Previously in Lorz...
Los franceses te cobran por destruir tus cosas.
Después de mucho, mucho tiempo, todos los viajeros consiguieron recuperar sus maletas.
-Bueno, ya nos vamos -dijo el chófer.
Recordemos el retrato robot del chófer:
Entonces fue cuando a uno de los miembros de nuestro grupo se le ocurrió hacer una foto a los militares.
Vamos a morir aquí, me dije.
Media hora y un reconocimiento rectal más tarde dejaron ir al listo de las fotos y por fin salimos del aeropuerto.
Y entonces fue cuándo empezó el auténtico espectáculo.
-Bueno, cuidado con la puerta de la furgoneta -explicó el chófer mientras subíamos-. Se ha roto y se cierra sola.
Dos aterrorizados turistas sujetaron la puerta mientras los demás nos subíamos. Después tuvieron que hacer un Indiana Jones para subir. Nadie sufrió la amputación de ningún miembro, aunque estuvimos cerca, y ZaraJota™ tuvo que hacer de escudo humano para que mi tripa no sufriera daños.
Una vez dentro, descubrimos que la puerta no sólo se cerraba sola: también se abría sola.
-No pasa nada, tengo una cuerda por aquí -dijo el chófer, y ató la puerta a un asiento para que no se abriera.
-¿Cuánto tardamos en llegar a Eurodisney? -preguntó una señora.
-¿A Eurodisney? Una hora, más o menos. Pero no vamos a Eurodisney, vamos a la estación de Austerlitz.
-¿QUÉ?
-Es que se me ha perdido uno del grupo y ha aparecido allí.
Todos nos hicimos la misma pregunta: si pasan cinco minutos y nadie lo reclama, ¿lo harán detonar?
-¡Vamos a llegar tardísimo!
-¿Y yo que quiere que le haga, si esto está fatal organizado?
-Pero lo organiza su empresa...
-¡Yo soy un mandao! ¡A mí me dicen que vaya y voy! ¿Cree que a mí me gusta? ¡Yo por mí me volvía a mi pueblo mañana! ¡Villamatojo de Arriba, lo más bonito que hay! ¡Estoy de los p*t*s franceses hasta los c*j*n*s!
La señora tenía razón para enfadarse, porque habíamos pagado un plus para tener transporte privado y directo y con la tontería íbamos a tardar más que cogiendo el cercanías o un autobús público, y encima con un chófer psicópata y una puerta que no se cerraba.
-Pero...
-J*d*r, es que... que asco de país... todo funciona así: te dan una orden y tienes que cumplirla... Y los franceses... son lo peor.
-Bueno -dije, para aliviar la tensión-, al menos veremos algo de París, ¿no es genial?
-Es una m**rd* de ciudad.
-Eh...
-No tiene nada bonito. ¿La torre Eiffel? Una m**rd*. ¿El Sagrado Corazón? Lleno de moros carteristas. ¿El Louvre? Un timo. Y no me hagas hablar de la comida... ¡Una m**rd*!
-Eh... ¿Usted no vive del turismo?
-¡No me hagas hablar!
En medio de tan animado ambiente llegamos a París.
Vimos la Torre Eiffel de lejos y el grupo de empezó a animar y a señalar las cosas bonitas que veía.
-Oiga -preguntó de nuevo la señora-. ¿Qué es aquello?
-Vete tú a saber. Estos p*t*s franceses le ponen banderitas a cualquier m**rd* de edificio.
-Jo.
Por fin llegamos a la estación. El chófer desató la puerta, el viajero perdido se subió a la furgoneta, el chófer ató de nuevo la puerta y, ahora sí, pusimos rumbo a Eurodisney.
-Ese que estaba contigo en la estación -le dijo al recién llegado- era mi jefe.
-Parecía majo.
-Es un c*br*n. P*t*s franceses... Nos odian a todos los españoles. Nos miran por encima del hombro, ¿sabéis?
-Yo también soy de Villamatojo -se atrevió a decir un señor. Por cambiar de tema, supongo.
-Somos buena gente los de Villamatojo... ¡No como estos p*t*s franceses!
No funcionó.
Por fin llegamos a Eurodisney. Para añadir diversión al asunto, resultó que no íbamos todos al mismo hotel.
Así que el chófer paraba delante de un hotel.
Desataba la puerta.
Se bajaban una o dos personas.
Volvía a atar la puerta.
Siguiente hotel.
Desataba la puerta...
A la tercera parada, el chófer perdió la paciencia.
-Mira -le dijo al señor de Villamatojo-, estamos perdiendo el tiempo con esto de atar y desatar. Mejor sujetas tú la puerta y ya está.
-Eh...
Y arrancó de nuevo.
Estábamos en la carretera cuando el señor de Villamatojo, sin soltar la puerta, se giró hacia nosotros.
-¿Esto es parte de la experiencia Disney?
Ahora le digo que no y le hundo el día.
Continuará...
Haiku:
Nuestro chófer
odia a los franceses
y a todo el mundo
30 mayo 2012
27 mayo 2012
La herencia Urodini 5
Previously in Lorz...
ZaraJota™ no le tiene miedo a nada, salvo a lo que le asusta.
El ansiolítico que se había tomado ZaraJota™ no le hizo nada de efecto. Estaba tan nervioso que si hubieran apagado el motor y le hubieran dejado pedalear habríamos llegado antes y contaminado menos.
Como era de esperar, en el avión sufrimos muchísimas turbulencias.
Aproximadamente la mitad de los pasajeros eran niños de menos de diez años, y uno de los adultos que les acompañaban decidió que sería buena idea plantearlo como un juego. Cada vez que el avión se bamboleaba, descendía en picado o saltaba en el aire aplaudían, gritaban y jaleaban al piloto.
Con cada grito, mi señor marido daba un respingo.
Cada vez estaba más verde, y, para complicar más las cosas, ni en su asiento ni en el mío nos habían dejado pukebag. Si nos daba por potar, iba a tener que ser en el pukesuelo.
-No te preocupes -le dije, para intentar tranquilizarle-. Sólo gritan porque no tienen miedo a morir.
-No pasa nada... No tengo miedo... Llevo mi camiseta de la suerte.
-¿Y esa cuál es?
Mierda.
A pesar de todo, llegamos sanos y salvos al aeropuerto de Orly. Recogimos nuestro equipaje de mano, salimos y localizamos a nuestro chófer.
El chófer era un señor bajito, calvo, con unas orejas y una nariz desproporcionadamente grandes.
Retrato robot.
-¿Van para Eurodisney? -preguntó.
-Sí.
-Esperen por aquí mientras los demás recogen su equipaje.
Nos sentamos en un banco a esperar. A Zarajota empezaba a hacerle efecto el ansiolítico (a buenas horas) y tenía la mirada difusa.
-Rogamos al propietario de una mochila negra que pase a recogerla en el punto de información -oímos de pronto por megafonía.
-Oshtrash, que bieeeeen que endiendo el franceshhh...
-Pequeño, creo que están hablando en castellano.
-Rogamos al propietario de una mochila negra que pase a recogerla en el punto de información -repitió la voz.
-Jijiji, pueeeeeesh que bien entiendo cashtellanooo...
Estábamos en esas cuando de pronto empezaron a aparecer señores militares con metralleta.
-¡TODO EL MUNDO FUERA! ¡TODO EL MUNDO FUERA!
-¿Qué?
-Todo el mundo fuera -nos dijo el chófer-. Va a haber una explosión.
-¿Qué?
Salimos al exterior del aeropuerto.
-Es que aquí si te dejas el equipaje abandonado y no lo reclamas en cinco minutos vienen los artificieros y lo detonan.
-¿Qué?
-Por si hay una bomba dentro.
-A ver... se encuentran una mochila, ¿no? y entonces la cojen y la explotan por si acaso es explosiva.
-Bueno, antes avisan por si alguien la reclama, pero nadie reclama nunca porque la multa por dejar equipaje abandonado es de 750 €.
-¡Es absurdo!
-No, es Sarkozy™.
Allí estábamos, esperando que los artificieros detonaran una mochila que no era explosiva hasta que llegaron ellos, sin podernos ir porque el resto del grupo no había conseguido recoger su equipaje.
Y de pronto me empecé a encontrar mal.
Ya sabéis lo que es. Bueno, con suerte no lo sabéis. De pronto sólo veía puntitos brillantes y sólo oía un zumbido y el cuerpo no me sostenía más.
-Me voy a desmayar -le dije a Zarajota.
-¿Qué te passsssha?
-Ne..cesito... aire...
-¿Te encuentrasssssh maaaaaaal?
-A... i... re...
-¿Qué pueeeeeeeedo haceeeeeeer?
-A... i... re...
-¿Quieressssh que vaya a bushcar ayudaaaaa?
-¡NO ME DEJES SOLA! SON CAPACES DE PENSAR QUE ESTOY ABANDONADA Y HACERME EXPLOTAR!
