Estar embarazada es una emperiencia maravillosa.
Y entonces, vas al médico.
En las películas, las embarazadas van al médico, se tumban en una camilla y se levantan un poco la camiseta. Entonces llega el médico y les desliza un cacharrín por la tripita, hasta que pueden ver un bebé perfectamente colocado y definido en la pantalla del ecógrafo.
Bien.
Pues no. Durante los primeros meses, el obstetra de verdad no se comporta como el obstetra de las películas. Más bien se comporta como un ginecólogo de los de toda la vida:
llegas a la consulta, trepas a la camilla de tortura, te abres de patitas, y te "explora", que es el término médico para "invasión de bajos con aparatos a temperatura polar".
Lo único que diferencia al obstetra del ginecólogo de toda la vida es que con el obstetra, además, tu madre y tu marido están mirando.
-Esto es muy poco digno -le dije al obstetra una vez.
-Pues vete acostumbrando, que no sabes lo que te queda.
Hay una cosa más. El obstetra no se limita a tocarte los bajos: también pone mucho interés en tocarte la moral. Por ejemplo, tiene una insana obsesión por pesarte.
-Súbete a la báscula -me dice cada vez que voy.
-Vale, pero si me promete que no la enciende.
-No cuela, Lorz.
-Joooo...
-Mira, a mí no me importa que estés gorda...
-¿Me acaba de llamar gorda?
-Es para ver cómo evolucionas.
-Hacia la redondez, pero no veo la necesidad de meter a la báscula en nuestros turbios asuntos.
-¡A la báscula ya!
-Jooo...
A medida que pasan los meses, la visita al obstetra entra en una cierta rutina.
Entras.
Te miden la tensión.
Te pesan.
Te preguntan si has tenido alguna molestia.
Le cuentas las que no has tenido, que es más rápido.
El obstetra se ríe de ti.
Te suben a la camilla.
Te hacen una ecografía.
Ves a tu bebé.
Se produce un babeo parental descontrolado mientras la abuela de la criatura (si está presente) llora.
Te dan una foto.
Sales de consulta.
Llegas a casa.
-¡M**rda! ¡Se me han vuelto a olvidar las recetas!
-¿Qué recetas? -responde ZaraJota™.
-¡Las del antiácido, las del antipotas, las de todo! ¡Te dije que me lo recordaras!
-¡Es que me saca la foto de la nena y me distrae!
-¡Y a mí!
-¿Crees que lo hace a propósito?
-Posiblemente...
De vez en cuando el obstetra se sale de la rutina y es peor.
-Lorz, vamos a hacerte un análisis.
-¿Psiquiátrico?
-No, de sangre.
-M**rd*.
-Es sólo un pinchacito.
-No puede ser, soy testigo de Jehová.
-No lo eres.
-El bebé es testigo de Jehová.
-No lo es.
Ya estamos prejuzgando a la gente antes de conocerla.
Continuará...
Lo del análisis no tiene demasiado remedio. Y no uno, sino muchos. Ya me dijo mi padre (médico para más señas) que "cuando te embarazas te conviertes en un alfiletero". ¡Ánimo! Que luego le ves la carita y se te pasan todos los males :)
ResponderEliminar¿Nena?
ResponderEliminarEnhorabuena... (y lo que te queda...)
Besos de una maia.
Eso de olvidarse las recetas me resulta familiar.
ResponderEliminarLa "despistadez" también es efecto secundario del embarazo (y más allá). Algunas lo llaman "the haze": http://thelaughingstork.com/blog/2012/06/12/the-attack-of-the-hazes-haze/#1
Yo desde hace dos años no salgo de casa sin mi cuadernito y mi boli, para apuntar todo lo que no se me debe olvidar. Lo primero que apunto cada día en él es: "No olvidarse el cuadernito y el boli". Y aun así, a veces me lo olvido :(
¿Testigo de Jehova? No cuela ¿verdad? jejeje, de todas las excusas que se me podrían haber ocurrido es la mejor.
ResponderEliminarAhora que si quieres que las cosas no sean como son te recomiendo eso del parto respetado, natural y plan de parto que se lleva hoy día... tendrás hordas de mujeres a la puerta del paritorio gritando tus derechos como canal de vida...
Besos.
