Cualquiera que haya trabajado cara al público en algún momento de su vida sabe que el cliente siempre tiene la razón.
Por desgracia esa ley universal no implide que el cliente sea al mismo tiempo un completo imbécil.
-Señorita, ¿me puede enviar la compra a casa?
-Por supuesto -le dije. Es que me dan un plus por ser amable.
-¿Cuándo me llegará?
-Mañana por la mañana.
-Es que lo quiero esta tarde.
Y yo quiero que me toque la lotería, pero como ni la compro ni nada pues me pica un pollo.
-Esta tarde no puede ser, tiene que ser para mañana por la mañana.
-Ahí pone "entregamos de 15 a 20".
Maldito letrero traidor...
-Y justo debajo pone "los pedidos realizados ANTES de las 14 horas".
-Son las 14:15.
-Son más de las 14:00, así que no puedo entregarle el pedido esta tarde.
-¡Son sólo 15 minutos!
-Para usted son 15 minutos, pero para que su compra llegue en perfectas condiciones a su domicilio es necesario empaquetarla y cargarla en el camión de reparto, que tendrá que salir más tarde a hacer su ruta y se retrasará la entrega a los clientes que SÍ han hecho su compra a tiempo.
Cuando me pongo es que soy de lo más diplomática.
-Entonces, ¿cuándo me lo mandan a casa?
Andá, un deja vu de esos.
-Mañana por la mañana.
-Pues yo lo quiero esta tarde.
[Suspiro. Muy pero que muy hondo]
-Pues no puede ser.
-Mire señorita, hace más de veinte años que soy cliente, y esto nunca me ha pasado.
Es sorprendente el número de personas que se apañaban para hacer la compra en nuestro supermercado antes de que se construyera, oyes.
-Lo lamento, son las nuevas normas.
Totalmente nuevas. Las pusieron cuando se hizo usted cliente, ni más ni menos.
-No lo lamente y envíe el pedido esta tarde.
-No es posible.
-¿Cómo que no es posible? Lo que pasa es que usted no se entera. Llame a su responsable.
-YO soy la responsable de su pedido.
Menudo chasco, ¿eh?
-Pues es usted una inútil, esto es una vergüenza y la voy a denunciar.
Cualquiera que haya trabajado cara al público en algún momento de su vida sabe que el cliente sólo tiene ganas de denunciar mientras el resto de clientes le miran.
Luego llegan a casa y piensan, jo, mira que si denuncio y resulta que tenían razón...
Y una cosa es sospechar que uno es un poco capullo y otra que te lo confirmen en un documento legal.
Además a esas alturas yo estaba un poco hasta las narices y me daba igual lo que me dijera.
-Haga usted lo que considere conveniente.
-Eso haré.
-Muy bien.
-Dígame su nombre.
-Lorza Girl.
-¿Lorza qué?
Ahí fue cuando decidí ponerme chula.
Si creía que me estaba poniendo nerviosa se equivocaba, hombreyá.
Le iba a dar una lección.
-Lorza Girl. L-O-R-Z-A G-I-L-I.
Um...
Estoooo...
¿Acabo de deletrear Lorza Gili?
Una de las cosas que me resultan más curiosas de tus relatos, es que con los clientes siempre tienes dos veces la misma conversación... ¡dentro de una única conversación! Es sobrecogedor xD
ResponderEliminar¡Maldito insomnio!, me da vergüenza que últimamente sea el primero en comentar tus posts... la próxima vez autocontrol y esperaré para poner lo menos el cuarto o el quinto xD
ResponderEliminarxDDDD
ResponderEliminarMadre mía, yo espero no tener encontronazos como ese nunca.
Por qué estoy empezando a pensar que tu trabajo es mucho más divertido que el mio? joooo, suertuda!
ResponderEliminar"Mire señora, como muy pronto le puedo hacer llegar el fungicida y los teena lady".
ResponderEliminarY, una de dos: o se calla o te saca a hostias de matrix.
No sé por qué... pero yengo la impresión de que Bendis guioniza, secretamente, a los clientes de tu supermercado...
ResponderEliminarBendis?
Sí, Bendis
Cuál Bendis?
Pues Bendis
Ese Bendis?
Sí, ese Bendis
Ya veo; Bendis
Sí, B-E-N-D-I-A-S
Por cierto, leyendo los coments del post anterior... GANÉ, GANÉ (y la piruleta esa, dónde la recojo? o me la mandan por correo?)
ResponderEliminarAhora, él que de verdad salió ganando (y mucho, seguro) fue ZJ... Y Lorz, que ahora luce una piel radiante y bella... Según dice Lorzamadre
Yo trabajaba en una cadena de comida rápida, un cliente (de esos que siempre tienen la razón), llamó para avisarnos que el repartidor era negro, entonces yo, muy diplOmáticamente(o puede que no tan educada) contesté un....SÍ, Y QUE PASA?,el señor , si es que asi se le puede llamar, me dijo un...nada nada..era por avisaros, aunque su subconsciente gritaba TIERRA TRAGAME. Otro GRAN cliente llamó para informar que en su pizza habian vomitado, el señor habia pedido una 4 quesos a lo que le tuvimos que explicar que esa era la pinta que tenia la pizza y que nadie habia hecho nada en contra de su pedido. Hay cada anormal suelto de compras por el mundo........