-¿Qué necesshitash?
-¡AIRE! ¡NECESITO AIRE! ¡POR DIOS! ¡QUÉ SÓLO TE HAS TOMADO MEDIA PASTILLA!
-¿Te abanicooooo?
Después de abanicarme a mí misma un rato porque Zarajota se distraía que los dibujitos del abanico, nos reunimos de nuevo con el chófer.
-Ya nos vamos -dijo-. Están terminando de recoger sus cosas.
-Mi mujer se ha desssssmayado. Essssshtá embarazaaaaada.
-Sí, ya lo he visto.
Gracias por venir a ayudar, majete.
Continuará...
Haiku.
Si te abandonan
Te hacen explotar
y santas pascuas
ZaraJota™ no le tiene miedo a nada, salvo a lo que le asusta.
El ansiolítico que se había tomado ZaraJota™ no le hizo nada de efecto. Estaba tan nervioso que si hubieran apagado el motor y le hubieran dejado pedalear habríamos llegado antes y contaminado menos.
Como era de esperar, en el avión sufrimos muchísimas turbulencias.
Aproximadamente la mitad de los pasajeros eran niños de menos de diez años, y uno de los adultos que les acompañaban decidió que sería buena idea plantearlo como un juego. Cada vez que el avión se bamboleaba, descendía en picado o saltaba en el aire aplaudían, gritaban y jaleaban al piloto.
Con cada grito, mi señor marido daba un respingo.
Cada vez estaba más verde, y, para complicar más las cosas, ni en su asiento ni en el mío nos habían dejado pukebag. Si nos daba por potar, iba a tener que ser en el pukesuelo.
-No te preocupes -le dije, para intentar tranquilizarle-. Sólo gritan porque no tienen miedo a morir.
-No pasa nada... No tengo miedo... Llevo mi camiseta de la suerte.
-¿Y esa cuál es?
Mierda.
A pesar de todo, llegamos sanos y salvos al aeropuerto de Orly. Recogimos nuestro equipaje de mano, salimos y localizamos a nuestro chófer.
El chófer era un señor bajito, calvo, con unas orejas y una nariz desproporcionadamente grandes.
Retrato robot.
-¿Van para Eurodisney? -preguntó.
-Sí.
-Esperen por aquí mientras los demás recogen su equipaje.
Nos sentamos en un banco a esperar. A Zarajota empezaba a hacerle efecto el ansiolítico (a buenas horas) y tenía la mirada difusa.
-Rogamos al propietario de una mochila negra que pase a recogerla en el punto de información -oímos de pronto por megafonía.
-Oshtrash, que bieeeeen que endiendo el franceshhh...
-Pequeño, creo que están hablando en castellano.
-Rogamos al propietario de una mochila negra que pase a recogerla en el punto de información -repitió la voz.
-Jijiji, pueeeeeesh que bien entiendo cashtellanooo...
Estábamos en esas cuando de pronto empezaron a aparecer señores militares con metralleta.
-¡TODO EL MUNDO FUERA! ¡TODO EL MUNDO FUERA!
-¿Qué?
-Todo el mundo fuera -nos dijo el chófer-. Va a haber una explosión.
-¿Qué?
Salimos al exterior del aeropuerto.
-Es que aquí si te dejas el equipaje abandonado y no lo reclamas en cinco minutos vienen los artificieros y lo detonan.
-¿Qué?
-Por si hay una bomba dentro.
-A ver... se encuentran una mochila, ¿no? y entonces la cojen y la explotan por si acaso es explosiva.
-Bueno, antes avisan por si alguien la reclama, pero nadie reclama nunca porque la multa por dejar equipaje abandonado es de 750 €.
-¡Es absurdo!
-No, es Sarkozy™.
Allí estábamos, esperando que los artificieros detonaran una mochila que no era explosiva hasta que llegaron ellos, sin podernos ir porque el resto del grupo no había conseguido recoger su equipaje.
Y de pronto me empecé a encontrar mal.
Ya sabéis lo que es. Bueno, con suerte no lo sabéis. De pronto sólo veía puntitos brillantes y sólo oía un zumbido y el cuerpo no me sostenía más.
-Me voy a desmayar -le dije a Zarajota.
-¿Qué te passsssha?
-Ne..cesito... aire...
-¿Te encuentrasssssh maaaaaaal?
-A... i... re...
-¿Qué pueeeeeeeedo haceeeeeeer?
-A... i... re...
-¿Quieressssh que vaya a bushcar ayudaaaaa?
-¡NO ME DEJES SOLA! SON CAPACES DE PENSAR QUE ESTOY ABANDONADA Y HACERME EXPLOTAR!
-¿Qué necesshitash?
-¡AIRE! ¡NECESITO AIRE! ¡POR DIOS! ¡QUÉ SÓLO TE HAS TOMADO MEDIA PASTILLA!
-¿Te abanicooooo?
Después de abanicarme a mí misma un rato porque Zarajota se distraía que los dibujitos del abanico, nos reunimos de nuevo con el chófer.
-Ya nos vamos -dijo-. Están terminando de recoger sus cosas.
-Mi mujer se ha desssssmayado. Essssshtá embarazaaaaada.
-Sí, ya lo he visto.
Gracias por venir a ayudar, majete.
Continuará...
Haiku.
Si te abandonan
Te hacen explotar
y santas pascuas
23 mayo 2012
La herencia Urodini 4
Previously in Lorz...
Mi bebé será un koala si no me tiro en paracaídas.
Después de hablar con ZaraJota™ muy seriamente llegamos a la siguiente conclusión:
Con toda la familia desperdigada es imposible evitar el avión para siempre.
La mejor forma de superar los miedos es afrontarlos.
Cuando antes supere su miedo, mejor.
Retrasarlo solo hará que la próxima vez sea peor.
Y esas m**rd*s que habitualmente decimos a los demás y que nadie se cree.
ZaraJota™ dijo que sería valiente y que se montaría en avión como un hombre... si antes podía tomarse un ansiolítico, gracias.
El día E (de Eurodisney) nos levantamos a las tres de la mañana, cogimos un taxi y nos plantamos en el aeropuerto muy tempranito.
Me aseguré de que ZaraJota™ comiera algo y le di su ansiolótico.
Bueno, como no me fiaba mucho y automedicarse es malo le di sólo medio.
-Y si vemos que no te mueres te doy la otra mitad -le dije.
Nos sentamos a esperar que nos llamaran para embarcar, y antes de que me diera cuenta ZaraJota™ estaba encaramado en el asiento abrazándose las rodillas.
-Estoy bien, estoy bien -repetía.
-¿Te notas más tranquilo?
-Sí, mucho.
No he había fijado nunca, pero al parecer a Zarajota se le pone la cara de color verde y tiembla como una hoja cuando está tranquilo.
-Creo que deberías tomarte la otra mitad...
Nos llamaron para embarcar, y antes de que nos diéramos cuenta estábamos en el finger.
En el finger, ojo.
No en el avión.
No volando.
No en medio de una tormenta con el avión agitándose en un torbellino de turbulencias.
En el puñetero finger.
-Voy a devolver -anunció ZaraJota™.
-¡Ni se te ocurra! ¡Si tu potas yo poto!
-¿Llevas alguna bolsa de plástico encima?
-¡Claro, pero es para MIS potas! ¡Haber cogido una para ti!
-¡Si no te hace falta!
-¡Si potas tú yo también la voy a necesitar!
Después de un breve enfrentamiento ZaraJota™ se hizo con la bolsa y empezó a potar como si no hubiera un mañana. Probablemente porque, desde su aterrorizado punto de vista, no lo había.
Al verle empecé a tener nauseas, claro. Como si necesitara una excusa. Y empecé a hacer ruiditos que no voy a describir. Tampoco podía hacer nada más porque estaba coja (ver capítulos anteriores) y sin ayuda no podía ir a ninguna parte.
La gente que se iba subiendo al avión nos miraba.
Por un momento pensé que algún alma caritativa se pararía a ayudarnos o al menos avisaría a una azafata o algo, pero nada, la gente con mirar tenía bastante.
-Circulen -le grité a un señor que se paró a mirar más de lo normal-. Son nauseas matutinas -le dije señalando mi tripa-. No es nada contagioso.
-¿Y por qué el que pota es ÉL?
-Hombre, no esperará que lo haga yo todo sola, ¿no? ¿Es que usted no colabora en casa o qué?
Cerdo machista...
Cuando ya casi estaba todo el mundo embarcado ZaraJota™ dio por finalizada su función.
Le hizo un nudito a su bolsa apestosa y se subió en la avión muy digno.
Bastante digno.
Relativamente digo.
Bueno, se subió en el avión.
-Bienvenido a bordo -dijo la azafata.
-Hola -dijo Zarajota, y le soltó la bolsa apestosa y calentita en la mano-. Yo estoy embarazado y mi mujer tiene miedo a volar. Creo que deberían vigilarnos.
