8 de diciembre de 2014
-A ver: mis días fértiles son el 14 y el 15. Si me quedo embarazada este mes, saldré de cuentas para mediados de septiembre, ¿cómo nos va?
-Bueno, está el cole de Bebé-chan.
-No pasa nada, para entonces ya habrá empezado.
-Y el día 5 tenemos la boda.
-Uf... voy a salir gordísima en las fotos.
-¿Pero podremos ir?
-Claro, hay muchísimo margen.
8 de enero de 2015
-Lorz, estás embarazada.
-No, si ya.
-La fecha prevista de parto es el 7 de septiembre.
Su fruta madre.
-Es que el 5 tengo una boda.
-Pues yo de ti no me compraría el modelito.
Ir a una boda dos días antes de salir de cuentas no es imposible (a no ser que las puertas del recinto sean estrechas, claro), pero sí es incómodo. Especialmente si te pones de parto durante la ceremonia, porque es un momento en el que a las novias les da un pronto rarísimo y se empeñan en ser las protagonistas. Como si pensaran que la gente está allí por ellas o algo, no sé.
Por suerte Bebé-kun fue amablemente desalojado dos semanas antes de lo previsto, dejándonos vía libre para ir a la boda. O sea: una niña de tres años, un bebé de diez días, y una madre con un costurón en el piticlín, ¿qué podía fallar?
Lo primero en fallar fue que, unos días antes de la boda, Nena-chan se dió un trompazo contra el quicio de una puerta y le salió un morado en mitad de la frente. Parecía un unicornio.
-Para eso están los flequillos -dije.
Lo segundo fue el modelito de Bebé-kun, o, mejor dicho, la ausencia del mismo.
Por una parte, la ropa de 0-3 meses de su hermana sufrió un accidente en la secadora, por lo que había muy poco que heredar. Por otra, al estar yo de baja no había podido irme de compras. Y cuando intenté irme después me encontré con que ya estaban poniendo la ropa de invierno, y de verano solo quedaban los restos, es decir: lo que era tan feo que nadie lo había querido. Y encima eran tallas sueltas, y no encontrábamos nada de la suya.
-Pijamita y manta hasta las orejas -dije.
Luego estuvo el tema de los puntos.
La gracia de la episeotomía es que durante los primeros días no duele absolutamente nada. Al contrario: los cabrones de los puntos duelen más a medida que se van secando. Así fue como después de una semana de felicidad, de pronto, el día de la boda descubrí que no podía sentarme sin ver las estrellas, lo que, ahora que lo pienso, suena hasta romántico.
-Pues me llevo el flotador de la niña y me siento encima -dije.
-Sabes que tiene una cabeza de dinosaurio, ¿verdad?
-¡DETALLES!
Al final me llevé una toalla, que enrollé y enrosqué formando un donut. Glamour total.
Y cuando parecía que ya estaba todo dominado, plaf, la mancha.
No tengo ni idea de cómo fue, yo lo tenía todo cuidadosamente planeado.
-Para evitar accidentes, primero nos vestimos tú y yo -le dije a ZaraJota-, y en el último minuto vestimos a los niños.
Así lo hicimos. Y cuando ya íbamos a salir de casa me miré de reojo en el espejo, ya sabéis, la última miradita de soslayo antes de salir. Entonces fue cuando me vi LA MANCHA. En MI VESTIDO.
No sabía si era un escape de leche, un salpicón de caca de Bebé-kun, el lugar donde Nena-chan se había limpiado los churretes de zumo... Fuera lo que fuera, era tan grande y estaba tan estratégicamente situada que parecía como si alguien me hubiera pintado un pezón en... bueno, aproximadamente donde suelen estar.
Lo primero que hice fue frotar con toallitas húmedas, que por lo general lo limpian todo. Por lo general. En este caso en particular, no solo no limpiaron la mancha, sino que hicieron aparecer un cerco gigante a su alrededor. Ahora parecía un pezón... perfectamente enmarcado en su teta.
Genial.
Bien. Opciones:
- Ponerme un broche. Por desgracia, no tenía a mano ningún broche de unos 30 centímetros de diámetro.
- Echarme un chal por encima. Pero tendría que haberlo colocado de tal manera que hubiera parecido la libertad guiando al pueblo hacia su brillante futuro. Teta fuera incluida.
- Cambiarme de vestido.
No sé vosotros, pero lo que es yo, vestidos de boda aptos para lactancia, capaces de disimular la braga pañal postparto, de verano y que me cupieran solo tenía uno: el que llevaba puesto. Presa del pánico empecé a revolver en el armario en busca de algo ponible.
Por el lado positivo, así descubrí que incluso recién parida todavía me caben vestidos que llevé a bodas de hace diez y quince años.
-Estoy superbuena -le dije a ZaraJota.
-La oxitocina te está afectando al cerebro.
Por el lado negativo, a medida que me iba probando cosas me iba dejando el maquillaje en el forro de los sucesivos vestidos (que al día siguiente tuve que lavar a pesar de no haberlos usado, porque parecían el modelito santo de Turín), y se me iba encrespando el pelo que me había secado y peinado con mucho amor.
