres días; esto, casa seis horas durante dos; esto, una semana en cada comida; esto, solo si tiene un brote fuerte; esto... -me contó ZaraJota, mientras acumulaba botecitos sobre la mesa del comedor.
-Pues a no tener importancia requiere más cálculos que el lanzamiento de un cohete.
-Y me ha dicho que volvamos el miércoles por la tarde, aunque cree que no será necesario.
Ajá.
El médico tenía razón: no hacía falta que fuéramos el miércoles por la tarde, porque el miércoles por la mañana...
-Lorz -me dijo ZaraJota-, ¿es normal que los ojos de Nena-chan estén rojos, hinchados, y cubiertos de una costra amarilla?
-Depende, ¿qué hora es?
-Las seis de la mañana.
-¡PERFECTAMENTE NORMAL!¡SIEMPRE LOS TUVO ASÍ Y SIEMPRE LOS TENDRÁ!
-Me tengo que ir a trabajar, ¿puedes llevarla tú a urgencias?
En urgencias nos dijeron que era conjuntivitis.
Para los que no tengáis hijos, creo que es importante que sepáis que la conjuntivitis es la PEOR enfermedad que puede coger un niño, probablemente peor que el ébola.
Porque veréis:
Si pilla un virus intestinal le da por devolver e irse por la patilla. Es una porquería, pero el niño se debilita y solo le apetece estar tumbado viendo dibujos.
Si tiene fiebre, el niño se debilita y solo le apetece estar tumbado viendo dibujos.
Si le duele la garganta, no puede hablar, y solo le apetece estar tumbado viendo dibujos
¿Veis a dónde quiero ir a parar?
Cuando tiene conjuntivitis, a no ser que sea grave, el niño se encuentra perfectamente. Tiene la misma energía de siempre, pero no puede ir al colegio para desgastarla porque existe el riesgo de que contagie a otros niños. Y en casa hay que vigilarlo permanentemente para que no se toque los ojos y vaya a peor.
¿Os acordáis de la bolsa de lechuga de antes?
Pues imaginad que en vez de lechuga lleva dentro una cabra epiléptica: cogéis la bolsa, la agitáis un poco, y luego la abrís en un piso de cincuenta metros cuadrados. Y esperáis tres días.
Eso es tener un hijo con conjuntivitis. Mientras tanto, Bebé-kun estaba en plena crisis de crecimiento: comía cada dos horas durante el día, y de forma perpetua durante la noche.
Así que, básicamente, me he pasado la última semana sentada con un bebé en el regazo, mientras la niña-cabra saltaba a mi alrededor como... bueno, como una niña-cabra.
Viendo el lado positivo, he aprendido a sujetar el móvil entre el niño y la teta, y he visto dos temporadas de Vampire Diaries en tres días.
Esta mañana, por fin, parecía que las cosas habían vuelto a la normalidad (dentro de nuestras posibilidades), y he tenido incluso tiempo de mirarme al espejo.
-Nena-chan -le he dicho, porque siempre que entro al baño ella entra también-, ¿es normal que mis ojos estén rojos, hinchados y cubiertos de una costra amarilla?
-Si.
Cuánta razón.
-Las seis de la mañana.
-¡PERFECTAMENTE NORMAL!¡SIEMPRE LOS TUVO ASÍ Y SIEMPRE LOS TENDRÁ!
-Me tengo que ir a trabajar, ¿puedes llevarla tú a urgencias?
En urgencias nos dijeron que era conjuntivitis.
Para los que no tengáis hijos, creo que es importante que sepáis que la conjuntivitis es la PEOR enfermedad que puede coger un niño, probablemente peor que el ébola.
Porque veréis:
Si pilla un virus intestinal le da por devolver e irse por la patilla. Es una porquería, pero el niño se debilita y solo le apetece estar tumbado viendo dibujos.
Si tiene fiebre, el niño se debilita y solo le apetece estar tumbado viendo dibujos.
Si le duele la garganta, no puede hablar, y solo le apetece estar tumbado viendo dibujos
¿Veis a dónde quiero ir a parar?
Cuando tiene conjuntivitis, a no ser que sea grave, el niño se encuentra perfectamente. Tiene la misma energía de siempre, pero no puede ir al colegio para desgastarla porque existe el riesgo de que contagie a otros niños. Y en casa hay que vigilarlo permanentemente para que no se toque los ojos y vaya a peor.
¿Os acordáis de la bolsa de lechuga de antes?
Pues imaginad que en vez de lechuga lleva dentro una cabra epiléptica: cogéis la bolsa, la agitáis un poco, y luego la abrís en un piso de cincuenta metros cuadrados. Y esperáis tres días.