¿Vigilarnos? A este paso lo que vamos a conseguir es que nos encierren.
Continuará...
Otro haiku:
Ir en avión
es siempre muy seguro
no pasa nada.
Pd que no tiene nada que ver:
-Creo que voy a retomar mi vocación musical -anunció un día ZaraJota™.
-Pero cieliamor, el médico dijo que oirnos cantar podría traumatizar al bebé.
Al bebé, a los vecinos, a la humanidad en general... en realidad el médico no especificó.
-Bueno, pues me hago un blog de música.
Mi bebé será un koala si no me tiro en paracaídas.
Después de hablar con ZaraJota™ muy seriamente llegamos a la siguiente conclusión:
Con toda la familia desperdigada es imposible evitar el avión para siempre.
La mejor forma de superar los miedos es afrontarlos.
Cuando antes supere su miedo, mejor.
Retrasarlo solo hará que la próxima vez sea peor.
Y esas m**rd*s que habitualmente decimos a los demás y que nadie se cree.
ZaraJota™ dijo que sería valiente y que se montaría en avión como un hombre... si antes podía tomarse un ansiolítico, gracias.
El día E (de Eurodisney) nos levantamos a las tres de la mañana, cogimos un taxi y nos plantamos en el aeropuerto muy tempranito.
Me aseguré de que ZaraJota™ comiera algo y le di su ansiolótico.
Bueno, como no me fiaba mucho y automedicarse es malo le di sólo medio.
-Y si vemos que no te mueres te doy la otra mitad -le dije.
Nos sentamos a esperar que nos llamaran para embarcar, y antes de que me diera cuenta ZaraJota™ estaba encaramado en el asiento abrazándose las rodillas.
-Estoy bien, estoy bien -repetía.
-¿Te notas más tranquilo?
-Sí, mucho.
No he había fijado nunca, pero al parecer a Zarajota se le pone la cara de color verde y tiembla como una hoja cuando está tranquilo.
-Creo que deberías tomarte la otra mitad...
Nos llamaron para embarcar, y antes de que nos diéramos cuenta estábamos en el finger.
En el finger, ojo.
No en el avión.
No volando.
No en medio de una tormenta con el avión agitándose en un torbellino de turbulencias.
En el puñetero finger.
-Voy a devolver -anunció ZaraJota™.
-¡Ni se te ocurra! ¡Si tu potas yo poto!
-¿Llevas alguna bolsa de plástico encima?
-¡Claro, pero es para MIS potas! ¡Haber cogido una para ti!
-¡Si no te hace falta!
-¡Si potas tú yo también la voy a necesitar!
Después de un breve enfrentamiento ZaraJota™ se hizo con la bolsa y empezó a potar como si no hubiera un mañana. Probablemente porque, desde su aterrorizado punto de vista, no lo había.
Al verle empecé a tener nauseas, claro. Como si necesitara una excusa. Y empecé a hacer ruiditos que no voy a describir. Tampoco podía hacer nada más porque estaba coja (ver capítulos anteriores) y sin ayuda no podía ir a ninguna parte.
La gente que se iba subiendo al avión nos miraba.
Por un momento pensé que algún alma caritativa se pararía a ayudarnos o al menos avisaría a una azafata o algo, pero nada, la gente con mirar tenía bastante.
-Circulen -le grité a un señor que se paró a mirar más de lo normal-. Son nauseas matutinas -le dije señalando mi tripa-. No es nada contagioso.
-¿Y por qué el que pota es ÉL?
-Hombre, no esperará que lo haga yo todo sola, ¿no? ¿Es que usted no colabora en casa o qué?
Cerdo machista...
Cuando ya casi estaba todo el mundo embarcado ZaraJota™ dio por finalizada su función.
Le hizo un nudito a su bolsa apestosa y se subió en la avión muy digno.
Bastante digno.
Relativamente digo.
Bueno, se subió en el avión.
-Bienvenido a bordo -dijo la azafata.
-Hola -dijo Zarajota, y le soltó la bolsa apestosa y calentita en la mano-. Yo estoy embarazado y mi mujer tiene miedo a volar. Creo que deberían vigilarnos.
¿Vigilarnos? A este paso lo que vamos a conseguir es que nos encierren.
Continuará...
Otro haiku:
Ir en avión
es siempre muy seguro
no pasa nada.
Pd que no tiene nada que ver:
-Creo que voy a retomar mi vocación musical -anunció un día ZaraJota™.
-Pero cieliamor, el médico dijo que oirnos cantar podría traumatizar al bebé.
Al bebé, a los vecinos, a la humanidad en general... en realidad el médico no especificó.
-Bueno, pues me hago un blog de música.
19 mayo 2012
La Herencia Urodini 3
Previously in Lorz...
La lluvia de pasillo es un puro maravillo.
Seguramente os estáis preguntando qué tiene que ver que se me inunde el piso con Eusodisney.
Pues nada.
Bueno, sí.
Mientras recogía agua, movía muebles y tenía ataques histéricos, en algún momento una de mis rodillas experimentó un ligero crujimiento.
Al día siguiente tenía agujetas en todo el cuerpo, la rodilla hinchada cual blanquecina morcilla, y serias dificultades para andar.
-Pues yo pienso irme a Eurodisney aunque sea arrastrándome -anuncié.
Además, yo no era la única que estaba experimentando dificultades técnicas...
Venga, otro flashback.
Un par de semanas AE (antes de Eurodisney) ZaraJota™ y yo nos fuimos a ver Titanic 3D.
-Jo, casi lloro -le dije a la salida.
-...
-¿Estás llorando?
-Noooo...
-¡Estás llorando!
-¡Es que me da mucha pena cuando Rose se muere y vuelve al Titanic y todos la están esperando y son felices para siempre!
Eso es un spoiler. Que no diga nadie que no avisé.
-No me lo puedo creer... ¡si has visto la película mil veces!
-¡Y siempre lloro!
Eso es verdad. ZaraJota™ llora en todas las películas con final feliz. Y con final triste. Y sin final. A veces llora hasta con los trailers.
Ahora, si lo que quieres es que se deshidrate de verdad, ponle El Rey León.
-Ea, ea, ya está... tampoco hay que ponerse así por una peli.
-¡¡¡ES QUE NO QUIERO MONTAR EN AVIÓN!!!
Eso me pilló un poco descolocada.
-¿Qué?
-¡¡¡QUE ME DA MIEDO!!!
-Pero si estas harto de montar el avión...
-¡¡¡PUES AHORA ME DA MIEDO Y NO QUIERO!!!
-A ver... si sabes que no pasa nada...
-¡¡¡YA LO SÉ!!!
-¿Entonces?
-Es que... es que... ¿qué va a ser del bebé si nos pasa algo?
-Bueno, eh, no es por desanimarte, pero ahora mismo lo llevo algo así como incorporado... si nos matamos también se mata.
-¡¡¡BUAAAAAAA!!!
-Vale, vale, no va a pasar, tranquilo...
-¿Y si nos pasa algo más adelante?
-Bueno, tampoco sería el fin del mundo, tenemos mucha familia. Seguro que mi madre estaría encantada de cuidarlo.
Mi madre está tan emocionada con su primer nieto que es posible que lo arrance de mis manos mortecinas antes de que el médico certifique mi defunción, pero eso no se lo dije a ZaraJota™.
-¡¡¡BUAAAAAAAA!!!
-Oye, ¿pero qué te pasa a ti con mi madre? Ni que fuera el Anticristo. Al contrario, todo el mundo dice que nos parecemos mucho...
-Pues eso...
-Vale, a ver, si te digo que no vamos a ir en avión, ¿te calmarías? ¿Quieres que llamemos a tu hermana y le pidamos que cambie los billetes?
-Sí.
Entonces llamé a su hermana.
-Hola, soy Lorz.
-Hola...
-¿Estás bien? Suenas rara...
-Estaba dormida.
-Anda ya, ¿tan pronto?
-Bueno, son las doce de la noche, y me levanto a las cuatro de la mañana para ir a trabajar.
-Eh... claro, será mejor que te llame en otro momento.
No sé por qué, pero me daba la impresión de que mi cuñada no iba a estar muy receptiva a la propuesta.
-No, no. Ya que me has despertado me lo cuentas.
-Es que... ¿sería muy difícil cambiar los billetes?
-¿QUÉ? ¿POR QUÉ?
-Es que a ZaraJota™ le da miedo el avión.
-Ja.Ja. Muy graciosa. Me vuelvo a la cama.
-No, no, espera, que va en serio.
-¿Y me lo dices ahora?
-Es que yo no lo sabía... mira, está muy nervioso, y dice que si tiene que ir en avión no va.
-Es broma. Sé que es broma porque te estás riendo.
-¡PORQUE TU HERMANO ESTÁ TENIENDO UN ATAQUE DE HISTERIA EN MITAD DE LA CALLE Y PUEDE QUE ME LO HAYA CONTAGIADO UN POCO, J*D*R!