Al final localicé un vestido que parecía cumplir todos los requisitos, a saber:
- No se me marcaba la braga pañal.
- No se me notaba la tripa fofa postparto.
- Me cabía
- Se abría por arriba para lactar.
Perfecto. La única pega era que cuando me compré el vestido tenía un pecho normalito, mientras que ahora, con la subida de la leche y demás tenía, digamos, unas ubres que me rebosaban por encima del escote. Para evitar la sobreabundancia (sobreubrendancia) tetil y que no se me vieran las carnes turgentes me tuve que poner un imperdible, que me pasé perdiendo toda la noche, como su propio nombre indica.
Lo importante era que tenía vestido. Ya no me daba tiempo a peinarme y maquillarme otra vez, pero al menos no iba en bolas.
Con gran dificultad conseguimos salir de casa, meter a los niños en sus respectivas sillitas de coche, y arrancar.
Acto seguido, Bebé-kun empezó a llorar de hambre.
-Anda, para -le dije a ZaraJota.
ZaraJora volvió a aparcar.
-¿Qué pacha? ¿Ya hemos llegado?
Gracias por tu apoyo, Nena-chan.
Editado: Genín, he visto tu comentario en la entrada anterior demasiado tarde. ¿Estás mejor? ¡Cuídate, que no estoy para estos sustos!
Primer!! (que se note que estoy superliado en la ofi)
ResponderEliminarQue sepas que lo de "la oxitocina te está afectando al cerebro" ha provocado miradas raras de mis compañer@s de oficina y protestas de indignación cuando se han enterado que habías actualizado y me lo he leido yo primero sin avisar a nadie. Me van a hinchar a collejas, pero ha valido la pena...
Jajajajajaja, NenaChan siempre tan optimista. ¡Qué genial es! XD
ResponderEliminarGracias, desde ayer que vengo con el ánimo muy bajo (no suelo ser así, pero la vida me ha tirado varios palos juntos), y este post ha logrado que me ría nuevamente hoy.
ResponderEliminarLorzagirl al poder!! :-)
Gracias por el detalle, guapa, bueno, de momento lo he superado y ahora estoy en procesoi de que mi cuerpo se acostumbre a tolerar -espero-toda la cantidad de porquerías hechas pastillas que supongo, son necesarias, pero hasta ahora, lo que mejor me sienta son tus entradas, así que muchas gracias :)
ResponderEliminarBesos y salud
y... ¿Qué pachó?
ResponderEliminarVale, #Bebe-Kun estaba bastante empeñado en que no fueran a la boda, me parece.
ResponderEliminarIba a preguntar sobre la boda de quién... Pero creo que ya sé.
Antes de conocerte pensaba que a mí siempre tiene que pasarme algo pero está visto que siempre hay un peor. Jajajaja.
ResponderEliminarLo bueno es que no te dejas amilanar por los contratiempos y tú tiras para adelante contra viento y marea. Otra se hubiera enfurruñado y al final hubiera dicho "pues me quedo en casa y ni boda ni bodo". Jajaja.
Besotes!!!
Ya te tienen que gustar las bodas...con una excusa tan buena como estar recién parida yo no lo dudaría..."Sintiéndolo mucho no podemos asistir a la boda". Y a tomar por culo, me da igual de quién sea, como si es de mi hermana. Las bodas son un cagao lo que mola son los regalos jejeje...
ResponderEliminarRob, se nota que en tu trabajo estáis estresados, ¿eh? Estooooo... ¿Contratais gente? Sé hacer palomitas.
ResponderEliminarBettie, tiene fe ciega en nosotros, pobrecita infeliz.
Ceci, ¡un abracito gordo!
Nefertiti, todo se arregló y nos lo pasamos superbien.
Genín, es que se me olvida que eres un señor mayor. Cuídate mucho.
Viñu, pues que nos paramos, le di de comer a Bebé-kun, y luego volvimos a arrancar. Llegamos razonablemente temprano.
Hutopo, ¿cuál va a ser?
Mi álter ego, de eso nada, ¡era la boda del siglo!
Coccinellidae, depende de la boda. En una boda por compromiso quizá había aprovechado que tenía excusa (y muy buena, además) para escaquearme. Pero a esta boda QUERÍA IR. Fuera como fuera.
Por Diossss, ¿y no hay fotos del "antes" y el "después"????
ResponderEliminarEso me recuerda a otra boda a la que tuve que ir sí o sí, y tomando teta la niña me regurgitó encima y me marcó como a tí, un mega pezón en el sitio preciso. ¡Un vestido gris metalizado clarito, imagina cómo se veía éso...! Así que te entiendo perfectamente.
Pues nada, otra anécdota más para la saca, y unas páginas para el nuevo libro! ;oP
P.D.- ¿Cómo podría hacerme con el primero? Llegué tarde al "lorzing"... snif, snif...
Bs
Si, claro. Manda un curriculum que se lo paso al de recursos humanos.
ResponderEliminarPero mañana no, que aquí es festivo... y el lunes tampoco, claro... y creo que la semana que viene mi jefe se va de vacaciones y no lo verá....
Estooo... ¿esperas cobrar una nomina?