Eso es tener un hijo con conjuntivitis. Mientras tanto, Bebé-kun estaba en plena crisis de crecimiento: comía cada dos horas durante el día, y de forma perpetua durante la noche.
Así que, básicamente, me he pasado la última semana sentada con un bebé en el regazo, mientras la niña-cabra saltaba a mi alrededor como... bueno, como una niña-cabra.
Viendo el lado positivo, he aprendido a sujetar el móvil entre el niño y la teta, y he visto dos temporadas de Vampire Diaries en tres días.
Esta mañana, por fin, parecía que las cosas habían vuelto a la normalidad (dentro de nuestras posibilidades), y he tenido incluso tiempo de mirarme al espejo.
-Nena-chan -le he dicho, porque siempre que entro al baño ella entra también-, ¿es normal que mis ojos estén rojos, hinchados y cubiertos de una costra amarilla?
-Si.
Cuánta razón.
Cómo te entiendo! Yo llevo una semana parecida pero en vez de conjuntivitis el mayor con una llaga enorme en la boca que no le deja comer... por lo que su humor como puedes imaginar es excelente! 😂 Menos mal que con el fin de semana llegan refuerzos!
ResponderEliminarAy, me vienes fenomenal para quitarme las ganas estas de tener un segundo bebé. Gracias, mi yo del futuro te lo agradece mil.
ResponderEliminarAy, me vienes fenomenal para quitarme las ganas estas de tener un segundo bebé. Gracias, mi yo del futuro te lo agradece mil.
ResponderEliminarYo también he sufrido la conjuntivitis esta semana. Concretamente anteanoche a las tres de la mañana me desperté con alaridos de ¡mamá, no puedo abrir los ojos! Y se los limpié pero después no quería volver a cerrarlos por si acaso.
ResponderEliminarOdio la maternidad. Odio la conjuntivitis. Y me voy a hacer accionista de Tobradex.
Hace dos años el hijo de un compañero la tuvo. Y se la pego a mi compañero... en una empresa donde fichamos con la huella dactilar... ¿habéis visto 28 días después? Solo decir que esa semana tenia una cena con clientes, a la que tenia que ir si o si y acabe cenando con gafas de sol.
ResponderEliminarFanboy nunca ha tenido conjuntivitis, de momento.
Ay pobre... Al menos Ian Somerhalder y compañía alegran la vista no? ;)
ResponderEliminarPor lo menos no soy la unica que ve series mientras está con el niño!!!!! tenia un complejo de mala madre que para qué...
ResponderEliminarMe río pero porque claro, lo cuentas con mucho salero, pero fijo que ni pizca de gracia a vosotros XD
ResponderEliminar¿Cómo véis un tercero? ¿No?
La escena de las chicas Gilmore no es así exactamente... Pero los cumpleaños infantiles si los has descrito muy bien
ResponderEliminarNo se quien me produce mas compasión, si la Nena- Chan o tu, definitivamente TU, está muy claro... :(
ResponderEliminarBesos y salud
Bueno, no pretenderías que Nena-Chan te llevara a ti a urgencias, ¿no?
ResponderEliminarMadre mía, menuda racha lleváis... ¡Ánimo!
ResponderEliminarBesotes!!!
Cuánto os he echado de menos!
ResponderEliminarUna cosa así, pero a lo bestia he estado yo con mis dos padres enfermos y una mudanza.Tanto es así que hace pocos días que me he enterado de que Terry Pr. nos dejó en marzo pasado (aunque "conociéndole" seguro que es porque se ha vuelto invisible)
Perdóname que haya abandonado el twitter. Mis crisis de identidad me persiguen.
Supongo q volveré cuando mi vida sea realmente mía.
Muchos besos a Zarajota! Bienvenid@ Bebé-kun
Madredelamorhermoso.
ResponderEliminarMarta, lo de no poder comer es muy malo también.
ResponderEliminarFle, ¡doble diversión!
Patricia, dice el pediatra que hay muchos casos por la famosa contaminación, ¡ánimo!
Rob, jijiji, me troncho.
Mamá en Bulgaria, la verdad es que me parecen todos bastante hostiables, pero bueno XD
Bárbara, a mí también me daba cosa, hasta que me dí cuenta de que si estoy distraida me relajo más y el nene se duerme antes.
Holden, por mí, mañana mismo, pero me da que ZaraJota no está por la labor.
Pinkycadiz, gracias.
Genín, YO, seguro que YO.
Hutopo, pues no le iría mal irse acostumbrando, jajaja.
Mi álter ego, gracias <3
Mjjulieta, ay, pobrecilla mía... Espero que se arregle todo pronto.
Pseudosocióloga, eso mismo.