-Vale, vale... Mira, va a ser muy difícil que nos cambien los billetes así porque sí... Igual si el médico te dijera que no puedes volar...
-Hecho.
-Pero tiene que ser mañana mismo.
-Sí.
-Y por escrito.
Ahora vamos a dejar clara una cosa.
A veces soy un poco mala con ZaraJota™.
No siempre soy la mejor esposa del mundo, es más, no siempre soy la mejor persona del mundo.
Realmente, según la definición de persona que uses, es posible que no sea ni una persona.
Sé que no hago todo lo que está en mi mano para que sea feliz como una perdiz, incluso puede que no pueda aspirar a más que a hacerle feliz como una lombriz.
Pobre.
Pero lo cierto es que no dejaría que nada ni nadie le hiciera daño, y desde luego no iba a dejar que se llevara otro berrinche como ese.
Haría lo que fuera por mi mudito maligno.
Lo que fuera.
Al día siguiente me fui al médico y puse cara lánguida.
-Verá, es que me preguntaba... tengo que coger un avión... y una oye taaaaaaaantas cosas... ¿seguro que es sano para mí bebé? No quisiera que le pasara nada, es tan frágil...
-¿Frágil? Tiene una corazón como una máquina, está más sano que yo y agarrado al útero como un koala a un árbol. No le pasaría nada ni aunque te tiraras en paracaídas.
Está bien, me rindo, ZaraJota™ que se busque la vida.
Continuará...
Ah, sí, el haiku...
Mi ZaraJota™
llora en todas las pelis
menudo moñas
La lluvia de pasillo es un puro maravillo.
Seguramente os estáis preguntando qué tiene que ver que se me inunde el piso con Eusodisney.
Pues nada.
Bueno, sí.
Mientras recogía agua, movía muebles y tenía ataques histéricos, en algún momento una de mis rodillas experimentó un ligero crujimiento.
Al día siguiente tenía agujetas en todo el cuerpo, la rodilla hinchada cual blanquecina morcilla, y serias dificultades para andar.
-Pues yo pienso irme a Eurodisney aunque sea arrastrándome -anuncié.
Además, yo no era la única que estaba experimentando dificultades técnicas...
Venga, otro flashback.
Un par de semanas AE (antes de Eurodisney) ZaraJota™ y yo nos fuimos a ver Titanic 3D.
-Jo, casi lloro -le dije a la salida.
-...
-¿Estás llorando?
-Noooo...
-¡Estás llorando!
-¡Es que me da mucha pena cuando Rose se muere y vuelve al Titanic y todos la están esperando y son felices para siempre!
Eso es un spoiler. Que no diga nadie que no avisé.
-No me lo puedo creer... ¡si has visto la película mil veces!
-¡Y siempre lloro!
Eso es verdad. ZaraJota™ llora en todas las películas con final feliz. Y con final triste. Y sin final. A veces llora hasta con los trailers.
Ahora, si lo que quieres es que se deshidrate de verdad, ponle El Rey León.
-Ea, ea, ya está... tampoco hay que ponerse así por una peli.
-¡¡¡ES QUE NO QUIERO MONTAR EN AVIÓN!!!
Eso me pilló un poco descolocada.
-¿Qué?
-¡¡¡QUE ME DA MIEDO!!!
-Pero si estas harto de montar el avión...
-¡¡¡PUES AHORA ME DA MIEDO Y NO QUIERO!!!
-A ver... si sabes que no pasa nada...
-¡¡¡YA LO SÉ!!!
-¿Entonces?
-Es que... es que... ¿qué va a ser del bebé si nos pasa algo?
-Bueno, eh, no es por desanimarte, pero ahora mismo lo llevo algo así como incorporado... si nos matamos también se mata.
-¡¡¡BUAAAAAAA!!!
-Vale, vale, no va a pasar, tranquilo...
-¿Y si nos pasa algo más adelante?
-Bueno, tampoco sería el fin del mundo, tenemos mucha familia. Seguro que mi madre estaría encantada de cuidarlo.
Mi madre está tan emocionada con su primer nieto que es posible que lo arrance de mis manos mortecinas antes de que el médico certifique mi defunción, pero eso no se lo dije a ZaraJota™.
-¡¡¡BUAAAAAAAA!!!
-Oye, ¿pero qué te pasa a ti con mi madre? Ni que fuera el Anticristo. Al contrario, todo el mundo dice que nos parecemos mucho...
-Pues eso...
-Vale, a ver, si te digo que no vamos a ir en avión, ¿te calmarías? ¿Quieres que llamemos a tu hermana y le pidamos que cambie los billetes?
-Sí.
Entonces llamé a su hermana.
-Hola, soy Lorz.
-Hola...
-¿Estás bien? Suenas rara...
-Estaba dormida.
-Anda ya, ¿tan pronto?
-Bueno, son las doce de la noche, y me levanto a las cuatro de la mañana para ir a trabajar.
-Eh... claro, será mejor que te llame en otro momento.
No sé por qué, pero me daba la impresión de que mi cuñada no iba a estar muy receptiva a la propuesta.
-No, no. Ya que me has despertado me lo cuentas.
-Es que... ¿sería muy difícil cambiar los billetes?
-¿QUÉ? ¿POR QUÉ?
-Es que a ZaraJota™ le da miedo el avión.
-Ja.Ja. Muy graciosa. Me vuelvo a la cama.
-No, no, espera, que va en serio.
-¿Y me lo dices ahora?
-Es que yo no lo sabía... mira, está muy nervioso, y dice que si tiene que ir en avión no va.
-Es broma. Sé que es broma porque te estás riendo.
-¡PORQUE TU HERMANO ESTÁ TENIENDO UN ATAQUE DE HISTERIA EN MITAD DE LA CALLE Y PUEDE QUE ME LO HAYA CONTAGIADO UN POCO, J*D*R!
-Vale, vale... Mira, va a ser muy difícil que nos cambien los billetes así porque sí... Igual si el médico te dijera que no puedes volar...
-Hecho.
-Pero tiene que ser mañana mismo.
-Sí.
-Y por escrito.
Ahora vamos a dejar clara una cosa.
A veces soy un poco mala con ZaraJota™.
No siempre soy la mejor esposa del mundo, es más, no siempre soy la mejor persona del mundo.
Realmente, según la definición de persona que uses, es posible que no sea ni una persona.
Sé que no hago todo lo que está en mi mano para que sea feliz como una perdiz, incluso puede que no pueda aspirar a más que a hacerle feliz como una lombriz.
Pobre.
Pero lo cierto es que no dejaría que nada ni nadie le hiciera daño, y desde luego no iba a dejar que se llevara otro berrinche como ese.
Haría lo que fuera por mi mudito maligno.
Lo que fuera.
Al día siguiente me fui al médico y puse cara lánguida.
-Verá, es que me preguntaba... tengo que coger un avión... y una oye taaaaaaaantas cosas... ¿seguro que es sano para mí bebé? No quisiera que le pasara nada, es tan frágil...
-¿Frágil? Tiene una corazón como una máquina, está más sano que yo y agarrado al útero como un koala a un árbol. No le pasaría nada ni aunque te tiraras en paracaídas.
Está bien, me rindo, ZaraJota™ que se busque la vida.
Continuará...
Ah, sí, el haiku...
Mi ZaraJota™
llora en todas las pelis
menudo moñas
17 mayo 2012
Día internacional de la lavadora 2012
Mi lavadora
es combo-secadora
y mola mucho.
Especialmente mola cuando te equivocas de programa y toda tu ropa sale convertida en cartón piedra.
O cuando se te cuela algo rojo y de pronto todos modelitos tienen un moteado granate.
Pero sobre todo, sobre todo, mola la factura de la luz que llega después...
es combo-secadora
y mola mucho.
Especialmente mola cuando te equivocas de programa y toda tu ropa sale convertida en cartón piedra.
O cuando se te cuela algo rojo y de pronto todos modelitos tienen un moteado granate.
Pero sobre todo, sobre todo, mola la factura de la luz que llega después...
13 mayo 2012
La herencia Urodini 2 (B, para Gordipé)
Previously in Lorz ...
¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney!
Dos semanas AE (antes de Eurodisney):
De pronto tenemos una mancha en el pasillo. Concretando un poco más: tenemos una mancha en la recién pintada pared de nuestro recién pintado pasillo de nuestro recién pintado piso.
ZaraJota™ y yo la miramos con cara de pasmo un rato.
-Fuga comunitaria -decimos los dos a la vez.
Luego se hace un silencio incómodo.
-Está bien, ya hablo yo con el administrador -le digo.
Diez días AE:
Suena el teléfono.
-Hola, que soy el fontanero. ¿Cuándo puedo pasar a ver la mancha?
-Cuando quiera.
-Vale, pues esta tarde me paso.
Nueve días AE, o sea, al día siguiente:
Suena el telefonillo.
-Hola, que soy el fontanero, que le dije que me iba a pasar.
