26 abril 2013

Gran reserva. Epílogo

Cuando ya estábamos de vuelta en Madrid, Bebé-chan volvió a la guardería.
-¿Qué tal os ha ido en el pueblo?-preguntó la seño. 
-Bueno...
Si tenéis o habéis tenido un bebé ya sabéis que la rutina es el P*T* AMO. 
Los bebés encuentran consuelo y seguridad en la repetición de los hábitos de la vida diaria: comer, dormir, bañarse... todo a la misma hora, en el mismo sitio y con los mismos instrumentos.
Cuando los sacas de la rutina se ponen más nerviosos que un hámster con la jaula limpia. 
Eso no quiere decir que no se lo pasen bien durante el día: sólo que se van a poner de los nervios por la noche, que es mejor momento. 
Yujú. 
Además los bebés absorben las emociones de su alrededor. Si estás estresada, ten por seguro que tu bebé lo va a estar. Si estás relajada, coges al bebé en brazos y se queda sobado mirándote. 
En el pueblo Bebé-chan estuvo muy bien, pero si mezclamos la salida de la rutina, que hizo poco ejercicio, y el estrés de la situación... digamos que el resultado fue lo que los mejores pediatras del mundo denominan "síndrome de cagada la hemos, Luke". Bueno, en realidad, no, pero molarían mucho más si lo hicieran.  
A la vuelta Bebé-chan y yo estábamos con los nervios tiesos. 
-Bueno -le dije a la seño-, si hoy la puedes dejar descansar un poco, mejor. 
La seño le ha preparado a Bebé-chan una Programación Didáctica que ríete tú de los entrenamientos del equipo nacional de natación sincronizada: hacen psicomotricidad, pilates, juegos... de todo. Y Bebé-chan, encantada. Para mí el único problema es que cuando no va a la guarde demanda el mismo ritmo de actividad  y yo no estoy para estos trotes.
-Haré lo que pueda. 
-Verás, es que se ha pasado los cuatro días casi sin poder jugar, y el ambiente no ha sido el más adecuado...
-Mujer, no pasa nada. Los niños se acostumbran a todo.
-Tú no conoces a mi familia: nadie se acostumbra a eso nunca, cómo mucho aprendes a sobrevivir como George en la Jungla. Y este viaje no ha sido de placer, teníamos que arreglar cosas. Cosas desagradables. Y Bebé-chan ha estado ahí, en medio de todo...
-Vaya, lo siento.
-La verdad es que ha sido todo un poco traumático.
-¿Para ella o para ti?
-¡NECESITO UN ABRACITOOOO!

7 comentarios:

  1. Jajajaja... pobre Lorz. Usando a Bebe-Chan como excusa... muchos besos

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  2. Nada... De loas abrazos se encarga Zarajota...

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  3. La pobre Bebe-chan en medio de cosas sucias viéndolo todo, y con ofertas de compra por 10 €. Trauma garantizado, mejor que haga mucho pilates. Abracitos...

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  4. Espero que te lo diera, por si acaso te dejo unos cuantos :)
    Besos y salud

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  5. Jajajaja lo bueno de los bebés es que valen de excusa para todo. Haz pilates y juega tú también, seguro que así se te pasan los males :D

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  6. Lo que Lorz no cuenta son los kilometros que hicimos, durante la vuelta, desde Santa Cruz de Mudela a Madridejos con una nevada de 20 centimetros en la A4.

    Espectacular

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  7. Te pasa como a mí, siempre estoy pendiente de las repercusiones de absolutamente todo en mis hijos, y eso que los míos ya son mayorcitos. Y como a tí, siempre me pongo en lo peor. Cuánto exceso de responsabilidad y autoculpa tenemos, debemos darnos un respiro, darnos cancha, la perfección no existe. Un abracito para tí Lorz...

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