ResponderEliminarTrabajando en una tienda friki, a mí una señora me pidió dos pistolas de pan una vez.
ResponderEliminarY lo peor es que casi le endoso una segunda edición del BloodBowl pal nietecico...
Me parece admirable que seas capaz de escribir un post como este tras haber tenido una conversación con un cliente como ese.
ResponderEliminarA mi me estaría saliendo humo por las orejas me hubiera puesto roja y le hubiera escupido mil y un insultos y mi post hubiera sido una sucesión de mecagoentoestoyhastalasnaricesdetodo o algo semejante.
Así que si, te admiro.
A mi se me hace que tienes un iman para atraer clientes de éste tipo.
ResponderEliminarYo en tus zapatos, lo mando a la mier... ejem, al fin del mundo.
Mira... con un puesto de trabajo así, ¿cómo no ibas a tener un blog lleno de inspiración y anécdotas jocosas?? Antes de cabrearte piensa en la suerte y las risas que nos vamos a echar todos juntos..
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues va a ser que el cliente siempre lleva la razón... hasta que deja de tenerla, que suele ser muy rápido.
ResponderEliminarA nosotros una señora nos denunció porque se encontró un tornillo dentro de una lata de callos y, claro, podría haberse ahogado o intoxicado o romperse la dentadura o algo. Y, claro, alguien tenía que ser responsable de semejante tragedia.
Tuvimos que pedir mil disculpas por no utilizar debidamente las gafas de rayos x.
Creo que ella no pilló el chiste, pero el de sanidad se partía...
Tú resiste, Lorza, que no podrán contigo esa horda de...de...personajes. XP
Mrithail, es una técnica de atención al cliente que consiste en repetir la información una y otra vez hasta que el cliente la asume y se va.
ResponderEliminarMrithail (2) es que pensar en pechos peludos acaba afectando al sueño. A mí me pasa, por lo menos.
Zuviëh, este al menos no me quería pegar.
Watari, mi empresa también opina que soy muy afortunada por seguir allí. Jo. No sé qué petenden insinuar.
Somo, ¿y si elige la opción B?
Hutopo, ¡por supuesto que Bendis guioniza a mis clientes! ¿Por qué crees que sigo aquí? Y la piruleta era para comprar tu silencio, hombreyá... En fin, manda tu dirección a lorzagirl@gmail.com y veré si es posible hacer que la piruleta cruce el charco.
Anónimo, una vez una viej... anciana nos pidió que uno de los mozos de almacén le ayudara a llevar las bolsas de la compra a un taxi. Cuando vio al mozo dijo que mejor lo llevaba ella, porque no podía dejar que la gente la viera con un negro por la calle. Yo siempre he pensado que debería ser el chico el que se avergonzara de que le vieran con ella.
Somo, mira que si le hace el bocata al nieto con el BloodBowl.
Yaiza, la cosa es que mientras el cliente grita yo pienso, jijiji, esto lo cuento mañana. Tener un blog desestresa un montón.
Hada de Luz, yo también creía que tenía un imán, hasta que un día oí a mis compañeras decir "este se lo mandas a Lorz, que por mucho que le griten se sigue riendo".
Guandarrr, pues eso.
Scarlett, las gafas de rayos x son imprescindibles en todo comercio que se precie, al igual que la telepatía, los brazos múltiples y el don de la teleportación, hombreyá.
Y despues del trepidante relato, yo me pregunto...¿le llego o no el pedido a la impaciente gilipuertas? :P
ResponderEliminarSi elige la B, te apretamos en la sinápsis un programa de kung-fú.
ResponderEliminaryo una vez dije que quería ser felatario público y aquí sigo.
ResponderEliminarVaya, achab!
ResponderEliminarEso hacia Cleopatra para arengar a las tropas...
se ve que así iban a la guerra más contentos.
Lorz no tiene un imán para este tipo de clientes, es que simplemente a una persona le das un teléfono y se vuelve gilipollas, es ley de vida, totalmente inevitable. Si cuando trabajé de teleoperadora hubiese recogido todas esas llamadas absurdas y las hubiese publicado en un libro seguro que me hacía rica!
ResponderEliminarYo desgraciadamente los clientes a los que he tenido que hacer frente entrarian en la categoría de "seres extraños salidos de infernales vainas" entre ellos el que perdió el coche y empezó a hacerse frente a mí una especie de mapa del tesoro/coche, el que fumaba y hablaba por el mobil junto al surtidor de gasolina(este entraría también en la categoría de cliente ignífugo), el hombre mayor que me explicaba como llegó de la nada a labrarse el porvenir como cartero en Dusseldorf...y el mejor de todos un enterrador que hablaba eufemísticamente de su trabajo como "el hotel"
ResponderEliminarun saludo
PD..me encanta su blog..
A veces se echa de menos el cartel de Reservado derecho de admisión. O eso o tener un walkie para llamar a unos mozos fornidos que le "enseñen la salida" al cliente non grato en cuestión.
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