-Sí, ayer.
-Sí, la llamé ayer, sí.
-No, que dijo que se iba a pasar ayer.
-...
-Suba.
Mientras el fontanero sube me quito la batamanta y el pijama y me pongo ropa presentable, sin dejar de acordarme de su madre ni un minuto porque acabo de hacer la limpieza semanal y no he dejado el piso ehcamondao para que me lo llenen de barro y yeso.
-Bueno, ¿dónde está la mancha?
-En mi alma inmortal.
-La mancha de humedad.
-Sí, aquí.
-Que sitio más raro... Por ahí no pasa ninguna de tus tuberías.
-Ya, por eso pensamos que era comunitario.
-Bueno, pues le voy a abrir una cala a ver de dónde viene.
Abrir una cala es el término técnico para "abrir un agujero en la pared a martillazos".
Terminado el proceso, el fontanero me llama.
-Señora, toque.
-Mire, es que soy una mujer casada, y además no es usted mi tipo.
-...la tubería...
-¿Es obligatorio? Agacharme me hace potar. El olor a humedad me hace potar. Tocar cosas pringosas me hace potar. Resumiendo: si hay que tocar se toca, pero es que acabo de fregar.
-Ah, bueno, no... Es sólo para que vea que aquí no hay fuga.
-¿Y la mancha de qué es?
-La tubería está húmeda, pero creo que viene de más arriba. ¿Le importa que le haga un agujero en el techo?
-¿El recién pintado techo de mi recién pintado pasillo de mi recién pintado piso? Sí, abra, abra.
El fontanero abre el agujero. En su honor diré que era muy pequeño. Y que después cogió dos trocitos de cartón blanco y tapó los agujeros de la pared y casi no parecía que estuvieran ahí.
-Pues aquí tampoco está. Este trozo también está humedo, pero no veo correr nada...
-¿Y qué hacemos?
-Voy a envolver la tubería con papel. En un par de días vuelvo a venir y la miro: si está mojado es que hay una fuga más arriba, y tendremos que hablar con el vecino.
El fontanero se va.
Dos días AE:
ZaraJota™ y yo estamos jugando al parchís (sí, es un eufemismo para sexo) cuando suena el telefonillo.
Mierda.
Entre las potas, el dolor de espalda, los madrugones y los examenes últimamente jugamos poco al parchís. A veces no llegamos ni a cinco veces por semana.
-¿Es tu madre? -pregunta ZaraJota™.
Mi familia ha quedado en venir esta tarde a merendar para ver lo bonito que nos ha quedado el piso.
-No hace falta que parezcas TAN aterrorizado... ¿quién es?
-Hola, que soy el fontanero.
-¿El que iba a venir hace una semana?
-Eh... ¿subo?
-Será mejor que llames a tu madre.
Llamo a mi madre y le digo que el fontanero está aquí y que vengan un poquito más tarde.
Mientras, el fontanero sube y se pone a palpar las tuberías.
-Pues esto sigue mojado, pero fuga no hay. Voy a subir a casa del vecino de arriba a ver si se le ha derramado algo.
El fontanero sube al piso de arriba.
Oimos un martillazo.
Y de pronto...
-Creo que voy a coger la ropa del tendedero -le digo a ZaraJota™-. Parece que oigo llover.
-No hace falta. En la terraza no llueve. Es en el pasillo.
Nos asomamos al pasillo y no lo vemos porque hay una cortina de agua en medio.
-Avisa al fontanero -le digo a ZaraJota™.
ZaraJota™ sale corriendo a buscar al fontanero.
Yo salgo corriendo a buscar la fregona. Intento empapar un poco, pero el agua, sin ninguna consideración por su parte, todo hay que decirlo, cae más rápido de lo que yo recojo.
P*t* violencia estructural.
ZaraJota™ vuelve con el fontanero.
-Anda... -dice, y se va corriendo a cerrar la llave de paso comunitaria.
Mientras vuelve ZaraJota™ y yo alejamos los muebles, localizamos un montón de toallas y empiezamos a formar un dique de contención para que el agua no se extienda por todo el piso... más.
El fontanero cierra la llave de paso de la comunidad y poco a poco deja de salir agua. En mi casa y en la de todos los grifos del edificio, claro.
Es viernes por la tarde antes del puente de mayo y hemos dejado a toda la comunidad sin agua.
-No sé qué ha podido pasar.
¡¡¡PUES QUE SE HA ROTO LA P*T* TUBERÍA!!!, pienso. Pero no lo digo. En vez de eso miro a ZaraJota™. ZaraJota™ me mira. Y nos da un ataque de risa.
-Por lo menos se lo toman ustedes bien.
-Jijiji, es que verá, nos vamos a Eurodisney a pasar el puente, ¿sabe?
-Pues han tenido suerte de que reventara la tubería hoy, revienta mañana y no hay nadie aquí para enterarse.
-Y es que además... jijiji... esta tarde viene a merendar toda mi familia... jijiji... para ver lo bonito que nos ha quedado el piso... jijiji...
-...
-jijiji... está todo inundado... jijiji...
El fontanero no tiene ningún sentido del humor. Se sube a la escalera y empieza a hacer cosas de fontaneros.
Entonces es cuando el bar de abajo se da cuenta de que no tiene agua. El camarero va a portal.
-Quién habrá sido el *mb*c*l que ha cerrado la llave de paso... -se pregunta retóricamente a sí mismo.
Y la abre.
De nuevo en mi piso, el fontanero, está feliz como una lombriz.
-Señora, ya casi lo tengo.
Y de pronto empieza de nuevo a caerle agua encima. A todo chorro.
Hay tanta agua que la pared se empapa y empieza a salir por los enchufes. De pronto salta la luz.
-Voy a cerrar el agua -dice ZaraJota™-. Y a avisar a los vecinos de que está cerrada. Y a quedarme montando guardia para que nadie la vuelva a abrir.
Y se va.
El fontanero se pone a trabajar a toda velocidad, ahora con una linterna.
Y yo empiezo de nuevo: retiro los muebles, formo un dique de contención con las toallas, empapo con la fregona...
Cuando parece que está todo controlado, llamo otra vez a mi madre.
-Hola pedorra.
-Hola, filla meva.
-Que nos ha reventado una tubería, ha saltado la luz y todo. El fontanero está aquí todavía, creo que es mejor que no vengáis.
-Vale, pues vamos para allá.
-¿QUÉ? ¡¡¡NO...!!!
Tarde, ya ha cortado.
Me da la risa histérica. Sin motivo aparente, ojo. Las mujeres embarazadas somos así, nos alteramos por cualquier insignificancia.
-¿Se encuentra bien?
A ver... ¿usted que cree? ¿Eh? ¿EH?
-Sí, sí, necesitaba sentarme, es que he estado todo el día con un poco de dolor de espalda.
-¿Le duele ahora?
¿DOLERME? ¿Cómo me va a doler nada, si tengo encima más adrenalina que ajolote cabreao?
-No, no me duele nada, es lo que estaba pensando: la próxima vez que me duela la espalda reviento una tubería y ya está, mano de santo.
El fontanero me mira mal.
-Pues conmigo no cuente.
Jo, que poquita colaboración.
Continuará...
Otro haiku:
En mi pasillo
cae agua como lluvia
todo lo llena
Estoy que me salgo.
¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney!
Dos semanas AE (antes de Eurodisney):
De pronto tenemos una mancha en el pasillo. Concretando un poco más: tenemos una mancha en la recién pintada pared de nuestro recién pintado pasillo de nuestro recién pintado piso.
-Fuga comunitaria -decimos los dos a la vez.
Luego se hace un silencio incómodo.
-Está bien, ya hablo yo con el administrador -le digo.
Diez días AE:
Suena el teléfono.
-Hola, que soy el fontanero. ¿Cuándo puedo pasar a ver la mancha?
-Cuando quiera.
-Vale, pues esta tarde me paso.
Nueve días AE, o sea, al día siguiente:
Suena el telefonillo.
-Hola, que soy el fontanero, que le dije que me iba a pasar.
-Sí, ayer.
-Sí, la llamé ayer, sí.
-No, que dijo que se iba a pasar ayer.
-...
-Suba.
Mientras el fontanero sube me quito la batamanta y el pijama y me pongo ropa presentable, sin dejar de acordarme de su madre ni un minuto porque acabo de hacer la limpieza semanal y no he dejado el piso ehcamondao para que me lo llenen de barro y yeso.
-Bueno, ¿dónde está la mancha?
-En mi alma inmortal.
-La mancha de humedad.
-Sí, aquí.
-Que sitio más raro... Por ahí no pasa ninguna de tus tuberías.
-Ya, por eso pensamos que era comunitario.
-Bueno, pues le voy a abrir una cala a ver de dónde viene.
Abrir una cala es el término técnico para "abrir un agujero en la pared a martillazos".
Terminado el proceso, el fontanero me llama.
-Señora, toque.