¿El embarazo una experiencia maravillosa? pues no sé a qué se refieren con maravillosa, se me ocurren montones de adjetivos, pero ninguno en positivo.
ResponderEliminar¿Aún no has llegado al superchute de azucar? Eso sí que es un ascazoooooo...
ResponderEliminarY sí, vete preparando para que te vea todo el mundo, todo el que pasa, y te meta la mano todo perro quisqui....
Juas, juas, juas, lo de la bebé testigo de Jehová ha sido muy bueno, juas, juas, juas.
ResponderEliminarLo de la báscula es lo peor!! A mí en el parto no paraban de preguntarme (textualmente) si ya estaba gorda de antes o había engordado durante el embarazo. No tienen ninguna sensibilidad!!!
ResponderEliminarY lo de los pinchazos como te dicen más arriba, es inevitable :(
El mágico milagro de la reproducción humana... Yo por eso, prefiero ahorrarme esso trances, algo que mi novia no acaba de ver con buenos ojos, hay que decirlo.. Y mira que ella ya pasó por similares peripecias (hace dos años y mucho antes de conocerme... Así que yo no tuve nada que ver).
ResponderEliminarVerás verás qué rico, el brebaje ese del azucar...
ResponderEliminarNena? Una pequelorzi? genial!! que venga estupendamente y te vaya todo muy bien
Estas con las ecos? y nadie te ha contado nada del sr.
Hardlock? jejejeje
¡Buf! Acabo de flipar. Lo primero, enhorabuena y lo segundo... si tu blog ya era divertidísimo... ¡ay, amiga, lo que nos espera! Que la fuerza de acompañeeeeee...
ResponderEliminarThyssly, la verdad es que he tenido suerte, y como todo iba bien me han pinchado poco. Aún así, tengo que cerrar los ojitos y repetirme "es por el bien de Bebé-chan".
ResponderEliminarWendeling, nena. Las abuelas y tías ya han comprado toda la ropia rosa que había disponible XD.
Merce, leí en alguna parte que durante el embarazo el cerebro se reduce en un 9%. La concentración de sangre en la tripa y la anemia tampoco ayudan demasiado. Hace poco hice un examen de arte, y tuve problemas para contestar a una de las preguntas porque no me salía una palabra. Yo sabía que era fácil, que la tenía en la punta de la lengua, pero nada. Hasta que no llegué a casa no me di cuenta de que la palabra era "escultura".
Merengaza, quita, quita, que luego no querrán darme la epidural... De todas formas soy muy buena paciente y lo aguanto todo... siempre que después me quedé el derecho a la ciberpataleta XD.
Camaleona, estar embarazada es un rollo repollo. Lo que pasa es que la naturaleza es sabia y segrega hormonas que te hacen sentir superbien. Los primeros meses me sentía eufórica incluso mientras potaba. Luego empecé a notar moverse a Bebé-chan y todas las molestias me dieron igual.
Tita, ese es el capítulo 2. O el 3, no lo he decidido todavía. Y sí, todo el que pasa por allí se siente con derecho a revisarte los bajos.
Pseudosocióloga, si es lo que quiere, hay que respetarlo XD
Patch, es una obsesión. Si engordamos es porque el cuerpo acumula energía para el parto y la lactancia, que pesados que son.
Hutopo, me parece la opción más sensata. Te ahorras el embarazo y los primeros meses y llegas directamente a la edad en la que están más graciosos. ¡Lo tuyo es la paternidad take away!
Coilet, me han hecho miles de ecografías: tengo un álbum sólo con eso. La última ha sido la de las 30 semanas, y tiene todos los huesos a la medida que debe.
Vanessa, me acompañan la fuerza, Zarajota y una libreta para ir anotando todo lo que me pasa!
Lorz! Q me alegro un monton! Inauguro mi nuevo tlf con este mensaje! Veo q sigues contand las verdades dl mundo. Muchos besos!
ResponderEliminarLorzagirl, enhorabuena!!!! Y este embarazo va a dar mucho de sí, jajajaja :-)))
ResponderEliminarBesos!
Sobre lo que dices de acumular para la lactancia, yo me he quedado con 5 kilos después del parto (han pasado 4 meses) y como muero de hambre a todas horas (me dicen que es por la lactancia pero ya no sé si es por eso, por la falta de sueño o por desesperación) no hay manera de bajarlos...
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