-Mire, es que soy una mujer casada, y además no es usted mi tipo.
-...la tubería...
-¿Es obligatorio? Agacharme me hace potar. El olor a humedad me hace potar. Tocar cosas pringosas me hace potar. Resumiendo: si hay que tocar se toca, pero es que acabo de fregar.
-Ah, bueno, no... Es sólo para que vea que aquí no hay fuga.
-¿Y la mancha de qué es?
-La tubería está húmeda, pero creo que viene de más arriba. ¿Le importa que le haga un agujero en el techo?
-¿El recién pintado techo de mi recién pintado pasillo de mi recién pintado piso? Sí, abra, abra.
El fontanero abre el agujero. En su honor diré que era muy pequeño. Y que después cogió dos trocitos de cartón blanco y tapó los agujeros de la pared y casi no parecía que estuvieran ahí.
-Pues aquí tampoco está. Este trozo también está humedo, pero no veo correr nada...
-¿Y qué hacemos?
-Voy a envolver la tubería con papel. En un par de días vuelvo a venir y la miro: si está mojado es que hay una fuga más arriba, y tendremos que hablar con el vecino.
El fontanero se va.
Dos días AE:
ZaraJota™ y yo estamos jugando al parchís (sí, es un eufemismo para sexo) cuando suena el telefonillo.
Mierda.
Entre las potas, el dolor de espalda, los madrugones y los examenes últimamente jugamos poco al parchís. A veces no llegamos ni a cinco veces por semana.
-¿Es tu madre? -pregunta ZaraJota™.
Mi familia ha quedado en venir esta tarde a merendar para ver lo bonito que nos ha quedado el piso.
-No hace falta que parezcas TAN aterrorizado... ¿quién es?
-Hola, que soy el fontanero.
-¿El que iba a venir hace una semana?
-Eh... ¿subo?
-Será mejor que llames a tu madre.
Llamo a mi madre y le digo que el fontanero está aquí y que vengan un poquito más tarde.
Mientras, el fontanero sube y se pone a palpar las tuberías.
-Pues esto sigue mojado, pero fuga no hay. Voy a subir a casa del vecino de arriba a ver si se le ha derramado algo.
El fontanero sube al piso de arriba.
Oimos un martillazo.
Y de pronto...
-Creo que voy a coger la ropa del tendedero -le digo a ZaraJota™-. Parece que oigo llover.
-No hace falta. En la terraza no llueve. Es en el pasillo.
Nos asomamos al pasillo y no lo vemos porque hay una cortina de agua en medio.
-Avisa al fontanero -le digo a ZaraJota™.
ZaraJota™ sale corriendo a buscar al fontanero.
Yo salgo corriendo a buscar la fregona. Intento empapar un poco, pero el agua, sin ninguna consideración por su parte, todo hay que decirlo, cae más rápido de lo que yo recojo.
P*t* violencia estructural.
ZaraJota™ vuelve con el fontanero.
-Anda... -dice, y se va corriendo a cerrar la llave de paso comunitaria.
Mientras vuelve ZaraJota™ y yo alejamos los muebles, localizamos un montón de toallas y empiezamos a formar un dique de contención para que el agua no se extienda por todo el piso... más.
El fontanero cierra la llave de paso de la comunidad y poco a poco deja de salir agua. En mi casa y en la de todos los grifos del edificio, claro.
Es viernes por la tarde antes del puente de mayo y hemos dejado a toda la comunidad sin agua.
-No sé qué ha podido pasar.
¡¡¡PUES QUE SE HA ROTO LA P*T* TUBERÍA!!!, pienso. Pero no lo digo. En vez de eso miro a ZaraJota™. ZaraJota™ me mira. Y nos da un ataque de risa.
-Por lo menos se lo toman ustedes bien.
-Jijiji, es que verá, nos vamos a Eurodisney a pasar el puente, ¿sabe?
-Pues han tenido suerte de que reventara la tubería hoy, revienta mañana y no hay nadie aquí para enterarse.
-Y es que además... jijiji... esta tarde viene a merendar toda mi familia... jijiji... para ver lo bonito que nos ha quedado el piso... jijiji...
-...
-jijiji... está todo inundado... jijiji...
El fontanero no tiene ningún sentido del humor. Se sube a la escalera y empieza a hacer cosas de fontaneros.
Entonces es cuando el bar de abajo se da cuenta de que no tiene agua. El camarero va a portal.
-Quién habrá sido el *mb*c*l que ha cerrado la llave de paso... -se pregunta retóricamente a sí mismo.
Y la abre.
De nuevo en mi piso, el fontanero, está feliz como una lombriz.
-Señora, ya casi lo tengo.
Y de pronto empieza de nuevo a caerle agua encima. A todo chorro.
Hay tanta agua que la pared se empapa y empieza a salir por los enchufes. De pronto salta la luz.
-Voy a cerrar el agua -dice ZaraJota™-. Y a avisar a los vecinos de que está cerrada. Y a quedarme montando guardia para que nadie la vuelva a abrir.
Y se va.
El fontanero se pone a trabajar a toda velocidad, ahora con una linterna.
Y yo empiezo de nuevo: retiro los muebles, formo un dique de contención con las toallas, empapo con la fregona...
Cuando parece que está todo controlado, llamo otra vez a mi madre.
-Hola pedorra.
-Hola, filla meva.
-Que nos ha reventado una tubería, ha saltado la luz y todo. El fontanero está aquí todavía, creo que es mejor que no vengáis.
-Vale, pues vamos para allá.
-¿QUÉ? ¡¡¡NO...!!!
Tarde, ya ha cortado.
Me da la risa histérica. Sin motivo aparente, ojo. Las mujeres embarazadas somos así, nos alteramos por cualquier insignificancia.
-¿Se encuentra bien?
A ver... ¿usted que cree? ¿Eh? ¿EH?
-Sí, sí, necesitaba sentarme, es que he estado todo el día con un poco de dolor de espalda.
-¿Le duele ahora?
¿DOLERME? ¿Cómo me va a doler nada, si tengo encima más adrenalina que ajolote cabreao?
-No, no me duele nada, es lo que estaba pensando: la próxima vez que me duela la espalda reviento una tubería y ya está, mano de santo.
El fontanero me mira mal.
-Pues conmigo no cuente.
Jo, que poquita colaboración.
Continuará...
Otro haiku:
En mi pasillo
cae agua como lluvia
todo lo llena
Estoy que me salgo.
09 mayo 2012
La herencia Urodini 1
Hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy lejana...
...bueno, en Barcelona...
ZaraJota™ tenía una tía.
Y la tía tenía un marido.
Y el marido tenía una joyería. O vendía joyas. O algo así.
Un buen día el marido se fue para no volver dejando tras de sí una cajita metálica con un puñado de joyas dentro. Por lo que oído las joyas eran tirando a feas y con los años el diseño empezó a estar pasado de moda, pero la tía de ZaraJota™, que no tenía hijos, tenía la ilusión de dejar las joyas en herencia a su única sobrina, la hermana de ZaraJota™.
Unos años más tarde hubo una explosión de gas en el piso de la tía de ZaraJota™. La abuela de ZaraJota™ murió en la explosión, la tía de ZaraJota™ se salvó porque estaba al lado del único muro de la casa que no se vino abajo, el piso quedó destrozado y las joyas se churrascaron dentro de su cajita metálica.
Aún así, la tía de ZaraJota™ conservó la ilusión de dejárselas a su sobrina.
-Algo te darán por ellas -decía.
Pasaron los años y la tía de ZaraJota™ empezó a sentirse enferma. Como era una señora de carácter, en lugar de avisar a su familia o de irse al médico se metió en la cama a esperar.
-O me pongo bien o me muero -se dijo.
Pasaron los días y la hermana de ZaraJota™ empezó a mosquearse, porque estaba acostumbrada a ver a su tía en el mercado todos los días, y ahora ni aparecía, ni cogía el teléfono, ni abría la puerta de casa. Al final los mossos tuvieron que tirar la puerta abajo, y se encontraron a la buena mujer en la cama, deshidratada y con una cáncer muy avanzado que daba la cara ya casi al final.
Menudo susto que nos dio.
Aún así, a pura fuerza de voluntad, aguantó para ir a nuestra boda y a la de su sobrina, protestando porque el médico no le dejaba teñirse el pelo ni pintarse las uñas, y no quería salir en las fotos así:
-¡Es que parezco una vieja! -decía.
Al final pudo más el cáncer que ella, y la hermana de ZaraJota™ recibió su cajita de joyas churrascadas.
No muy convencida, las llevó a tasar y descubrió que el oro vale, aunque esté socarrat.
-Debe ser eso lo que llaman “oro negro” -le dije a ZaraJota™.
La oferta del joyero fue sorprendentemente alta. No la iba a hacer rica, pero era un pellizquito. Podía haberse quitado unos cuantos plazos de la hipoteca. O terminar de pagarse el coche, el primer coche de su vida que no se compraba de segunda mano. O podía cambiar los muebles del salón. O irse de viaje. O hacerse la estética. O gastárselo en marisco, yo que sé.
Pero la hermana de ZaraJota™ es una personita muy especial, y lo primero que pensó es en repartir el dinero con sus hermanos. Luego lo pensó mejor. Dividido entre tres, seguía siendo dinero, pero no era tan impresionante. Entonces se le encendió la bombilla y supo que iba a gastarse la herencia en cumplir el sueño de su vida: llevarse a toda la familia a Eurodisney.
A mí me lo dijo algo así como en septiembre del año pasado, y desde entonces he estado repitiendo “¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney!” a todo aquél que quisiera escucharme.
Y al que no quisiera, también.
-¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney! -le decía al conductor del autobús.
-¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney! -le decía al de la luz.
-¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney! -le decía a la cajera del súper.
-¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney! -le decía a ZaraJota™.
-Ya lo sé, y cómo me lo vuelvas a repetir la convertimos en tu excuñada.
-Jo.
A la última persona a la que se lo dije fue a mí abuela.
-¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney! -le dije.
-¿Urodini?
Mi abuela es andaluza y tiene setenta y ocho años. Um... espero haber dicho bien la edad o la próxima vez que me vea me mata.
-No, Euro... bueno, sí, da igual.
-Eso está en Barcelona, ¿no?
Seguro que estáis pensando “mira la vieja, en Barcelona, dice, no se entera”.
Por el contrario: la lógica de mi abuela es irrefutable:
Mi cuñada vive en Barcelona.
Mi cuñada me lleva a Eurodisney.
Luego...
Eurodisney está en Barcelona.
Y eso, sin estudiar ni nada. Un día de estos la matriculamos filosofía y la ponemos a escribir libros de autoayuda.
-No, abuela, en París.
-Anda, qué espléndida tu cuñada... estará forrada.
-No, bueno, es que ha heredado. ¿Te acuerdas de la tía de Zarajota? Se sentó en nuestra mesa en la boda... Pues le ha dejado un poquito de herencia y se la gasta en llevarnos a Eurodisney.
-Ah... ¿Y Zarajota qué ha heredado?
Olvidaros de la filosofía: la ponemos a estudiar económicas y que nos saque de pobres a todos.
Continuará...
Hace mucho que no escribo un haiku:
A Eurodisney
me lleva mi cuñada
con la familia.
Que arte tengo, madre mía, ¡que arte!
...bueno, en Barcelona...
ZaraJota™ tenía una tía.
Y la tía tenía un marido.
Y el marido tenía una joyería. O vendía joyas. O algo así.
Un buen día el marido se fue para no volver dejando tras de sí una cajita metálica con un puñado de joyas dentro. Por lo que oído las joyas eran tirando a feas y con los años el diseño empezó a estar pasado de moda, pero la tía de ZaraJota™, que no tenía hijos, tenía la ilusión de dejar las joyas en herencia a su única sobrina, la hermana de ZaraJota™.
Unos años más tarde hubo una explosión de gas en el piso de la tía de ZaraJota™. La abuela de ZaraJota™ murió en la explosión, la tía de ZaraJota™ se salvó porque estaba al lado del único muro de la casa que no se vino abajo, el piso quedó destrozado y las joyas se churrascaron dentro de su cajita metálica.
Aún así, la tía de ZaraJota™ conservó la ilusión de dejárselas a su sobrina.
-Algo te darán por ellas -decía.
Pasaron los años y la tía de ZaraJota™ empezó a sentirse enferma. Como era una señora de carácter, en lugar de avisar a su familia o de irse al médico se metió en la cama a esperar.
-O me pongo bien o me muero -se dijo.
Pasaron los días y la hermana de ZaraJota™ empezó a mosquearse, porque estaba acostumbrada a ver a su tía en el mercado todos los días, y ahora ni aparecía, ni cogía el teléfono, ni abría la puerta de casa. Al final los mossos tuvieron que tirar la puerta abajo, y se encontraron a la buena mujer en la cama, deshidratada y con una cáncer muy avanzado que daba la cara ya casi al final.
Menudo susto que nos dio.
Aún así, a pura fuerza de voluntad, aguantó para ir a nuestra boda y a la de su sobrina, protestando porque el médico no le dejaba teñirse el pelo ni pintarse las uñas, y no quería salir en las fotos así:
-¡Es que parezco una vieja! -decía.
Al final pudo más el cáncer que ella, y la hermana de ZaraJota™ recibió su cajita de joyas churrascadas.
No muy convencida, las llevó a tasar y descubrió que el oro vale, aunque esté socarrat.
-Debe ser eso lo que llaman “oro negro” -le dije a ZaraJota™.
La oferta del joyero fue sorprendentemente alta. No la iba a hacer rica, pero era un pellizquito. Podía haberse quitado unos cuantos plazos de la hipoteca. O terminar de pagarse el coche, el primer coche de su vida que no se compraba de segunda mano. O podía cambiar los muebles del salón. O irse de viaje. O hacerse la estética. O gastárselo en marisco, yo que sé.
Pero la hermana de ZaraJota™ es una personita muy especial, y lo primero que pensó es en repartir el dinero con sus hermanos. Luego lo pensó mejor. Dividido entre tres, seguía siendo dinero, pero no era tan impresionante. Entonces se le encendió la bombilla y supo que iba a gastarse la herencia en cumplir el sueño de su vida: llevarse a toda la familia a Eurodisney.
A mí me lo dijo algo así como en septiembre del año pasado, y desde entonces he estado repitiendo “¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney!” a todo aquél que quisiera escucharme.
Y al que no quisiera, también.
-¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney! -le decía al conductor del autobús.
-¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney! -le decía al de la luz.
-¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney! -le decía a la cajera del súper.
-¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney! -le decía a ZaraJota™.
-Ya lo sé, y cómo me lo vuelvas a repetir la convertimos en tu excuñada.
-Jo.
A la última persona a la que se lo dije fue a mí abuela.
-¡Mi cuñada me lleva a Eurodisney! -le dije.
-¿Urodini?
Mi abuela es andaluza y tiene setenta y ocho años. Um... espero haber dicho bien la edad o la próxima vez que me vea me mata.
-No, Euro... bueno, sí, da igual.
-Eso está en Barcelona, ¿no?
Seguro que estáis pensando “mira la vieja, en Barcelona, dice, no se entera”.
Por el contrario: la lógica de mi abuela es irrefutable:
Mi cuñada vive en Barcelona.
Mi cuñada me lleva a Eurodisney.
Luego...
Eurodisney está en Barcelona.
Y eso, sin estudiar ni nada. Un día de estos la matriculamos filosofía y la ponemos a escribir libros de autoayuda.
-No, abuela, en París.
-Anda, qué espléndida tu cuñada... estará forrada.
-No, bueno, es que ha heredado. ¿Te acuerdas de la tía de Zarajota? Se sentó en nuestra mesa en la boda... Pues le ha dejado un poquito de herencia y se la gasta en llevarnos a Eurodisney.
-Ah... ¿Y Zarajota qué ha heredado?
Olvidaros de la filosofía: la ponemos a estudiar económicas y que nos saque de pobres a todos.
Continuará...
Hace mucho que no escribo un haiku:
A Eurodisney
me lleva mi cuñada
con la familia.
Que arte tengo, madre mía, ¡que arte!
06 mayo 2012
La hipoteca que surgió del frío 9 y ya
Previously in Lorz...
Lo más sensato que puedes hacer es quedarte en casa de tus padres hasta los sesenta o setenta años.
Piso recién pintado, baldosas colocadas, suministro de luz facilitado...
Sólo faltaba la cocina.
Decíamos ayer que la expropietaria del piso se llevó todos los muebles de cocina.
Bueno, pues en realidad no se llevó todos-todos, se dejó uno, una cajonera de IKEA bastante mona y totalmente nueva, que no se pudo llevar porque tendría que haber desmontado todas las tuberías del fregadero. Ahora que lo pienso, lo raro es que no desmontara las tuberías y se las llevara también.
Nosotros decidimos aprovechar el mueble y compramos el resto a juego.
A mí me hubiera gustado que nos lo montaran los señores de IKEA, pero no pudo ser porque los pintores no acabaron a tiempo.
Visto en retrospectiva, me parece un milagro que acabaran.
Los señores de IKEA nos dejaron los muebles amontonados en mitad del salón (para que los señores pintores pudieran seguir trabajando en las paredes) y se fueron.
-No pasa nada -dijo ZaraJota™-, yo me ocupo de montarlos.
A fin de cuentas, montar los muebles de IKEA es facilísimo, ¡hasta un niño de cinco años podría hacerlo!
Con lo que no contábamos es con que la cocina-cocina, que era esta...
...vendría también totalmente desmontada, es decir, la estructura por una parte, las patitas por otra, el horno por otra, la vitrocerámica por otra, y sin enchufe.
-No pasa nada -dijo ZaraJota™-, no puede ser tan difícil.
Seis horas más tarde, las piezas seguían desperdigadas por todo el salón.
-¿Busco un niño de cinco años para que termine?
-¡No vienen las instrucciones!-gritó ZaraJota™-. ¡Hago lo que puedo!
-¿Has probado a descargarlas de la web?
-¡No están!
-¿Y si...?
-¡No! ¡Voy a montar esta cocina aunque sea la último que haga! ¡ES UNA CUESTIÓN PERSONAL!
Varios días más tarde, por fin. ZaraJota™ apretó el último tornillo y me llamó para que admirara su obra.
-¡Hala! ¡Que bonita! -le dije. Que ni bonita ni nada, era por animar.
-Mira que grande es el horno -dijo, abriendo la puerta.
-Anda, si tiene dos bandejas... ¿y esos papelotes qué son?
A ZaraJota™ le cambió la cara.
Las instrucciones.
O, mejor dicho, las p*t*s instrucciones.
-¿Estaban dentro del horno?
Durante una par de días ZaraJota™ estuvo en estado de shock, balanceándose y repitiendo "dentro del horno, dentro del horno" mientras le caía la babilla por un lateral de la boca.
Para entonces yo ya había descubierto la aterradora realidad: la vitrocerámica no funcionaba.
ZaraJota™ desmontó y volvió a montar todo, esta vez siguiendo las instrucciones, cambió el cable, cambió el enchufe... y nada.
Al final llamé al servicio técnico.
-Eso es que está mal montado -me dijo el técnico por teléfono.
-Me quedaría más tranquila si viniera a verlo.
Y vino. Por suerte, vino un día que ZaraJota™ no estaba. No sé qué habría sido de su pobre cerebrito.
El técnico desmontó la vitro y empezó a resoplar.
-Menuda chapuza le han hecho, señora...
-¿Sí?
-Lo mejor que puede hacer es llamar a IKEA y poner una reclamación.
-Es que no lo han montado los de IKEA...
-Pues tendría que haber llamado a un electricista.
-Oiga, que ha sido un electricista titulado.
Sí, el terrible secreto de ZaraJota™ sale por fin a la luz: ZaraJota™ estudió para ser técnico electricista. Que no quiere decir que se convirtiera en uno, por suerte para la humanidad.
-Señora, el que haya hecho esto no tiene ni idea de electricidad.
-Pues claro que no. Yo he dicho que tiene el título, no que le haya servido para algo.
-...
-Es mi marido, ¿sabe?
-Ya.
El técnico se dio cuenta entonces de que yo era una víctima, me dio un par de palmaditas en la cabeza, arregló la cocina y se fue.
Unos días más tarde los señores de la mudanza nos trajeron todas las cajas, nos instalamos y empezamos a vivir felices como perdices en nuestra casita nueva.
Un domingo por la tarde, mientras estábamos perreando en el sofá medio atontados por el olor a pintura y a muebles nuevos, la vecina de abajo llamó al timbre.
-Hola, es que me ha salido una mancha de humedad en el techo.
-¿Sí? ¿De dónde?
-Es el techo del salón. Creo que viene de vuestro baño.
-No puede ser... el grifo del baño goteaba, pero justo hace un rato lo ha arreglado mi marid... está bien, es culpa nuestra.
Pd para los amantes de los finales felices: cuando ZaraJota™ apretó el grifo para que dejara de gotear, aflojó sin querer la tubería de alimentación del lavabo, que empezó a gotear por la junta y le hizo a la vecina de abajo una imitación muy bonita de las caras de Bélmez. El seguro se hizo cargo de todo, y vivimos felices y comimos perdices hasta que se nos inundó el piso... pero esa es otra historia y tendrá que ser contada en la nueva saga. ¡No se pierdan La Herencia Urodini, próximamente en sus pantallas!
Lo más sensato que puedes hacer es quedarte en casa de tus padres hasta los sesenta o setenta años.
Piso recién pintado, baldosas colocadas, suministro de luz facilitado...
Sólo faltaba la cocina.
Decíamos ayer que la expropietaria del piso se llevó todos los muebles de cocina.
Bueno, pues en realidad no se llevó todos-todos, se dejó uno, una cajonera de IKEA bastante mona y totalmente nueva, que no se pudo llevar porque tendría que haber desmontado todas las tuberías del fregadero. Ahora que lo pienso, lo raro es que no desmontara las tuberías y se las llevara también.
Nosotros decidimos aprovechar el mueble y compramos el resto a juego.
A mí me hubiera gustado que nos lo montaran los señores de IKEA, pero no pudo ser porque los pintores no acabaron a tiempo.
Visto en retrospectiva, me parece un milagro que acabaran.
Los señores de IKEA nos dejaron los muebles amontonados en mitad del salón (para que los señores pintores pudieran seguir trabajando en las paredes) y se fueron.
-No pasa nada -dijo ZaraJota™-, yo me ocupo de montarlos.
A fin de cuentas, montar los muebles de IKEA es facilísimo, ¡hasta un niño de cinco años podría hacerlo!
Con lo que no contábamos es con que la cocina-cocina, que era esta...
-No pasa nada -dijo ZaraJota™-, no puede ser tan difícil.
Seis horas más tarde, las piezas seguían desperdigadas por todo el salón.
-¿Busco un niño de cinco años para que termine?
-¡No vienen las instrucciones!-gritó ZaraJota™-. ¡Hago lo que puedo!
-¿Has probado a descargarlas de la web?
-¡No están!
-¿Y si...?
-¡No! ¡Voy a montar esta cocina aunque sea la último que haga! ¡ES UNA CUESTIÓN PERSONAL!
Varios días más tarde, por fin. ZaraJota™ apretó el último tornillo y me llamó para que admirara su obra.
-¡Hala! ¡Que bonita! -le dije. Que ni bonita ni nada, era por animar.
-Mira que grande es el horno -dijo, abriendo la puerta.
-Anda, si tiene dos bandejas... ¿y esos papelotes qué son?
A ZaraJota™ le cambió la cara.
Las instrucciones.
O, mejor dicho, las p*t*s instrucciones.
-¿Estaban dentro del horno?
Durante una par de días ZaraJota™ estuvo en estado de shock, balanceándose y repitiendo "dentro del horno, dentro del horno" mientras le caía la babilla por un lateral de la boca.
Para entonces yo ya había descubierto la aterradora realidad: la vitrocerámica no funcionaba.
ZaraJota™ desmontó y volvió a montar todo, esta vez siguiendo las instrucciones, cambió el cable, cambió el enchufe... y nada.
Al final llamé al servicio técnico.
-Eso es que está mal montado -me dijo el técnico por teléfono.
-Me quedaría más tranquila si viniera a verlo.
Y vino. Por suerte, vino un día que ZaraJota™ no estaba. No sé qué habría sido de su pobre cerebrito.
El técnico desmontó la vitro y empezó a resoplar.
-Menuda chapuza le han hecho, señora...
-¿Sí?
-Lo mejor que puede hacer es llamar a IKEA y poner una reclamación.
-Es que no lo han montado los de IKEA...
-Pues tendría que haber llamado a un electricista.
-Oiga, que ha sido un electricista titulado.
Sí, el terrible secreto de ZaraJota™ sale por fin a la luz: ZaraJota™ estudió para ser técnico electricista. Que no quiere decir que se convirtiera en uno, por suerte para la humanidad.
-Señora, el que haya hecho esto no tiene ni idea de electricidad.
-Pues claro que no. Yo he dicho que tiene el título, no que le haya servido para algo.
-...
-Es mi marido, ¿sabe?
-Ya.
El técnico se dio cuenta entonces de que yo era una víctima, me dio un par de palmaditas en la cabeza, arregló la cocina y se fue.
Unos días más tarde los señores de la mudanza nos trajeron todas las cajas, nos instalamos y empezamos a vivir felices como perdices en nuestra casita nueva.
Un domingo por la tarde, mientras estábamos perreando en el sofá medio atontados por el olor a pintura y a muebles nuevos, la vecina de abajo llamó al timbre.
-Hola, es que me ha salido una mancha de humedad en el techo.
-¿Sí? ¿De dónde?
-Es el techo del salón. Creo que viene de vuestro baño.
-No puede ser... el grifo del baño goteaba, pero justo hace un rato lo ha arreglado mi marid... está bien, es culpa nuestra.
Pd para los amantes de los finales felices: cuando ZaraJota™ apretó el grifo para que dejara de gotear, aflojó sin querer la tubería de alimentación del lavabo, que empezó a gotear por la junta y le hizo a la vecina de abajo una imitación muy bonita de las caras de Bélmez. El seguro se hizo cargo de todo, y vivimos felices y comimos perdices hasta que se nos inundó el piso... pero esa es otra historia y tendrá que ser contada en la nueva saga. ¡No se pierdan La Herencia Urodini, próximamente en sus pantallas!